Tan pronto como usted salta de la cama, los cinco sentidos entran en acción. La luz del sol que entra por la ventana, el olor del desayuno, la alarma del despertador. Todos esos momentos son producto de su entorno, de los órganos de los sentidos y el cerebro.

La capacidad de oír, tocar, ver, gustar y oler está muy arraigada en el organismo, y estos cinco sentidos le permiten aprender y tomar decisiones sobre el mundo que lo rodea. Ahora es el momento de aprender sobre los sentidos.

Finalidad de los cinco sentidos

Los sentidos lo conectan con su entorno. Con la información que recaban, usted puede oír, aprender y tomar decisiones más informadas. Por ejemplo, un sabor amargo lo puede alertar de que un alimento podría ser dañino. Los chirridos y gorjeos de los pájaros le advierten de que cerca podría haber árboles y agua.

Los órganos de los sentidos captan sensaciones que se interpretan en el cerebro. ¿Pero cómo llegan al centro de mando del organismo datos como una textura y la luz? En el sistema nervioso hay una rama especializada, dedicada a los sentidos, y tal vez ya haya deducido que se llama sistema sensorial.

Los órganos de los sentidos del cuerpo (más al respecto después) se conectan con el cerebro a través de los nervios. Los nervios mandan información al cerebro mediante impulsos electroquímicos. El sistema sensorial reúne y envía un flujo constante de datos sensoriales del medioambiente. Esta información sobre el color, la forma y la textura de los objetos que lo rodean, ayuda al cerebro a determinar qué son.

¿Qué son los cinco sentidos?

Son cinco los sentidos básicos que percibe el organismo: oído, tacto, vista, gusto y olfato, cada uno de los cuales es una herramienta utilizada por el cerebro para construir una imagen clara del mundo.

El cerebro se apoya en los órganos de los sentidos para reunir información sensorial. Los órganos relacionados con los cinco sentidos son:

  • Oídos (oído)
  • Piel y cabello (tacto)
  • Ojos (vista)
  • Lengua (gusto)
  • Nariz (olfato)

Los datos recopilados por los órganos de los sentidos ayudan al cerebro a entender la diversidad y la dinámica de su entorno, lo cual es clave para tomar decisiones en el momento y también para formar recuerdos. Ahora es tiempo de profundizar en cada uno de los sentidos y de aprender cómo se reúne la información sobre sonidos, texturas, imágenes, sabores y olores.

Tacto

La piel es el órgano más grande del cuerpo, y también el principal para el sentido del tacto. El término científico para tacto es mecanorrecepción.

El tacto parece simple, pero es un poco más complejo de lo que usted se imagina. El cuerpo puede detectar diferentes formas de tacto, así como variaciones de temperatura y presión.

Como el tacto puede sentirse en todo el cuerpo, los nervios que lo detectan mandan su información al cerebro a través del sistema nervioso periférico. Son los nervios que se ramifican a partir de la médula espinal y llegan a todo el cuerpo.

Los nervios que están bajo la piel envían información al cerebro sobre lo que usted toca; son células nerviosas especializadas para diferentes sensaciones táctiles. Los receptores táctiles de la piel de las yemas de los dedos, por ejemplo, son diferentes de los de la piel de los brazos o las piernas.

Las yemas de los dedos pueden detectar cambios de textura y presión, como una lija o apretar un botón. Lo que mejor detecta la piel que recubre brazos y piernas es la extensión y el movimiento de las articulaciones. La piel de las extremidades también manda información al cerebro sobre la posición del cuerpo.

La piel de los labios y de la planta de los pies es más sensible a toques ligeros. La lengua y la garganta tienen sus propios receptores del tacto. Estos nervios informan al cerebro de la temperatura de los alimentos o las bebidas.

Gusto

 

Hablando de comidas y bebidas, intente evitar que se le haga agua la boca durante la descripción del siguiente sentido, el gusto, que permite que el cerebro reciba información sobre lo que se come. Al masticar los alimentos y mezclarse estos con saliva, la lengua se ocupa de reunir datos sensoriales sobre el sabor de la comida.

Las pequeñas protuberancias que hay por toda la lengua se ocupan de transmitir los sabores al cerebro. Estas protuberancias se llaman papilas gustativas, y en la lengua hay miles. Las viejas se sustituyen semanalmente por nuevas para mantener en su punto el sentido del gusto.

En el centro de las papilas gustativas hay de 40 a 50 células especializadas. Las moléculas de los alimentos se enlazan con estas células especializadas y generan impulsos nerviosos. El cerebro interpreta estas señales para que usted reconozca los sabores de los alimentos.

Son cinco los sabores básicos detectados por la lengua que se envían al cerebro: dulce, ácido, amargo, salado y umami. Este último, umami, proviene de la palabra japonesa “sabroso”. Los sabores umami provienen de alimentos como el caldo y la carne.

Un ejemplo clásico de sabor dulce es el azúcar. Los sabores ácidos provienen de alimentos como las frutas cítricas y el vinagre. La sal y los alimentos ricos en sodio dan lugar a sabores salados. Por otra parte, la lengua detecta sabores amargos en alimentos y bebidas como café, kale y colecitas de Bruselas.

Anteriormente se aceptaba una teoría sobre el gusto respecto de que había regiones de la lengua dedicadas a cada uno de los cinco sabores. Ahora ya no es aceptada, por el contrario, investigaciones recientes demuestran que en cualquier punto de la lengua se pueden detectar todos los sabores.

Así, durante las comidas o las colaciones, el cerebro recibe constantemente información sobre lo que usted come. Los sabores de diferentes partes de una comida se combinan al masticar y deglutir. Cada sabor detectado por la lengua ayuda al cerebro a percibir a qué saben los alimentos.

En su siguiente comida, vea si puede identificar cado uno de los cinco sabores. Tendrá una nueva percepción del cerebro y de lo mucho que se esfuerza para hacer que destaque el sabor de los alimentos.

Vista

 

El tercer sentido es el de la vista (también conocido como visión), formado por el cerebro y un par de órganos sensoriales: los ojos. A menudo se piensa que la vista es el más fuerte de los sentidos porque, en cuanto a información sobre el medioambiente, los humanos tienden a depender más de la visión que del oído o el olfato.

Cuando usted mira a su alrededor, la luz del espectro visible la detectan los ojos. Rojo, anaranjado, amarillo, verde, azul, añil y violete son los colores del espectro de luz visible. La fuente de esta luz puede provenir de una lámpara, la pantalla de la computadora o del sol.

Cuando la luz es reflejada por los objetos que lo rodean, los ojos mandan señales al cerebro y se crea una imagen reconocible. Los ojos utilizan la luz para leer, discernir entre un color y otro, incluso para coordinar prendas de vestir y crear un atuendo combinado.

¿Alguna vez ha tenido que vestirse a oscuras y se ha puesto calcetines que no combinan? ¿O hasta después de llegar al trabajo se ha dado cuenta de que trae la camisa al revés? Para evitar un paso en falso en lo que a moda se refiere, lo único que necesita es luz en el clóset. Ahora verá por qué.

Los ojos necesitan luz para enviar información sensorial al cerebro. Las partículas de luz (llamadas fotones) entran al ojo por la pupila y se enfocan en la retina (parte del ojo sensible a la luz).

En la retina hay dos tipos de células fotorreceptoras, bastones y conos. Los primeros reciben información sobre la brillantez de la luz, en tanto que los conos distinguen entre diferentes colores. Estos fotorreceptores operan en equipo para reunir información sobre la luz y transmitir los datos al cerebro.

Cuando la luz ilumina a bastones y conos, se activa una proteína llamada rodopsina, la cual detona una cadena de señales que convergen en el nervio óptico, que es el vínculo entre el ojo y el cerebro. El nervio óptico es el cable que transmite la información recibida por el ojo y que se conecta directamente al cerebro.

Una vez que el cerebro recibe datos sobre la luz, forma una imagen visual. Lo que usted “ve” al abrir los ojos, es la interpretación cerebral de la luz que entra a los ojos. Cuando hay abundante luz, el cerebro entiende más fácilmente lo hay alrededor, por eso es más problemático escoger la ropa a oscuras.

Para mejorar la visión, los ojos se ajustan, de modo de dejar entrar el máximo posible de luz. Por eso las pupilas se dilatan (su tamaño aumenta) en la oscuridad: para que entre más luz al ojo y la imagen cerebral sea lo más clara posible.

Por eso, proporcione a los ojos toda la luz que necesitan leyendo, trabajando y jugando en lugares bien iluminados y así, aliviar el estrés de los ojos y tener una visión más clara y confortable. Además, pruebe a instalar lámparas de noche en los pasillos para encontrar sin riesgos el camino en la oscuridad.

Oído

 

El término científico para oído es audición, pero este tipo de audición no tiene por qué ponerlo nervioso. El oído es un sentido poderoso, ese que puede alegrarlo o protegerlo del peligro.

Cuando usted oye la voz de un ser querido, la audición permite a su cerebro interpretar como conocida y tranquilizadora la voz del otro. La melodía de su canción favorita es otro ejemplo del oído en acción.

Por otra parte, los sonidos pueden alertar de posibles riesgos. Vienen a la mente el claxon de un auto, el silbato del tren y las alarmas contra incendio, pues el oído puede utilizar esos sonidos como garantía de seguridad.

Las orejas recogen este tipo de información sensorial para el cerebro, que llega en ondas sonoras, que son un tipo de energía mecánica. Cada onda sonora es una vibración de frecuencia única. El oído recibe y amplifica las ondas sonaras que el cerebro interpreta como diálogo, música, risa o mucho más.

Las orejas vienen en muy variadas formas y tamaños, pero todas comparten ciertas características. La parte externa, carnosa, llamada aurícula, recoge las ondas sonoras transmitidas en el entorno y las canaliza hacia una membrana que se encuentra al final del conducto auditivo.

Dicha membrana se conoce como membrana del tímpano, o más comúnmente, tímpano. Las ondas sonoras rebotan en esa membrana y dan lugar a vibraciones que al transmitirse, son amplificadas por unos huesecillos pegados en el otro lado del tímpano.

Una vez que las ondas sonoras entran al oído y el tímpano las amplifica, viajan a través de ciertos conductos llenos de líquido que están en lo más profundo. Estos tubos se llaman cóclea, y están recubiertos de células en forma de pelo que detectan cambios en el líquido que las rodea. Cuando las ondas sonoras se transmiten a través de la cóclea, el líquido empieza a moverse.

El movimiento del líquido entre las células pilosas del oído genera impulsos nerviosos que se envían al cerebro. Sorprendentemente, las ondas sonoras se convierten en señales nerviosas electroquímicas casi de inmediato. Así, lo que empieza como sencillas vibraciones, se convierte en un tono familiar. Y todo esto, gracias al sentido del oído.

Olfato

El quinto y último sentido es el del olfato. La olfacción, otra manera de llamarle al olfato, es única, pues el órgano sensorial detector está directamente conectado con el cerebro, por eso el sentido del olfato es extremadamente poderoso.

Los olores entran al cuerpo por la nariz, provenientes de las partículas transmitidas por el aire que se captan al respirar. Inhalar profundamente por la nariz e inclinarse hacia la fuente de un olor, puede intensificarlo.

Dentro de la nariz se encuentra un gran nervio llamado bulbo olfatorio, el cual sale de la parte superior de la nariz y se conecta directamente con el cerebro. Las moléculas aéreas aspiradas por la nariz desencadenan una respuesta nerviosa del bulbo olfatorio, que al notar los olores, de inmediato informa al cerebro.

Mientras mayor la concentración de moléculas del olor, más profunda la estimulación del cerebro por el bulbo olfatorio. Por eso los olores fuertes son poco atractivos y repugnantes. Los aromas más ligeros mandan señales más leves al cerebro.

El sentido del olfato es necesario por varias razones. Los olores fuertes y desagradables son excelentes para alertar al cerebro de que eso que usted está a punto de comerse está echado a perder. Los olores dulces y agradables le ayudan a sentirse a gusto. Los olores que despide el organismo (feromonas) ayudan, incluso, a crear lazos con los seres queridos. Sin importar de qué olor se trate, cerebro y nariz funcionan en equipo para que usted pueda disfrutarlo.

Los sentidos operan conjuntamente para crear sensaciones fuertes

Es raro que el cerebro tome decisiones basándose en información de uno solo de los sentidos: los cinco operan conjuntamente para ofrecer una imagen completa de su entorno.

La próxima vez que salga a pasear, verá en acción este principio.

Piense en cómo se siente cuando camina al aire libre. Tome nota de las diferentes sensaciones que experimenta. Tal vez vea una puesta de sol llena de color o perciba el sonido del agua de un riachuelo entre las rocas, o quizá toque hojas secas. Prestar atención a la convergencia de sus sentidos significa que difícilmente saldrá a pasear sin experimentar algo nuevo.

A continuación, algunos ejemplos reconocibles de sentidos que operan conjuntamente:

Olfato + Gusto = Sabor

Así como un paseo al aire libre reúne a varios de los sentidos también, una buena comida. Sabor es una palabra que suele utilizarse para describir a qué sabe la comida, pero el sabor realmente es la combinación del sentido del gusto y el del olfato.

Los cinco sabores antes descritos no describen exactamente la experiencia de comer. Es difícil calificar de dulce, salado, ácido, amargo o umami a algo como la menta o la piña, pero el cerebro no tiene que interpretar el sabor nada más a partir de las papilas gustativas, el sentido del olfato también ayuda. Es lo que se llama olfacción retronasal.

Cuando usted come, ciertas moléculas viajan hacia la cavidad nasal por el conducto intermedio entre nariz y boca. Al llegar, el bulbo olfatorio las detecta y se interpretan en el cerebro. Las papilas gustativas también recogen información sobre el sabor. El cerebro recopila estos datos sensoriales de nariz y lengua y los percibe como sabor.

Cuando lengua y nariz trabajan en conjunto, la experiencia de comer menta es más que un sabor amargo, es algo agradable, refrescante y delicioso. Y una rebanada de piña no solo es ácida, es chispeante, dulce, agria.

Usted puede ver cómo el olfato influye en el sabor si se tapa la nariz para comer. Cortar la vía hace que usted se percate de una reducción significativa del sabor. Por el contrario, puede percibir más el sabor si mastica despacio, pues así, la nariz detecta más el aroma.

Sentidos y memoria

 

Ciertos olores pueden traer a la mente recuerdos intensos, que es un fenómeno interesante. Se sugiere en estudios que la posición del bulbo olfatorio en el cerebro es la causa de que los olores desencadenen recuerdos emocionales.

Ello se debe a que el bulbo olfatorio se conecta directamente con el cerebro en dos lugares, la amígdala y el hipocampo, regiones muy relacionadas con las emociones y la memoria. Que el olfato sea el único de los cinco sentidos que recorre esas regiones, podría explicar la razón de que olores y fragancias puedan evocar emociones y recuerdos, no así la vista, el oído y el tacto.

¿Qué pasa con la pérdida sensorial?

En ocasiones, las personas experimentan una reducción en uno de los sentidos o, de plano, la pérdida del mismo. De ser así en su caso, sepa que no es el único, hay muchas personas que viven la vida como usted, habiendo perdido, por ejemplo, la vista o la audición.

La ceguera o la sordera pueden presentarse al nacer o más adelante en la vida. No a todos les afecta de la misma manera. Lo importante es darse cuenta de que se puede tener una vida plena y rica siendo sordo o ciego.

A menudo, si uno de los cinco sentidos disminuye o desaparece, los otros cuatro se fortalecen y ayudan al cerebro a crea una imagen completa del entorno. Si usted padece ceguera o deficiencias de visión, suele incrementarse el sentido del olfato o la audición. Si usted es sordo o presenta discapacidad auditiva, los sentidos del tacto y la vista se agudizan.

Hay excelentes herramientas para quienes padecen alguna pérdida sensorial. Hable con alguien de su confianza si necesita ayuda por la disminución de alguno de los sentidos. Por otra parte, sea respetuoso de quienes viven sin alguno de los sentidos.

Apoye sus cinco sentidos con hábitos saludables

Los sentidos le dan variedad y textura a su vida, por eso es importante proteger la salud de cada uno de ellos. Es perfectamente normal experimentar cierta pérdida con la edad, pero hay medidas que usted puede tomar para preservar sus sentidos y cuidar de su organismo, también.

A continuación cuatro sugerencias importantes:

  • Tenga cuidado con el oído. La exposición prolongada a ruidos intenso puede dañar las membranas que producen los sonidos. Utilice tapones en conciertos escandalosos y cuando opere herramientas eléctricas ruidosas. Oiga la música a volumen bajo. Tome las debidas precauciones para disfrutar de una buena audición durante toda la vida.
  • Proteja los ojos de los daños de la luz solar utilizando gafas de sol. También puede ayudar a la visión consumiendo alimentos que contengan grasas saludables y antioxidantes (en especial luteína y zeaxantina), así como vitamina A.
  • Proteja la piel sensible al tacto con protectores solares y humectantes. Y beba suficiente agua para evitar la deshidratación.
  • Desarrolle el gusto por una alimentación que incluy abundantes vitaminas y minerales. Consuma alimentos integrales, frutas y muchas verduras. Los suplementos también son una forma fácil y práctica de enriquecer una dieta de por sí saludable.

Usted puede poner en acción a los cinco sentidos con actividades como jardinería, caminatas y ciclismo. Absorba las imágenes, los sonidos y los olores de su alrededor. Tome decisiones saludables y así podrá seguir disfrutando de sus sentidos toda la vida.

Acerca del autor

Sydney Sprouse es una escritora independiente sobre temas de ciencia residente en Forest Grove, Oregon. Tiene una licenciatura en biología humana de la Universidad Estatal de Utah, en donde trabajó como investigadora y escritora en su etapa de pasante. Sydney ha estudiado ciencias toda su vida y su objetivo es traducir las actuales investigaciones científicas tan efectivamente como sea posible. Escribe con particular interés sobre biología humana, salud y nutrición.

La forma en que usted lleva el cabello dice mucho sobre su personalidad. Si quiere distinguirse por su estilo, el cuidado del cabello es el punto de partida, y ello porque un cabello saludable se le ve bien a todos.

No se necesita ir al salón para que un experto en cabello lo asesore: conociendo la anatomía del cabello podrá tener la melena que quiere. Revise en detalle este artículo y entérese de todo sobre el cabello saludable, de qué está hecho el cabello y cómo cuidarlo.

El pelo nace debajo de la piel

El pelo es una de las características que definen a los mamíferos: sí, incluso las ballenas tienen algo de pelo, que, con pocas excepciones crece por todo el cuerpo. Solo las plantas de los pies, las palmas de las manos y los labios carecen de pelo.

El pelo de la cabeza, los brazos y las piernas empieza de la misma manera; forma parte del integumento (sistema corporal que consta de la piel, las uñas y el pelo). El pelo empieza a crecer en la capa más profunda de la piel, la dermis.

La porción de pelo que está en la dermis se llama folículo piloso, en tanto que la hebra visible en la epidermis (capa superficial de la piel) se llama tallo.

El pelo nace en el folículo, túnel hueco de tejido dérmico abastecido de sangre y nutrientes a través de vasos sanguíneos. En la base del folículo está el bulbo, o porción viva del pelo. Las células del bulbo crecen y se dividen hasta llegar a formar el tallo.

Cuando las células de la base del folículo piloso mueren, dejan una proteína dura llamada queratina, proceso conocido como queratinización. Conforme las nuevas células se van desarrollando en el bulbo, esta proteína es impulsada a través del folículo. Las células queratinizadas se acumulan en capas y salen a través de la piel. Así empieza a formarse el tallo del pelo.

La gente suele referirse al pelo como algo muerto, lo cual es válido para las hebras de cabello que se pueden peinar y tocar. Y sí, el pelo de la cabeza es la proteína de las células muertas que se originaron en los folículos pilosos, por eso no duele cortar el cabello.

Los tallos del pelo constan de tres capas de queratina. La capa más interna se llama médula. La corteza es la capa intermedia del tallo, que también es la más gruesa. La corteza exterior es la cutícula. La capa más externa la forman escamas delgadas de queratina sobrepuestas a manera de tejas.

Conforme las hebras de pelo salen del folículo por la epidermis, pasan sobre glándulas de la piel llamadas glándulas sebáceas, las cuales secretan sebo. Este aceite acondiciona y suaviza todas y cada una de las hebras de pelo.

Durante la pubertad, las glándulas sebáceas hiperactivas pueden hacer que el cabello se vea grasoso, pero con la edad se reduce la producción de aceite de estas glándulas y el cabello suele sentirse reseco.

Ciclo de vida del cabello saludable

Los folículos producen cabello a un ritmo bastante notable, o sea que el cabello puede crecer hasta 15 centímetros (seis pulgadas) al año. El único material del cuerpo que crece más rápido que el cabello es la médula ósea.

El cabello crece en ciclos, o sea que los folículos pilosos no están activos al mismo tiempo. El ciclo de vida del cabello tiene tres etapas: fase de crecimiento, fase de transición y fase de reposo, llamadas anágena, catágena y telógena, respectivamente.

La mayor parte de los cabellos están en la fase anágena, o de crecimiento, durante la cual, las células del bulbo se dividen rápidamente y empujan hacia arriba y afuera del folículo los cabellos más viejos.

En la fase anágena, los cabellos crecen cerca de un centímetro cada 28 días, y pueden mantenerse en esta fase de crecimiento activo hasta por seis años. La duración de la fase de crecimiento varía de persona a persona. En personas de cabello naturalmente corto, la fase anágena es más corta. El cabello largo es indicio de un periodo de crecimiento más prolongado.

Sigue la fase de transición, o catágena, que es la porción del ciclo de vida en que el crecimiento se detiene; es la más corta, y dura de dos a tres semanas.

Los pelos catágenos se llaman, en inglés, “pelos bastón”. El bulbo de la base del folículo piloso se endurece y se pega a la raíz del tallo, de manera que se forma un tejido blanco observable en los cabellos que acaban de caerse.

Los cabellos que llegan a su cepillo, peine o almohada están en la etapa final del ciclo de vida, o fase telógena, durante la cual se relaja el folículo que estaba creciendo activamente y el pelo cae. Esto sucede cuando los “pelos bastón” son empujados hacia afuera del folículo por los nuevos, que ocupan su lugar.

El telógeno dura aproximadamente 100 días, y es normal perder de 25 a 100 pelos telógenos a lo largo del día. Usted se percata de que se están cayendo cuando pasa los dedos entre los cabellos. Al masajearse el cráneo durante el champú también pueden caerse pelos telógenos.

Tenga cuidado con su cabello, sin importar la etapa del ciclo de vida en que se encuentre. Los más cortos apenas inician la fase anágena. Aquellos cuya longitud es más uniforme, están a punto de llegar a la transición de catágenos a telógenos. Sea siempre cuidadoso al cepillar y peinar el cabello. No es conveniente arrancar los pelos que están creciendo.

Textura y color: el estilo con el que nació

Muchas personas recurren a productos y herramientas para que su cabello luzca como ellas quieren, pero cada quien nace con un estilo de cabello natural, determinado por la forma de los folículos pilosos y el pigmento del cabello.

La forma de los folículos pilosos moldea el cabello y la forma en que crece, y produce un aspecto y textura únicos. Si usted observara al microscopio el corte transversal de un pelo, vería la forma de los folículos pilosos.

Si el folículo es circular, el cabello es lacio; si el folículo es de forma elíptica u ovalada, el cabello también es lacio, en tanto que el ondulado proviene de folículos elípticos de mayor diámetro. Los folículos pilosos en forma de listón, dan lugar al cabello rizado.

¿Pero qué determina la forma de los folículos pilosos? La etnicidad tiene mucho que ver.

En las personas de ascendencia africana, los folículos pilosos tienen forma de listón, que resultan en cabello rizado. Las de antecedentes asiáticos, presentan folículos mucho más redondeados que producen cabellos lacios. En los caucásicos, los folículos suelen ser elípticos, de modo que su cabello puede ser lacio u ondulado.

En cuanto al color del cabello, se debe al pigmento melanina. La melanina se acumula en la corteza del tallo del pelo; es el mismo pigmento que se encuentran en las células cutáneas (llamadas melanocitos) que determinan el color de la piel.

Mucha melanina en la corteza resulta en cabello oscuro, y mientras menos melanina se tenga, más claro será el cabello. Las canas aparecen al envejecer, cuando en la corteza ya no se forma melanina.

La forma de describir el color y la textura del cabello no es una sola; el crecimiento del cabello forma parte de un espectro, de ahí que sea más o menos lacio o rizado; más o menos oscuro o claro. Estas variaciones se hacen notables si observa el cabello de sus padres o hermanos. No hay dos cabelleras idénticas, siéntase orgulloso del aspecto y estilo único de su cabello.

Su cabello, piel y uñas

No debe sorprender que el pelo, la piel y las uñas formen parte del mismo sistema corporal, el integumentario. Como están hechos del mismo material, de queratina, tienen mucho en común. Veamos:

  • La queratina del cabello es como la de las uñas de pies y manos. Esta proteína es la que hace que el cabello y las uñas sean duros y resistentes.
  • El pelo sale de la piel, igual que las uñas. Ciertos pliegues profundos de la epidermis, en el extremo de los dedos, empujan capas de células cutáneas queratinizadas hacia la superficie, que son las uñas de manos y pies.
  • Las células cutáneas llamadas queratinocitos también producen queratina, que ayuda a que la piel haga las veces de barrera protectora.
  • Así como no duele cortarse el cabello, también es indoloro cortarse las uñas, pues ni en uno ni en las otras hay terminaciones nerviosas.
  • El color del cabello y el color de la piel dependen del mismo pigmento, llamado melanina.

Cómo tener un cabello saludable

La mejor manera de ayudar a que el cabello luzca, es llevar un estilo de vida saludable. De la higiene a la dieta, hay muchas formas de hacer feliz al cabello, empezando con buenas prácticas de higiene que lo mantengan limpio.

  1. Lávese el cabello con frecuencia

Aplique champú y acondicionador para el cabello con frecuencia, lo recomendable es un día sí y un día no. Al lavar el cabello con champú se evita la acumulación de las grasas y la suciedad que lo opacan. Los acondicionadores favorecen la suavidad y el brillo naturales del cabello.

  1. Cepíllese suavemente el cabello

Después de lavarlo, cepille suavemente el cabello, así eliminará los nudos o marañas. Empiece a desenredarlo de abajo hacia arriba, para evitar jalones.

  1. Córtelo regularmente

Cuando un estilista profesional recorta las puntas del cabello regularmente, este mantiene su belleza y suavidad. Cuando se dañan las puntas, pueden tornarse frágiles y hacer que el tallo de los cabellos se troce. Al cortarse el cabello, se eliminan las puntas que empiezan a abrirse, y así se evita que los daños sigan difundiéndose.

  1. Alimentación para un cabello saludable

En cuanto a la dieta, hay alimentos que ayudarán a que su cabello luzca y se sienta hermoso. Concéntrese en consumir estos nutrientes esenciales todos los días:

  • Hierro: Usted necesita hierro en su dieta para que la sangre siga fluyendo hacia los folículos pilosos. Las carnes rojas magras, la espinaca y los cereales y granos fortificados contienen hierro.
  • Vitamina C: Este poderoso antioxidante favorece la producción de colágeno. El colágeno es importante para la piel, y también puede ayudar a fortalecer el cabello. Busque vitamina C en pimientos, frutas cítricas y bayas.
  • Vitamina A: Si quiere que su cabello crezca y tenga brillo natural, valore la vitamina A en su dieta. En el camote, las zanahorias y la espinaca abunda la vitamina A. Este carotenoide favorece la producción de sebo, que es el acondicionador natural del cabello. Se ha demostrado también que la vitamina A favorece que el cabello nazca más grueso y abundante.
  • Ácidos grasos omega 3: Estas grasas saludables ayudan a mantener el cabello brillante y con cuerpo. Busque los omega 3 en pescados grasos, nueces, semillas y aguacate.
  • Biotina: Esta vitamina B apoya la producción natural de queratina en el organismo, cuya deficiencia grave se ha relacionado con la pérdida de cabello (además de otras vitaminas B, incluidas riboflavina, folato y vitamina B12). Sin embargo, a pesar de la popularidad de la biotina en los suplementos para el crecimiento del cabello, no hay investigaciones clínicas que demuestren beneficios de dosis extremadamente altas en personas saludables. La carne de res, los huevos y el salmón son fuentes de biotina.

Cuidado del cabello

Los buenos hábitos y una dieta adecuada siempre están de moda, y son los primeros pasos del cuidado de un cabello saludable. Usted puede lograr que su cabello luzca fabuloso con buenos hábitos de higiene y cortándolo regularmente. Aplique un protector contra el calor antes de peinar con secadora o plancha, y suplemente su dieta con nutricionales que tiendan a mantener su belleza natural ocupándose de los cuidados que su cuerpo necesita.

Siéntase confiado con un estilo de vida saludable para el cabello, y así, este se vea hermoso muchos años.

Acerca del autor

Sydney Sprouse es una escritora independiente sobre temas de ciencia residente en Forest Grove, Oregon. Tiene una licenciatura en biología humana de la Universidad Estatal de Utah, en donde trabajó como investigadora y escritora en su etapa de pasante. Sydney ha estudiado ciencias toda su vida y su objetivo es traducir las actuales investigaciones científicas tan efectivamente como sea posible. Escribe con particular interés sobre biología humana, salud y nutrición.

Omega 3. Omega 6. Tal vez usted ya ha oído por ahí estos términos, pero aún siguen siendo un misterio. ¿Serán señales de identificación militares, jerga de redes sociales o algo completamente distinto? Sus crípticos nombres ni pistas dan, ¡pero no tema! Ya está en el lugar indicado para aprender sobre los ácidos grasos esenciales omega 3 y omega 6.

¿Qué son los ácidos grasos esenciales?

El mundo de las grasas dietarias puede ser un poco confuso. Las dietas de moda y la información contradictoria pueden hacer difícil entender las grasas, en especial considerando que “grasa” es un término comodín para una amplia variedad de compuestos que pueden actuar en favor o en contra de usted.

Están las grasas cis insaturadas y saludables que representan una buena fuente de energía, además de que ayudan a mantener a raya el colesterol (siempre que esté ya en el rango normal), y a mantener en niveles normales y saludables el azúcar de la sangre.

Luego están las grasas saturadas trans y las de origen animal, las cuales pueden provocar confusión en los procesos internos, como el metabolismo, el flujo sanguíneo y la funcionalidad hormonal. Manténgase alejado de las grasas trans y limite el consumo de grasas saturadas. Para abundar sobre estos puntos y refrescar la memoria, revise este artículo que acaba con los mitos sobre la grasa dietaria.

Después de este breve desvío, esperamos que ya esté informado sobre las grasas y cómo influyen en su organismo. Entonces, pasemos a los ácidos grasos esenciales sin los cuales no se puede vivir.

Ya se habrá usted enterado de que las grasas poliinsaturadas son benéficas para el cuerpo humano, lo cual, en general, es cierto, pero hay grasas poliinsaturadas específicas que se llaman ácidos grasos esenciales (AGE).

Constituyen una familia de compuestos grasos que desempeñan importantes funciones en el cuerpo. Se les llama esenciales porque, a diferencia de otras grasas, el organismo no puede sintetizarlas, más bien se obtienen de los alimentos ingeridos, como nueces, semillas y pescado (más al respecto después). Hay dos clases de ácidos grasos esenciales: omega 3 y omega 6.

Analicemos uno por uno, empezando con los omega 3.

A fondo con los ácidos grasos omega 3

 

Los ácidos grasos omega 3 son necesarios para el desarrollo y funcionamiento normal, especialmente dentro del cerebro. Más específicamente, hay omega 3 que mantienen el adecuado funcionamiento del organismo, en concreto, los ácidos eicosapentaenoico, el docosahexaenoico y el alfa linolénico. De los tres, este último es el único ácido graso esencial, pero todos desempeñan importantes funciones en el cuerpo. (El ácido eicosapentaenoico y el docosahexaenoico se consideran condicionalmente esenciales).

Ácido eicosapentaenoico (EPA)

El EPA es muy importante durante toda la vida porque es uno de los principales componentes de las membranas celulares del cuerpo; les proporciona estructura, además de calidad protectora, protección que se presenta de varias maneras.

Primero, inhibe la formación de colesterol dentro de la membrana, de tal forma que optimiza su permeabilidad para proteger a la célula.

Segundo, el EPA ayuda a proteger a la célula de los efectos negativos de los radicales libres. La peroxidación de los lípidos es un proceso oxidante que denigra las grasas, además de que crea radicales libres perjudiciales. Este importante ácido graso favorece la salud celular evitando que la membrana pase por ese proceso dañino.

En un estudio reciente se demostró que células tratadas con EPA se estabilizaban en presencia de dicho ácido, incluso si se hacían participar otros factores en la mezcla, como mantener la estabilidad en caso de incrementos de temperatura, condición que simulaba procesos del organismo. Esto era válido también en presencia de niveles crecientes de colesterol y, por lo tanto, de mayor permeabilidad.

Las células tratadas con EPA soportaban diferentes condiciones difíciles, lo que llevó a los investigadores a concluir que el impacto de dicho ácido en la estructura y la fluidez de la membrana celular indica un papel importante en el mantenimiento de la salud cardiovascular y endotelial (células que recubren los vasos sanguíneos).

El EPA tiene otros vínculos para apoyar a la salud cardiovascular. Un subproducto del EPA es un subgrupo eicosanoide llamado prostaglandinas, conocidas por su efecto positivo en la vasodilatación. Son muchas palabrotas, pero esto básicamente significa que uno de los componentes del EPA ayuda a soportar la dilatación saludable (ampliación y estrechamiento) de los vasos sanguíneos.

Ácido docosahexaenoico (DHA)

El DHA es supuestamente el ácido graso esencial tipo omega 3 más concentrado del organismo. Se observa en un estudio que este ácido representa 97 y 93 por ciento de todos los omega 3 del cerebro y la retina, respectivamente.

EL DHA se ha analizado mucho y sus beneficios son de gran alcance. Décadas atrás, los investigadores estudiaron a un grupo de individuos de una población inuit de Groenlandia y comparon su dieta y sus problemas de salud con individuos de Dinamarca. La dieta de los inuit dependía en gran medida de pescado rico en ácidos grasos omega 3.

El estudio mostró evidencias de mantenimiento de la salud cardiovascular y articular en el grupo inuit no observadas en el grupo de Dinamarca. Muchos de estos resultados se han atribuido a los mecanismos del DHA favorables para obtener respuestas inmunitarias normales y saludables en el organismo.

Ácido alfa linolénico (ALA)

Es hasta cierto punto sorprendente que el ácido alfa linolénico sea esencial porque no hace mucho en el cuerpo en su forma nativa, pero una vez ingerido, puede convertirse en EPA y DHA, las formas más activas de ácidos grasos omega 3. Este proceso de conversión no es muy eficiente, de tal forma que es importante consumir suficiente ALA. Consumir alimentos ricos en ácido alfa linolénico, como nueces, ayudará a garantizar cuando menos un ligero aumento en los otros ácidos grasos esenciales.

Como la conversión de ALA a los otros omega 3 es más bien baja, los investigadores han preferido enfocar sus análisis en el impacto del EPA y el DHA en el organismo, pero algunos sugieren que el efecto del ALA puede haberse subestimado en estudios tendientes a analizar más de cerca el EPA y el DHA. No obstante, por su estrecha relación con estos últimos, aún se le considera una grasa benéfica que usted debe incluir en su dieta.

Ácidos grasos omega 6, ¿doblemente buenos?

 

No exactamente. No porque el número pase de tres a seis, los ácidos grasos omega 6 son mejores. De hecho, las propiedades de unos y otros son similares, solo que en diferentes formas. Los dos omega 6 más comunes son el ácido linoleico y su derivado, el ácido araquidónico (ARA).

Ácido linoleico

Si a usted le interesa la principal grasa poliinsaturada presente en aceites vegetales, semillas y nueces, lo que busca es el ácido graso esencial llamado ácido linoleico

Como el EPA y el DHA, el ácido linoleico desempeña un importante papel en el mantenimiento de la salud del corazón. Los investigadores fundamentaron esta conclusión en estudios en que la grasa saturada se cambió por una alternativa rica en ácido linoleico. El resultado fue que los sujetos observaron optimizaciones en su salud, niveles de colesterol normales.

Como los aceites vegetales son de uso común, es fácil incluir este ácido graso esencial en su dieta, si bien usted debe analizar con todo cuidado sus consumos antes de hacer más cambios para incrementar el ácido linoleico. Como verá en un momento, el consumo exagerado de omega 6 puede dar lugar a un efecto indeseable.

Ácido araquidónico (ARA)

El ARA desempeña muchas funciones en el organismo. Estructuralmente, gracias a sus múltiples vínculos cis dobles, es curvo, como una horquilla de pelo, forma que da a las membranas celulares su flexibilidad. Como usted recordará, el EPA imparte estructura a las células, pero dentro de esa estructura, la fluidez y flexibilidad son igualmente importantes. Esta flexibilidad permite que haya permeabilidad selectiva y que sustancias importantes entren a la célula y otras se queden fuera. Además, esta característica permite que el ARA participe en la señalización celular y la regulación de los canales de iones.

Cuando se metaboliza, el ácido araquidónico se descompone en prostaglandinas. Estos metabolitos, ya mencionados antes, pueden ayudar a que el sistema inmunitario de su organismo se involucre y favorezca un funcionamiento normal y saludable.

Balance entre ácidos grasos esenciales

Si bien los ácidos grasos omega 6 son importantes y producen beneficios, solo lo hacen hasta cierto punto. Si se consumen en grandes cantidades, dejan de apoyar a las células. De hecho, si su concentración llega al grado de eclipsar la de los omega 3, se relacionan con efectos negativos en la salud.

No se confunda: los omega 6 no le hacen daño, son necesarios, después de todo, así que los necesita, pero es conveniente equilibrar su consumo con el consumo de los omega 3.

La mayoría de los científicos coincide en que la proporción ideal entre omega 6 y omega 3 va de 4:1 a 5:1. El problema es que en la dieta occidental típica es de dos a 10 veces más elevada (entre 10:1 y 50:1). Entonces, asegúrese de que su consumo de grasa sea equilibrado, como casi todo en la vida.

Vuelve la grasa a los alimentos

 

No es común la deficiencia de estas grasas esenciales, pero siempre es buena idea incrementar los niveles de ácidos grasos omega 3 (ALA, EPA y DHA). A continuación, algunas sugerencias sobre cómo enriquecer su alimentación con estas grasas benéficas.

  • El pescado graso de agua fría es rico en ácidos grasos omega 3. La próxima vez que vaya al mercado, pida específicamente arenque, macarela, salmón y atún. El cuadro siguiente muestra una imagen clara de lo que ofrece cada tipo de pescado:
Pescado

(3 oz/85 gramos)

EPA

(g/porción)

DHA

(g/porción)

Arenque 0.77 0.94
Macarela 0.43 0.59
Robalo de mar 0.18 0.47
Salmón (natural) 0.35 1.22
Salmón (enlatado) 0.28 0.63
Atún (enlatado en agua) 0.20 0.17
Atún de aleta amarilla 0.01 0.09
  • Las nueces y semillas son una magnífica opción para incrementar el ácido alfa linolénico. Ambas son perfectas para una colación vespertina. También puede recurrir a ellas para hacer más divertida una comida ya preparada, como una ensalada.
Nueces o semillas

(1 oz o 28 gramos a menos que se indique otra cosa)

ALA

(g/porción)

Semillas de chía 5.06
Nuez negra 0.76
Nuez inglesa 2.57
Semillas de linaza (1cucharada) 2.35
  • Para incrementar el ARA, recurra al pollo y el huevo. Si bien está presente en otras carnes y mariscos, es mucho más abundante en el pollo y el huevo.
  • Los aceites vegetales son un sustituto inteligente de la mantequilla y la manteca si usted pretende incrementar los ácidos grasos esenciales en su dieta. Al freír o saltear un alimento, prefiera un aceite de base vegetal a las opciones de grasas saturadas.
  • Si las opciones anteriores no son realistas por restricciones dietarias o gustos personales, siempre puede recurrir a suplementos y así incrementar el consumo de ácidos grasos esenciales. Los suplementos de aceite de pescado, como BiOmega, ofrecen porciones saludables de los omega 3 EPA y DHA.

Misterio revelado

 

Ahora que se ha revelado el misterio, ya cuenta con conocimientos básicos sobre los ácidos grasos esenciales que le permitirán tomar decisiones informadas en lo relativo a su dieta. A sus células, cerebro y corazón les encantará que haya optado por los ácidos grasos esenciales.

Acerca del autor

Jenna Templeton es educadora en temas de salud y escritora independiente en temas de ciencia, reside en Salt Lake City, Utah. Después de recibir su título en ciencias con especialidad en química en Viginia Tech, Jenna pasó cinco años como investigadora científica en la industria nutricional. Este trabajo estimuló su interés por el bienestar personal, lo que la llevó a estudiar una licenciatura en promoción y educación en temas de salud en la Universidad de Utah. Fuera de su trabajo, Jenna disfruta la música en vivo, la jardinería, todo lo que tenga que ver con comida y jugar en las montañas Wasatch.

 

Es muy probable que usted, o la persona sentada junto a usted, haya estado a dieta en el último año. Las estadísticas muestran que en los últimos 12 meses, 49.3 por ciento de la población intentó bajar de peso poniéndose a dieta. Existe la posibilidad de que durante su vida, haya estado a dieta cuando menos cinco veces, tal vez más.

Tiene sentido: usted vive en una cultura obsesionada por el peso. Y ya lo sabe, el peso está estrechamente relacionado con la salud. Y al tratar de bajar esos kilos, tal vez se ha preguntado qué es una dieta saludable.

Paleo. Keto. Baja en grasa. Baja en carbohidratos. Vegana. Frutariana. Whole30. Wheat Belly. Jenny Craig. Dukan. Dubrow. Fit for Life. Carnivore. South Beach. Atkins. Si usted quiere bajar de peso, hay muchas opciones, cada una con sus pros y contras.

Estadística aleccionadora: se estima que 95 por ciento de las personas que bajan de peso con una de las dietas de moda restrictivas, lo recupera en un lapso de uno a cinco años. Y con tantas recomendaciones tan diferentes, es difícil saber en quién confiar o cómo comer realmente.

Incluso si una dieta restrictiva ayuda a bajar de peso a corto plazo, ¿es una buena idea comer así toda la vida? ¿Que nunca vuelva a entrar un carbohidrato al organismo? ¿O dejar de comer fruta? ¿O solo comer fruta? ¿Y eso de llenarse de mantequilla y tocino?

Es alucinantemente abrumador, y analizando las estadísticas, es bastante difícil rebatir el argumento de que las dietas de moda sencillamente no funcionan. Como dijo Susan Powter, icono del acondicionamiento físico en los noventa, llegó el momento de “detener esa locura”.

Diga adiós a las dietas de moda para siempre

Piense en esto: si fuera imposible que su cuerpo volviera a bajar otro kilo de peso, ¿eso significaría que usted debería dejar de comer alimentos saludables? Por supuesto que no.

Siempre será un fracaso adoptar dietas de moda de corto plazo para bajar de peso. La respuesta está en enfocarse en comer en función de la salud por el resto de la vida, no en restringirse durante poco tiempo para tratar de llegar a cierto número de la báscula.

La salud viene en todos los colores y sabores. Independientemente del peso, usted merece sentirse de lo mejor todos los días. Proporcionar al organismo la nutrición que necesita para florecer según se ha demostrado científicamente es muy gratificante. La salud lo hará brillar. Su cuerpo se sentirá bien, se llenará de energía, y usted se sentirá mental y emocionalmente listo para hacer frente a sus objetivos y retos todos los días.

También hay beneficios de largo plazo. Comer saludablemente se ha relacionado con el mantenimiento de la salud de virtualmente todas las partes del cuerpo, incluidos corazón, cerebro, huesos y articulaciones, así como el funcionamiento metabólico, por no mencionar más que unos pocos.

La clave del éxito está en cambiar de por vida el comportamiento, en encontrar una forma de comer que se sienta natural y que usted pueda disfrutar siempre. Una relación más positiva con los alimentos saludables le ayudará a tener una larga vida saludable y a disfrutar con sus seres queridos lo que le gusta.

A continuación presentamos un resumen de cómo es una dieta saludable basada en lo que la ciencia de los alimentos ha demostrado como más favorable para la salud. También incluimos pautas y objetivos hacia los cuales encaminarse para hacer un cambio gradual y permanente en la forma de comer todos los días.

¿Qué es una dieta saludable?

La mayoría de la gente se equivoca: come cosas que la sobrecargan y no lo suficiente de lo que le ayudará tener una larga vida saludable.

En un estudio llevado a cabo en 2019 se encontró que el consumo de casi todos los alimentos saludables está por debajo de los niveles óptimos. Los investigadores informaron que los alimentos saludables que usted no consume son tan importantes, si no es que más, que los alimentos no saludables que tal vez consume con demasiada frecuencia. Observaron que “desde una perspectiva global, una dieta subóptima causa más muertes que cualquier otro riesgo, incluido el consumo de tabaco”.

En cuanto a impactos negativos en la salud, el bajo consumo de granos integrales y frutas fue el peor factor. No consumir suficientes nueces y semillas, verduras, ácidos grasos omega 3, fibra y grasas poliinsaturadas también influyó negativamente en la calidad de vida. Además, el consumo exagerado de sal representó un problema grave para la salud de largo plazo.

Este estudio arroja luz sobre lo que usted necesita incluir para lograr una dieta saludable, en vez de enfocarse solo en lo que usted tiene que restringir. El autor Michael Pollan lo resumió sencillamente en su libro In Defense of Food [En defensa de la comida], cuando hizo notar que debemos “consumir alimentos. No exageradamente. Principalmente plantas”.

Los patrones dietarios saludables suelen ser una variante de la dieta mediterránea (inspirada en patrones dietarios tradicionales de países aledaños al mar Mediterráneo). Estas dietas ponen énfasis en alimentos integrales mínimamente procesados: verduras, frutas, granos integrales, frijoles, lentejas, nueces, semillas y grasas benéficas (especialmente aceite de oliva extra virgen).

Este tipo de dieta puede ajustarse a prácticamente todas las preferencias dietarias, culturales o éticas, puede ser saludable con o sin comidas de base animal, aunque para garantizar que las dietas veganas y vegetarianas sean completas y balanceadas se requiere cierta planeación. A muchas personas les parece que incluir algo de carne en la dieta les ayuda a controlar mejor el hambre, pero esto es muy personal. También se puede optar por productos de origen vegetal orgánicos o de animales alimentados con pastos o criados en pastos abiertos.

Y lo mejor para calmar la sed es el agua pura y simple.

Piense en las bases científicas de una dieta saludable

Son numerosas las evidencias de que apegarse a una dieta de alimentos integrales basada en vegetales favorece los resultados de salud que más importan, lo cual se traduce en más años de vida y más vida en sus años.

Una dieta saludable proporciona muchos de los nutrientes que usted necesita para estar bien, entre otros, ácidos grasos omega 3, fibra y antioxidantes —además de una gama de vitaminas y minerales— que, en conjunto, resultan en importantes beneficios para la salud, beneficios demostrados en muchos estudios, en miles de personas.

En un estudio aplicado a 23,153 alemanes de entre 35 y 65 años se encontró que el consumo de fruta, verduras y pan de granos integrales, aunado a un bajo consumo de carne, se relacionaba con una mejor salud. Los resultados fueron aún más significativos en quienes mantenían un índice de masa corporal (IMC) saludable, nunca fumaron y hacían tres horas y media, o más, de ejercicio a la semana.

En un estudio que llevó a cabo la Organización Mundial de la Salud se encontró que nunca es demasiado tarde para empezar a comer mejor: observaron un incremento de dos años en la expectativa de vida a los 60 años en quienes se apegaron a patrones de dieta saludables.

Se ha demostrado en muchos estudios y ensayos clínicos que una dieta de estilo mediterráneo ayuda a mantener:

  • una saludable relación entre la circunferencia de la cintura y el peso corporal, y el IMC
  • colesterol normal
  • glucosa sanguínea saludable
  • lipoproteínas/lípidos sanguíneos normales
  • presión y circulación sanguíneas saludables
  • funcionamiento cognitivo normal

Reducción del índice glicémico y dieta saludable

 

En general, un patrón de alimentación saludable consta de alimentos de un índice o carga glicémicos bajos. https://askthescientists.com/glycemic-index/

En lo que respecta al índice glicémico, el sentido común debe dictar sus decisiones. El objetivo es limitar los alimentos procesados bajos en nutrientes, con azúcares y almidones refinados, no los alimentos naturales. Muchas verduras y frutas ricas en almidón, por ejemplo, las zanahorias, tienen un índice glicémico alto.

Pero no hay pruebas de que estos alimentos sean dañinos.

De hecho, en una reseña de 2018 se demostraron los enormes beneficios relacionados con el consumo de múltiples raciones de frutas enteras, y ello, gracias en parte a su contenido de fibra y sus efectos prebióticos (p. ej., lo bien que alimentan a las bacterias buenas del intestino). Se observaron beneficios en la salud cardiovascular, digestiva, metabólica, respiratoria y ósea. Además, el consumo de fruta mejoró las mediciones de bienestar psicológico y la salud de la piel.

Un día en la vida de una dieta saludable (para adultos)

Hasta ahora ya habrá digerido un buen panorama de lo que incluye una dieta saludable, entonces, veamos más de cerca cómo estos alimentos pueden constituir su forma de comer diariamente.

Las siguientes directrices reflejan las semejanzas y diferencias de los patrones de alimentación saludable sólidamente establecidos, que incluyen la dieta mediterránea, los enfoques dietéticos para detener la hipertensión [Dietary Approaches to Stop Hypertension] (conocidos como DASH, por sus siglas en inglés), la intervención de la dieta mediterránea-DASH para el retraso neurodegenerativo [Mediterranean-DASH-diet Intervention for Neurodegenerative Delay] (MIND, por sus siglas en inglés), el flexitarianismo (o semivegetarianismo) y las Pautas dietéticas para estadounidenses [USDA Dietary Guidelines].

Pautas para llevar una dieta saludable
Grupo de alimentos Número de porciones
Granos integrales 6–8 al día
Verduras 5+ al día de un arcoíris de colores

  • 1 o más de hojas verde oscuro
  • 1 verdura con almidón (ejemplos: patata, elote, chícharo, plátano, yuca, habas)
Frutas 3–5 al día

  • Incluir moras cuando menos 3 veces a la semana
Fuentes de proteínas *Cumpla con su rango meta en gramos* (ver abajo)

Busque incrementar las proteínas derivadas de fuentes vegetales, como leguminosas y frijoles, alimentos de soya (tofu, tempeh), nueces y semillas sin sal

  • Hasta 7 huevos a la semana

 

Si come carne, limítela a 6 porciones a la semana de diversas fuentes:

  • 2–3 a la semana pescado/mariscos (porción de 170 g [6 oz.])
  • 2–4 a la semana carne magra/ave sin piel (porción de 90 g [3 oz.])
Lácteos 1–3 bajos en grasa o sin grasa al día
Grasas y aceites 2–3 cucharaditas al día

  • Limitar a una porción o menos cuando no sea aceite de oliva extra virgen o de alguna otra fuente vegetal
Dulces Moderadamente, deben representar solo 5–10 por ciento de las calorías diarias

  • Pruebe el chocolate oscuro constituido de cuando menos 70 por ciento de cacao o más, y vigile el contenido de azúcar
Bebidas Agua, suficiente para mantenerse hidratado (se recomienda tender a ocho vasos al día)

Café o té al gusto

1 porción de vino /alcohol al día, al gusto

Sal ~1 cucharadita TOTAL al día (incluye la sal de alimentos preparados, por eso, revise las etiquetas de los alimentos)

1,500–2,300 mg de sodio

Ningún alimento está prohibido, todo cabe en una dieta saludable, pero con una salvedad: algunos alimentos deben consumirse muy limitadamente, de ahí su apelativo de alimentos para “ocasiones especiales”.

Generalmente, los alimentos para ocasiones especiales son los peores para la circunferencia de la cintura y la salud. Saboréelos sin culpa cuando ceda a la tentación, pero resérvelos para unas cuantas veces al mes:

  • Postres y alimentos endulzados con azúcar
  • Papas fritas y botanas procesadas
  • Granos refinados, como pan blanco o pasta
  • Platillos fritos o con abundante grasa
  • Carnes procesadas y embutidos (tocino, salami)
  • Bebidas carbonatadas o jugos de fruta

Todo está en encontrar el equilibrio que a usted le funcione, en dar con lo que disfruta, en prestar atención a lo que le dice su cuerpo, no solo las papilas gustativas. ¿Qué le gusta a su organismo? ¿Cómo se siente con ciertos alimentos? Puede ser útil anotar estas preguntas en un diario de alimentación.

Pruebe cosas nuevas, pero no se obligue a comer lo que no le gusta. La mejor dieta es la constituida por los alimentos más saludables y nutritivos que disfrutará toda la vida.

Piense en los macros

En general, los expertos recomiendan ciertas proporciones de macronutrientes en la dieta cotidiana. No se obsesione con las cifras. Si su dieta es saludable, como la descrita antes, con un poco de planeación se acercará a estos rangos.

Carbohidratos y fibra

  • 45–65 por ciento de las calorías dietarias deben provenir de carbohidratos (sobre todo de granos integrales, frutas y verduras)
  • 25–37 gramos de fibra al día

Proteínas

  • Tienda a consumir de .8 a 1.2 gramos of proteína por kilogramo (kg) de peso corporal repartidos uniformemente durante del día. (Las personas maduras, las que quieren bajar de peso y las muy activas deben consumir proteínas según el rango más alto).
    • Para calcular su peso en kg, divida su peso en libras (lbs.) entre 2.205, luego multiplique esa cantidad por .8 y 1.2 para obtener el rango.
    • Por ejemplo, si usted pesa 150 lbs.
      • 150/2.205=68
      • .8(68) = 54
      • 2(68)=82
      • Su rango es 54 a 82 g proteína al día
    • 15–25 por ciento de las calorías dietarias deben ser de proteínas

Grasas

  • 20–35 por ciento de las calorías diarias deben ser de grasas dietarias
    • 90 por ciento del consumo dietario de grasas debe provenir de grasas no saturadas
    • Menos de 10 por ciento del consumo dietario de grasas debe provenir de grasas saturadas

Toda una vida de bienestar empieza con una dieta saludable

Una dieta saludable es solo uno de los ocho pilares de la salud y el bienestar holístico. En este artículo se resume la forma en que, demostradamente, ciertas variantes de la dieta mediterránea favorecen la vitalidad y el bienestar. Otros aspectos de la cultura mediterránea también son parte esencial de un estilo de vida saludable: hacer mucho ejercicio y descansar adecuadamente, además de crear relaciones sociales sólidas.

Cada día y cada comida representa una oportunidad de tomar decisiones adecuadas. Crear hábitos positivos es la clave del éxito a largo plazo. Por eso, comprométase, diga adiós a las dietas de moda para siempre y rompa con el ciclo de alimentación no saludable. Empiece con objetivos fáciles y recurra a la ciencia de la automotivación para emprender hoy la jornada hacia una vida de buena alimentación y buena salud.

Para saber más sobre cómo adoptar una dieta saludable con alimentos integrales, descargue la Guía de Alimentos USANA®, donde encontrará una lista de alimentos saludables, intercambios inteligentes, menús muestra para una semana y tamaños de las porciones. También incluye sugerencias para la lista de compras, además de formatos en blanco para la lista, hojas de trabajo para la planeación de las comidas y mucho más.

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Su cuerpo posee una fuerza de seguridad de grandes dimensiones, muy bien entrenada para protegerlo del constante ataque de invasores externos que tratan de entrar en él. Es lo que usted conoce como sistema inmunológico, y es una red de células, tejidos y órganos que trabajan de manera coordinada para darle a su cuerpo protección total, todo el tiempo. Sin que usted lo sepa, su sistema inmunológico identifica y repele una gran variedad de amenazas cotidianas, y lo hace estableciendo una distinción entre estos patógenos y sus tejidos saludables. Sin embargo, este increíble sistema en ocasiones se tropieza con objetos menos dañinos —como el polen— y así es como se desencadenan sus alergias estacionales.

Los síntomas característicos de las alergias —como el flujo nasal, ojos llorosos y los estornudos— cobran sentido cuando usted considera la función que desempeña su nariz, sus ojos y su boca. Son un fácil punto de entrada para los invasores, así que sus lágrimas y su mucosidad están equipados con una enzima llamada lisosoma. Esta enzima tiene la capacidad de descomponer las paredes celulares de diversas bacterias. Su saliva está armada con compuestos antibacterianos, y sus fosas nasales y pulmones están recubiertos por un escudo protector de mucosidad y cubiertos por mastocitos, que son un tipo de glóbulo blanco o leucocito.

Cualquier bacteria o virus que desee entrar a través de estos puntos, primero debe navegar con éxito a través de estas importantes defensas. Las sustancias inofensivas, que no representan amenaza alguna para su salud, también se ven atrapadas por estos medios de defensa y su sistema inmunológico los identifica erróneamente para destruirlos. Esa es la respuesta más básica que existe sobre lo que provoca las alergias.

Pero hay mucho más que vale la pena explorar, especialmente si usted está familiarizado con el mundo de las alergias, caracterizado por lágrimas, estornudos y flujo nasal. Vayamos más a fondo.

Alergias estacionales: qué son y cómo se presentan

Un alérgeno es comúnmente una sustancia inofensiva que puede desatar una respuesta del sistema inmunológico que resulta en una reacción alérgica. Esto es considerado como un tipo de error del sistema inmunológico.

Una alergia estacional (llamada también rinitis alérgica o fiebre del heno), es su sistema inmunológico que reacciona de manera exagerada a sustancia inofensivas presentes en el ambiente durante ciertas temporadas del año. La fiebre del heno recibió originalmente este nombre debido a los síntomas que la gente padecía durante los meses veraniegos, cuando se cosechaba el heno.

El polen es el alérgeno más común en las alergias estacionales. Este polvo fino es producido por árboles, pastos, hierbas y flores, principalmente durante la primavera, el verano y el otoño. La polinización es la transferencia de granos de polen de la parte masculina de una planta a la parte femenina, de manera que pueda ocurrir la reproducción. Esto funciona cuando el polen es liberado en el aire, transportado por el viento, o por insectos, murciélagos y pájaros, para fertilizar otras plantas de la misma especie.

La polinización es un paso muy importante en el ciclo de vida de muchas plantas. Sin embargo, la polinización puede ser espantosa si usted padece alergias estacionales.

Estos pequeños e inofensivos granos de polen flotan en el aire y se abren paso hasta sus fosas nasales. Esto puede desencadenar una respuesta inmunológica dentro de su nariz, lo que puede dar paso a estornudos, flujo o congestión nasal, ojos llorosos y picazón en la nariz o en la garganta. Si bien estos síntomas pueden sonar a un resfriado y experimentarse como tal, no son provocados por un virus. Es solo su sistema inmunológico que está reaccionando exageradamente al “inofensivo” polen de las plantas.

Considerando que puede ser complicado determinar si lo que usted tiene es una alergia estacional o un resfriado, aquí le damos una lista de algunas diferencias.

  • Las alergias estacionales no provocan fiebre.
  • Las secreciones mucosas que usted pueda llegar a tener son por lo general muy líquidas, fluidas y transparentes.
  • Puede sentir picazón en nariz, garganta y oídos, y puede tener ataques de estornudos.
  • Los síntomas de las alergias estacionales por lo general duran más de siete o 10 días debido a que están relacionados con la producción y los niveles de polen.

¿Cómo se desarrollan las alergias estacionales?

Usted no nació con alergias estacionales, pero puede llegar a desarrollarlas a lo largo de su vida.

Todo comienza con la exposición a un alérgeno (moléculas con el potencial de provocar una alergia). Usted ha estado cerca de ellos toda su vida sin problema alguno, pero de repente su cuerpo decide que cierto alérgeno es un invasor que debe ser destruido.

Cuando esto ocurre, su sistema inmunológico estudia el alérgeno y produce proteínas altamente especializadas llamadas anticuerpos IgE para que actúen en su contra. Eso es solo en caso de que haya otra exposición. Una vez que su cuerpo ha quedado sensibilizado, su sistema inmunológico mantiene un recuerdo duradero de ese alérgeno. Este proceso se conoce como “cebado”.

En su próxima exposición, los anticuerpos previamente producidos reconocerán al alérgeno y activarán células inmunológicas especiales para combatirlo y destruirlo. Esos anticuerpos IgE son específicos para un antígeno particular. Por ejemplo, si se trata de polen de ambrosía, los anticuerpos IgE producidos por su sistema inmunológico solo atacarán al polen de la ambrosía.

La posibilidad de desarrollar una alergia comienza en sus genes. Si bien usted no puede heredar de sus padres alergias específicas, la tendencia a desarrollar alergias sí se hereda. Los niños cuyo alguno de sus padres es alérgico, pueden tener hasta 50% más posibilidades de desarrollar alergias. Y si ambos padres son alérgicos, la posibilidad puede aumentar a 80%. Cualquiera puede padecer alergias, pero los niños tienden a verse afectados con mayor frecuencia que los adultos.

Pueden pasar años para que una alergia se desarrolle, y tener una alergia puede hacerlo más proclive a padecer otras. También hay un umbral para la gente que padece alergias, de manera que usted puede tolerar una pequeña exposición, pero estar demasiado expuesto hace que su cuerpo desate una respuesta alérgica. Eso activa los mastocitos en los tejidos nasales y activa la liberación de histamina por parte de los basófilos y los eosinofilos (tipos de glóbulos blancos o leucocitos).

La histamina es un compuesto orgánico que provoca los síntomas más frecuentemente asociados con las alergias. Es responsable de la picazón en la nariz, la garganta o la piel; y también es responsable de los ojos llorosos, de los estornudos y del flujo o la congestión nasal.

Quienes padecen alergias estacionales están familiarizados con los antihistamínicos. Estos medicamentos frecuentemente se utilizan para bloquear los efectos de las histaminas, y es la manera más popular de lidiar con los síntomas de las alergias estacionales.

La temible temporada de alergias

La temporada de alergias está determinada por el lugar en donde usted vive y por aquello a lo que es alérgico. Quienes tienen alergia al polen probablemente le temen a la primavera, al verano o al otoño, que es cuando los niveles de polen están en lo más alto.

Pero ¿qué productores de polen están más estrechamente relacionados con qué estación? Aquí le damos una guía sencilla y rápida:

  • PRIMAVERA: Los árboles (como el roble y el abedul) son una fuente importante de polen durante los meses de primavera. En algunas áreas pueden comenzar a producir polen desde el mes de enero.
  • VERANO: Durante los meses de verano, los pastos (como el raigras y la hierba timotea) son una de las principales variedades de polen causante de alergias.
  • OTOÑO: Durante el otoño, la maleza es la principal causa de alergias. Esto es especialmente cierto en el caso de la ambrosía, que crece casi en todos los entornos.

El hecho de tener una alergia lo hace más proclive a padecer otras. Así que, si un año los síntomas que padece por la ambrosía son más severos de lo usual, podría estar reaccionando a otro alérgeno que también está flotando en el ambiente.

Cómo se convierten en alergias alimentarias las alergias estacionales

Las alergias pueden interactuar de otras maneras inesperadas. Por ejemplo, hasta un tercio de las personas que padecen alergia a ciertos tipos de polen también desarrollan alergias a alimentos que contienen proteínas similares. Esto se conoce como síndrome polen-alimento, o síndrome de alergia oral.

Está causado por alérgenos que reaccionan de manera cruzada y que están presentes tanto en el polen como en frutas y verduras crudas, o incluso en ciertos tipos de nueces. Esto significa que usted podría experimentar picazón en la boca, picazón en la garganta, o hinchazón de labios, boca, garganta y lengua.

Los síntomas del síndrome polen-alimento están igualmente confinados a la boca y la garganta. Ello se debe a que estas proteínas son sensibles a las enzimas gástricas, de manera que son rápidamente degradadas al momento de la digestión, lo que limita el grado de la reacción. Además, estas proteínas son sensibles al calor, de manera que cocinar el alimento en cuestión no provoca la misma reacción. En la mayoría de los casos, los síntomas disminuyen una vez que el alimento es tragado o una vez que sale de la boca.

Si bien no todas las personas que tienen alergia al polen padecen el síndrome polen-alimento, estos son los alérgenos de polen y los alimentos comúnmente relacionados:

  • Polen de abedul: manzana, almendra, zanahoria, apio, cereza, avellana, kiwi, durazno, pera y ciruela.
  • Polen de césped: apio, melones, naranjas, duraznos y tomate.
  • Polen de ambrosía: plátano, pepino, melones, semillas de girasol y calabacín.

Todo acerca de las pruebas para determinar alergias

Usted tal vez suponga qué es lo que desata sus reacciones alérgicas, pero la única forma de estar seguro es haciendo pruebas.

Las pruebas para determinar alergias pueden hacerse en la forma de un pinchazo en la piel o a través de pruebas de sangre. Ambos métodos se utilizan para ayudar a determinar a qué sustancias podría usted ser alérgico. Estas pruebas las aplican médicos especializados en el sistema inmunológico y el tratamiento de alergias, y se aplican además de un detallado examen físico y una vez que se ha hecho su historial médico.

La prueba más comúnmente aplicada es la de alergias en piel. Se considera un método confiable para probar ciertos tipos de alérgenos. Para este procedimiento, se coloca en la piel una pequeña cantidad de alérgenos seleccionados, haciendo un pequeño pinchazo o rasguño en la superficie de su piel.

La prueba de alergias en piel determina alergias específicas con base en la manera en la que su piel reacciona, y los resultados se obtienen muy rápido. Las reacciones en la piel aparecen unos 15 minutos después.

Si usted tiene alguna alergia, presentará una ligera hinchazón en la zona en donde se colocaron los alérgenos. Por ejemplo, si usted es alérgico al polen de abedul, pero no al polen de raigras, solo el polen de abedul provocará enrojecimiento, hinchazón y, posiblemente, picazón. El punto en donde fue aplicado el polen de raigras permanecerá sin efecto alguno.

Si usted está cansado de la batalla contra las alergias estacionales, estas pruebas pueden ayudarle a determinar qué alérgenos desencadenan sus síntomas. Además, estas pruebas pueden ayudar a determinar qué medidas debe tomar para evitar detonantes específicos. También ayudan a identificar las medidas o tratamientos preventivos que probablemente funcionarán mejor para usted.

Entrene a su sistema inmunológico

Dependiendo del tipo de alergia que usted padezca, es posible entrenar su sistema inmunológico para que responda con menos fuerza a ciertos alérgenos con el paso del tiempo, ello con la ayuda de un alergólogo o de un inmunólogo. La desensibilización o la inmunoterapia constituyen tratamientos preventivos para las reacciones alérgicas a ciertas sustancias, incluyendo el polen.

La inmunoterapia implica administrar dosis gradualmente mayores de alérgenos que atacan el sistema inmunológico, ya sea aplicándolos bajo la lengua o como una inyección en la piel. El incremento gradual de las dosis cambia la manera en la que su sistema inmunológico reacciona al alérgeno con el paso del tiempo. Esto puede ayudar a reducir los síntomas de una alergia cuando en el futuro su sistema inmunológico se encuentre con el alérgeno.

Antes de comenzar el tratamiento es importante que su alergólogo lo ayude a identificar qué tipos de polen o qué otras sustancias desencadenan los síntomas de alergia. Antes de que la terapia comience se aplican pruebas en piel, y en ocasiones se hacen pruebas de sangre, para confirmar los anticuerpos para alérgenos específicos.

Para quienes están cansados de los ataques estacionales de estornudos y de dosis constantes de antihistamínicos, la inmunoterapia es un medio de largo plazo para tratar la manera en la que su sistema inmunológico responde a los alérgenos.

Consejos para evitar las alergias estacionales

Si su nariz lo está volviendo loco, ¿qué puede hacer? Evitar el polen puede ser difícil, pero evitarlo sigue siendo una de las mejores maneras de controlar la exposición a los alérgenos durante la temporada de alergias.

Para minimizar su exposición al polen:

  • Manténgase informado sobre los niveles de polen de su localidad consultando en internet u otras fuentes de su comunidad
  • No salga cuando los niveles de polen sean elevados
  • Evite hacer ejercicio al aire libre temprano por la mañana
  • Cuando conduzca su auto, mantenga cerradas las ventanas
  • Evite la jardinería o trabajar en su patio cuando los niveles de polen sean elevados
  • Use una mascarilla para polen cuando salga
  • Considere invertir en un purificador de aire casero
  • No salga en días de mucho viento ni cuando haya ventarrones
  • Mantenga cerradas puertas y ventanas
  • Use gafas de sol cuando salga para mantener el polen lejos de sus ojos
  • Pase la aspiradora con frecuencia para mantener los alérgenos fuera de su casa

Combata el desánimo de la temporada de alergias

Una de las mejores formas de combatir el impacto de las alergias estacionales es a través de conocimiento, preparación y acción. Saber a qué tipos de polen es alérgico, controlar su exposición y tratar los síntomas antes de que se conviertan en algo abrumador puede ayudarle a navegar por los peligros de la temporada de polen.

Igual que una poderosa computadora, el cuerpo siempre está registrando información y utilizándola para tomar decisiones. Sin embargo, usted tiene nervios en vez de una tarjeta de circuitos y un cerebro, más que microchips. En conjunto, el sistema nervioso dirige el funcionamiento del organismo según los mensajes que recibe.

Imagine el sistema nervioso central como un centro de mando biológico que incorpora información del entorno y le dice al organismo cómo reaccionar. El sistema nervioso hace todo esto mientras deja que usted se concentre en vivir su vida, es decir, no tiene que preocuparse conscientemente por responder a cada estímulo que se le presenta. Sería agotador.

Para ahorrar energía mental, se necesita que el sistema nervioso lleve a cabo acciones voluntarias e involuntarias, de lo contrario, usted no podría controlar ni brazos ni piernas, tampoco mantener un ritmo cardiaco constante ni respirar.

A continuación, algunas otras reacciones involuntarias que dependen del sistema nervioso:

  • Visión
  • Parpadeo
  • Estornudos
  • Respuestas de lucha o huida
  • Reflejo de retirada (alejar la mano de una estufa caliente)

El sistema nervioso también ayuda a:

  • Caminar
  • Hablar
  • Aplaudir
  • Cepillarse el cabello
  • Ejercitarse

El alcance del sistema nervioso es enorme. Cada parte del cuerpo está cableado con tejido del sistema nervioso. Usted puede tomar información de manos y pies, o bien, de las articulaciones y el intestino.

Ahora es el momento de conectarse con el sistema nervioso y hacerse una idea de cuánto hace por usted, y también de aprender sobre algunas de las partes y los mecanismos que lo hacen funcionar.

Anatomía: partes del sistema nervioso

En su nivel más básico, el sistema nervioso es un conjunto de células especializadas, llamadas neuronas, que soportan a otras, conocidas como células neurogliales, o solo gliales. Una neurona puede conducir electricidad y secretar mensajeros químicos denominados neurotransmisores. Cada célula nerviosa puede mandar y recibir información de estímulos de dentro y fuera del cuerpo. Las células gliales rodean a las neuronas. Su función es proporcionar apoyo y protección a las neuronas.

Las neuronas tienen un cuerpo celular, igual que otras células, el cual se llama soma y está rodeado de diminutas extensiones parecidas a dedos, las dendritas, que reciben estimulación de las células nerviosas vecinas.

En el cuerpo de la célula sobresale el axón, protuberancia larga que conduce impulsos electroquímicos. Los axones están recubiertos de un tejido graso, la vaina de mielina, el cual aísla al axón y acelera la transmisión de la señal. Imagínese a la vaina de mielina como el aislante que recubre los cables de los dispositivos electrónicos.

La neurona acaba en el axón terminal, que es donde las señales creadas en el interior de la célula nerviosa pasan a la siguiente neurona. Los impulsos nerviosos se transmiten del axón terminal de una neurona a las dendritas de la siguiente. El espacio en que las células nerviosas se encuentran e intercambian información se llama sinapsis.

Las neuronas se enlazan entre las dendritas y los axones terminales y crean una forma densa, como una cuerda. Estos manojos de neuronas se llaman nervios, y recogen las señales de los órganos internos y el mundo exterior para impulsar los mensajes hacia el cerebro.

En el cuerpo hay miles de nervios, cuyo tamaño varía. El más largo se llama nervio ciático, y va de la base de la médula espinal al pie. El nervio troclear es uno de los más pequeños, se encarga del movimiento rotacional del ojo.

Después de las neuronas y los nervios están los órganos más grandes del sistema nervioso: médula espinal y cerebro.

En esencia, la médula espinal es un nervio largo y grueso que se conecta directamente con el cerebro. Los huesos de la columna vertebral le ofrecen estructura y protección, de tal forma que los mensajes pueden viajar sin interrupción desde y hacia el cerebro a lo largo de la médula espinal.

Si usted se imagina el sistema nervioso como una computadora, entonces el cerebro es el disco duro del sistema, el cual recibe todos los mensajes recopilados por los nervios a través de la médula espinal. Luego interpreta esa información e inicia una respuesta.

Cuando usted quiere que su cuerpo lleve a cabo una acción, son las neuronas las que empiezan primero a actuar, mandando impulsos electroquímicos al cerebro a través de los nervios y la médula espinal. El cerebro transmite las instrucciones necesarias para llevar a cabo la tarea por los mismos nervios.

En la sección siguiente, aprenderá más sobre este proceso, el papel de los nervios y las acciones que el sistema nervioso puede ayudarle a llevar a cabo.

Cómo funciona el sistema nervioso

El organismo es fantástico para afrontar el arduo trabajo de la vida diaria, y el sistema nervioso no es la excepción: divide las tareas de percibir y responder a los estímulos entre sus dos partes, el sistema nervioso central (SNC) y el sistema nervioso periférico (SNP).

El SNC constituye el centro de control del sistema nervioso; consta del cerebro y la médula espinal. Todos los nervios que se ramifican a partir de la columna forman parte del SNP. Si bien operan en conjunto, es importante destacarlos de forma independiente, pues cada sección del sistema nervioso desempeña papeles y funciones únicos.

Sistema nervioso central

El SNC es quien manda en el cuerpo; es responsable de coordinar los mensajes que recibe del SNP para ofrecer la respuesta física apropiada. Este proceso se llama integración.

Los nervios del organismo, parecidos a cables, reciben estímulos del entorno y mandan esas señales al cerebro, pero los nervios de manos y pies no se conectan directamente al cerebro, más bien, la médula espinal hace una conexión única en la base del cráneo.

Protegida por las vértebras óseas (huesos de la columna), la médula espinal es el cable que reúne la información de todo el cuerpo. Actuando como una larga vía hacia el cerebro, la médula espinal puede entregar grandes cantidades de datos desde un único puerto, más que de miles de otros más pequeños.

Esto facilita que el cerebro integre todas las sensaciones que usted experimenta con las acciones y movimientos correctos, y cuando llega el momento de responder a los mensajes, puede mandar instrucciones en bloque, lo cual le quita parte del trabajo a las placas cerebrales y le deja a la médula espinal la clasificación y la entrega.

Sistema nervioso periférico

Todos los nervios del organismo (excepto el cerebro y la médula espinal) se conocen colectivamente como sistema nervioso periférico, o SNP, cuya tarea es utilizar los nervios para captar información del ambiente. El SNP inicia las acciones voluntarias e involuntarias, los reflejos y los movimientos intencionales.

El SNP se comunica de ida y vuelta con el cerebro y la columna, y a través de células nerviosas especializadas, las neuronas aferentes y eferentes, hace saber al sistema nervioso central lo que está haciendo el resto del cuerpo.

Las neuronas aferentes también se conocen como neuronas sensoriales, que mandan mensajes hacia el SNC. Tratan con información sensorial, como sonidos, sabores, texturas y olores. Si usted toca una lija o percibe el olor de un pastel mientras se hornea, las neuronas aferentes llevan esos estímulos al cerebro.

Para responder a esas sensaciones, el SNP utiliza neuronas eferentes, que transmiten mensajes e instrucciones desde el SNC. Las neuronas eferentes también suelen llamarse neuronas motoras, y hacen justamente lo que su nombre implica: desencadenar contracciones y movimientos musculares. Las neuronas motoras hacen posible que usted frote los dedos en la lija rugosa, también le permiten darle una mordida a ese pastel que huele tan delicioso.

En las fibras nerviosas hay tanto neuronas aferentes como eferentes, de tal forma que el SNP pueda mandar información sensorial al cerebro y recibir una respuesta motora por el mismo nervio. Para los movimientos voluntarios se necesita este tipo de comunicación de ida y vuelta.

Los nervios del SNP también lidian con cosas ajenas al control consciente, es decir, reacciones involuntarias ante el entorno.

Un ejemplo importante del funcionamiento del SNP es la respuesta de luchar o huir, que se produce cuando usted siente que está en peligro. También puede desencadenarse cuando está preocupado o asustado. En esas circunstancias, el organismo experimenta cambios involuntarios porque usted está estresado.

Tomemos como ejemplo, hablar en público. Conforme se acerca el momento, tal vez observe que el corazón se acelera y le sudan las manos. Incluso podría sentir la boca seca.

Estos síntomas indican que el sistema nervioso periférico cumple con su deber y entra en acción. Las glándulas salivales, las células de la piel y el músculo cardiaco reciben mensajes del cerebro vía el SNP para ajustar su comportamiento y mantenerlo a salvo. Si usted inspira profundamente y calma los nervios (nunca mejor dicho), el ritmo cardiaco vuelve a la normalidad. Usted se siente a salvo y deja de sentir miedo.

El sistema nervioso periférico lleva a cabo una respuesta complementaria a la de luchar o huir, a menudo llamada de descansar y digerir. Los nervios mandan instrucciones del SNC para calmar al organismo cuando no está en peligro. Así, la respiración se estabiliza y los músculos e intestinos se relajan cuando no se experimenta estrés.

Nuevamente, todos estos cambios se producen de por sí. Agradezca que el SNP funcione en piloto automático para que usted no tenga que preocuparse por elevar el ritmo cardiaco cuando algo lo pone nervioso.

Y sin un sistema nervioso periférico, las decisiones e instrucciones del SNC tendrían que ser transmitidas directamente por el cerebro y la médula espinal. Tal vez el sistema nervioso central tenga la última palabra cuando se trata de responder ante sensaciones y estímulos, pero el SNP es el vínculo entre el cuerpo y el cerebro que lleva a cabo la tarea.

Soporte técnico del sistema nervioso

Es medio descabellado pensar que mientras usted hace una pausa para leer este artículo, por sus nervios van y vienen impulsos electroquímicos. El sistema nervioso nunca deja de trabajar, así que asegúrese de estar haciendo lo que le toca para mantener su cableado eléctrico en perfecto estado. Hay un par de medidas excelentes para apoyar y proteger el sistema nervioso.

Minimizar el estrés

¿Recuerda todo el trabajo que hace el sistema nervioso para preparar al organismo para luchar o huir? Cuando el estrés derivado del trabajo, la escuela o la vida familiar no afloja, puede ser difícil que el sistema nervioso escape de esa respuesta involuntaria.

Si se le nubla la mente con la preocupación, puede ser difícil que el cerebro integre de forma eficiente todos los mensajes de los nervios. En ocasiones, ese estrés incluso puede manifestarse como dolor físico.

Combatir el estrés y regresar el cuerpo a la fase de descansar y digerir le dará un respiro a los nervios. Las respiraciones profundas, la meditación consciente y el ejercicio son excelentes para quitarse peso de encima. De ser posible, trate de aliviar la tensión mental eliminando tareas o cargas innecesarias. Si lo necesita, pida ayuda a familiares y amigos.

Consuma alimentos integrales con grasas saludables y antioxidantes

La vaina de mielina que recubre al axón de las neuronas es de tejido graso, igual que el cerebro, que es la cabeza del sistema nervioso central. Por eso debe optar por alimentos que refuercen estas importantes estructuras.

Esto se traduce en grasas saludables insaturadas, como los omega 3, que a temperatura ambiente son líquidas, pero que también se encuentran en alimentos sólidos, por ejemplo, aguacate, nueces, semillas, pescados grasos y aceite de oliva.

Otra forma magnífica de proteger al cerebro en el largo plazo es consumir alimentos ricos en antioxidantes. Las moras y otras frutas y verduras de colores brillantes son fuentes excelentes. Los antioxidantes ayudan a proteger el tejido cerebral de daños provocados por los radicales libres; también favorecen la memoria y la función cognitiva.

Trate de incluir estos nutrientes —y otros, como magnesio, yodo y diversas vitaminas— en su dieta. Cambie los alimentos con grasas nada saludables (alimentos previamente fritos y comidas preempacadas) por opciones más saludables (salmón a la parrilla o nueces.) Prepare un smoothie con muchas moras y vegetales verdes que le estimulará el cerebro.

Hay muchas y deliciosas formas de cuidar del sistema nervioso; el cerebro, la médula espinal y los nervios –que nunca dejan de trabajar—se merecen esa muestra de amor.

Acerca del autor

Sydney Sprouse es una escritora independiente sobre temas de ciencia residente en Forest Grove, Oregon. Tiene una licenciatura en biología humana de la Universidad Estatal de Utah, en donde trabajó como investigadora y escritora en su etapa de pasante. Sydney ha estudiado ciencias toda su vida y su objetivo es traducir las actuales investigaciones científicas tan efectivamente como sea posible. Escribe con particular interés sobre biología humana, salud y nutrición.

El ser humano anhela compañía y camaradería. Por eso, la salud social es uno de los pilares de la salud en general. Los amigos son geniales e importantes, pero ser un animal social tiene sus inconvenientes, más que tener que ir a esa fiesta a la que preferiría no asistir. La presión de grupo puede crear o reforzar hábitos y comportamientos nada saludables.

Cierto. La presión social no deja de existir con la edad. La relación que tiene con la salud es importante durante toda la vida: desde evitar las malas compañías en la adolescencia hasta dar con el propio clan de amigos saludables ya en la edad adulta.

Se ha encontrado en estudios que preadolescentes y adolescentes ansían la aceptación del grupo más que los adultos. A esa edad, estas presiones sociales resultan en emociones intensas que pueden influir en la toma de decisiones.

La buena noticia es que conforme crecen, las personas suelen mejorar en cuanto a enfrentar o rechazar la presión de grupo, pero la resistencia no cambia mucho entre los 18 y los 30 años. Por otra parte, en algunas investigaciones se han descubierto también interesantes conexiones entre la presión de grupo y la salud en la edad adulta.

En un estudio aplicado a mujeres australianas adultas, se encontró una fuerte relación entre la salud y la presión de grupo. Se demostró qué tan intenso es el impacto de las normas y el apoyo sociales en la alimentación y el ejercicio. Los resultados sugirieron que es muy probable que las mujeres que se rodean de personas saludables muestren comportamientos saludables en cuanto a alimentación y actividad.

Esta conexión entre presiones sociales y salud también es aplicable al grupo más pequeño: los esposos. Se ha encontrado sistemáticamente en estudios que las parejas que toman decisiones saludables juntas logran apegarse a ellas, pero estar casado también se correlaciona con subir de peso.

Entonces, tal vez para los adultos el foco de atención no debe ser evitar la presión de grupo, sino buscar o provocar situaciones en que la presión de grupo positiva trabaje en su favor.

Probablemente esto sea más importante en relación con la alimentación y la actividad física, dos áreas con una amplia gama de efectos en la salud. Entonces, echemos un vistazo a dos escenarios en que la presión de grupo y la salud se cruzan, enfocándonos primero en la elección de alimentos y luego, en los niveles de actividad.

El porqué y el cómo de la presión de grupo y la alimentación

Usted ya sabe lo importante que es llevar una alimentación saludable, esa que ofrece un equilibrio de granos integrales, grasas saludables, fibra y abundantes proteínas, pero no siempre es fácil.

Parte del problema podría derivarse de lo que come la gente que lo rodea. Es mucho más difícil conformarse con la ensalada cuando los demás se consienten con deliciosas golosinas. La fuerza de voluntad tiene un límite.

Pero el escenario opuesto también es válido: si usted se rodea de personas que comen saludablemente, siente la presión para hacer lo mismo, y ése es el lado positivo de la presión de grupo, que responde a algo más que intuición o experiencia.

El hecho de que comer saludablemente sea contagioso, tiene bases científicas. En una reseña de la Universidad de Liverpool —se analizaron 15 estudios— se dice que ese tipo de comportamiento, es decir, comer saludablemente, es “socialmente contagioso”. Se hizo difundiendo entre los participantes normas de alimentación. Los investigadores sugieren que así se presiona positivamente al grupo para cambiar comportamientos relacionados con una alimentación saludable.

Básicamente, lo que el grupo —amigos, familia o compañeros de trabajo— decide impacta en las propias decisiones. Si usted se rodea de devoradores de alimentos ricos en calorías, ricos en grasas, tal vez siga su ejemplo, pero el poder de las normas sociales y la presión del grupo reduce las posibilidades de que usted pida papas fritas si todos los demás comen una ensalada.

Usted quiere formar parte del grupo y que lo identifiquen como normal. De hecho, ni siquiera tiene que observar esos comportamientos en su grupo. Tan solo viendo que la norma social va en cierto sentido, saludable o no saludable, probablemente usted irá en determinada dirección.

¿Cómo aprovechar esto a su favor?

Empiece por pensar diferente y haciendo preguntas. Si lo bombardean con anuncios de comida rápida y alimentos nada saludables, usted puede pensar que eso es lo que come la gente normal. Cambie su perspectiva y enfóquese en las opciones saludables de las personas que lo rodean. Incluso pregunte a sus amigos qué piensan de su alimentación diaria. Probablemente en general sea más saludable que lo que ellos eligen para una fiesta o en un restaurante.

Este cambio de perspectiva podría ser suficiente para llevarlo hacia la opción saludable en una cena. Es algo a partir de lo cual empezar a reforzar hábitos saludables.

Pero si eso no es suficiente, tal vez sea usted quien tenga que activar el interruptor, es decir, provocar la presión positiva que a usted le gustaría ver en su grupo de amigos. Cuando la decisión esté en sus manos, opte por lo saludable. Si a usted le toca organizar la cena, elija un menú a base de vegetales. No pasará mucho tiempo antes de empezar a ver reflejadas estas decisiones sobre una alimentación saludable.

Ahora que ya sabe cómo la presión del grupo influye en la alimentación, aproveche este conocimiento para su propio beneficio y oriente las normas sociales de su grupo hacia comportamientos saludables.

Cómo influye la presión de grupo en la actividad

La actividad física es otra pieza extremadamente importante de su rompecabezas de salud. El impacto de mover el cuerpo va más allá del peso y la salud del corazón, llega a huesos y articulaciones.

Y la presión social puede influir en la forma de ejercitarse y activarse, igual que en la alimentación.

Nadie quiere quedarse fuera. El miedo a perderse de algo (o FOMO, siglas en inglés de fear of missing out para los que saben) es una fuerza poderosa: lo puede hacer ir de excursión cuando en realidad quiere ver tele. Y utilizar constantemente esa presión de grupo positiva puede ayudar a solidificar un estilo de vida saludable.

Los investigadores muestran que estas tendencias empiezan pronto y llegan a la edad adulta.

Un estudio aplicado en niños mostró que los amigos cercanos representan el mayor impacto en los niveles de actividad. En otro estudio aplicado a adultos se encontró que, en las parejas, uno influye en los niveles de acondicionamiento físico del otro, de manera que, sin importar la edad, si las personas cercanas son activas, es probable que usted también lo sea.

Usted puede aplicar las sugerencias anteriores sobre la presión de grupo y la alimentación a la actividad y el ejercicio. En muchos casos, “ser el cambio que se quiere ver” es un buen consejo. Así, siempre podrá ser el iniciador de la locura por el ejercicio en su grupo de amigos, pero cuando se trata de la presión de grupo y el acondicionamiento físico, hay más opciones.

Probablemente no iría a sentarse a cenar con una persona cualquiera porque está comiendo saludablemente: está fuera de las normas sociales aceptadas, pero más fácilmente formaría parte de una comunidad de acondicionamiento físico.

Explore las siguientes ideas:

  • Intégrese a las clases grupales de su lugar de trabajo o de un gimnasio de la localidad.
  • Participe en alguna actividad de grupo, como un club de corredores, una liga de deportes recreativos o un estudio de yoga.
  • Busque comunidades de apoyo para acondicionamiento físico en línea.
  • Siga en redes sociales alguna cuenta relacionada actividades, deportes y acondicionamiento físico.

No importa qué decida, hable de ello con su cónyuge y sus amigos cercanos e invítelos. Tal vez también ellos necesiten un empujoncito. De esa manera, ayudará a crear una atmósfera de actividad que le atraiga cuando lo necesite.

Aplicación de la presión de grupo positiva en otros aspectos del bienestar general

La vida en general puede beneficiarse con una presión de grupo positiva, puede hacer que la aguja recorra el espectro de salud y bienestar holísticos, mental, emocional, intelectual y financieramente.

Todo empieza cuando usted se rodea de personas que lo apoyan en el logro de sus objetivos, incluidas las que lo impulsan a ser el mejor en todos los aspectos de su vida. Lo que usted quiere es rodearse de personas que muestran los comportamientos a los que usted aspira.

¿Quiere llegar a la cima de su carrera? Participe en grupos y hágase amigo de personas exitosas. Es igual que pasar el tiempo con fanáticos del acondicionamiento físico para impulsar su actividad y su forma de ejercitarse.

Tener amigos de muchos tipos y crear una red social variada (en la vida real y en línea) es clave para aprovechar la presión del grupo para su propio beneficio. Y ahora que ya conoce los secretos de la presión de grupo positiva, se ha empoderado.

Todo lo que tiene que hacer ahora es actuar. Empiece por aprovechar el impulso de la presión social para avanzar hacia un estilo de vida más saludable y llevar con usted también a sus amigos.

https://www.webmd.com/diet/news/20131230/peer-pressure-may-influence-your-food-choices

https://www.hhs.gov/ash/oah/adolescent-development/healthy-relationships/healthy-friendships/peer-pressure/index.html

https://fit.webmd.com/teen/mood/article/peer-pressure

https://www.womenssportsfoundation.org/health/peer-pressure-can-help-kids-exercise-more/

https://articles.extension.org/pages/71199/how-peer-and-parental-influences-affect-meal-choices

https://www.sciencedaily.com/releases/2010/12/101206201233.htm

https://www.medicalnewstoday.com/articles/318837.php

https://www.uwhealth.org/news/dealing-with-peer-pressure-when-youre-an-adult/46604

http://www.mentalhealthcenter.org/how-to-deal-with-peer-pressure-as-an-adult/

To do list in a car on driving wheel and hand holding phone - busy day concept

To do list in a car on driving wheel and hand holding phone - busy day concept

Malas noticias: es más que probable que su relación con el tiempo sea tóxica.

Planea hacer más cosas de las que puede llevar a cabo, se esfuerza hasta el límite y le es difícil concentrarse en el momento presente. Probablemente usted responde “ocupado” cuando alguien le pregunta cómo está. ¿Lo peor de todo? No se siente con el poder de tomar el control de su vida.

Ya sea que se haya integrado voluntariamente o no, usted es miembro activo del culto al ajetreo, ese creciente número de personas cuya ansiedad va en aumento porque no sienten que tengan suficiente tiempo para hacer todo. Usted está entre las hordas de personas multitareas que se esfuerzan por exprimir al máximo cada minuto, rodando por la vida como una pelota de estrés, solo para acabar desplomándose exhausto al final de cada día.

Cómo fue que llegó el ajetreo y por qué va empeorando

No es culpa suya. Usted no nació para ser esclavo de su agenda. Simplemente fue arrasado por una tendencia cultural nada saludable.

Pero ¿cómo fue que tantas personas se llegaron a obsesionar con el tiempo y la productividad?

Cuando el mundo estaba lleno de sociedades agrarias (o campesinas), el paso del tiempo estaba indicado por el sol y las estaciones. El tiempo de esparcimiento era un marcador de riqueza económica. Sin embargo, con la llegada de la Revolución Industrial, la medición del tiempo se relacionó inextricablemente con la productividad. El tiempo era dinero. Y mientras más trabajaba una persona, más valía se le atribuía.

La era tecnológica nuevamente ha remodelado la relación que tienen las personas con el tiempo, creando una necesidad imperiosa de optimizar la vida tanto como sea posible. Existen las mismas 24 horas para trabajar en un día como las tenían nuestros ancestros campesinos e industriales. Así pues, la sociedad tuvo que buscar la manera de maximizar las capacidades de las personas para lograr más momento a momento. Con la productividad como reina, los momentos de esparcimiento, descanso y relajación con frecuencia son considerados como oportunidades para generar riqueza que se han perdido o se han desperdiciado.

¿Resultado? Muchas personas son cautivas de su agenda. Probablemente se sienta tentado a parecer una persona productiva y, por ende, valiosa. Puesto en términos simples: su falta de tiempo se ha convertido en un importante marcador de su valía. Mostrar a otros lo ocupado que está implica que es una persona altamente solicitada.

Ahora que la mayoría de las personas tiene un dispositivo digital a la mano todo el tiempo, es fácil sentir (y perpetuar esa sensación) que todos los demás son productivos todo el tiempo, así que necesita estar a tono. ¿Ha tenido algún compañero de trabajo que envía correos electrónicos a la media noche? ¿Recibe mensajes de amigos de un grupo a las 5 a.m.? Las reglas de decoro anteriores en torno al tiempo personal han quedado borradas tanto por una necesidad compulsiva de ser percibido como una persona que trabaja arduamente, como por la diversidad de medios disponibles para comunicarse de manera instantánea.

Evidencia científica del culto al ajetreo

Cuando alguien le envía un mensaje a horas extrañas, esto detona en usted la sensación de que debería contestar —por educación y para mostrar que usted también está disponible y es productivo todo el tiempo. Cuando está atrapado en un ciclo que exige responder a varios estímulos, no siente tener el control de su tiempo. Está dictado por otros.

Los expertos que estudian la relación evolutiva con el tiempo se refieren a esta sensación como “pobreza de tiempo”. Sin embargo, contrario a la manera en la que se siente la mayoría de las personas hambrientas de tiempo, en realidad tenemos más tiempo libre que cualquier generación previa.

“Existe una distinción entre el tiempo objetivo, el que uno puede medir, y el tiempo subjetivo, el que es experiencial”, explica el filósofo Nils F. Schott, becario del James M. Motley Postdoctoral Fellow in the Humanities en la Universidad Johns Hopkins.

Cuando uno está preocupado con el estira y afloja entre lo que uno quiere y lo que debería estar haciendo, está perdiendo oportunidades y la capacidad para disfrutar el momento. Y es probable que invierta demasiado tiempo en tareas que le parecen urgentes —sin tomar en cuenta su importancia— y muy poco tiempo en tareas que, a la larga, son importantes pero que carecen de una urgencia desafiante. Por ejemplo, tal vez responda de inmediato un mensaje por correo electrónico que llega a su bandeja de entrada, pero pospone el ejercicio por semanas (o meses o años).

Algunos estudios muestran que las personas ocupadas toman mejores decisiones en temas de salud (pensando en que el hecho de tener poco tiempo los obliga a planear mejor). Sin embargo, no es ninguna coincidencia que a medida que las agendas se van complicando, la cantidad de personas que dicen sentirse estresadas y ansiosas vaya en aumento.

Sentir hambre de tiempo, sentir que siempre va atrasado y que nunca logrará ponerse al día con las demandas de la vida, puede llevarlo a producir estrés, una mayor sensación de ansiedad y sufrimiento mental. La ansiedad puede afectar negativamente la calidad del sueño, lo que conlleva una mala planeación y mala toma de decisiones. Y así el ciclo continúa.

Recupere el control de su tiempo con estos cinco sencillos consejos

Por último, es momento de unas cuantas buenas noticias: los expertos dicen que hay manera de dar marcha atrás a los dañinos efectos de la pobreza de tiempo. En términos simples: haga menos cosas.

Sí, es más fácil decirlo que hacerlo, porque es necesario entender y proteger sus prioridades. El tiempo es un recurso precioso, un recurso por el que vale la pena pelear. Reconocer que usted tiene el poder de controlar cómo gastar su tiempo es el primer paso para recuperar su control.

A continuación le damos cinco consejos prácticos para escapar del culto al ajetreo:

  1. Monitoree su tiempo. Podría parecer contraintuitivo prestar más atención a su tiempo para poder liberarse de sus sofocantes restricciones. Sin embargo, es solo sabiendo a qué está dedicando sus minutos y horas que puede comenzar a recuperar su control. Una vez que haga un listado de sus actividades en un diario, tal vez se dé cuenta de que tiene más tiempo libre del que cree. Ese vistazo al cuadro completo también puede ayudarlo a priorizar lo que es importante, de manera que pueda concentrar más tiempo en eso. El monitoreo del tiempo también puede ayudarlo a señalar cuáles son esas actividades que chupan tiempo y que tiene que eliminar.
  2. Abandone las multitareas. A corto plazo, es malo para su cerebro, y a largo plazo es probable que reduzca su CI. Tal vez sienta que está logrando más, pero los estudios han demostrado que las multitareas son menos productivas que dedicar su concentración a una sola tarea o proyecto a la vez. E influirá negativamente en la calidad de su trabajo, además de que podría provocar que su función cognitiva disminuya y acabe siendo como la de un niños de 8 años. Para deshacerse del hábito de las multitareas, vea los resultados de su diario de tiempo para identificar la ventana de tiempo en la que usted es más productivo. Programe para esta ventana de tiempo las tareas que le parezcan más desafiantes mentalmente hablando. No olvide que la mayoría de las veces, lo que no haga hoy puede esperar hasta mañana.
  3. Deshágase de la culpa. Dese permiso de darse de baja de esta carrera de locos. Ponga límites para su tiempo y no se sienta mal de hacer cumplir esos límites. ¿Siente que está fallando como padre porque no pasa suficiente tiempo con sus hijos? Es momento de liberarse. Los padres hoy en día pasan más tiempo con sus hijos que los padres de hace 40 años. En lugar de sentirse culpable por el tiempo que no está con su familia, concéntrese en que el tiempo que sí pasa con ellos sea de la mejor calidad posible. En la medida que le resulte posible, deje el trabajo en su oficina y utilice sus días de vacaciones con goce de sueldo para crear recuerdos. Les estará poniendo un excelente ejemplo a sus hijos acerca de cómo honrar sus prioridades y vivir con atención plena.
  4. Elija el tipo adecuado de descanso. Después de una semana pesada podría ser tentador pasar el fin de semana en el sofá viendo sus programas favoritos. Pero su mente no registrará esa actividad pasiva como descanso. En lugar de eso, elija una forma más consciente de recuperación: leer un libro, salir a caminar, meditar, hacer yoga, practicar la filosofía hygge o llamar a algún amigo o familiar. Sin embargo, al igual que sucede con cualquier tipo de autocuidado, si no se programa y se prioriza, puede convertirse en la primera cosa que descarte cuando su agenda se llene de tareas por hacer. Recuerde reservar tiempo para recargar baterías. También es una buena idea poner en práctica un detox de dispositivos electrónicos, a través del cual queden guardados los teléfonos, las laptops y las tabletas, y disfrute la compañía de otros. Los textos y los correos electrónicos estarán ahí cuando usted regrese.
  5. Vaya poco a poco. Elija y ponga en marcha una actividad para recuperar el control de su tiempo. Use su diario de tiempo como una ayuda para identificar áreas de su vida que consistentemente invaden su tiempo personal y comience en ese punto fijando límites realistas. Tal vez decida apagar las notificaciones de correos electrónicos o no revisar sus mensajes después de las 8 p.m. Una vez que haya incorporado exitosamente ese hábito en su rutina diaria, seleccione otra área en la que puede trabajar. Siga así hasta que sienta que es usted quien controla su tiempo, y no al revés.

El momento es ahora

El huracán de tareas que lo está arrastrando —y su ansiedad por lidiar con todas ellas justo en este momento— no es del todo su falta. Usted ha sido succionado por el culto al ajetreo, al igual que muchas otras personas hoy en día.

Sin embargo, a diferencia de otros, usted ahora entiende cómo es que las personas acaban paralizadas por la productividad, y cómo es que la tecnología ha acelerado la percepción (y la realidad) del ajetreo. Ahora sabe cómo administrar su tiempo y cómo recuperar su control sobre el mismo.

No espere más para tomar el control de su tiempo. Salga de esa de rutina sin fin de correos electrónicos, de proyectos y de necesidades de otras personas. Su tiempo es invaluable y finito. Así que recupere el control de su tiempo y luche por dominar sus días.

Puede ser difícil describir la conciencia plena (también conocida como mindfulness), por eso hagamos un breve experimento mental y durante un minuto probemos vivir con conciencia.

Imagine que va caminando por una ciudad, disfrutando del aire fresco y encantado con el bullicio y la energía de las calles. Se sienta en una banca, cerca de un cruce muy transitado, pero alejado y protegido del tráfico. Está disfrutando de un momento de descanso y absorbiendo lo que ve y lo que oye. ¿Qué le pasa por la mente mientras es testigo del tráfico?

Tal vez se percata de la marca, el modelo y el color de cada auto que pasa. Quizá se percata de lo rápido que pasa un auto en particular. Posiblemente ve otro auto que se pasa la luz roja. Usted se permite observar estas claves visuales y las capta como información sin necesidad de interpretarlas como buenas o malas, incorrectas o correctas.

Esta analogía básica es lo que muchos profesionales suelen describir como conciencia plena. Vamos a descifrarla para profundizar en tan importante, si bien escurridizo, concepto.

¿Qué es conciencia plena?

Si imagina que la transitada calle es su cerebro, entonces los diferentes autos representan sus pensamientos. Pueden ser sobre sus preocupaciones, temores o estresores. Tal vez representen sus esperanzas, deseos o anhelos. Las personas que lo rodean podrían poblar sus pensamientos. Todos esos pensamientos son los autos que transitan por la calle de su cerebro.

Tener conciencia plena es sumergirse en ese interés de momento a momento, sin juzgar; permite que esos pensamientos entren a su mente, pasen a través de ella y desaparezcan sin hacer estragos. Eso significa que cuando usted piensa en una preocupación, esperanza o persona, lo hace sin juzgarse por pensar en ello.

Un ejemplo de vivir con conciencia puede ayudar a aclarar el tema. Está preocupado por no cumplir con una fecha límite. La conciencia plena sugeriría que usted acusara recibo de esa fecha límite y que su cuerpo reaccionara a ello con cierta distancia emocional.

La mayoría de las personas no practica este alejamiento, de ahí los ciclos de pensamientos negativos. Si el ciclo continúa ininterrumpidamente, puede resultar en ansiedad, estrés, preocupación y obsesión. Pero si usted tiende a ser testigo de sus pensamientos como lo sería de un auto inofensivo que circula junto a usted sin ningún riesgo, probablemente evite esos inconvenientes negativos. Por otra parte, darse un poco de espacio respecto de las emociones aclara la mente y permite concentrarse.

Conciencia plena es estar en el presente. Así que volviendo a la metáfora del auto, conciencia plena no es estirar el cuello para ver si el auto que pasó dará vuelta en la siguiente calle. Tampoco es voltear a ver qué tan atrás se quedaron los otros automovilistas. Si usted nada más observa cuando los autos entran y salen de su campo de visión, está siendo plenamente consciente.

Beneficios de la conciencia plena

Como el mundo moderno sigue disparando ráfagas, muchos están recurriendo a la conciencia plena para desacelerar la vida. El reciente aumento de la popularidad de la conciencia plena ha dado lugar a investigaciones sobre los beneficios de una vida más consciente.

Hace mucho tiempo que los profesionales hablan de los beneficios de la conciencia plena, por ejemplo, reducción del estrés, menor reactividad emocional, menos darle vuelta a las cosas, concentración y relaciones satisfactorias.

Los investigadores han empezado a poner a prueba estas hipótesis, y lo hacen asignando a los participantes del estudio a una intervención con base en la conciencia plena o a un grupo de control. Luego toman varias mediciones para determinar los efectos de cada intervención.

En uno de esos estudios, los investigadores analizaron cerca de 40 investigaciones que incluyen intervenciones con base en la conciencia plena y encontraron que los programas que llevan a tomar conciencia plena ayudaban a reducir el estrés, la ansiedad y la depresión en pacientes con trastornos psiquiátricos. En ciertos estudios también llegaron a la conclusión de que la práctica de la conciencia plena aunada a terapias tradicionales es efectiva para prevenir que ciertos pacientes recaigan en la depresión.

En otro estudio se han demostrado resultados promisorios de la práctica regular de la concientización a través de la meditación. En este caso particular, los participantes aprendieron a meditar en un lapso de dos meses. Los investigadores tomaron imágenes del cerebro de cada participante antes y después del programa y detectaron cambios en la amígdala, área del cerebro responsable del procesamiento de las emociones. El escaneo mostró que la amígdala estaba menos activa después de la meditación. Luego se mostraron a los participantes imágenes con carga emocional y se repitió el mismo escaneo cerebral. La comparación del escaneo previo a las imágenes con carga emocional con el posterior reveló algo interesante.

Los investigadores se percataron de que la menor actividad de la amígdala persistía, incluso si los participantes no estaban activamente meditando. Este resultado es prometedor, pues muestra que los beneficios —en este caso, menor reactividad emocional — son duraderos, aun cuando no se utilice activamente la meditación o la conciencia plena.

Otro grupo de investigadores estudió a los asistentes a un retiro intensivo de concientización plena. Después de los 10 días del retiro, los participantes experimentaron menor rumia respecto del grupo de control que no asistió al retiro. El grupo del retiro también exhibió mejor atención y concentración cuando se le asignó el desempeño de una tarea.

No es poco frecuente enterarse por un amigo de alguna nueva tendencia y mostrarse escéptico. Incluso si ese amigo comparte una anécdota personal convincente, podría parecer demasiado buena para ser verdad, pero cuando la tendencia en cuestión es concientización o meditación con conciencia plena, no es tan fácil tomar una decisión. La ciencia demuestra que la conciencia plena sí tiene beneficios para la salud: no lo piense más y decídase a participar.

Sugerencias para vivir con conciencia todos los días

  • Desacelere. Es fácil ir por la vida en piloto automático, pasar por las mociones sin conectarse conscientemente con cada acción, decisión o persona con quien uno se topa. Un truco es pensar sobre las transiciones ocurridas durante el día y pasar a través de ellas más lenta y deliberadamente. El momento podría ser acabando de despertar y antes de levantarse de la cama. O tal vez en cuanto usted termina una tarea y antes de empezar la siguiente. Cuando se aceleran estas transiciones, la mente se divorcia del cuerpo y se reconecta el piloto automático. En esos momentos de transición, deténgase, tome un respiro y repórtese con su mente y su cuerpo. Así tendrá oportunidad de recuperar sus pensamientos y prepararse para lo que sea que venga después.
  • Use todos sus sentidos. La conciencia plena no nada más se conecta cuando la vida empieza a ser estresante. Conectarse con el cuerpo y todas sus sensaciones puede ayudar a mantenerse plenamente consciente. El oído, la vista, el gusto, el tacto pueden ayudarle a estar arraigado en todo momento. Con esta actitud, una tarea común puede convertirse en una experiencia sensorial. Tomemos como ejemplo la jardinería. ¿Cómo se siente la tierra? ¿Ese nuevo brote tiene olor? Analice la intensidad de los colores de la planta. Si da fruto, ¿a qué sabe? ¿Qué sonidos se oyen estando usted afuera, cuidando del jardín? Arraigado en el momento, haciéndose estas preguntas, es casi imposible rumiar el pasado o preocuparse por el futuro.
  • Lleve un diario de gratitud. Empiece por anotar tres cosas que debe agradecer cada día. Esta práctica lo animará a desacelerarse y reflexionar sobre su día. Piense por qué agradece cada una de esas cosas, cómo le hacen sentir y cómo enriquecen su día. Llevar un diario puede ayudar a tener una visión más positiva y una mejor perspectiva. Si esto le resulta convincente, haga listas más largas o amplíe cada una de las entradas.
  • Concéntrese en la salud del cerebro. La conciencia plena está en su mente: enfoque el cerebro en el presente y esfuércese por no juzgar. Así que también es momento de pensar en darle apoyo al cerebro. Esto significa ingerir alimentos ricos en vitaminas B, ácidos grasos omega 3, vitamina D, antioxidantes y vitamina E. Y el cerebro también tiene que ejercitarse para mantenerse en plena forma. Practique a estar consciente de que usa el cerebro todos los días. Lo puede hacer tocando un instrumento musical, tomando clases (de cualquier cosa, desde cocina hasta matemáticas), aprender otro idioma, juegos de memoria, practicando un nuevo deporte y más.
  • Practique la autocompasión. No juzgarse es la clave de la conciencia plena. Pero exigir a la mente que esté presente y no juzgue puede parecer un reto. Tal vez no lo logre todo el tiempo. Y está bien. Perdónese y sea amable con usted mismo. Es la mejor manera de asegurarse de volver al presente y seguir adelante.

Otro sabor: Comer conscientemente

En el mundo moderno de horarios apretados, tráfico y tecnología, es difícil darse tiempo para enfocarse en comer bien. Cuando el tiempo escasea, la hora de comer suele ser la primera afectada, es decir, que la comida empieza en la fila para ordenar desde el auto y termina mientras va manejando. O tal vez es un plato de sobras recalentadas rápidamente en el microondas, que usted come de pie.

No darse un momento para desacelerarse y comer en paz solo acelerará el ritmo del día. Y no se sorprenda si el resultado es sentirse estresado, ansioso y con molestias estomacales.

Cuando usted toma un enfoque alternativo y elige comer con un objetivo específico, abre más oportunidades para practicar la conciencia plena. No importa si usted se prepara la comida desde cero o se decide por algo ya preparado. Comer con conciencia reclama todos los sentidos y lo trae al presente.

¿A qué huele? ¿El aroma lo transporta a otro lugar o le trae algún recuerdo? Si está comiendo con los dedos, ¿qué siente? ¿Es suave, quebradizo, escamoso? ¿Qué se siente llevarse un bocado a la boca? ¿Se funde, disuelve o burbujea? ¿A qué sabe la comida? ¿Lo hace fruncir los labios o despierta su afición por lo dulce?

Poner en juego todos los sentidos requiere que usted se tome su tiempo y sintonice con cada sensación. Este comportamiento hace que la comida sea más disfrutable y relajada. Un beneficio adicional es que comer despacio le permite sentirse satisfecho más rápidamente. Esto significa que es menos probable que coma en exceso, involuntariamente. Es un extra si está tratando de bajar, subir o mantener su peso.

Preste atención a la sensación general y la retroalimentación de todo su organismo le ayudará a mantenerse en contacto con lo que su cuerpo necesita, y cuándo. ¿Cuándo comió por última vez? ¿Cómo siente su cuerpo? ¿Qué señales le manda y qué significan? Recuerde que su organismo es muy sensato. Lo único que le pide es que esté atento a sus señales.

Haga de la conciencia plena su mantra

La conciencia plena requiere un sutil giro en la forma de conducirse durante el día. Si bien el cambio es aparentemente pequeño, el impacto puede ser grande. Estar consciente permite que su cuerpo y su mente suelten el estrés, los patrones de pensamiento negativos y los comportamientos asociados.

Cuando desecha esos patrones y distracciones, usted se libera. Probablemente encontrará más creatividad, productividad y energía. Dedicando incluso unos pocos minutos del día a la conciencia plena, usted inicia un hábito que lo prepara para un día más saludable y, en general, para un estilo de vida más saludable.

Acerca del autor

Jenna Templeton es educadora en temas de salud y escritora independiente en temas de ciencia, reside en Salt Lake City, Utah. Después de recibir su título en ciencias con especialidad en química en Viginia Tech, Jenna pasó cinco años como investigadora científica en la industria nutricional. Este trabajo estimuló su interés por el bienestar personal, lo que la llevó a estudiar una licenciatura en promoción y educación en temas de salud en la Universidad de Utah. Fuera de su trabajo, Jenna disfruta la música en vivo, la jardinería, todo lo que tenga que ver con comida y jugar en las montañas Wasatch.

Close-up Of A Hungry Woman Eating Sandwich Near Refrigerator

Close-up Of A Hungry Woman Eating Sandwich Near Refrigerator

Usted entra a un restaurant. Muere de hambre. Sus ojos y los fuertes gruñidos de su estómago lo dicen. Cuando el hambre llega, solo podrá revertirla cuando coma. Hay que satisfacer a la bestia, y el mesero lo sabe por la rapidez con la que devora el menú y hace su comanda.

Es fácil dejar de lado la objetividad, la racionalidad y la paciencia cuando es el cuerpo el que toma el control. Su estómago —y para el caso también su cerebro— echa a andar diversos procesos con el fin de que usted llene su boca de comida tan pronto como sea posible.

Usted sabe cuál es la causa del hambre, pero ¿qué más está sucediendo tras bambalinas, en el fondo del centro de control del apetito de su cuerpo? Es momento de descubrirlo.

Sus hormonas del apetito son las culpables

El hambre parece atacar de la nada, pero en realidad comienza con la activación de un interruptor que enciende la red neuronal de su cerebro, principalmente dentro del hipotálamo. Estas células nerviosas que están en el hipotálamo son los guardianes de su cerebro. Son la clave que permite al cuerpo comunicarse e interpretar las señales de hambre.

Dependiendo de si usted tiene hambre o ya está lleno, estas células nerviosas reciben o bloquean las señales de varias hormonas. Las dos principales hormonas del apetito son la ghrelina y la leptina, mientras que la insulina desempeña un papel en una etapa posterior del proceso.

Cuando su estómago está vacío envía ghrelina hacia una vía que va desde ahí hasta el cerebro. La ghrelina es el mensaje que le envía el intestino al cerebro diciéndole “es hora de comer”. De este modo, las señales que la ghrelina libera desde el estómago para comunicarse con el hipotálamo incrementan el apetito. Una vez que usted comienza a comer, la producción de ghrelina comienza a disminuir.

La leptina es la fuerza opuesta a la ghrelina, es el interruptor que apaga el hambre. Esta hormona, que tiene su origen en las células grasas, reduce el hambre cuando le es permitido hablar con el cerebro. Es la señal que sus células grasas envían cuando tienen suficiente energía almacenada de la comida, y le dicen a su cerebro que es momento de dejar de llevarse comida a la boca.

Las decisiones de bloquear o permitir la entrada ocurren en la apertura de la barrera sangre-cerebro del hipotálamo. Esta área es un punto de entrada en el que las hormonas liberadas por el intestino, el páncreas y las células grasas (también conocidas como tejido adiposo) pueden pasar para comunicarse con el cerebro.

Sin embargo, no se trata de un camino de un solo sentido. Las hormonas secretadas por el hipotálamo usan este portal como una salida, viajando en la dirección opuesta, para salir al cuerpo. Esta danza entre hormonas del hambre —y aquellas señales que se originan en su cerebro— es lo que equilibra su apetito e influye en las reservas de energía de su cuerpo, en su peso y en su composición corporal.

A medida que usted hace la digestión, su hambre se reduce incesantemente. Ello se debe a que la leptina —y sus efectos reductores del apetito— gana prominencia. La insulina (otra hormona importante que ayuda a llevar energía a las células) disminuye rápidamente. Esta también ayuda a suprimir el apetito, de modo que después de que usted come, la insulina y la leptina hacen equipo para inhibir el hambre y ayudar a producir una sensación de saciedad.

Y este es el ciclo del hambre, desde que el estómago comienza a gruñir y usted empieza a salivar, hasta la saciedad gozosa. Disfrutar de una comida que le produzca satisfacción es uno de los placeres de la vida. Pero ¿qué pasa con esos momentos en los que usted no puede alimentarse bien cuando el hambre ataca?

Evite la catástrofe, mantenga a raya el mal humor producto del hambre

Es un día de mucho ajetreo, tráfico intenso y un flujo desbordado de correos electrónicos. Son muchas las razones por las que usted se encuentra en esa intersección en la que se junta el hambre con el mal humor.

No es una situación en la que usted quiera estar, y tan pronto como llega a ella, busca salir de ésta desesperadamente. Ello se debe a que el hambre y la irritabilidad que la acompañan son intensamente desagradables, incómodas e inoportunas para usted y para cualquiera que esté cerca.

Si bien para darle un toque de humor a esta situación en inglés se ha acuñado la palabra hangry como una combinación de hungry (hambre) y angry (enojado), estar de mal humor por tener hambre puede ser algo muy real. Los científicos están de acuerdo en que ese estado de ánimo (estar de mal humor por tener hambre) tiene validez biológica y psicológica. Una nutrióloga, Sophie Medlin, incluso afirma que se trata de una emoción positiva.

Pero ¿qué es lo que en realidad está pasando? El hambre no siempre está acompañada de un bajón emocional, entonces ¿qué genera esta reacción extra? Investigadores de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill encontraron dos factores de determinan el mal humor por tener hambre: el contexto y la consciencia de uno mismo. Los investigadores llevaron a cabo dos estudios para demostrar esto.

En el primer experimento, a los participantes se les preparó para que estuvieran en un estado de ánimo específico exponiéndolos a imágenes curadas relacionadas con emociones positivas, neutrales o negativas. Las imágenes les fueron mostradas para inducir el estado de ánimo correspondiente. Inmediatamente después de prepararlos, a los participantes les fue mostrada una imagen ambigua y se les pidió que la calificaran. También se les pidió que evaluaran qué tanta hambre sentían.

Los resultados mostraron que después de ver imágenes negativas, los participantes que tenían más hambre se mostraron más propensos a calificar la imagen ambigua como negativa. Los participantes proyectaron su sensación negativa de hambre en la evaluación subjetiva de la imagen. Tener una experiencia en cierto modo negativa cuando se tiene hambre puede sesgar sus percepciones, llevándolo a juzgar la imagen con mayor negatividad. Así pues, el contexto importa.

El segundo experimento estuvo enfocado en explorar otro factor de influencia del mal humor por hambre: la consciencia de uno mismo. Los investigadores solicitaron a la mitad de los participantes que ayunaran. La otra mitad podía comer como lo haría normalmente. A algunos participantes se les pidió que cumplieran una tarea, acerca de la cual reflexionaron y pusieron por escrito sus emociones.

Luego, a todos los participantes se les asignó una tarea tediosa que debían hacer utilizando una computadora. Durante la actividad, el programa ejecutó una falla planeada para generar frustración. Los coordinadores del estudio atribuyeron la falla a los participantes para así encolerizarlos todavía más. Por último, a todos los participantes se les pidió contestar una encuesta para evaluar su experiencia e identificar sus emociones.

Los investigadores determinaron que los pacientes que habían ayunado, que no hicieron la reflexión y no pusieron sus emociones por escrito antes de realizar el trabajo en la computadora presentaron más sentimientos negativos. Incluso informaron sentir odio hacia los coordinadores, quienes los culparon por la falla en la computadora. Los resultados demostraron que la consciencia de las propias emociones desempeña un papel en el mal humor por hambre.

Así que, si usted está consciente de su intensa hambre a medida que ésta se va produciendo, tiene menores probabilidades de verlo como una experiencia emocional negativa. Por otro lado, si no revisa su estado emocional y le da hambre, está más propenso a estallar en ira producida por el hambre ante una situación frustrante.

Gánele al hambre, transite hacia la saciedad

Solo porque estar de mal humor por hambre es una posibilidad real, eso no significa que usted necesite pasar por eso. Ármese de herramientas y prepárese para evitar pasar hambre excesiva, y un potencial mal humor por hambre, juntos. Son tres las medidas importantes que usted puede tomar hoy mismo:

  1. Entender cómo funciona el índice glicémico

El índice glicémico es un valor asignado a un alimento con base en qué tan rápido su cuerpo puede convertir ese alimento en energía útil, o glucosa. Los carbohidratos simples (piense en el azúcar refinado o en el pan blanco) caerían en el extremo superior del índice glicémico. Ello se debe a que el cuerpo puede hacer uso inmediato de la energía que tienen. Los carbohidratos más complejos, como los granos enteros y los vegetales, liberan glucosa de forma lenta y constante, de manera que caen en el extremo inferior del índice. Ello se debe a que tienen más fibra y hacen que el proceso de digestión sea más lento.

Esos son los principios básicos. Puede ir más a fondo si lo desea, ¡pero debe familiarizarse lo suficiente con este concepto para poder usarlo a su favor! Aquí le damos algunas ideas.

  • Busque alimentos que estén en el extremo inferior del índice glicémico. Estos alimentos tardan más en descomponerse, lo que significa que usted evita una brusca subida de energía seguida por un bajón repentino. Ello se debe a que los alimentos de bajo índice glicémico aportan más energía constante a lo largo del tiempo.
  • Combine los alimentos de alto índice glicémico con algo que esté en el extremo inferior. Por ejemplo, si está consumiendo una comida con un elevado contenido de carbohidratos, agregue una colorida ensalada como acompañamiento. Evite los corazones de lechuga romana y opte por vegetales de color verde más intenso. Decore su ensalada con otros vegetales coloridos, como pimientos, zanahorias o betabeles. Esta explosión de vegetales aportará una saludable dosis de fibra para ayudar a que la digestión de carbohidratos simples sea más lenta. O bien, agregue algunas grasas saludables o proteína para demorar todavía más la digestión de carbohidratos.
  1. Inicie bien su día

Como probablemente ya lo ha oído, el desayuno es muy importante. Cuando usted omite el desayuno, prácticamente está comprando un boleto sin regreso al mal humor por hambre. Mantenga su estómago lleno y su mente ágil consumiendo una comida balanceada al comienzo del día. Si sus mañanas son ocupadas, considere empacar una colación saludable la noche previa. Así, si el hambre lo ataca antes de la hora del almuerzo, tendrá de qué echar mano contra el mal humor por hambre.

  1. La proteína es buena contra el mal humor por hambre

La proteína ayuda a que usted sienta una mayor saciedad por más tiempo. Así que es buena idea analizar qué tipos de comidas y colaciones come normalmente. Si encuentra que sus comidas tienen poca proteína, o no incluyen proteína alguna, póngase creativo.

  • No suponga que la proteína significa carne. En el mercado existen muchas alternativas a la carne. Ya sea tofu, seitan, tempeh o una mezcla de proteínas de origen vegetal, las opciones son muchas. Si estas fuentes alternativas de proteína son nuevas para usted, documéntese y considere incluir en su dieta una o dos de ellas para tener más variedad.
  • Si usted come carne, busque fuentes variadas. Considere un nuevo tipo de carne o de pescado. Si ya hay variedad en su dieta, entonces busque hacer cambios en el modo de preparación. Por ejemplo, si le gusta el pavo, pídale al carnicero que muela la carne y prepare sus propias hamburguesas. En su mercado debe haber muchos carniceros que conozcan bien los diferentes cortes, estilos de preparación e incluso ideas de recetas. Si no, siempre hay manera de lograr esto en casa.
  • Acompañe una colación saludable de mediodía, como zanahorias, manzanas o apio, con una mantequilla de algún tipo de nueces. Puede ofrecerle la mezcla perfecta de sabor dulce y salado, y al mismo tiempo aportarle una porción de proteína.

Si estos consejos son nuevos para usted, comience poco a poco, porque si se entusiasma demasiado, es probable que le parezca más difícil adoptar estos nuevos hábitos. En lugar de eso, seleccione uno que crea que puede hacer y comience con eso. Una vez que haya incorporado exitosamente ese nuevo hábito, trate de incorporar uno más.

Mal humor por hambre: no el día de hoy

Pretty Chinese woman relaxing at home on the sofa.

“Lamento lo que te dije cuanto tenía hambre”. Si usted jamás ha dicho esto, seguramente lo ha pensado. Los momentos de incomodidad producidos por el hambre, incluso el mal humor por tener hambre, son comunes. Pero usted puede evitarlos. Entendiendo cómo funcionan sus hormonas, algo de autoconsciencia y planeando sus comidas, puede iniciar cada día sintiéndose bien alimentado y dando muestra de buenas maneras.

Acerca del autor

Jenna Templeton es educadora en temas de salud y escritora independiente en temas de ciencia, reside en Salt Lake City, Utah. Después de recibir su título en ciencias con especialidad en química en Viginia Tech, Jenna pasó cinco años como investigadora científica en la industria nutricional. Este trabajo estimuló su interés por el bienestar personal, lo que la llevó a estudiar una licenciatura en promoción y educación en temas de salud en la Universidad de Utah. Fuera de su trabajo, Jenna disfruta la música en vivo, la jardinería, todo lo que tenga que ver con comida y jugar en las montañas Wasatch.