Conserve la salud social por largo tiempo. Feliz vida

Es noche de juegos, y su turno es el siguiente. Aguanta la respiración. Le sudan las manos. Descubre la movida que sigue y va tras ella. El siguiente bloque de madera se desliza y sale, pero la torre se tambalea. Todos los jugadores que lo rodean gritan en son de protesta, y luego, la torre del juego se desmorona.

JENGA!

¿Qué tiene que ver un juego de Jenga con su salud social? Piense en cada uno de los bloques de madera del Jenga como en uno de los componentes de su bienestar. Son las piezas —salud física, nutricional, emocional, etcétera— que se conjuntan holísticamente para darle a usted una saludable sensación de identidad y bienestar.

Ahora vuelva a pensar en el último bloque que sacó, la movida que diezmó la torre entera. Esa pieza representa su salud social y demostró ser tan vital que toda la torre— es decir, su bienestar— descansaba en ella. Quitar ese bloque esencial hace que la torre se caiga.

En muy poco tiempo entenderá que la salud social es realmente importante porque es un sólido factor predictivo de la salud y del bienestar en general. La salud social puede representar para usted una red de apoyo que ayuda a ahuyentar la soledad, proporciona la sensación de pertenencia a la comunidad y hasta ayuda a proteger la salud física.

Si usted quiere que su torre de bienestar soporte la prueba del tiempo, es importante pensar en cómo reforzar sus elementos básicos. Esto es especialmente cierto para la salud social.

La buena noticia es que hay muchas maneras de construir y mantener la salud social para sentar una base firme para todo lo demás. Por eso, descubra qué puede hacer para estimular su salud social, y a su vez, el bienestar general.

Cómo la salud social pronostica la salud de por vida

El Estudio Harvard sobre el Desarrollo del Adulto [Harvard Study of Adult Development] es un valioso estudio de largo plazo sobre salud y enfermedad. En 1938 se reclutaron para el estudio más de 700 adolescentes de sexo masculino de los alrededores de Boston, a los que dieron seguimiento durante décadas. Los investigadores aplicaron encuestas para tomar diversas medidas que les ayudaron a conocer el estado de salud de los sujetos.

Más recientemente, los investigadores reclutaron a las esposas e hijos de los participantes originales, incorporación que resultó en aún más datos sólidos, listos para explorarse en pos de perlas de sabiduría. Entonces, ¿qué aprendieron los investigadores de casi 80 años de recopilación de datos exhaustivos? Recurriremos a Robert Waldinger y George Vaillant, directores recientes del estudio, en busca de respuestas.

Ambos ofrecieron sencillas pero profundas conclusiones. Vaillant dijo que “…la clave del envejecimiento saludable son las relaciones, relaciones relaciones…”.  Waldinger, actual director del estudio, agregó que “las personas más satisfechas con sus relaciones a los 50 años, eran las más saludables a los ochenta”.

Los investigadores encontraron que las relaciones satisfactorias en la edad madura son un pronóstico de salud física más sólido que los niveles de colesterol.

Si eso no fuera suficientemente sólido, Waldinger subrayó aún más la importancia de la salud social: “La soledad mata. Es tan poderosa como el tabaquismo o el alcoholismo”.

Así, en cierta forma, cuidar de las relaciones personales es una forma indirecta de cuidar de uno mismo. ¿Necesita más garantía acerca de la estrecha relación entre las relaciones y los resultados de salud? Analice los datos.

El peso de la soledad

Gran parte de lo que se sabe sobre la salud social y su relación con los resultados de la salud física surgieron de estudios en que participaron adultos, pero al enfocarse solo en este grupo de edad, se excluye a quienes están en uno y otro extremo del ciclo de vida. No hay duda de que las relaciones sociales desempeñan un importante papel en el bienestar de las personas considerablemente más jóvenes o más viejas.

Un grupo de investigadores se dedicó a analizar esa idea. Lo que les interesaba era determinar el efecto de los factores sociales durante el ciclo de vida. ¿Cómo influye su red social en su bienestar general —específicamente en la salud mental— en la adolescencia, la edad adulta y como anciano?

Los investigadores midieron tres factores y encontraron que eran sólidos predictores de salud mental en cada etapa de la vida. Estos predictores —los posibles bloques de Jenga o la ausencia de los mismos en su torre de bienestar— resultaron ser aislamiento social, relaciones sociales y confianza social.

Los investigadores que estudian la salud social definieron el aislamiento social como “desinterés por los vínculos sociales, los contactos institucionales o la participación comunitaria”. Los participantes respondieron una encuesta en que se evaluaban declaraciones como: “A menudo me siento solo”, “No tengo a nadie en quien confiar” y “A menudo necesito ayuda de otras personas pero no la tengo”. Quienes obtuvieron las calificaciones más altas en estas afirmaciones experimentaban mayor aislamiento.

La relación social se definió como lo opuesto al aislamiento social. Esto significa que existen vínculos sociales que se mantienen hasta cierto punto, igual que los vínculos con la comunidad y las instituciones en general. Los investigadores midieron la relación social calificando declaraciones como “Disfruto el tiempo que paso con personas que son importantes para mí”, “Cuando necesito que alguien me ayude, en general encuentro quién” y “Siempre hay alguien que me anima cuando estoy desanimado”. Las calificaciones más altas significan que hay una mayor relación social.

Por último, la confianza social se definió como “confianza en la honestidad, integridad y confiabilidad de los demás”. Esto se midió calificando: “La mayoría de las personas que conoce cumplen su palabra”; “La mayoría de las personas que conoce hacen acuerdos honestos” y “En términos generales, es posible confiar en mucha gente”. En este caso, las calificaciones más altas se traducen en una profunda confianza social, es decir, que los vínculos sociales en que se confiaba profundamente tenían más influencia en la salud de un participante.

Los investigadores compararon estas calificaciones con las calificaciones de la salud mental de los participantes, las cuales se determinaron en función de la calificación obtenida por sus declaraciones sobre sensación de calma, tranquilidad, nerviosismo y si se sentían felices o deprimidos.

El principal resultado del estudio fue que todos los predictores sociales tenían intensa relación con las calificaciones de la salud mental por grupo de edad, si bien había importantes diferencias por edad:

Personas jóvenes

Las relaciones sociales eran el predictor más sólido en los adolescentes. Cuando los jóvenes tienen vínculos sociales sólidos y un sentido de comunidad, informan de un mejor estatus de salud mental. Lo opuesto ocurre en caso de aislamiento social. Los jóvenes que se sienten aislados experimentan un declive en el estatus de su salud mental.

Adultos mayores

La confianza social es el principal motor en este grupo. Si los individuos mayores no pueden confiar en sus relaciones, su estado mental sufre. Para la población anciana en particular, esto tiene sentido cuando analizan su dependencia de otros para mantener el bienestar. Conforme el adulto envejece, sus redes sociales declinan natural, y quizá, drásticamente, por la muerte de amigos, familiares y conocidos. Conforme el círculo se estrecha, se incrementa la influencia de las relaciones restantes. Entonces, si esas relaciones no son confiables, la salud social y mental del individuo se deteriora.

Por otra parte, los adultos mayores que experimentan el aislamiento de una red social que se estrecha, pueden ver muchos efectos físicos negativos:

  • Elevación de los niveles de cortisol (hormona del estrés) en el organismo.
  • Creciente riesgo de problemas de salud importantes.
  • Intensificación de las dificultades en el desempeño de tareas cotidianas como el aseo personal o comer de forma balanceada.

No hay duda, sin importar la edad, el estado de su salud social influye grandemente en la salud mental, y por consiguiente, en la salud en general. Hay muchas formas de evitar el aislamiento, seguir en contacto y fortalecer los vínculos sociales. Tal vez la más obvia resida en las relaciones comprometidas.

Los muchos méritos del matrimonio y la vida en pareja para la salud social

Con mucha frecuencia, los investigadores encuentran relación entre el matrimonio y un menor riesgo de diversos problemas de salud. Los investigadores descubrieron índices más bajos de mortalidad y de problemas cardiovasculares entre los participantes del estudio que estaban casados. Por otra parte, es menos probable que los casados sufran de depresión y más probable que sobrevivan más tiempo a diagnósticos de enfermedades graves que sus contrapartes no casadas.

A primera vista, podría parecer una casualidad. ¿Cómo podría influir tan profundamente una sencilla decisión de estilo de vida en el estado de salud? Tras una investigación más detallada, hay muchas teorías sólidas que resisten una investigación científica:

  • La salud social se asocia con un mejor estado de salud en general. Esto se traslada fácilmente a las alianzas matrimoniales. Dedicar tiempo, energía y esfuerzo a un vínculo cercano fortalece la relación social entre ambas personas. Esta inversión crea un sistema de apoyo mutuamente benéfico del cual depender cuando las cosas se ponen difíciles. Considere el ejemplo del diagnóstico de una enfermedad grave. Si el cónyuge recibe noticias devastadoras, la carga la comparten dos personas, no recae en una sola. Hay alguien en quien apoyarse emocional y logísticamente. Ir a las citas, preparar la comida y compartir las tareas del hogar estando uno enfermo reduce la carga y probablemente incrementa las posibilidades de una recuperación total.
  • La felicidad potencia la inmunidad. Los investigadores han encontrado la tendencia a que el sistema inmunitario sea más sólido en quienes viven una relación feliz y satisfactoria Esto suele explicarse por el efecto de los niveles de cortisol —como medición del estrés— en el sistema inmunitario. Los niveles de cortisol tienden a ser menores en personas casadas respecto de las solteras.
  • Las personas casadas suelen correr menos riesgos. Tal vez con una dieta balanceada, participando en actividades físicas regularmente o hasta consultando con frecuencia al médico. Por otra parte, las evidencias muestran que los casados tienden a seguir las recomendaciones del médico derivadas de dichas consultas.

Y hay más. Gran parte de los estudios sobre la relación entre matrimonio y salud se enfocan únicamente en individuos casados, y esto deja fuera a quienes viven una relación de compromiso de largo plazo, comparten un hogar y las finanzas. Quienes cohabitan de esta manera, pero deciden no contraer matrimonio, de todas formas cosechan los beneficios de tan estrecho vínculo social.

Hay un estudio de un grupo de canadienses solteros, que cohabitaban o que estaban casados, divorciados o viudos. Los investigadores encontraron que, respecto de la salud, a quienes cohabitaban les iba mejor que a los solteros. Sin embargo, las personas casadas estaban aún mejor que quienes cohabitaban. Es interesante que cuando los investigadores supervisaron los efectos de la selección (efecto de salud encontrado en quienes decidían estar casados), la diferencia entre la salud de quienes cohabitaban y la de los casados dejaba de ser significativa. Esto refuerza el hecho de que no es el tipo de unión lo que influye en el estado de salud, más bien, la cercanía de la cohabitación y el matrimonio ejercen efectos protectores en la salud.

Es importante observar que mientras el matrimonio es un importante factor en la salud social y la salud en general, no todas las relaciones en que hay un compromiso son felices o positivas. Se puede ser soltero y no sentirse aislado. Igualmente es posible estar rodeado de una red social y aun así sentirse solo. El mero vínculo no confiere los beneficios: la calidad del vínculo es igualmente importante.

Fortalezca su salud social

Probablemente esté familiarizado con otros predictores sólidos de buena salud a lo largo de la vida, los cuales incluyen comportamientos como abstenerse de fumar, consumir alcohol responsablemente, ejercitarse con regularidad y una dieta saludable. Si bien esto tiende a ser obvio, suele ser difícil hacerlo o mantenerse, en especial cuando se toman en consideración los estresores inevitables e impredecibles de la genética y la vida.

Tal vez por eso es tan apremiante estar consciente del estrecho contacto entre las relaciones sociales y la salud. Esta faceta de la salud es algo que todos debemos tener, o podemos tener, firmemente controlado con relativa facilidad.

La mayoría de la gente crece en una red de relaciones sociales tal vez constituida por la familia nuclear y la extendida, o los compañeros de escuela. Lo difícil no es necesariamente tener una red, sino mantenerla. Y ahora, con esta información en mano, ya tiene la motivación para hacerlo.

Pero si usted necesita un impulso en la dirección correcta, tome en cuenta las siguientes ideas

para conservar la salud social:

  • Inscríbase en un club. Puede ser en línea o en persona. Hay infinidad de clubes organizados por intereses en MeetUp.com. Ya sea para entusiastas de las caminatas, los amantes del vino o con habilidad manual, hay un grupo para usted. Unirse para participar en un interés común es excelente para crear vínculos sociales profundos, pues es probable que compartan valore similares.
  • Búsquese un amigo por correspondencia. Puede ser alguien a quien conozca, alguien con quien perdió contacto o un desconocido. No importa, poner en acción los músculos de la escritura en nombre de las relaciones es importante. Incluso puede hacerlo por una buena causa. Visite More Love Letters y vea “The Letter Requests”. Aquí puede contribuir a formar un paquete de cartas de todo el mundo para esa persona que lo necesita. No tiene que conocer a alguien íntimamente para establecer un vínculo social y cosechar los beneficios de conectarse con esa persona.
  • Haga servicio voluntario. Es probable que en el lugar en que vive haya diversas organizaciones que podrían beneficiarse con el tiempo que usted les dedique. Si encuentra la adecuada, sentirá que tiene un objetivo al relacionarse con otras personas y servir a la comunidad.

La vida no puede derribar esa torre de bienestar

Usted cuenta con todos los elementos para tener buena salud social y general. Son las cosas útiles para su bienestar: relaciones sociales, posibles alianzas y la sensación de pertenecer a su comunidad. Y ahora tiene las herramientas y los conocimientos para darles uso a esos elementos. A veces podría ser necesario planear y reorganizar para dar fortaleza a esa torre de bienestar, pero vale la pena el esfuerzo.

Una vez que coloque las piezas en su lugar, no habrá empujón, aguijonada ni codazo que haga tambalear su torre. ¡Vamos, Jenga!

Acerca del autor

Jenna Templeton es educadora en temas de salud y escritora independiente en temas de ciencia, reside en Salt Lake City, Utah. Después de recibir su título en ciencias con especialidad en química en Viginia Tech, Jenna pasó cinco años como investigadora científica en la industria nutricional. Este trabajo estimuló su interés por el bienestar personal, lo que la llevó a estudiar una licenciatura en promoción y educación en temas de salud en la Universidad de Utah. Fuera de su trabajo, Jenna disfruta la música en vivo, la jardinería, todo lo que tenga que ver con comida y jugar en las montañas Wasatch.