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Salud de los adolescentes 101: 8 consejos para mantenerse sano en la infancia y la adolescencia

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La infancia y la adolescencia se encuentran entre las etapas más importantes de la vida de cualquier persona. Y aunque esto probablemente no sea una novedad para usted, vale la pena repetirlo. El nivel de crecimiento y desarrollo que el cuerpo experimenta durante estas dos etapas es asombroso. En pocas palabras, el cuerpo experimenta muchos cambios durante la infancia y la adolescencia;

hasta puede parecer que el cuerpo está en constante cambio. Los cambios se producen tan rápidamente que puede ser difícil darle seguimiento a la salud tanto física como mental de su hijo. Ya sea que usted sea un padre que busca información y consejos para cuidar la salud de su hijo o un adolescente que quiere informarse sobre su salud, ha llegado al lugar adecuado. Después de todo, no hay mejor manera de comenzar que conociendo lo básico.

La siguiente lista desglosa algunos de los datos más importantes (e interesantes) sobre la salud durante la infancia y la adolescencia.

1. Un metabolismo rápido no significa que no tenga que preocuparse de la nutrición:

Los adultos suelen lamentar el hecho de que el metabolismo se ralentiza con la edad. Es decir, a medida que usted envejece, su cuerpo se vuelve menos rápido y eficiente a la hora de descomponer los alimentos y convertirlos en energía. Así, mientras que los niños y los adolescentes pueden–y a menudo lo hacen–consumir cuatro platos de pasta sin consecuencias inmediatas, esa misma cantidad de comida podría tener efectos duraderos en un adulto (y en su cintura).

Este hecho lleva a mucha gente a creer que los niños, especialmente los adolescentes, pueden comer prácticamente cualquier cosa sin experimentar consecuencias en la salud. Lamentablemente, esto no es exactamente cierto. Los niños y los adolescentes pueden comer grandes cantidades de alimentos, ello se debe a que su cuerpo está en un periodo de intenso crecimiento, lo que significa que requiere mucha energía. Y para proporcionarle al cuerpo la energía que necesita, una buena nutrición es clave.

Los fundamentos de una buena nutrición siguen siendo los mismos desde la infancia hasta la edad adulta: debe esforzarse por seguir una dieta balanceada que incluya muchas frutas y verduras frescas, cereales integrales, grasas de origen vegetal y proteínas magras de calidad.

2. Los adolescentes y los niños deben mantenerse alejados de las bebidas para adultos, y no sólo del alcohol:

No hace falta decir que los niños y los adolescentes no deben beber alcohol. Mientras el cerebro se está desarrollando, el consumo de alcohol puede tener consecuencias negativas duraderas. Además, las bebidas alcohólicas no son las únicas bebidas que los adolescentes deben evitar.

En 2014, la CDC reportó que el 73% de los niños consumen cafeína a diario. Mientras que los niños menores de 12 años deben evitar por completo el consumo de cafeína, los adolescentes pueden beber pequeñas cantidades de cafeína sin que esto afecte su salud. El problema es el siguiente: la cantidad de cafeína que ingieren los adolescentes depende de lo que beben y las bebidas energéticas son muy populares entre los adolescentes.

Se aconseja a los adolescentes de 14 a 17 años que no consuman más de 100 miligramos (mg) de cafeína al día, aproximadamente una taza de café fuerte. Algunas bebidas energéticas contienen el triple de cafeína en una lata y muchos adolescentes toman varias bebidas energéticas al día. No hace falta ser bueno en matemáticas para saber que eso está muy por encima del límite recomendado.

¿Por qué es esto importante? Los niños y los adolescentes son físicamente más pequeños que los adultos, por lo que sienten los efectos de la cafeína mucho más intensamente que, por ejemplo, la mayoría de las personas que tienen un trabajo de oficina. Además, el cerebro de los adolescentes aún se está desarrollando y madurando. La cafeína también puede alterar los ciclos de sueño de los adolescentes, y el sueño es un momento crucial para el desarrollo del cerebro. En casos extremos, el consumo excesivo de cafeína puede incluso poner en peligro el corazón de los adolescentes.

3. El sueño es un aspecto vital para la salud y el bienestar de los adolescentes:

Pregúntele a casi cualquier persona cuánto debe dormir, y probablemente le dará la misma respuesta: ocho horas. Y aunque ocho horas es una buena pauta para los adultos, las horas de sueño recomendadas para los adolescentes sanos es de entre ocho y diez.

Entre las exigencias de la escuela, el trabajo, las amistades y otras relaciones, puede ser difícil para los adolescentes darle prioridad al sueño. Pero he aquí por qué es importante: el sueño desempeña un papel importante en casi todos las funciones y procesos neurológicos: la memoria, la evaluación de riesgos, el procesamiento de la información sensorial, etc. Por otro lado, en la adolescencia el cerebro aún se está desarrollando y estableciendo conexiones neuronales. Dormir lo suficiente es crucial para permitir que se establezcan esas conexiones.

4. La protección solar no es una broma:

Aunque las quemaduras solares no parezcan un gran problema en el momento, pueden tener efectos duraderos en su salud. La exposición excesiva al sol—ya sean quemaduras frecuentes, quemaduras extremas o incluso un bronceado excesivo—a medida que envejece, puede provocar el envejecimiento prematuro de la piel. Esto significa desarrollar arrugas a una edad más joven de lo esperado y, en algunos casos, un mayor riesgo de problemas de la piel.

Sin embargo, esto no significa mantenerse alejado del sol por completo. Puede seguir yendo a la playa, a la piscina o a dar un largo paseo en un día soleado, pero asegúrese de usar protección solar. Y no cualquier protector solar. Cuanto más alto sea el índice de SPF, mejor.

A título orientativo, un factor de protección solar de 15 es adecuado para el uso diario, pero para periodos prolongados de exposición al sol, debería usar un protector solar de 30 o más. Y no olvide volver a aplicarse bloquedor solar cada dos horas, según sea necesario.

5. Cuide sus oídos:

No, en serio. La salud de los oídos puede parecer un tema extraño del que hablar, pero no es ninguna broma. Es uno de los aspectos de la salud de los adolescentes que más se pasan por alto. Con la proliferación de teléfonos inteligentes, auriculares, reproductores de mp3 y audífonos, prácticamente todo el mundo puede escuchar música en cualquier lugar.

Esto no es necesariamente algo malo. Sin embargo, aquí está el problema: los adolescentes y los niños (e incluso los adultos) a menudo no entienden los riesgos de escuchar música a alto volumen durante períodos prolongados. Y, como resultado, muchos adolescentes corren el peligro de escuchar música a un volumen exageradamente alto. Poner música a todo volumen a través de los auriculares daña las células de la cóclea, lo que aumenta el riesgo de pérdida de audición y tinnitus (pitidos en los oídos). Así que cuide sus oídos mientras sea joven, ¡su yo futuro se lo agradecerá!

6. Los adolescentes deben hacer ejercicio con regularidad:

Cuando se trata de la salud de los adultos, el ejercicio constante es uno de los aspectos más citados que caracterizan un estilo de vida saludable. De igual manera, el ejercicio es un elemento vital para la salud de los adolescentes.

Seguramente se habrá encontrado con una gran variedad de sugerencias sobre la cantidad de ejercicio que deben hacer los adolescentes—30 minutos diarios, 30 minutos seis veces a la semana, 60 minutos tres veces a la semana, entre otros. Si se calcula el promedio de estas sugerencias, la conclusión es la siguiente: los adolescentes deberían hacer entre 180 y 210 minutos de ejercicio a la semana. Puede nadar, montar bicicleta, asistir a una clase de baile, pasear al perro… no importa. Lo que importa es que se acelere su ritmo cardíaco.

Aunque elejercicio regular le ayuda a mantener su cuerpo sano, los beneficios no son solo físicos. El ejercicio regular puede ayudar a los adolescentes a mantener su estado de ánimo, aliviar el estrés y dormir mejor, los cuales son todos buenos aspectos importantes de la salud de los adolescentes.

7. La salud dental también forma parte de la salud:

Cuando se es adolescente, es fácil sentirse invencible. El cuerpo se recupera de la mayoría de las lesiones y el cerebro no ha desarrollado plenamente su capacidad para evaluar riesgos. Esta combinación puede llevar a los adolescentes a tomar algunas decisiones precipitadas. Puede ser difícil ver el panorama general.

Sin embargo, cuando se trata de la salud dental, lo importante es el panorama general. Una vez que los dientes de leche se caen, sus dientes permanentes son los únicos que tendrá el resto de su vida, así que es importante cuidarlos. Si les pregunta a varios adultos qué desearían haber hecho distinto en su adolescencia y entre sus 20 y 30 años de edad, muchos darán la misma respuesta: desearían haber cuidado mejor sus dientes.

La salud dental no tiene por qué ser complicada, pero requiere constancia. Asegúrese de cepillarse los dientes y usar el hilo dental, al menos cada noche, para mantener una salud bucal buena durante sus próximos años.

8. Nunca es demasiado pronto para dar prioridad a la salud mental:

Uno de los conceptos erróneos más comunes sobre la salud mental es que sólo los adultos sufren este tipo de problemas. Aunque el inicio de la edad adulta es un momento muy común para que surjan muchos problemas de salud mental, cualquier persona, independientemente de su edad, puede experimentar cambios en su salud mental. De hecho, uno de cada cinco adolescentes sufre de un trastorno mental diagnosticado.

¿Qué significa esto para usted? Tanto si experimenta problemas de salud mental como si no, nunca es demasiado pronto para darle prioridad a su salud mental. En el caso de los adolescentes, esto puede significar tomarse un descanso de las redes sociales, acudir a un terapeuta y, en algunos casos, tomar la medicación prescrita por su médico. Se trata de encontrar lo que funciona para usted y no esperar hasta la edad adulta para solucionar cualquier problema.