Una buena nutrición es la base fundamental de cualquier estilo de vida saludable. Si no se satisfacen las necesidades calóricas y nutricionales necesarias, el cuerpo no puede mantenerse saludable. Esto incluye todo, desde las funciones básicas—como descomponer y eliminar los residuos y protegerse de las toxinas— hasta el crecimiento, el desarrollo y el mantenimiento de los niveles de energía. Sin embargo, ¿cuál es el significado exacto de la frase “buena nutrición”?

Desafortunadamente, no hay una respuesta fácil. A medida que su cuerpo crece, cambia y se desarrolla, también cambian sus necesidades nutricionales. Aunque los fundamentos de la nutrición son los mismos a lo largo de la vida, sus necesidades nutricionales cambian en función de sus niveles de actividad física, su estilo de vida y su edad. Este artículo se centrará en este último punto: la nutrición por edades.

A medida que el cuerpo cambia desde la infancia hasta la edad adulta—y todas las etapas entre medio—, este requiere nutrientes ligeramente diferentes para optimizar su crecimiento, desarrollo y funcionamiento. ¡Y algunos de estos nutrientes pueden no ser lo que usted espera! Así que écheles un vistazo a algunas de las sorprendentes necesidades nutricionales de los diferentes grupos de edades.

Nutrición de bebés: 0-12 meses

Tanto si decide alimentar a su bebé con leche materna, fórmula o una combinación de ambas, las necesidades nutricionales de su bebé deben ser su absoluta prioridad. En su primer año de vida, la mayoría de los bebés duplican, como mínimo, su peso al nacer. Eso es mucho crecimiento —sin mencionar el desarrollo del cerebro que también se produce durante este periodo. Todos estos cambios en el cuerpo de los bebés requieren el combustible adecuado.

Desde que nacen hasta aproximadamente los seis meses, se recomienda que alimente a su bebé exclusivamente con leche materna o con leche de fórmula especial para bebés. Esto les ayudará a adquirir las grasas, proteínas y otros nutrientes que necesitan. Si su bebé está lactando, recibirá los nutrientes que necesita a través de la persona que lo alimenta. Por esta razón, es importante que dicha persona cuide su propia nutrición y complemente su dieta con los nutrientes que su bebé necesita. Entonces, ¿cuáles son exactamente estos nutrientes?

Probablemente esté familiarizado con los elementos básicos más comunes de la nutrición infantil —el calcio para reforzar los huesos y el crecimiento, por ejemplo. Echemos un vistazo a algunas de las necesidades nutricionales menos conocidas que presentan los bebés.

  • Folato: Las vitaminas y minerales menos conocidos son un aspecto de la nutrición que a menudo es pasado por alto. Este es el caso del folato, también conocido como vitamina B9, que desempeña un papel vital en la división celular, uno de los procesos clave del crecimiento y el desarrollo infantil.
    Para asegurarse de que su bebé cuente con las cantidades adecuadas de folato en su dieta, corrobore los niveles de vitamina B9 en su fórmula. O bien, si está amamantando a su bebé, coma muchos alimentos ricos en folato, como las verduras de hoja verde y las legumbres.
  • Zinc: Ningún nutriente es más importante que otro. Sin embargo, si tuviera que nombrar un nutriente como Presidente Multivitamínico de su dieta, el zinc sería una opción sólida. Este mineral ayuda a mantener un sistema inmunológico sano, favorece el crecimiento y la reparación celular y contribuye a optimizar la creación de ADN; todo ello es importante en cualquier etapa de la vida, pero es especialmente vital para los bebés.
    Los bebés que nacen prematuramente suelen tener deficiencias de zinc, lo cual es un problema porque necesitan zinc para lograr el crecimiento que corresponda a su edad. Durante la lactancia, asegúrese de abastecerse de alimentos ricos en zinc: ¡las frutas secas son una opción calórica estupenda!

Primera infancia: De niños a preadolescentes

El crecimiento y el desarrollo no se detienen después de la infancia. Desde los terribles dos años hasta la adolescencia, el cuerpo sigue experimentando cambios rápidos. Es una época formativa, y no sólo con relación a la personalidad de un individuo. Una nutrición adecuada durante estos períodos de cambio sienta las bases para disfrutar de una vida adulta saludable. ¿Cuáles son las principales necesidades nutricionales de los niños y preadolescentes?

  • Grasas: La nutrición popular les ha dado mala fama a las grasas. Pero no todas las grasas son malas. De hecho, algunas grasas son parte crucial de una dieta y un estilo de vida saludables. Esto es especialmente cierto cuando se trata de la nutrición de los niños.
    Cuando las personas hablan de grasas en los alimentos, suelen referirse a: grasas saturadas o grasas trans. Los niños deben consumir grasas saturadas con moderación, es decir, las que provienen de las carnes, los lácteos y los huevos. Y las grasas trans, producto del procesamiento de algunos alimentos, deben evitarse lo más posible.
    Sin embargo, ¿qué pasa con las grasas buenas, las que pueden proporcionar energía a los niños, favorecer su salud general y ayudarles a procesar otros nutrientes? Estas grasas se encuentran en alimentos como las aceitunas, las frutas secas y los mariscos. Y estas formas beneficiosas deberían constituir la mayor parte de las grasas presentes en la dieta de un niño.
  • Sodio: En lo que respecta al sodio, el problema no es que los niños experimenten una deficiencia de sodio en su dieta. Al contrario, consumen sodio en exceso. La comida rápida es la opción frecuente en muchos hogares, y sabemos la razón: es rápida, asequible y hasta a los más quisquillosos les gusta. Sin embargo, estos alimentos también contienen mucho sodio.
    La cantidad diaria de sodio recomendada cambia con la edad. Los niños pequeños —hasta los cuatro años—sólo necesitan unos 1,500 mg de sodio al día, mientras que los preadolescentes deben ingerir hasta 2,200 mg. Según una encuesta realizada en 2011, el 90% de los niños en Estados Unidos ingieren más del valor recomendado de sodio, con una ingesta media diaria que llega hasta 3,256 mg al día. Eso es más de 1,000 mg por encima del valor recomendado.
    ¿Cuál es el problema? Con moderación, el sodio es una parte vital de una dieta saludable. Apoya el funcionamiento de los nervios, desempeña un papel en la función muscular y ayuda al cuerpo a mantener un equilibrio adecuado de los fluidos. Sin embargo, un consumo excesivo de sodio puede llevarlo a tener problemas relacionados con la presión arterial.

La nutrición durante la adolescencia

La crianza de los adolescentes puede ser un desafío. Es un periodo marcado por cambios mentales, emocionales y físicos, todos los cuales pueden ser difíciles de manejar individualmente. La combinación de todos estos cambios produce la tormenta perfecta. Sin embargo, si hay algo que los adolescentes necesitan es espacio para ejercitarse y explorar su independencia, y esto puede incluir la oportunidad de elegir la mayoría de los alimentos que consumen.

Aún así, una buena nutrición debe seguir siendo una prioridad. La adolescencia, después de todo, consiste en un periodo de cambios. Y cuando el cuerpo cambia, necesita combustible. Es probable que los adolescentes estén familiarizados con los aspectos básicos de sus necesidades nutricionales, pero puede que necesiten alguna orientación adicional cuando se trata de nutrientes específicos. La lista que viene a continuación describe algunos de los héroes olvidados de la nutrición de los adolescentes.

  • Hierro: Tal vez haya escuchado que la falta de hierro puede provocar anemia, una condición que puede conducir a la fatiga extrema. Sin embargo, el hierro hace más que apoyar el mantenimiento de los niveles de energía. Una ingesta elevada de hierro también es crucial durante los periodos de crecimiento rápido, por ejemplo, en la adolescencia.
    Monitorear la ingesta de hierro en la adolescencia es especialmente importante si se sigue una dieta vegetariana o vegana. La carne de res y de aves de corral, además del pescado, son algunas de las fuentes más comunes de hierro; si no consume ninguno de estos alimentos tendrá que ser más diligente en elegir otros alimentos que contengan hierro, como las judías (frijoles), el brócoli y las espinacas.
  • El sueño: El buen sueño, aunque no es un nutriente en sí, es un elemento de la salud de los adolescentes que a menudo se pasa por alto. Cuando se trata del crecimiento y el desarrollo de los adolescentes, una dieta balanceada es sólo una pieza del rompecabezas, y el buen sueño es la otra. Dormir bien puede ayudar a que el sistema inmunológico se mantenga fuerte, ayuda a que el cerebro y el cuerpo crezcan y se desarrollen, y puede optimizar la regulación del estado de ánimo y de las emociones. Como adolescente, debería dormir entre 8 y 10 horas cada noche. Puede parecer mucho, ¡pero vale la pena!
    Dormir lo suficiente no es simplemente una cuestión de irse a la cama a una hora razonable. Hay otros factores que afectan el sueño, como los ruidos en su entorno, la exposición a la luz azul e incluso la dieta. Aunque no hay un solo nutriente que resuelva sus problemas de sueño, se ha demostrado que una dieta balanceada favorece un sueño de calidad. En este caso, “una dieta balanceada” significa suministrar a su cuerpo suficiente magnesio, calcio y vitaminas A, C, D, E y K. (¿No sabe cómo obtener estos nutrientes? Eche un vistazo a esta guía de vitaminas y minerales esenciales en este rápido curso intensivo)

Nutrición en la edad adulta

Si hay una garantía en la vida, es que no va a rejuvenecer. A medida que envejece, notará que su cuerpo experimenta un pequeño desgaste. Hasta cierto punto, esto es inevitable. Sin embargo, con una dieta adecuada y un estilo de vida saludable, usted puede ayudar a que su cuerpo funcione sin problemas más allá de los 60 años.

Dicen que la prevención es la mejor medicina, y si presta atención a sus necesidades nutricionales a medida que envejece, puede continuar sintiéndose bien. Probablemente haya oído que el calcio es crucial para mantener la fortaleza de los huesos en el futuro, pero eso no es todo lo que se necesita en esta etapa de la vida. Así que echemos un vistazo a algunos de los nutrientes menos mencionados en nuestras conversaciones:

  • Magnesio: El calcio se lleva todo el crédito cuando se trata de apoyar la fuerza de los huesos. Sin embargo, el magnesio también juega un papel crucial en el mantenimiento de huesos sanos y fuertes. Además, el magnesio ayuda a que tanto el corazón como el sistema inmunológico sigan funcionando correctamente.
    A medida que envejece, el cuerpo absorbe el magnesio con menos eficacia. Esto significa que necesita más de este importante nutriente en su dieta para obtener la cantidad necesaria. Además, muchos medicamentos también afectan la absorción del magnesio, por lo que no olvide preguntar a su médico sobre los posibles efectos secundarios.
  • Agua: Todo el mundo necesita beber agua. Esto nunca cambia porque la hidratación saludable es un aspecto importante de la nutrición y de una vida sana. Sin embargo, algunos estudios indican que su cuerpo requiere más agua a medida que envejece. Los efectos de la deshidratación también pueden tener consecuencias más graves para la salud en las personas mayores. Afortunadamente, el remedio para la deshidratación es sencillo: beba más agua.
    Para asegurarse de que se está manteniendo hidratado, observe su orina. Puede que no sea la parte más agradable de su día, pero es una forma sencilla de verificar sus niveles de hidratación. Si su orina es oscura y turbia o de color amarillo brillante, es probable que no esté bebiendo suficiente agua. (Hay que recordar una excepción con el color de la orina. Incluso las personas bien hidratadas que toman altas dosis de vitamina C y vitaminas del grupo B pueden tener una orina de color amarillo muy brillante). Normalmente, su orina debería ser de un color entre amarillo pálido y transparente.

Nutrición por edades

A medida que envejece, su cuerpo crece, se desarrolla y cambia de innumerables maneras. Probablemente esto no sea una novedad para usted. Ir superando estos cambios puede ser difícil, pero satisfacer adecuadamente las necesidades nutricionales de su cuerpo en cada etapa de la vida puede ayudar a optimizar el proceso de envejecimiento. Y no importa la edad, nunca es demasiado tarde para comenzar a preocuparse por la nutrición. Así que, con lo que ha leído arriba como guía, ¡tome las riendas de su salud nutriente por nutriente!

Little girl refuse to eat

Little girl refuse to eat

Ya sea por sus propias preferencias alimenticias, por tener un cónyuge quisquilloso o un hijo que come cualquier cosa menos una verdura, probablemente usted haya tenido que lidiar con un comedor quisquilloso de una forma u otra. Esto puede ser desde un pequeño inconveniente hasta una gran molestia. Sin embargo, ¿el ser quisquilloso con la comida puede representar un problema para la salud?

Al fin y al cabo, la nutrición es un aspecto fundamental de la salud, independientemente de la edad. Y una parte fundamental de la nutrición es llevar una dieta balanceada. Sin embargo, ¿es posible llevar una dieta balanceada y nutritiva siendo un comedor quisquilloso?

La respuesta corta es: depende. Siga leyendo para descubrir la respuesta larga y conocer consejos sobre cómo lidiar con los comedores quisquillosos—ya sea usted, su hijo o su pareja—y proporcionarles los nutrientes que necesitan.

Qué significa ser quisquilloso con la comida y cómo surge el comedor quisquilloso

Las personas pueden ser quisquillosas con la comida de diferentes maneras. Hay una serie de preferencias alimentarias que pueden describirse como selectivas y cada una de ellas puede variar en intensidad. Sin embargo, si se pudiera resumir la variedad de experiencias de los comedores quisquillosos en una sola definición, sería algo así: comer de manera quisquillosa consiste en evitar alimentos, texturas, sabores u otros elementos específicos en la alimentación.

Cuando se trata de lidiar con alquien quisquilloso con la comida, la mayoría de las personas se hacen la misma pregunta: ¿cómo puedo conseguir que mi comedor quisquilloso deje de serlo? Sin embargo, antes de comenzar a pensar en soluciones para lidiar con los comedores quisquillosos, es importante entender las causas subyacentes de este comportamiento.

No todos los comedores quisquillosos son iguales. Algunos evitan ciertos alimentos simplemente porque no les gusta el sabor, mientras que la aversión de otros se basa en la textura. Algunos tienen una reacción visceral a los alimentos que evitan (náuseas o incapacidad para tragar), mientras que otros simplemente prefieren no comer ciertos productos. La intensidad de la aversión de una persona a alimentos específicos —así como su reacción a los mismos—puede ayudarle a identificar la causa subyacente de esa aversión.

En algunos casos, el hecho de ser quisquilloso con la comida puede atribuirse a la neofobia (el miedo o la aversión a las experiencias nuevas y desconocidas). Los alimentos desconocidos pueden presentar una amplia gama de nuevas experiencias: sabores, texturas, olores, etc. Esta experiencia multifacética es parte de lo que hace que comer sea agradable y emocionante. Pero para algunos, estas nuevas sensaciones pueden ser intimidantes.

Los alimentos conocidos son reconfortantes y predecibles, y algunas personas quieren que sus experiencias alimenticias sean precisamente eso: reconfortantes y predecibles. Aunque no existe un motivo único identificado como causa de neofobia relacionada con la comida, algunos estudios sugieren que es un rasgo hereditario. Eso significa que si sus padres son neófobos, es muy probable que usted también lo sea.

También existe una relación entre los comedores quisquillosos y el hecho de que hayan sido expuestos a alimentos diferentes en etapas más tardías de su infancia. Básicamente, cuanto más tiempo permanezca un niño pequeño en la rutina de comer sólo un surtido de alimentos, más probable será que desarrolle hábitos alimenticios selectivos. Por ejemplo, si no se les da la oportunidad de comer alimentos agrios desde el principio, pueden desarrollar una aversión a estos.

Si un comedor quisquilloso experimenta reacciones corporales a ciertos alimentos, tales como náuseas o la necesidad de escupir, su quisquillosidad puede ser el resultado de una aversión sensorial a los alimentos. Las personas con aversión sensorial a los alimentos experimentan un mayor estímulo sensorial de ciertos aspectos de la comida. Puede ser la temperatura, la textura, el sabor o el olor. Y debido a este aumento de información sensorial, comer estos alimentos puede ser abrumador y desagradable.

¿Puede la salud verse afectada al ser un comedor quisquilloso?

Ser quisquilloso con la comida puede ser frustrante para todos los implicados. Pero para muchos padres, esa frustración tiene su origen en la preocupación. Llevar una dieta balanceada es una parte crucial de un estilo de vida saludable y, en muchos casos, el ser quisquilloso se interpone en el camino de una dieta balanceada. En resumen, este hábito puede tener un efecto en su nutrición.

Esto lleva a muchos padres a plantearse la misma pregunta: ¿hasta qué punto es malo para la salud de mi hijo el ser quisquilloso? Aunque los efectos de la alimentación selectiva en la nutrición varían de una persona a otra, hay tendencias comunes que los padres deben tener en cuenta.

Uno de los efectos más comunes de la alimentación selectiva en los niños es la dificultad de mantener un peso saludable. Para los comedores extremadamente quisquillosos, especialmente los que tienen aversión sensorial a los alimentos, comer puede convertirse fácilmente en una obligación. Simplemente no hay muchos alimentos que les guste comer, por lo que no comen todo lo que necesitan. Aunque el bajo peso no siempre es un riesgo para la salud, puede indicar desnutrición; el niño no recibe los nutrientes necesarios para el crecimiento y desarrollo de su organismo.

Curiosamente, ser quisquilloso con la comida también puede tener el efecto contrario en el peso de su hijo. Debido a que los comedores quisquillosos tienden a evitar las frutas y verduras, su dieta suele consistir principalmente en carbohidratos—especialmente refinados—y alimentos procesados y, cuando se consumen en grandes cantidades, estos dos tipos de alimentos pueden provocar un aumento de peso. Una vez más, esto es una indicación de que su hijo no está obteniendo los nutrientes que necesita.

En pocas palabras, los niños (y, en todo caso, cualquier adulto quisquilloso) deben comer una variedad de alimentos integrales, como frutas frescas, verduras, cereales integrales y proteínas magras. Desafortunadamente, estos son los alimentos que más evitan los comedores quisquillosos. Sin una ingesta de frutas y verduras frescas, carne no procesada y cereales integrales, es difícil obtener las cantidades adecuadas de fibra, proteínas y vitaminas que necesita el cuerpo en crecimiento de un niño.

Estrategias para lidiar con los comedores quisquillosos

Así que sus sospechas se han confirmado: ser quisquilloso con la comida no es precisamente saludable y, desde luego, no es lo ideal. Entonces, ¿qué se puede hacer? Afortunadamente, los comedores quisquillosos no tienen por qué ser quisquillosos de por vida. Hay una variedad de estrategias que usted puede implementar para ayudar a un comedor quisquilloso a ampliar sus gustos; sólo es cuestión de elegir la estrategia adecuada para la situación.

Los estudios sugieren que muchas aversiones alimenticias pueden superarse con una exposición repetida. Esto significa que un comedor quisquilloso puede llegar a disfrutar de un alimento que evita si lo prueba varias veces. Digamos que su hijo odia los tomates. Si le continúa ofreciendo tomates con frecuencia, y de diversas formas, puede que le lleguen a gustar. Si ha escuchado el término “gusto adquirido”, el mismo principio se aplica aquí. Sólo se trata de ayudar a su hijo a adquirir el gusto por ciertos alimentos.

Los niños responden al buen ejemplo. Si usted no come verduras, es muy probable que su hijo tampoco las coma. No prepare comidas diferentes para usted y para su hijo: siéntese a la mesa y coman juntos la misma comida. Demuéstreles a sus comedores quisquillosos que usted disfruta de una variedad de alimentos. Además, preparar la comida de distintas maneras puede ayudar al niño a conocer nuevos alimentos. Si su hijo odia las zanahorias crudas, haga la prueba y cocínelas al vapor. (¿Le preocupa cómo afectará esto el contenido de nutrientes de su comida? Lea sobre los efectos de la cocción en las verduras.)

6 consejos para facilitar la alimentación de los comedores más quisquillosos

Si está buscando una variedad de alimentos sencillos y prácticos para intentar que su hijo coma, no busque más. Pruebe estos seis consejos a continuación.

  1. Dele opciones a su hijo: A medida que los niños crecen y se desarrollan, también crece su autonomía. Esto significa que los niños van a querer opinar más sobre los alimentos que comen. Obviamente, un niño de cuatro años no debería tener el control total de su dieta, pero puede complacer su incipiente sentido de la autonomía ofreciéndole opciones. Si le cuesta que sus hijos coman zanahorias, puede que la razón no sean las zanahorias. Podría tratarse de la sensación de autonomía y control de los niños. En lugar de obligarlos a comer una zanahoria, proporcióneles dos opciones saludables y pregúnteles cuál prefieren. A veces, una pregunta tan sencilla como “¿Quieres zanahorias o judías verdes esta noche?” puede resolver el problema.
  2. No prepare comidas separadas: Como ya se ha dicho, los niños imitan el comportamiento de sus padres. No ceda si su hijo ve una comida que ha preparado y exige otra cosa. Siéntense a la mesa y coman juntos. Mientras lo ven comer y disfrutar de la comida, sus hijos podrían decidir hacer lo mismo. Una vez más, asegúrese de permitir la elección dentro de la comida —guisantes o brócoli, por ejemplo—, pero no deje que los niños opten por una comida completamente diferente.
  3. Establezca y mantenga rutinas: Los niños crecen y se desarrollan adecuadamente en un entorno con rutinas establecidas, y la hora de la comida no es una excepción. Gran parte de los problemas de alimentación pueden atribuirse a que los niños evitan lo desconocido. Probar nuevos alimentos y diversificarlos ya es bastante estresante para los niños pequeños, así que intente que el resto de su experiencia alimenticia sea predecible y consistente. Reserve bloques de tiempo cada día específicamente para las comidas. Sea consistente con la hora y el lugar donde comen usted y sus hijos.
  4. Sea paciente y no lo obligue: Si su hijo se niega a comer brócoli, probablemente no se despertará un día y lo amará milagrosamente. Adquirir el gusto llevará tiempo y una exposición repetida. Esto puede significar que su hijo mastique un trozo de brócoli para luego escupirlo, ¡y eso no tiene nada de malo! Deles tiempo a los comedores quisquillosos para que se adapten a los nuevos alimentos y continue dándoles oportunidades para que prueben los diferentes alimentos.
  5. Varíe sus alimentos: Aunque la exposición repetida es una forma de ayudar a un niño a comer un alimento, esto no significa que sólo deba preparar ese alimento hasta que le guste. Si su hijo odia los pimientos crudos, por ejemplo, no intente darle de comer pimientos crudos todas las noches. Recuerde que su aversión puede ser causada por la textura. Cambie la manera en que los prepara—pruebe servirlos asados o salteados. Y, seamos sinceros, los pimientos no son el único alimento saludable que existe. No tenga miedo de darle un respiro y servirle a su hijo otros alimentos nutritivos: quizá zanahorias, brócoli o judías verdes.
  6. Prueba la terapia de alimentación: Si tiene un niño extremadamente quisquilloso o con una aversión sensorial a los alimentos, la terapia de alimentación también es una opción que puede considerar. La terapia de alimentación es especialmente útil para los niños con fuertes aversiones corporales a la comida, es decir, niños que tienen arcadas, tos, escupen o se ahogan cuando comen alimentos que no les gustan. Aunque no debería ser su primera solución, la terapia de alimentación puede ser una gran manera de ayudar a su hijo a disfrutar de la comida cuando todo lo que ha tratado hasta ahora no ha funcionado.
family with children

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La infancia y la adolescencia se encuentran entre las etapas más importantes de la vida de cualquier persona. Y aunque esto probablemente no sea una novedad para usted, vale la pena repetirlo. El nivel de crecimiento y desarrollo que el cuerpo experimenta durante estas dos etapas es asombroso. En pocas palabras, el cuerpo experimenta muchos cambios durante la infancia y la adolescencia;

hasta puede parecer que el cuerpo está en constante cambio. Los cambios se producen tan rápidamente que puede ser difícil darle seguimiento a la salud tanto física como mental de su hijo. Ya sea que usted sea un padre que busca información y consejos para cuidar la salud de su hijo o un adolescente que quiere informarse sobre su salud, ha llegado al lugar adecuado. Después de todo, no hay mejor manera de comenzar que conociendo lo básico.

La siguiente lista desglosa algunos de los datos más importantes (e interesantes) sobre la salud durante la infancia y la adolescencia.

1. Un metabolismo rápido no significa que no tenga que preocuparse de la nutrición:

Los adultos suelen lamentar el hecho de que el metabolismo se ralentiza con la edad. Es decir, a medida que usted envejece, su cuerpo se vuelve menos rápido y eficiente a la hora de descomponer los alimentos y convertirlos en energía. Así, mientras que los niños y los adolescentes pueden–y a menudo lo hacen–consumir cuatro platos de pasta sin consecuencias inmediatas, esa misma cantidad de comida podría tener efectos duraderos en un adulto (y en su cintura).

Este hecho lleva a mucha gente a creer que los niños, especialmente los adolescentes, pueden comer prácticamente cualquier cosa sin experimentar consecuencias en la salud. Lamentablemente, esto no es exactamente cierto. Los niños y los adolescentes pueden comer grandes cantidades de alimentos, ello se debe a que su cuerpo está en un periodo de intenso crecimiento, lo que significa que requiere mucha energía. Y para proporcionarle al cuerpo la energía que necesita, una buena nutrición es clave.

Los fundamentos de una buena nutrición siguen siendo los mismos desde la infancia hasta la edad adulta: debe esforzarse por seguir una dieta balanceada que incluya muchas frutas y verduras frescas, cereales integrales, grasas de origen vegetal y proteínas magras de calidad.

2. Los adolescentes y los niños deben mantenerse alejados de las bebidas para adultos, y no sólo del alcohol:

No hace falta decir que los niños y los adolescentes no deben beber alcohol. Mientras el cerebro se está desarrollando, el consumo de alcohol puede tener consecuencias negativas duraderas. Además, las bebidas alcohólicas no son las únicas bebidas que los adolescentes deben evitar.

En 2014, la CDC reportó que el 73% de los niños consumen cafeína a diario. Mientras que los niños menores de 12 años deben evitar por completo el consumo de cafeína, los adolescentes pueden beber pequeñas cantidades de cafeína sin que esto afecte su salud. El problema es el siguiente: la cantidad de cafeína que ingieren los adolescentes depende de lo que beben y las bebidas energéticas son muy populares entre los adolescentes.

Se aconseja a los adolescentes de 14 a 17 años que no consuman más de 100 miligramos (mg) de cafeína al día, aproximadamente una taza de café fuerte. Algunas bebidas energéticas contienen el triple de cafeína en una lata y muchos adolescentes toman varias bebidas energéticas al día. No hace falta ser bueno en matemáticas para saber que eso está muy por encima del límite recomendado.

¿Por qué es esto importante? Los niños y los adolescentes son físicamente más pequeños que los adultos, por lo que sienten los efectos de la cafeína mucho más intensamente que, por ejemplo, la mayoría de las personas que tienen un trabajo de oficina. Además, el cerebro de los adolescentes aún se está desarrollando y madurando. La cafeína también puede alterar los ciclos de sueño de los adolescentes, y el sueño es un momento crucial para el desarrollo del cerebro. En casos extremos, el consumo excesivo de cafeína puede incluso poner en peligro el corazón de los adolescentes.

3. El sueño es un aspecto vital para la salud y el bienestar de los adolescentes:

Pregúntele a casi cualquier persona cuánto debe dormir, y probablemente le dará la misma respuesta: ocho horas. Y aunque ocho horas es una buena pauta para los adultos, las horas de sueño recomendadas para los adolescentes sanos es de entre ocho y diez.

Entre las exigencias de la escuela, el trabajo, las amistades y otras relaciones, puede ser difícil para los adolescentes darle prioridad al sueño. Pero he aquí por qué es importante: el sueño desempeña un papel importante en casi todos las funciones y procesos neurológicos: la memoria, la evaluación de riesgos, el procesamiento de la información sensorial, etc. Por otro lado, en la adolescencia el cerebro aún se está desarrollando y estableciendo conexiones neuronales. Dormir lo suficiente es crucial para permitir que se establezcan esas conexiones.

4. La protección solar no es una broma:

Aunque las quemaduras solares no parezcan un gran problema en el momento, pueden tener efectos duraderos en su salud. La exposición excesiva al sol—ya sean quemaduras frecuentes, quemaduras extremas o incluso un bronceado excesivo—a medida que envejece, puede provocar el envejecimiento prematuro de la piel. Esto significa desarrollar arrugas a una edad más joven de lo esperado y, en algunos casos, un mayor riesgo de problemas de la piel.

Sin embargo, esto no significa mantenerse alejado del sol por completo. Puede seguir yendo a la playa, a la piscina o a dar un largo paseo en un día soleado, pero asegúrese de usar protección solar. Y no cualquier protector solar. Cuanto más alto sea el índice de SPF, mejor.

A título orientativo, un factor de protección solar de 15 es adecuado para el uso diario, pero para periodos prolongados de exposición al sol, debería usar un protector solar de 30 o más. Y no olvide volver a aplicarse bloquedor solar cada dos horas, según sea necesario.

5. Cuide sus oídos:

No, en serio. La salud de los oídos puede parecer un tema extraño del que hablar, pero no es ninguna broma. Es uno de los aspectos de la salud de los adolescentes que más se pasan por alto. Con la proliferación de teléfonos inteligentes, auriculares, reproductores de mp3 y audífonos, prácticamente todo el mundo puede escuchar música en cualquier lugar.

Esto no es necesariamente algo malo. Sin embargo, aquí está el problema: los adolescentes y los niños (e incluso los adultos) a menudo no entienden los riesgos de escuchar música a alto volumen durante períodos prolongados. Y, como resultado, muchos adolescentes corren el peligro de escuchar música a un volumen exageradamente alto. Poner música a todo volumen a través de los auriculares daña las células de la cóclea, lo que aumenta el riesgo de pérdida de audición y tinnitus (pitidos en los oídos). Así que cuide sus oídos mientras sea joven, ¡su yo futuro se lo agradecerá!

6. Los adolescentes deben hacer ejercicio con regularidad:

Cuando se trata de la salud de los adultos, el ejercicio constante es uno de los aspectos más citados que caracterizan un estilo de vida saludable. De igual manera, el ejercicio es un elemento vital para la salud de los adolescentes.

Seguramente se habrá encontrado con una gran variedad de sugerencias sobre la cantidad de ejercicio que deben hacer los adolescentes—30 minutos diarios, 30 minutos seis veces a la semana, 60 minutos tres veces a la semana, entre otros. Si se calcula el promedio de estas sugerencias, la conclusión es la siguiente: los adolescentes deberían hacer entre 180 y 210 minutos de ejercicio a la semana. Puede nadar, montar bicicleta, asistir a una clase de baile, pasear al perro… no importa. Lo que importa es que se acelere su ritmo cardíaco.

Aunque elejercicio regular le ayuda a mantener su cuerpo sano, los beneficios no son solo físicos. El ejercicio regular puede ayudar a los adolescentes a mantener su estado de ánimo, aliviar el estrés y dormir mejor, los cuales son todos buenos aspectos importantes de la salud de los adolescentes.

7. La salud dental también forma parte de la salud:

Cuando se es adolescente, es fácil sentirse invencible. El cuerpo se recupera de la mayoría de las lesiones y el cerebro no ha desarrollado plenamente su capacidad para evaluar riesgos. Esta combinación puede llevar a los adolescentes a tomar algunas decisiones precipitadas. Puede ser difícil ver el panorama general.

Sin embargo, cuando se trata de la salud dental, lo importante es el panorama general. Una vez que los dientes de leche se caen, sus dientes permanentes son los únicos que tendrá el resto de su vida, así que es importante cuidarlos. Si les pregunta a varios adultos qué desearían haber hecho distinto en su adolescencia y entre sus 20 y 30 años de edad, muchos darán la misma respuesta: desearían haber cuidado mejor sus dientes.

La salud dental no tiene por qué ser complicada, pero requiere constancia. Asegúrese de cepillarse los dientes y usar el hilo dental, al menos cada noche, para mantener una salud bucal buena durante sus próximos años.

8. Nunca es demasiado pronto para dar prioridad a la salud mental:

Uno de los conceptos erróneos más comunes sobre la salud mental es que sólo los adultos sufren este tipo de problemas. Aunque el inicio de la edad adulta es un momento muy común para que surjan muchos problemas de salud mental, cualquier persona, independientemente de su edad, puede experimentar cambios en su salud mental. De hecho, uno de cada cinco adolescentes sufre de un trastorno mental diagnosticado.

¿Qué significa esto para usted? Tanto si experimenta problemas de salud mental como si no, nunca es demasiado pronto para darle prioridad a su salud mental. En el caso de los adolescentes, esto puede significar tomarse un descanso de las redes sociales, acudir a un terapeuta y, en algunos casos, tomar la medicación prescrita por su médico. Se trata de encontrar lo que funciona para usted y no esperar hasta la edad adulta para solucionar cualquier problema.

pandemic vs epidemic

pandemic vs epidemic

El COVID-19 ha dejado su huella en la vida de todos, incluso en nuestro idioma. Tomemos un momento para pensar en la vida que llevábamos en el 2019. Antes de la escasez de papel higiénico y el cambio masivo de la sociedad al trabajo desde casa, ¿con qué frecuencia usaba usted palabras tales como “epidemia” y “pandemia”?

A menos que trabaje en el campo de la medicina o esté hablando de una película, probablemente no haya pensado mucho en palabras como estas. Sin embargo, ahora es difícil para la mayoría de las personas pasar incluso unos días sin escuchar a alguien usar una o ambas palabras en las noticias o en una conversación normal. Todo el mundo ha terminado por aceptar las palabras “pandemia” y “epidemia” en la jerga diaria. Sin embargo, ¿sabemos lo que significan? Además, ¿qué significa la palabra “endemia” que muchas personas han comenzado a usar?

Para llegar al fondo de esta pregunta, sumerjámonos en el mundo de aquellos que se ganan la vida estudiando enfermedades. Y mientras hacemos esto, eche un vistazo a la respuesta a la pregunta que persiste en la mente de muchas personas—¿terminará alguna vez la pandemia?

La epidemiología: el estudio de las enfermedades

Primero, veamos la rama de la medicina que establece las reglas de lo que define una pandemia, una endemia o una epidemia. Esta responsabilidad recae en los epidemiólogos, los científicos de los que probablemente haya escuchado más durante el COVID-19. Esto se debe a que la epidemiología es el estudio de las causas, los factores de riesgo y la propagación de problemas que amenazan la salud pública dentro de poblaciones específicas.

Los epidemiólogos identifican estas amenazas potenciales y las investigan de la misma forma que un detective investiga un crimen. Su objetivo es estudiar el problema, descubrir la causa de sus comienzos, quién corre más riesgo de verse afectado y determinar el mejor curso de acción. También buscan formas de evitar que el problema empeore.

Como cualquier ciencia, el trabajo de los epidemiólogos continúa a medida que aprenden más sobre la amenaza, y la amenaza misma evoluciona y cambia. Cada vez que usted escuchaba sobre la regla de los seis pies de distanciamiento social y obtenía información sobre cuándo debía hacer uso de un cubrebocas, estaba también viendo el trabajo de estos científicos.

¿Qué es una epidemia?

Cuando escuchó por primera vez sobre el virus COVID-19 a fines de 2019, se describió como un tipo desconocido de neumonía que se estaba propagando rápidamente entre millones de personas en la ciudad de Wuhan, China. Eventualmente, ese virus se propagó más allá de las fronteras de la ciudad y por todo el resto del país, hasta que finalmente cruzó océanos y fronteras.

En esos primeros meses, el brote del virus COVID-19 fue una epidemia, una enfermedad que se había propagado rápida e inesperadamente entre una gran cantidad de personas dentro de una población o región específica. Han existido muchas otras epidemias a lo largo de la historia del mundo, incluyendo la viruela, el sarampión y la poliomielitis.

Cuando una epidemia se convierte en pandemia

En algunos casos, una enfermedad epidémica puede convertirse en una pandemia, una epidemia que se ha propagado rápidamente a través de las fronteras hacia otros países y continentes. El prefijo pan de la palabra pandemia significa “todas”, al igual que la palabra panamericano significa “todas las Américas”.

No todas las epidemias pasan a la siguiente etapa para convertirse en pandemia. Algunas epidemias estallan y desaparecen rápidamente antes de que puedan dar el salto y volverse globales. Sin embargo, una vez que la enfermedad se propaga y los casos comienzan a dispararse a medida que se propaga desde su país de origen, una epidemia llega a su próxima definición y se convierte en una pandemia.

La epidemia de COVID-19 se convirtió oficialmente en una pandemia de COVID-19 en marzo de 2020 cuando fue declarada pandemia por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Para entonces, el COVID-19 se había extendido a más de 100 países. Antes de la pandemia de COVID-19, la última pandemia fue la pandemia de la influenza H1N1 en 2009.

Cuando una pandemia se vuelve endémica

Entonces, ¿cuál es el siguiente paso después de una pandemia? En algunos casos, como en el caso de la polio, el uso generalizado de la vacuna contra la polio en los Estados Unidos eliminó la enfermedad hasta el punto de que no ha habido un caso de polio en el país desde el 1979.

En otros casos, la enfermedad se ralentiza y cada vez menos personas se enferman hasta que el virus deja de circular activamente entre la población. Ocasionalmente puede que haya brotes que se identifiquen y controlen rápidamente para evitar que se propaguen, como es el caso del sarampión. Un brote ocurre cuando hay nuevos casos de la enfermedad en una población o región donde la enfermedad normalmente no existe.

Luego están las enfermedades que, aunque disminuyen en ocurrencia, no desaparecen por completo y continúan circulando dentro de una población o región específica. Suficientes personas dentro de la población afectada han adquirido inmunidad, ya sea por contraer la enfermedad o por haberse vacunado, lo que dificulta que la enfermedad se propague tan rápido como antes.

En algún momento durante este proceso, la pandemia se vuelve endémica, una enfermedad que circula constantemente dentro de una población o región específica. Para recordar la diferencia entre los términos epidemia y endemia, piense en el prefijo “end,” que en inglés significa “fin.” El final potencial de una pandemia es una endemia.

La malaria es un ejemplo de una endemia. Se encuentra mayormente en países tropicales y rara vez se propaga fuera de ese rango confinado (y cuando pasa, se clasifica como un brote).

Imagínese el final de la pandemia: la endemia del COVID-19

Eventualmente, se espera que el COVID-19 se convierta en una enfermedad endémica. Nunca desaparecerá por completo, pero a medida que más y más personas adquieran algún tipo de inmunidad, la gravedad y el número de casos disminuirán. La mayoría de los científicos piensan que el COVID-19 eventualmente se volverá como la gripe, donde los casos empeoran durante algunas temporadas pero la enfermedad en sí siempre está presente.

Entonces, ¿alguna vez habrá un final para la pandemia de COVID-19? La respuesta es sí. Eventualmente. Pero la enfermedad en sí no desaparecerá por completo, y solo el tiempo dirá cómo será el futuro endémico del COVID-19.

Woman After Weight-Loss Looking In Mirror

Woman After Weight-Loss Looking In Mirror

Su imagen corporal es la forma en que usted se ve a sí mismo: la imagen mental que usted ha creado a partir de varios factores. Naturalmente, las métricas físicas, como la talla y el peso, juegan un papel en la configuración de la imagen que tiene de usted mismo. Pero los factores psicológicos, mentales y emocionales tienen un impacto de igual magnitud en cómo se ve usted a sí mismo y en cómo acepta su cuerpo.

Aquí está el problema: su imagen corporal no siempre es precisa. Su percepción, moldeada por todas las facetas enumeradas anteriormente, puede estar sesgada. A menudo, usted es su mayor crítico, especialmente cuando se trata de su apariencia.

Una imagen corporal negativa puede afectar su vida de muchas maneras y evitar que se sienta lo mejor posible. Nadie quiere sentirse de esa manera, por eso es hora de comenzar a desenredar la psicología del peso, la imagen corporal, la positividad corporal y la aceptación corporal.

La discusión sobre la positividad corporal existe tanto a nivel individual como social.

De forma individual, la positividad corporal describe un estado de ánimo. Cuando usted tiene una actitud positiva con respecto a su cuerpo, esto quiere decir que, en general, se siente bien con su apariencia física. Esto incluye aceptar los cambios por los que su cuerpo podría pasar, o por los que pasará, de manera natural. La positividad corporal requiere que usted tenga expectativas realistas con respecto a su cuerpo y, más importante aún, que acepte los cambios que su cuerpo experimenta con el paso del tiempo.

El concepto de positividad corporal también describe un movimiento social más amplio. La sociedad ha establecido estándares de belleza poco realistas desde que existen los medios de comunicación. Y eso es mucho tiempo. En los últimos años, la gente ha hablado más abiertamente sobre los efectos negativos que estos estándares de belleza pueden tener en las personas. Cuando está constantemente expuesto a imágenes poco realistas de cómo “debería” lucir, es bastante difícil sentirse bien consigo mismo. Cierto, ¿no? El movimiento de positividad y aceptación corporal consiste en un llamado a cambiar los estándares de la norma actual. La publicidad y los medios de comunicación deben reflejar el mundo real: esto significa representar a personas de todas las formas y tallas.

Así que, contrario a la creencia popular, la positividad corporal no es una moda pasajera ni tampoco está alentando a las personas a ser poco saludables. Más bien, la positividad corporal es un estado de ánimo y un movimiento social que simplemente alienta a las personas a aceptarse más a sí mismas y a los demás.

Factores que influyen en la imagen corporal

El cerebro humano recibe y procesa información constantemente, tanto de manera consciente como inconsciente; es una de las cosas que hace que la vida sea tan interesante. Sin embargo, también puede ser un poco inconveniente. Debido a que su cerebro recibe tanta información, su imagen corporal a menudo se ve influenciada inconscientemente por el mundo que lo rodea.

Algunos factores que pueden tener un impacto negativo en su imagen corporal incluyen:

  • Cultura y familia: Los estándares de belleza varían de una cultura a otra. El concepto de la belleza conectado con su cultura y su nivel de afinidad atado a dicho concepto pueden tener un impacto duradero en la forma en que usted se ve a sí mismo. Su familia puede influir de manera similar, para bien o para mal. Una familia solidaria que apoye la positividad corporal puede ayudar a fomentar la aceptación corporal en los niños. Desafortunadamente, lo contrario también es cierto. Una familia dada a la crítica puede tener un efecto duradero en la autoimagen de un individuo.
  • Medios de comunicación: como se mencionó anteriormente, los anuncios y otras formas de publicidad, especialmente los medios relacionados con la industria de la moda, juegan un papel importante en la configuración de los estándares de belleza en nuestra sociedad, y a menudo, esos estándares no son realistas. La comparación con un estándar de belleza inalcanzable (y posiblemente poco saludable) a menudo conduce a una imagen corporal negativa. Trate de estar consciente de la publicidad a la que se expone, ¡especialmente en las redes sociales!
  • Pérdida de peso o fluctuaciones: los cambios rápidos o extremos en su apariencia pueden afectar negativamente su imagen corporal. Esto de hecho incluye también la pérdida de peso. Muchas de las personas que pierden peso rápidamente continúan experimentando una imagen corporal negativa. Esto puede ser el resultado del síndrome de la “grasa fantasma”, un fenómeno en el que las personas continúan sintiéndose obesas, e incluso viéndose a sí mismas con sobrepeso, después de haber bajado rápidamente algunas libras.
  • Condiciones de la piel: la imagen corporal no sólo tiene que ver con el peso y la talla. El acné, las cicatrices y otros cambios en la piel también pueden afectar la imagen corporal. Gracias a la aerografía, el maquillaje, la iluminación y otros trucos de posproducción, la gente que aparece en los medios de comunicación siempre aparenta tener una piel perfecta. Recuerde: esto no refleja necesariamente cómo se ven esas personas en la realidad, y usted forma parte de un mundo real. Entonces, cuando usted compara su piel con la de ellos, no está siendo justo consigo mismo.

Imagen corporal y salud: los efectos de la positividad corporal en su bienestar físico y mental

La mayoría de las personas quiere sentirse bien con su aspecto, tener una imagen corporal positiva. Puede sonar como algo sencillo, pero este objetivo puede ser más difícil de alcanzar de lo que se imagina. Pero hay buenas razones por las que vale la pena seguir apuntando a la positividad corporal.

Después de un tiempo, la negatividad corporal puede afectar su bienestar mental. La positividad y aceptación corporal, por otro lado, pueden aumentar su confianza, su estado de ánimo, su autoestima y proporcionarle una sensación general de bienestar y satisfacción. Esto puede ayudar a reducir la ansiedad social, mejorar su desempeño en el trabajo y beneficiar sus relaciones interpersonales.

Y los beneficios no se detienen ahí. La imagen corporal positiva también está relacionada con la formación de hábitos de vida más saludables. Las personas con una imagen corporal positiva tienden a llevar una dieta más saludable, fuman menos y beben menos alcohol que las personas con una aceptación corporal negativa. Esto crea un circuito de retroalimentación positiva. Cuanto más cuide su cuerpo, mejor se sentirá al respecto. Y cuanto mejor usted se sienta con respecto a su cuerpo, más deseos tendrá de cuidarlo.

Grasa fantasma: los efectos psicológicos de la pérdida de peso en la imagen corporal

Contrario a la creencia popular, mejorar la imagen corporal no siempre es cuestión de perder peso. Esto se debe a que, como se mencionó anteriormente, la imagen corporal no siempre está ligada a su apariencia; a menudo tiene más que ver con sus pensamientos y otros elementos mentales y psicológicos.

El fenómeno conocido como grasa fantasma es un buen ejemplo. Cuando una persona pierde una cantidad sustancial de peso, lo suficiente como para cambiar su apariencia física, a veces todavía le cuesta verse a sí misma sin su peso y talla anteriores; todavía sienten la “grasa fantasma” en su cuerpo. Las personas que experimentan el síndrome de la grasa fantasma han revelado que les preocupa la posibilidad de derribar cosas a su alrededor; se perciben mucho más grandes de lo que realmente son.

Las experiencias de las personas con esta grasa fantasma varían mucho y no hay una forma garantizada de ayudar a su cerebro a ponerse al día con su apariencia. A menudo, hay que simplemente darle tiempo al tiempo. Después de años y años de aprender a verse a sí mismo de una manera, puede tomar un tiempo cambiar esos patrones de pensamiento.

Cambiar su manera de pensar puede tomar más tiempo que cambiar su cuerpo, pero ese ajuste mental es posible. Ya sea reemplazando sus patrones de pensamiento negativos por positivos, tirando la báscula o recitando afirmaciones, existen innumerables estrategias que pueden ayudarle a mejorar su imagen corporal. Es solo cuestión de encontrar lo que funcione para usted.

Consejos para mantener una mentalidad corporal positiva

Después de haber leído hasta este punto, probablemente se esté haciendo una pregunta muy importante: si la positividad corporal es tan importante, ¿qué puede hacer usted para mantener una imagen corporal positiva? No existe una solución que lo arregle todo—la aceptación del cuerpo y la positividad se ven de manera distinta dependiendo de la persona. ¡Pruebe algunos de los siguientes consejos y prácticas para ver cuáles le ayudan a mantener una imagen corporal positiva!

  1. Mantenga un diálogo interno positivo: si descubre que con frecuencia experimenta pensamientos críticos sobre su persona y su apariencia, intente reemplazar esas críticas con autoafirmaciones.
  2. Manténgase activo todos los días: puede que se sienta harto de escuchar sobre los beneficios del ejercicio, pero hay una razón por la que escucha tanto al respecto. ¡El ejercicio realmente hace maravillas! Un poco de actividad todos los días, aunque no sea rigurosa, realmente puede ayudarlo a mantener en un buen nivel su propia imagen. Ejemplos de actividad física pueden ser trotar, hacer la limpieza, bailar o salir a caminar.
  3. Demuéstrese cariño: muchas personas consideran que el amor propio y los autocuidados son cursis y sin importancia. ¡No deje que ese sea usted! No existe una manera correcta o incorrecta de practicar los autocuidados, pero intente hacer algo todos los días que sea realmente para usted. Esto podría ser tan simple como reservar tiempo para leer un buen libro o tan complicado como que le den un masaje.
  4. Use ropa que lo ayude a sentirse cómodo consigo mismo: al elegir su ropa, asegúrese de tener en cuenta dos factores: la textura y cómo lo hace sentir . Si su ropa está demasiado apretada, le causa comezón o le resulta incómoda, es difícil sentirte bien consigo mismo. Trate de encontrar ropa que le guste y que también sea cómoda.
  5. Preste atención a las personas de las que se rodea: sus amigos y compañeros de trabajo pueden tener un gran impacto en su propia imagen. Procure rodearse de personas positivas que le hagan sentirse bien. ¡Esto también se aplica a las redes sociales! Una fuente social llena de negatividad no le hará ningún favor a sus pensamientos.

Usted se encuentra bombardeado constantemente con mensajes dirigidos a su cuerpo, ya sea por sus seres queridos o por imágenes en las redes sociales. Con toda esta información llegando en oleadas, incluso una imagen corporal saludable puede desgastarse o desaparecer por completo en una marea de negatividad. Por eso es importante infundir la imagen que tiene de su cuerpo con una gran cantidad de positividad corporal.

El viaje hacia la aceptación del cuerpo y una imagen corporal saludable no es fácil y es diferente para todos. Entonces, antes de embarcarse, es bueno saber cuán positiva es su imagen corporal en este momento.

El cuestionario de imagen corporal saludable que viene a continuación lo guiará a través de diferentes aspectos de la positividad corporal. Los puntos de sus elecciones se sumarán automáticamente, y su puntaje final revelará su nivel de positividad con respecto a su imagen corporal. Una vez conozca su puntuación total y el grupo al que pertenece, usted podrá tener acceso a los enlaces con los recursos que le ayudarán a mejorar o mantener una imagen corporal saludable.

Conteste el cuestionario de imagen corporal saludable

 

El viejo adagio dice que “una manzana al día, mantiene lejos al médico”. Sin embargo, hay otros alimentos de apoyo a la inmunidad en los pasillos del supermercado. La nutrición para la inmunidad es un objetivo popular en las tendencias actuales de alimentación. Se necesita una amplia variedad de alimentos integrales para crear una alimentación balanceada, y algunos son fuentes particularmente buenas de nutrientes para la inmunidad.

Los alimentos que apoyan su sistema inmunológico tienen un alto contenido de nutrientes. Eso significa que están cargados de vitaminas, minerales, fitonutrientes y otros nutrientes útiles. Los beta glucanos, la vitamina C, las vitaminas del complejo B y el zinc son algunos de los nutrientes más importantes para la inmunidad.

Todos trabajan para proteger su salud. Estos nutrientes apoyan la función de las células del sistema inmunológico, como los neutrófilos, los macrófagos y las células citotóxicas. Mediante el apoyo a sus defensas naturales, la nutrición para la inmunidad puede ayudarle a mantener su salud.

Es importante incluir estos nutrientes en sus alimentos cotidianos. Y la buena noticia es que cada uno de ellos viene en un empaque saludable y delicioso. Ya sean los pimientos rojos, el kiwi, los garbanzos o las nueces de la India, cada vez que vaya al supermercado asegúrese de comprar alimentos que apoyen la inmunidad.

Hongos, granos integrales y lácteos: beta glucanos

Los hongos han sido afamadamente relacionados con la salud inmunológica. Sin embargo, hay más alimentos aparte de los hongos que contienen beta glucanos, que son los nutrientes responsables del apoyo inmunológico que dan los hongos. Los beta glucanos son azúcares que están presentes en las paredes celulares de los hongos, las bacterias y otros materiales vegetales. También están presentes en la avena, en otro granos y en los productos lácteos.

Cuando usted consume alimentos ricos en beta lucanos, su sistema inmunológico florece. Los beta glucanos son inmunoestimulantes, lo que significa que apoyan la función y la capacidad de respuesta de las células inmunológicas. Estos micronutrientes apoyan la actividad normal de los neutrófilos, los cuales ayudan a mantener su salud.

Su respuesta inmunológica puede ser preparada por moléculas como los beta glucanos. Estos habilitan su inmunidad innata (su viejo sistema inmunológico) para que reaccione ante amenazas reales con estímulos inocuos. Una vez que está “despierto” y alerta ante detonantes externos, su sistema inmunológico está en un estado intensificado de alerta.

La actividad de los macrófagos (un tipo de glóbulo blanco) también es estimulada por la presencia de los beta glucanos. Juntos (y con la ayuda de los beta glucanos), los neutrófilos y los macrófagos desempeñan una importante función en el mantenimiento de su salud inmunológica.

Y usted no tiene que ir muy lejos para encontrar alimentos ricos en beta glucanos. Los beta glucanos son polisacáridos grandes (moléculas grandes de azúcar) que se añaden a los alimentos para incrementar su contenido de fibra. Muchos cereales, alimentos horneados, la avena instantánea y productos a base de leche están fortificados con beta glucanos. Aumente sus conocimientos acerca de cuáles son las fuentes alimenticias de beta glucanos de manera que puede poner en práctica una nutrición saludable para su sistema inmunológico.

Frutas y verduras – Vitamina C

La vitamina C es un poderoso antioxidante. También trabaja con su sistema inmunológico para mantener su salud. Los neutrófilos (otro de los cinco principales tipos de glóbulos blancos) tienen una alta concentración de vitamina C. La usan para reducir los radicales libres y otras especies tóxicas de oxígeno para protegerse cuando salen a proteger su salud.

La presencia de vitamina C también produce la activación —o maduración— de los leucocitos. Estas importantes células inmunológicas son parte de las defensas naturales de su cuerpo que hacen que usted se sienta de lo mejor. Trabajando de forma paralela con los anticuerpos, los leucocitos pueden dirigir a otras células de su sistema inmunológico. Esta función esencial ayuda a mantener una inmunidad saludable.

Son brillantes y vibrantes, de manera que es fácil encontrar alimentos ricos en vitamina C cuando va de compras. Las frutas cítricas, los pimientos coloridos, las espinacas y el brócoli son excelentes fuentes de estas vitaminas y antioxidantes esenciales. Puede consumirlos como colación o como acompañamiento de un platillo. Así pues, cuide su sistema inmunológico e incluya la vitamina C en su carrito de compras.

Proteína: Vitaminas del complejo B y zinc

Este grupo de vitaminas esenciales y un poderoso mineral se alían con su sistema inmunológico para que usted se mantenga saludable y se sienta de lo mejor. Las vitaminas del complejo B cumplen este propósito gracias a que apoyan un metabolismo saludable y ayudan a producir glóbulos blancos. El zinc apoya el desarrollo de células inmunológicas y actúa como antioxidante, defendiendo su cuerpo mediante la destrucción de los radicales libres.

Las vitaminas de complejo B son inigualables. Estos ocho nutrientes de la inmunidad se encuentran comúnmente en el atún, el hígado de res, el pollo y la carne de pavo. Como se mencionó antes, desempeñan un papel importante en un sistema inmunológico saludable porque ayudan a su cuerpo a producir glóbulos blancos. Las vitaminas del complejo B también apoyan la producción de hemoglobina. Esta proteína ayuda a los glóbulos rojos a transportar oxígeno por todo su cuerpo.

El zinc participa en diversas funciones del sistema inmunológico. En su cuerpo, el zinc estimula la producción de células inmunológicas. También ayuda a estas células a iniciar una adecuada respuesta inmunológica. Los macrófagos también dependen del zinc para que les ayude a desempeñar su función normal en las respuestas de su cuerpo.

Los radicales libres están en clara desventaja ante el zinc. Mediante la reducción de las especies tóxicas de oxígeno, el zinc puede minimizar el daño ocasionado por los radicales libres.

Sin embargo, puede ser complicado encontrar este mineral esencial. El zinc se esconde en alimentos como las ostras, el cangrejo y la langosta. Pero si los costosos mariscos no encajan en su presupuesto ni van con sus papilas gustativas, en lugar de eso compre una caja de cereal para el desayuno saludable a base de granos integrales. Muchos cereales para el desayuno hechos a base de cereales integrales y fortificados contienen una cantidad importante de zinc.

El consumo de alimentos que apoyen la inmunidad y que estén cargados de vitaminas del complejo B y zinc ayudan a su sistema inmunológico aportando hemoglobina a los glóbulos rojos y aumentando el número de células defensoras como los leucocitos y los neutrófilos. Aprenda a rotar sus opciones de macronutrientes de manera que logre una cierta variedad y al mismo tiempo se concentre en nutrir su sistema inmunológico.

Lista de nutrientes que debe comprar para apoyar su sistema inmunológico

Usted puede obtener micronutrientes que apoyen su inmunidad a través de comer saludablemente. Si se le complica encontrar los alimentos que listamos a continuación, o si los evita por alguna razón, tal vez necesite ayuda para darle apoyo a su sistema inmunológico. Los suplementos nutricionales también pueden aportar estos micronutrientes necesarios para el apoyo inmunológico. La suplementación puede ayudar a su cuerpo a mantener llenas sus reservas de los nutrientes para la inmunidad que usted más necesita.

 Sin embargo, empiece con esta lista, que ofrece amplias fuentes alimenticias de nutrientes que apoyan la inmunidad. Debería poder encontrar alimentos ricos en beta glucanos, vitamina C, vitaminas del complejo B y zinc en el supermercado, en el mercado o en su propio jardín.

Estos nutrientes se ocultan a la vista de todos. Todo lo que necesita es comer y disfrutar. ¡Buen provecho!

Beta glucanos

  • Pan de trigo integral
  • Cereales integrales con alto contenido de fibra
  • Avena
  • Champiñones
  • Algas
  • Productos lácteos con bajo contenido de grasa
  • Productos cárnicos con bajo contenido de grasa

Vitamina C

  • Naranjas
  • Kiwis
  • Toronjas o pomelos
  • Pimientos rojos
  • Pimientos verdes
  • Brócoli
  • Brotes de Bruselas
  • Espinacas

Vitaminas del complejo B

  • Cereales fortificados con vitaminas del complejo B
  • Hígado
  • Pechuga de pollo
  • Salmón
  • Huevo
  • Yogurt

Zinc

  • Ostras
  • Langosta
  • Cangrejo
  • Res
  • Garbanzos
  • Nueces de .a india
  • Frijoles rojos

El sistema inmunológico está siempre trabajando para mantenerlo saludable. Entender la forma en que el propio organismo se protege le da a usted armas para combatir los gérmenes. Hay muchos mitos sobre cómo mantenerse saludable. Investigue para distinguir entre realidad y ficción y no se deje engañar por ninguno de estos mitos sobre el sistema inmunológico.

Arranque con el pie derecho con esta lista que derrumba siete de los mitos más comunes sobre el sistema inmunológico. Entérese de qué lo enferma y qué no, y descubra las medidas que puede tomar para mantenerse saludable durante todo el año.

Mito sobre la inmunidad 1: El clima frío enferma

Tan seguro como el cambio de estación es que en invierno acabará por pescar algo. La pregunta es por qué. Es muy común pescar algún virus de resfriado en los meses fríos, y tal vez eso lo lleve a pensar que las bajas temperaturas son la causa de su enfermedad.

Pero no es así.

Sí hay un vínculo entre las bajas temperaturas y la enfermedad, pero es una correlación, no una relación de causa y efecto. Muy probablemente los cambios de comportamiento asociados con el clima frío desencadenan esos picos estacionales.

El clima frío hace que las personas pasen más tiempo en lugares cerrados, lo cual da lugar a la transmisión de gérmenes entre quienes están en estrecho contacto. Piense en miembros de una familia, compañeros de trabajo, compañeros de clase o las personas con quienes comparte el transporte público. La proximidad con otros es la forma principal de difusión de los virus, independientemente de las temperaturas a la intemperie.

Un patrón similar se presenta cuando los niños vuelven a la escuela después de las vacaciones de verano o cuando usted empieza a ir a un nuevo gimnasio. La cercanía física con muchas personas aumenta la probabilidad de pescar algún bicho (haga frío o calor afuera).

Destaca en algunas investigaciones que las bajas temperaturas ofrecen un mejor entorno de vida para ciertos virus. El rinovirus (microbio responsable del resfriado común) suele vivir en estado latente en los conductos nasales esperando por temperaturas más adecuadas. Cuando llega el frío, despierta y se reproduce.

Si usted se queda dentro por el clima, una tos o estornudo involuntarios lanza al virus del resfriado al aire que usted comparte con otros. Como el clima frío acerca a las personas, basta con un estornudo para difundir un resfriado. Pero el cambio de clima no fue sino parte de la ecuación.

Mito sobre la inmunidad 2: Las alergias estacionales son signo de debilidad del sistema inmunológico

Es todo lo contrario. Las alergias estacionales son resultado de una respuesta inmunitaria exagerada que confunde partículas pequeñas del aire con microorganismos perjudiciales. Piense que las alergias son la característica distintiva de un sistema inmunológico exageradamente vigilante, más que perezoso.

Puede ser difícil diferenciar una alergia de un problema de las vías respiratorias superiores, pues comparten muchos de los síntomas, pero la alergia no es contagiosa. Tal vez usted tenga dolor de cabeza, congestión, escurrimiento nasal, ojos llorosos/irritados, o hasta ardor en la garganta. Todos esos síntomas son también los de un resfriado.

La diferencia radica en que las alergias no son provocadas por bacterias o virus. Al respirar, partículas inofensivas como polvo, polen o moho entran al organismo. Si usted padece de alergias estacionales, su sistema inmunológico responde a dichas partículas como si fueran posibles patógenos.

Para minimizar los síntomas de su alergia, trate de identificar qué la provoca. Si es el polen, evite las plantas en flor. Las alergias al polvo suelen intensificarse cuando afuera hay viento, así que en los días airosos, piense en protegerse la boca y la nariz con una mascarilla.

Como su nombre lo indica, estas alergias son estacionales, es decir, que con el tiempo empezarán a mejorar. Los síntomas de alergias suelen controlarse con medicamentos recetados por un médico. Hable con su doctor para ver si puede ayudarle a controlar sus alergias estacionales.

Mito sobre la inmunidad 3: El lavado de manos “mata” a los virus

Tal vez le sorprenda enterarse de que el lavado de manos en realidad no los mata, pues los virus no están vivos, o sea que no pueden reproducirse por sí mismos, pero el lavado de manos sí las libera de los virus, de otra manera.

El jabón se adhiere a la membrana o pared exterior de los virus, y las moléculas de jabón también compiten con los lípidos que están dentro de la membrana del virus, ayudan a descomponerlo y lo hacen inofensivo. Esta viscosidad se traduce en que el agua arrastra los microbios. Al lavarse las manos, se deshace literalmente de los virus que le pueden provocar una enfermedad.

Si desea recordar cómo lavarse adecuadamente las manos, revise esta práctica guía. La técnica del lavado de manos es importante, e implica mucho más de lo que usted se imagina.

Después de lavarse las manos, asegúrese de secarlas perfectamente. La transferencia de los virus es más difícil cuando las manos están secas. Lávelas y séquelas con frecuencia durante el día. El lavado de manos no mata los gérmenes patógenos, pero es una forma efectiva de deshacerse de ellos.

Mito sobre la inmunidad 4: El desinfectante para manos es más efectivo que el lavado de manos

Lavarse las manos con agua y jabón es la forma más efectiva de prevenir la difusión de bacterias y virus. Cuando no es posible, el desinfectante para manos es una alternativa segura.

A diferencia del lavado de manos, el desinfectante para manos sí destruye los microbios. El alcohol del desinfectante desactiva los virus y evita que se transfieran a partir de ellas. El desinfectante de manos con un mínimo de 60 por ciento de alcohol efectivamente mata las bacterias y los microbios que tiene en las manos.

Para aprovechar al máximo el desinfectante de manos, trate de eliminar primero la suciedad y los desechos visibles. Límpiese las manos con una servilleta o paño antes de aplicar el desinfectante. La suciedad y la grasa propia de la piel reducen la efectividad del desinfectante para acabar con los microbios.

Para eliminar los microbios, el desinfectante para manos no es tan efectivo como lavarse las manos. Llevar consigo el desinfectante es una forma práctica de limpiarse las manos en cualquier lugar. Cuando va de compras o va manejando, no siempre es posible detenerse para lavarse las manos. Utilice el desinfectante en esos casos para mantenerse libre de gérmenes.

Mito sobre la inmunidad 5: “Alimenta a un resfriado, mata de hambre a una fiebre”

Este refrán es uno de los mitos más arraigados sobre el sistema inmunológico. El organismo necesita el combustible adecuado para combatir cualquier infección. Imagínese tratar de ganar una batalla con el estómago vacío: así se comportará su sistema inmunológico si restringe lo que come cuando está enfermo.

No hay muchas pruebas de que ayunando se reduce la fiebre. De hecho, la demanda de calorías del organismo se incrementa cuando usted lucha con una infección. El sistema inmunológico necesita la energía de la dieta para incrementar la producción de glóbulos blancos. Cuando sube la temperatura interna del cuerpo también se acelera el metabolismo. Esto significa que se necesitan más calorías para estar a la altura.

Sin embargo, si no se siente bien, tal vez no tenga mucho apetito, lo cual es completamente normal. No se obligue a comer si no quiere, podría sentir náuseas.

Pero si tiene un resfriado o fiebre, si está enfermo, es importante comer lo que apetezca. Opte por alimentos integrales y nutritivos si no se siente bien. Muchas frutas, verduras cocidas y proteínas son fáciles de digerir y aportan los nutrientes esenciales para organismo. Coma lo que más se le antoje.

Mito sobre la inmunidad 6: La sopa de pollo con pasta acorta el resfriado

Por bueno que parezca, un plato de sopa no es ninguna cura. Y aunque la sopa de pollo con pasta tradicionalmente se haya considerado como un alimento reconfortante, por desgracia la sopa en sí no tiene poderes mágicos curativos, como tampoco las plumas del pollo con que se hizo la sopa.

Tiempo, descanso y la medicación adecuada son la única forma para derrotar a una infección.

Esto no quiere decir que la sopa de pollo con pasta sea una mala idea. Es magnífica y deliciosa para una buena nutrición por los ingredientes de calidad que pueden ayudarle a llenar de energía su cuerpo cuando lo necesita. Los antioxidantes y las vitaminas de las verduras favorecen al sistema inmunológico, y las proteínas del pollo proporcionan energía sostenible para apoyarlo en su batalla.

Las sopas (y otras comidas calientes) ayudarán a aliviar algunos de los síntomas del resfriado. El vapor del caldo suele limpiar los senos paranasales y el calor puede aliviar a una garganta irritada.

Otros alimentos también suelen ofrecer un alivio similar. Té caliente, miel, arroz, plátano y puré de manzana son deliciosos, y pueden aliviar las molestias estomacales. Pruebe con alguno la próxima vez que no se sienta bien. No curan de por sí el resfriado, pero le proporcionarán la nutrición que necesita para apoyar al sistema inmunológico.

Mito sobre la inmunidad 7: El ejercicio debilita al sistema inmunológico

Emprender un programa de entrenamiento tipo Juegos Olímpicos puede provocar un gran desconcierto en su sistema inmunológico, pero el ejercicio regular de bajo impacto suele hacerle mucho bien al organismo. El hábito del ejercicio es una forma confiable de preparar al organismo para los gérmenes que lo rondan.

Los glóbulos blancos proliferan cuando usted entrena. El ejercicio incrementa la renovación celular en el organismo y estimula la producción de tan importantes células inmunitarias. Después de todo, son las tropas que van a la vanguardia en la batalla contra virus y bacterias.

Que ejercitarse sea un objetivo para la salud del sistema inmunológico y el bienestar en general. Asegúrese de no exagerar, pues demasiado ejercicio vigoroso puede resultar contraproducente. No arriesgue, camine, trote o nade para asegurarse de que el movimiento corporal sea un apoyo para el sistema inmunológico.

No permita que los mitos y la desinformación sobre el sistema inmunológico se propaguen

Ahora que ya está enterado de los datos falsos en torno al sistema inmunológico, haga lo que le toca para sustituir esos mitos con la verdad.

Asegúrese de aplicar las medidas de seguridad apropiadas cuando aumenta la difusión de los virus. Demuestre sus conocimientos relativos a los mitos sobre el sistema inmunológico dando prioridad al ejercicio y consumiendo alimentos nutritivos para sentirse fuerte. Instruya a su familia y amigos sobre la importancia del lavado de manos.

Acabe con los mitos sobre el sistema inmunológico y haga lo pueda para ayudar a que su organismo se mantenga saludable.

El sistema inmunitario libra una batalla todos los días, a eso se dedica.

Usted está protegido por una defensa coordinada. Las células, las proteínas y la señalización química unen sus fuerzas contra las bacterias, virus, parásitos y otros agentes patógenos. Su sistema inmunitario ayuda también a la cicatrización de heridas, la renovación celular y de los tejidos, y a restaurar.

Un sistema inmunitario saludable y funcional es una maquinaria compleja constituida por muchas capas, subsistemas, tejidos, órganos y procesos, y un conocimiento básico del mismo puede ayudarle a saber qué necesita para mantenerlo saludable.

Barreras de Entrada

Imagine que su organismo es un castillo que tiene que defenderse. La primera capa de defensa son sus barreras físicas y químicas, unos muros altos y gruesos que alejan a muchos intrusos.

La piel es la barrera física más obvia, es muy buena. El órgano más grande es un recubrimiento a prueba de agua que protege contra los agentes patógenos. La estructura de la piel, las sustancias que se encuentran en su superficie y otros compuestos de capas más profundas, ayudan a dar protección.

La piel hace un buen trabajo, pero hay otras vías de entrada al organismo, por eso hay otras barreras físicas.

Las vías respiratorias superiores tienen cabellos delgadísimos llamados cilios, los cuales pueden alejar de los pulmones la materia que puede dañarlos. La barrera intestinal bloquea la absorción de sustancias potencialmente dañinas, y a través de las funciones excretoras (baño), se expulsan físicamente los agentes patógenos.

El moco difumina la línea entre lo físico y lo químico. No importa en qué categoría se clasifique, el moco es una trampa efectiva para los invasores que producen membranas por todo el cuerpo. Esta sustancia espesa y pegajosa es una trampa que atrapa a los microbios y no los deja ir.

Otras barreras químicas son las lágrimas, la saliva, el ácido estomacal y las sustancias químicas protectoras que se producen en el interior de las células y en la sangre.

Inmunidad en General: Sistema Inmunitario Innato

En ocasiones, al sistema inmunitario innato se le llama sistema inmunitario no específico. Este subsistema de la defensa inmunitaria general forma parte del código genético de cada quien, y es la parte innata, o inherente; proporciona protección más general porque destruye todos los microbios que entran al organismo. Es la parte no específica.

Las defensas celulares entran en acción si un agente patógeno sobrevive a las barreras físicas y químicas, que también podrían considerarse como parte del subsistema innato. Es aquí donde entran los fagocitos (tipo específico de célula inmunitaria). Estos glóbulos blancos hacen las veces de guardias que patrullan el organismo y destruyen a los invasores.

Dichas células se encuentran en todos los tejidos del organismo; acaban con los agentes patógenos mediante un proceso llamado fagocitosis. Es complicado, pero hay una forma sencilla de explicarlo.

Los fagocitos se comen a los microbios invasores, y hay una razón por la que se llaman fagocitos: phago proviene del griego “comer”. Los fagocitos ingieren o engullen a los invasores. Mientras está atrapado el agente patógeno, se despliegan varios mecanismos asesinos que lo destruyen.

Algunos fagocitos tienen receptores que distinguen entre las células saludables y las sustancias potencialmente perjudiciales. (También tienen que ver con la renovación de las células muertas o en vías de morir). Otros comedores de agentes patógenos pasan por un proceso de señalización química hacia sitios donde pueden ser muy útiles. Los fagocitos ayudan incluso a depurar y reparar una vez que son destruidos los invasores.

Inmunidad Adaptativa

El sistema inmunitario adaptivo es como una base de datos inmunitaria. Después de encontrar a un agente patógeno específico, las células inmunitarias pueden recordar la mejor forma de acabar con él, por eso también se le llama inmunidad adquirida o específica.

La exposición original al agente patógeno puede ser intencional o accidental, eso no importa. Una respuesta normal y saludable empieza con un antígeno. Imagine al antígeno como el código de barras de cada célula.  Así como cada artículo del supermercado tiene un código de barras único, cada tipo de célula tiene su propio código de antígeno que lo identifica.

Estos antígenos —principalmente proteínas— también pueden identificar a los patógenos. El sistema inmunitario ha aprendido a interpretar esos códigos de antígenos. Cuando se percatan de una materia extraña, inician una respuesta inmunitaria.

Cada antígeno único desencadena la creación de un anticuerpo único. El anticuerpo con forma de “y” vuelve a unirse al antígeno correspondiente y marca al invasor para que lo ataquen otras células inmunitarias.  Algunos anticuerpos pueden incluso ocuparse del asunto ellos mismos.

Los linfocitos (otro tipo específico de célula inmunitaria) son las principales células implicadas en el sistema inmunitario adaptativo. En la médula ósea se producen dos tipos de glóbulos blancos, células T y células B, las cuales pueden atacar y matar por sí mismas a los agentes patógenos, o bien, ayudar a otros glóbulos bancos en su tarea.

Las células T y B forman la base del banco de memoria inmunitaria del organismo. Las células B presentan antígenos y crean y liberan anticuerpos. Las células T de memoria —esas que sobreviven a ataques previos— rápida y efectivamente responden ante agentes patógenos conocidos. Juntas, ayudan a que el sistema inmunitario destruya eficiente y efectivamente a bacterias, virus u otros agentes patógenos conocidos.

Defensa del Sistema Inmunitario

Ya mencionamos antes cómo funciona un sistema inmunitario normal y saludable, pero las defensas pueden sufrir el impacto del medio ambiente, la dieta, el estrés, el sueño, los viajes y otros factores del estilo de vida.

La función inmunitaria saludable es un esfuerzo conjunto de todo el organismo, y mantenerlo implica un enfoque holístico. A continuación, algunas ideas que pueden ayudar:

  • Duerma cuando menos siete horas diarias y evite las noches en vela.
  • Ejercítese regularmente para fomentar las células de memoria, fortalecer la inmunidad de la piel y movilizar a las células inmunitarias.
  • Minimice el estrés lo más posible o practique estrategias de afrontamiento saludables, como el ejercicio.
  • Que su dieta sea saludable y balanceada, con abundantes frutas, verduras y proteínas magras que aporten micro- y macronutrientes esenciales, así como importantes fitonutrientes. Una dieta saludable (que incluya cantidades saludables de fibra) también proporcionará al microbioma lo que necesita para mantener un adecuado funcionamiento de la barrera intestinal.
  • Practique una higiene adecuada, que incluya lavado frecuente de las manos, de modo que, de entrada, su organismo no tenga que enfrentar a muchos agentes patógenos.

Los antojos de alimentos vienen en todas las variedades y sabores. Ya sea que se le antoje comer algo salado en la noche o que sienta un hoyo en el estómago que solo el helado puede llenar, un antojo puede ser una sensación poderosa. Pero, ¿cuál es la causa de los antojos? Y, más importante aún, ¿qué intenta decirle su cuerpo a través de ellos?

Aunque la razón exacta de los antojos de alimentos está en debate, existen dos teorías principales: generalmente se piensa que los antojos de comida son psicológicos (vinculados a emociones, ansiedades, etc.) o fisiológicos (vinculados a vitaminas, minerales y otras carencias de nutrientes). Si bien aún se siguen investigando los hechos, explorar ambos enfoques puede brindarle información valiosa sobre su salud.

Prepárese para un curso intensivo sobre los antojos: qué son, qué puede aprender de los antojos y qué hacer cuando aparecen sigilosamente.

¿Qué son los antojos de alimentos?

Los antojos de alimentos son una experiencia casi universal. Sin embargo, la frecuencia e intensidad con la que las personas experimentan estos antojos varía mucho. Para algunos, un antojo es simplemente un deseo persistente—tal vez ha estado pensando en su colación salada favorita todo el día y tiene que detenerse para comer algo en su camino a casa desde el trabajo. No obstante, los antojos pueden ser mucho más intensos, lo que hace que las personas coman ciertos alimentos compulsivamente.

En la conversación del día a día, los antojos a menudo se etiquetan de dos maneras: dulce o salado. Sin embargo, la realidad es que las personas anhelan una gran variedad de sabores y tipos de alimentos: carbohidratos, café, grasas e incluso cosas que no son propiamente un alimento (pero este artículo se centrará en los alimentos). Los antojos pueden ser provocados por información sensorial (imágenes, olores y, por supuesto, sabores) u otros factores, como la ansiedad y el estrés.

Debido a que el término “antojos de alimentos” cubre una amplia gama de experiencias, conocer sus propios antojos requiere de autorreflexión. No siempre son importantes los antojos en sí mismos, sino las razones por las que los experimenta.

Fisiología vs. psicología: el debate del deseo

Como se mencionó anteriormente, algunos investigadores creen que los antojos de alimentos indican deficiencias de nutrientes, mientras que otros piensan que los antojos de alimentos son el resultado de la ansiedad, el estrés y otros factores mentales. En resumen, es una cuestión de fisiología (el cuerpo) versus psicología (la mente).

Entonces, ¿cuál teoría es la correcta? Desafortunadamente, no hay una respuesta fácil, pero analicemos la evidencia.

La noción de que los antojos indican una deficiencia nutricional en su dieta tiene sentido. Hay una cierta lógica en ello, que quizás sea la razón por la que esta es la explicación a la que muchas personas se aferran. Si se le antoja comer algo salado, sus niveles de sodio están bajos, o eso es lo que dice la lógica.

Sería bueno si los antojos de alimentos fueran tan sencillos y fáciles de descifrar, pero en realidad no hay ninguna ciencia que respalde esta teoría. Por el contrario, los fundamentos fisiológicos de los antojos de alimentos son mucho más confusos. Es cierto que una dieta desequilibrada o deficiente en nutrientes puede provocar antojos, pero no llevará a tener antojos de alimentos específicos que correspondan con las necesidades del cuerpo. Una dieta desequilibrada puede afectar la capacidad de su cuerpo de sentirse lleno y satisfecho. Y cuando no se siente lo suficientemente satisfecho después de una comida, eso deja espacio para que los antojos se infiltren en su día.

Las explicaciones psicológicas de algunos antojos de alimentos son igualmente complejas. Es tentador pensar que algunos antojos por ciertos alimentos en específico están ligados a nuestro estado mental o emociones específicas. (Por ejemplo: si se le antoja comer pasta, quiere decir que su cuerpo necesita sentir comodidad y calidez. Los antojos de alimentos crujientes reflejan su necesidad de apaciguar sentimientos de agresividad, etc.) Aunque puede haber algo de verdad en este razonamiento, no es tan claro.

Es cierto que los antojos de alimentos a menudo reflejan emociones, pero los alimentos específicos, o sabores, no están universalmente vinculados a emociones específicas. Si tiene antojo de pasta, por ejemplo, podría ser un reflejo de que se siente estresado. Sin embargo, para otra persona, este mismo antojo podría significar que simplemente tuvo un largo día y le encanta comer pasta. Los recuerdos también pueden desempeñar un papel en estos antojos. Si usted asocia la pasta con ciertos buenos recuerdos, es posible que tenga antojo de pasta cuando subconscientemente quiera evocar o volver a vivir esos recuerdos y emociones. El contexto lo es todo.

En resumen, sus antojos pueden informarle sobre su fisiología y psicología. Sin embargo, para conocer lo que su cuerpo le está diciendo, no se concentre demasiado en los alimentos que se le antojan, concéntrese en el contexto en el que surgen esos antojos.

Antojos de alimentos y emociones: ¿qué es la alimentación emocional?

Es probable que haya escuchado a alguien hacer referencia a la alimentación emocional, pero es muy probable que nunca haya escuchado una definición exacta. Esto es porque la frase “alimentación emocional” es un frase muy general en referencia a la alimentación estimulada por cualquier sentimiento que no sea el hambre. ¿Comer cuando se siente triste? Eso cuenta como un ejemplo de alimentación emocional. ¿Comer porque está aburrido? Así es, también entra en la categoría de alimentación emocional.

Comer cuando no tiene hambre puede sonar extraño, pero es increíblemente común. La mayoría de las personas disfrutan comer, especialmente cuando se trata de un alimento que les encanta. Y debido a que es agradable, comer puede convertirse en la opción más fácil cuando siente estrés, emociones y otras experiencias que la vida le presenta. Comer puede ser reconfortante, divertido y emocionante, y eso no tiene nada de malo.

Sin embargo, debido a que la alimentación emocional no es una respuesta directa al hambre, a menudo puede conducir a comer en exceso. Esto, a su vez, puede provocar sentimientos negativos o interponerse en el camino de sus objetivos de salud.

Aquí están las buenas noticias: hay una serie de formas probadas y comprobadas de identificar y evitar la alimentación emocional en su propia vida.

Una de las estrategias más comunes para manejar la alimentación emocional es llevar un diario de alimentos. Se trata de un diaro donde registra los alimentos que come, cuándo los come y cómo se sienten su mente y su cuerpo en ese momento. Esto ayuda a juntar las dos piezas del rompecabezas: los antojos y el contexto.

Al poner estos elementos uno al lado del otro, usted podrá comenzar a reconocer patrones. Tal vez come mucho los días en que su pareja trabaja hasta tarde. Esto podría indicar que el aburrimiento y la soledad desencadenan sus antojos. O tal vez sus antojos atacan en la noche, después de haber trabajado hasta tarde. Esto podría significar que está comiendo para liberar el estrés del día.

¿Qué está diciendo realmente su cuerpo a través de sus antojos?

Si frecuentemente tiene antojos o recurre a la alimentación emocional, vale la pena tomarse un tiempo para reflexionar. ¿Qué está tratando de decirle su cuerpo? O, mejor dicho, ¿a qué responde su cuerpo?

¿Es estrés? ¿Una mala alimentación? ¿Aburrimiento? Hay infinitas posibilidades, pero solo usted puede descifrar la causa. Es, después de todo, su cuerpo.

El proceso no tiene por qué ser complicado, solo preste atención a su cuerpo y preste atención al contexto. Como se mencionó anteriormente, un diario de alimentos es una gran herramienta para identificar la causa de sus antojos. ¿Estás comiendo en respuesta a ciertas emociones? ¿O es el resultado de una dieta que nunca le deja lleno y satisfecho? Ambas causas pueden manejarse con pequeños cambios en su estilo de vida.

Consejos para satisfacer sus antojos de manera saludable

No se puede identificar una cura sin primero diagnosticar el problema. Del mismo modo, no podrá controlar o evitar sus antojos sin antes evaluar por qué los experimenta. Una vez que haya identificado la causa de sus antojos, puede comenzar a trabajar en soluciones. Si necesita algunas ideas, no se preocupe, aquí le compartimos una lista de algunas estrategias comunes para controlar los antojos:

  1. Incluya frutas, verduras y otras colaciones ricas en nutrientes en su rutina diaria: las colaciones saludables están subestimadas. Un puñado de nueces y algunas zanahorias lo dejarán satisfecho y lleno de energía, y esto puede ayudarle a evitar algunos de esos antojos salados durante sus horas laborales en el día.
  2. Póngase de pie y muévase: el ejercicio no tiene que ser intenso para ser gratificante y beneficioso. Si descubre que a menudo come en respuesta al estrés, intente dar un paseo rápido. Estar al aire libre y moverse puede ayudar a su cuerpo a producir endorfinas que controlan el estrés y que le ayudarán a sentirse más relajado que estar sentado comiéndose una colación de papas fritas.
  3. Mascar chicle: si suele comer por aburrimiento, el chicle puede ser una solución para usted. Mascar chicle le da a su boca algo que hacer, y si bien podría parecer algo insignificante, puede ayudar a evitar los antojos durante todo el día.

Cuando tenga un antojo y trabaje en reflexionar sobre ello y controlarlo, no olvide ser generoso consigo mismo. Conocer lo que su cuerpo le dice a través de los antojos requiere autorreflexión, autoconciencia y autocompasión. Claro, está tratando de ceder un poco menos a los antojos, pero nadie es perfecto. Una bola de helado (¡o tres!) de vez en cuando no es algo tan grave, siempre y cuando pueda empezar de nuevo mañana.