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El COVID-19 (la enfermedad provocada por el nuevo coronavirus 2019) ha cambiado el mundo. La salud y seguridad de nuestros lectores, y de todos en el mundo, es en lo que más pensamos en estos momentos. Y sabemos que hoy, tal vez más que nunca antes, la salud y el bienestar ocupan un sitio prioritario para usted.

En la página de Ask the Scientists (Pregúnteles a los Científicos) seguiremos ofreciéndole la información precisa y sustentada científicamente que usted necesita en este momento sobre nutrición y sobre cómo llevar un estilo de vida saludable. Creemos que la información y la comprensión es poder para mantener su salud, para mantener saludable a su familia y para combatir el miedo con la verdad.

Por esa razón, ponemos a su disposición una recopilación de artículos relacionados con temas de absoluta importancia: inmunidad, salud mental, autocuidados y hábitos saludables en casa. No somos expertos en el nuevo coronavirus, así que no hay información específica sobre síntomas o sobre la propagación del virus. Sin embargo, también encontrará una guía sobre cómo obtener información científica confiable acerca del COVID-19 y esta pandemia que sigue avanzando.

Y si necesita respuesta a alguna pregunta sobre salud, bienestar, nutrición o sobre cómo vivir saludablemente, aquí estamos, estamos con usted en esto. Estaremos haciendo lo que siempre hacemos, armarlo con información de calidad –sustentada científicamente— para ayudarle a seguir su vida en medio de estos tiempos inciertos.

Si no encuentra la respuesta o la información que busca, todo lo que tiene que hacer es pedirla. Póngase en contacto con nosotros a través del sitio o a través de nuestra página en Facebook.

Entienda más acerca de su salud inmunológica

Práctica de autocuidados y cómo cuidar su salud mental

Mantenerse bien desde casa

Guía de recursos de calidad para obtener información específica relacionada con el coronavirus

Lo que usted no encontró en los enlaces listados arriba es información específica sobre el COVID-19. No somos expertos en epidemiología, virología ni en enfermedades infecciosas, pero podemos encaminarlo a fuentes de calidad en las que encontrará información sobre los síntomas, cómo se propaga el virus, cifras de casos y más. Y recuerde que la información que ponga en su cerebro es tan importante en este momento como los alimentos que le da a su cuerpo.

A continuación hacemos algunas recomendaciones para encontrar fuentes confiables de información sobre el coronavirus y los enlaces a esos sitios.

  • La Organización Mundial de la Salud es el primer lugar en donde hay que buscar información sobre el COVID-19.
  • Los departamentos de salud del gobierno federal (como los Centros para el control de enfermedades [Centers for Disease Control] y los Institutos Nacionales de Salud [National Institutes of Health] en Estados Unidos) tendrán información más específica sobre lo que está sucediendo en su país.
  • Los sitios del departamento de salud de su gobierno local tienen recursos que serán los que más se puedan aplicar a la situación que se está desarrollando en su entorno.
  • Para conocer las más recientes investigaciones, recurra a publicaciones científicas de prestigio, como Nature Reviews Immunology, New England Journal of Medicine, The Lancet, y Journal of the American Medical Association.Busque información más general sobre el coronavirus publicada por reconocidos expertos. Esto incluye instituciones como Mayo Clinic, Johns Hopkins, Cleveland Clinic y sitios académicos de universidades acreditadas de todo el mundo.
  • También recurra a las páginas relacionadas con el coronavirus publicadas en Examine.comWorldometers coronavirus pages para tener acceso a estadísticas e información sólidas.
  • Busque distraerse e informarse recurriendo a blogs de marcas y autores en los que usted pueda confiar. También puede consultar What’s Up USANA? para conocer recomendaciones de estilo de vida relacionadas con el trabajo desde casa y mucho más.

Lo que no le recomendamos es consultar constantemente sus redes sociales en busca de chismes sensacionalistas. Evalúe la fuente de toda la información que aparece en su cuenta de Facebook o de Twitter. O bien, reduzca su dieta informativa para incluir exclusivamente fuentes confiables como las que listamos anteriormente. La gestión de su salud mental podría incluso significar tomarse un descanso de la avalancha de información acerca de la pandemia.

Cuando esté listo para recibir más información, nosotros le ayudaremos a encontrar la mejor fuente. Y si necesita información acerca de su sistema inmunológico, sobre qué comer para apoyar su salud inmunológica o sobre hábitos saludables en casa, aquí estamos. Y vuelva a consultar más adelante Ask the Scientists (Pregúnteles a los Científicos) para acceder a contenidos confiables sobre inmunidad, bienestar general, nutrición y vida saludable, de manera que usted pueda tomar medidas para mantener su salud.

Usted no puede ocultarse de todos los gérmenes. En teoría, podría gastar una buena cantidad de tiempo y dinero sanitizando toda su vida. ¿Pero qué diversión que hay en eso? Además, es innecesario. Su cuerpo puede protegerse a sí mismo, eso es lo que hace el sistema inmunológico. Así que mejor fortalezca su inmunidad en lugar de obsesionarse con evitar los gérmenes. Afortunadamente, existen hábitos sencillos que potencian su inmunidad y que encajan fácilmente en su estilo de vida saludable.

No necesita nada especial para apoyar su salud inmunológica. Vivir saludablemente y hacer algunos cambios en su estilo de vida es suficiente para ayudarle a desarrollar su inmunidad.

Muchos de estos hábitos potenciadores de la inmunidad tienen además la función de ser útiles comportamientos saludables. Eso significa que usted obtiene muchos beneficios para la salud como resultado de estos sencillos cambios en su vida. Así, obtendrá mucho más en virtud de estas acciones que como resultado de cualquier esfuerzo por esterilizar toda su vida.

Dormir para tener un sistema inmunológico saludable

Cuando usted está cansado, también lo está su sistema inmunológico. Esto lo pone en el riesgo de que cualquier cosa que esté a su alrededor lo haga caer en cama. Darse un banquetazo de suficiente sueño de calidad es algo que usted anhela, y también su sistema inmunológico.

El sueño le permite a su cuerpo —incluyendo a los componentes de su sistema inmunológico— descansar, repararse y refrescarse. Esta renovación nocturna le ayuda a desarrollar inmunidad. ¿Quiere pruebas? Un estudio publicado en Archives of Internal Medicine demostró que existe una relación entre dormir adecuadamente y la función inmunológica.

Los investigadores identificaron un periodo de ocho horas como una importante línea de demarcación. Dormir menos de ocho horas se relacionó con un incremento al triple en la posibilidad de pescar un resfriado común. Otras investigaciones apoyan esta conclusión, mostrando la manera en la que la producción de células inmunológicas puede verse afectada por la privación de sueño.

Un hábito sencillo para elevar la inmunidad es darse el tiempo para dormir al menos ocho horas de sueño de calidad. Eso podría significar poner una alarma que indique que es hora de irse a dormir, o fijar una hora límite para las actividades nocturnas. Y recuerde trabajar en pos de su objetivo. Tal vez le resulte poco factible pasar de las seis a las ocho horas de inmediato, pero puede irlo haciendo poco a poco, en incrementos de 15 minutos.

Aproveche el ejercicio moderado para desarrollar inmunidad

El ejercicio es fabuloso para muchas cosas, incluyendo el control de peso y el manejo del estrés. Sin embargo, la relación entre hacer ejercicio y la función inmunológica es ligeramente más complicada.

Los investigadores se han esforzado mucho por determinar todos los detalles involucrados en el impacto que tiene el ejercicio físico sobre la inmunidad. Esa no es ninguna sorpresa. Surgen relaciones complejas, especialmente con el ejercicio extenuante.

Una cosa sí queda clara: el ejercicio moderado es benéfico para su sistema inmunológico. Un estudio señala que “parece ejercer un efecto protector”. Estar en mejor forma ayuda a la salud en general, así que su sistema inmunológico también se beneficia. Además, el movimiento favorece el flujo sanguíneo y ayuda a las células inmunológicas a migrar por todo el cuerpo.

Sin embargo, no hay que exagerar. Y tal vez usted en realidad no debe, dadas algunas investigaciones acerca del ejercicio extenuante y la inmunidad (podría, al menos temporalmente, “enfriar” su sistema inmunológico). Ejercitarse moderadamente, como caminar 30 minutos todos los días, es suficiente. Además, es un hábito que potencia su inmunidad y que puede encajar en su vida sin demasiado esfuerzo extra.

Apoye su sistema inmunológico con una buena higiene y limpieza

Con frecuencia se le dice que debe lavarse las manos. Y es por una buena razón. Este consejo no desarrolla su inmunidad ni potencia directamente su sistema inmunológico, pero le ayudará a mantenerse saludable, así que vale la pena mencionarlo.

El hábito consistente (no obsesivo) de lavarse las manos ayuda a limitar su exposición a ciertos gérmenes. Ayuda a eliminar potenciales patógenos que llegan a sus manos. Eso evita que estos lleguen a las vías respiratorias, o a otros orificios corporales, lo que ayuda a que usted se mantenga saludable.

Al igual que lavarse las manos, mantener su casa y su espacio de trabajo limpios ayuda a mantener los gérmenes a raya. Usted no necesita –y, como leerá más adelante, tal vez ni siquiera debería—vivir en un entorno completamente estéril. Pero eso no significa que ignore sus quehaceres.

Limpiar los objetos que se tocan con frecuencia es un buen punto de partida, especialmente su smartphone. Esta práctica lo mantendrá a salvo de los microbios que se congregan en puntos de contacto constante. Sacudir y aspirar también puede ayudar a mantener lejos de su nariz y sus ojos las partículas que producen alergias. Y no se olvide de todos esos lugares alrededor de su casa en donde se ocultan los gérmenes.

Asimismo, es súper importante limpiar aquellos espacios en donde prepara sus alimentos. Mantener la limpieza de las encimeras, las tablas para picar y los utensilios de cocina ayuda a que los alimentos que prepara sean una experiencia alimentaria y digestiva saludable.

Hábitos que mayor relajación generan y que potencian la inmunidad

El estrés cotidiano y normal, similar a las complicaciones menores y cotidianas que se van acumulando, es suficiente para que su vida se convierta en un desastre. Probablemente usted ya conoce la manera en la que el estrés influye en su peso, en el sueño y en su bienestar general, pero también puede causar estragos en su función inmunológica.

Las culpables son sus hormonas. Ello se debe a que las hormonas del estrés impactan negativamente muchas partes de su sistema inmunológico. Estas hormonas obstaculizan la producción de anticuerpos (proteínas que marcan a los invasores) y de otras células inmunológicas. Incluso se ha demostrado que el estrés da nueva vida a infecciones virales latentes.

Y a menos que usted vaya muy lejos, no puede evitar el estrés en su totalidad, así que debe aprender a manejarlo. Y eso no es fácil. La frase “sólo relájate” es una de las cosas menos útiles que podemos imaginar. Lo bueno es que hay otras técnicas para el manejo del estrés que son sencillas, y que, además, sí funcionan.

Pruebe alguno de estos enfoques que pueda parecerle agradable:

  • Vaya a que le den un masaje
  • Camine en medio de la naturaleza—estar al aire libre es importante
  • Desarrolle una rutina de autocuidados y póngala en práctica, como el hygge
  • Medite o haga respiraciones profundas
  • Socialice con amigos y familiares
  • Dele prioridad al tiempo libre bloqueando en su agenda al menos 30 minutos al día
  • Ría (en verdad podría ser la mejor medicina)

Las mascotas pueden ser de beneficio para su salud inmunológica

Sus mascotas son más que adorables y tiernas. En muchos sentidos, son de beneficio para su salud. Y uno de los beneficios es precisamente que le ayudan a desarrollar inmunidad.

Las mascotas son fantásticas para derretir el estrés y para ayudarle a hacer ejercicio moderado. Usted ya leyó por qué hacer ejercicio y manejar el estrés son hábitos que potencian la inmunidad. Sin embargo, sus mascotas pueden hacer más por su inmunidad, y ello se debe a que pueden ser sucias, por decirlo de alguna manera.

Así es, los microbios que sus mascotas tienen naturalmente o que llevan a su casa no son del todo malos. Ayudan a que usted desarrolle inmunidad a través de la exposición, lo que, como verá más adelante, puede ser más benéfico que dañino.

Los investigadores han encontrado que los bebés que crecen rodeados de animales tienen menos probabilidades de desarrollar alergias. Y un estudio incluso demostró que tener un perro en casa puede incrementar los niveles de una importante proteína del sistema inmunológico: la inmunoglobulina. Así que, dele a su mascota atención y afecto extra por todo lo que ayuda a darle inmunidad.

Aventúrese

Su sistema inmunológico se adapta a su vida. Aprende de las bacterias, de los virus y de otros microbios con los que usted se topa. Y usted sale fortalecido con una mejor protección inmunológica.

Esa es la razón por la que el enfoque de esterilización no ayuda a desarrollar su inmunidad. Está bien tomar algunas precauciones. No debe exponerse intencionalmente a bacterias y virus dañinos. Pero lanzarse a la aventura, salir al aire libre, consumir alimentos fermentados y vivir la vida es uno de los mejores hábitos para potenciar la inmunidad que usted puede tener.

Vivir su vida es útil para su inmunidad adaptativa (la parte de su inmunidad que cataloga los microbios con los que se encuentra). Ayuda a ir construyendo su banco de memoria inmunológica y prepara su sistema inmunológico para darle protección.

Haga esos pequeños cambios para apoyar su salud inmunológica

Su sistema inmunológico siempre está alerta. Todo su trabajo consiste en mantenerlo a usted saludable, así que trátelo como debe incluyendo en su vida alguno de estos sencillos hábitos que potencian la inmunidad. Usted desarrollará su inmunidad, y mejorará también su salud en general.

El sistema inmunitario es poderoso de por sí, pero es todavía más impresionante con las herramientas de que se rodea. Cuando conozca los secretos del sistema inmunitario tendrá un panorama completo de lo que ocurre dentro de su organismo para mantenerlo saludable. Entérese de cómo la anatomía del sistema inmunitario está perfectamente preparada para neutralizar las amenazas y conservar la salud.

Explore las partes de la anatomía que trabajan de la mano con las células inmunitarias para mantener la salud y conozca los secretos del sistema inmunitario. Para protegerlo a usted, los genes, la médula ósea y la piel apoyan a las células del sistema inmunitario. Del más pequeño al más grande, estos ayudadores ofrecen el apoyo que necesita el sistema inmunitario para mantenerlo a usted en pie.

Genes: Inmunidad en el nivel más básico

Los secretos del sistema inmunitario empiezan en el mismo lugar que todas sus características: en su código genético. Cuando se trata de inmunidad adaptativa (parte del sistema inmunitario que cambia con el tiempo), los genes desempeñan un papel central. A través de un grupo de genes llamado complejo de histocompatibilidad mayor (CHM), el sistema inmunitario adaptativo cataloga la información sobre lo que entra al organismo, recuerda por lo que el organismo ha pasado antes e instruye a los glóbulos blancos para dar una respuesta inmunitaria adecuada y saludable.

El CHM es un código genético único de cada individuo a través del cual se crean proteínas en la superficie de las células en respuesta al estímulo de patógenos potenciales. Cuando los macrófagos (un tipo de glóbulo blanco) consumen y descomponen un germen, se producen proteínas de superficie. Luego, estas proteínas del CHM se unen con fragmentos del patógeno destruido y se presentan ante las células del sistema inmunitario adaptativo. Esos fragmentos del patógeno destruido ayudan a que las células inmunitarias recuerden.

Así es como las células inmunitarias adaptativas, como las B y las T, saben qué hacer cuando aparece de nuevo el mismo invasor. Las proteínas CHM ya han marcado a esos microbios y han hecho de ellos el objetivo de una respuesta inmunitaria saludable en el futuro. Con instrucciones para dividir y conquistar, las células inmunitarias adaptativas pueden multiplicarse y atacar la siguiente vez que el germen sea detectado en el organismo.

Los genes que controlan al CHM hacen que el sistema inmunitario sea eficiente y efectivo. El CHM mantiene bajo control la producción de anticuerpos y solo los produce después de la primera exposición a un germen. De esta forma, el sistema inmunitario puede dedicar toda su atención a posibles patógenos únicos y nuevos para registrarlos en su memoria genética.

Médula ósea: Crea sangre e inmunidad

El gel espeso del interior de los huesos se llama médula, y hace gran parte del trabajo del sistema inmunitario que tal vez nunca veremos: así esconde algunos de los secretos del sistema inmunitario.

La médula ósea es un órgano que fabrica células sanguíneas (el término científico para ello es hematopoyética). Los glóbulos rojos y blancos empiezan en la médula ósea, igual que otros poderosos participantes del sistema inmunitario.

En el organismo hay dos tipos de médula ósea, roja y amarilla. La amarilla es precursora de la roja; se mantiene en reserva para reaprovisionar de médula roja en caso de que ocurra una pérdida importante de sangre.

La médula roja es tan importante porque produce:

  • Glóbulos rojos
  • Neutrófilos (un tipo de glóbulos blancos)
  • Células T (los linfocitos, o glóbulos blancos, entran en acción en reacciones inmunitarias que no requieren anticuerpos)
  • Células B (linfocitos responsables de la producción de anticuerpos, proteínas inmunitarias que se vinculan con posibles patógenos)

La función de estos glóbulos blancos en la salud inmunitaria es un tema popular, y usted puede enterarse de más en esta perspectiva general del sistema inmunitario. Pero la médula ósea produce otras células que colaboran con estos gigantes celulares.

Investigaciones científicas apuntan a que la médula roja es el origen de las células asesinas naturales y las células dendríticas. Las células asesinas naturales también son tipos de linfocitos (glóbulos blancos) emparentados con las células T y B; pueden ayudar a protegerlo sin cebar anticuerpos. Las células dendríticas hacen las veces de mensajeros del sistema inmunitario para relacionar el sistema inmunitario innato (sistema inmunitario con que se nace) y el adaptativo. Se encuentran en la piel y el sistema digestivo, y envían mensajes a las células T.

En la médula ósea tiene lugar también una sinfonía de comunicación celular entre todas estas células inmunitarias en desarrollo y maduras, de tal forma que la médula ósea es un resonante nodo central de actividad para la protección inmunitaria.

Como la médula ósea es tan importante para la inmunidad, es imperativo protegerla. Asegúrese de que en la dieta recibe suficiente vitamina D, calcio, magnesio y otros oligoelementos. Preocúpese por los huesos, para que también le ayuden a cuidar de usted.

Intestino: Gérmenes que ayudan

Por irónico que parezca, el intestino está lleno de bacterias. Las bacterias intestinales residen ahí sin llamar la atención, sin dar muchos problemas. Podría parecer difícil de entender, pero estos microbios desempeñan una función crucial en el sistema inmunitario.

Los intestinos enfrentan más antígenos (materia extraña que empieza una respuesta inmunitaria) que cualquier otra parte del organismo. Al mismo tiempo que filtran la plétora de microbios que reside en el interior, la mucosa intestinal (recubrimiento) debe responder adecuadamente, tarea muy ardua para una barrera que no tiene más que una célula de grueso.

Los microbios potencialmente dañinos que tratan de atravesar el recubrimiento mueren en el intento en sus vías. Las células que recubren los intestinos secretan proteínas que reclutan glóbulos blancos en el área afectada, y como usted sabe, los glóbulos blancos representan mucha protección. Estas células epiteliales también producen péptidos antimicrobianos y moco que atrapa a las bacterias.

Pero no todas las bacterias constituyen una amenaza. Los microbios comensales (esos que suelen llamarse microbioma intestinal) digieren compuestos y extraen nutrientes que el organismo no puede procesar por sí mismo. Algunas bacterias intestinales también sintetizan ciertas vitaminas B y vitamina K. Las vitaminas B, como la B12, también apoyan el funcionamiento saludable del sistema inmunitario. La vitamina K es un importante componente para mantener la producción de factores de coagulación sanguínea.

La comunidad de bacterias útiles que vive en el intestino empieza a desarrollarse al nacer. Todos los microorganismos a que se expone un bebé en los primeros días de vida colonizan el microbioma, el cual sigue formándose a través de factores dietarios y ambientales. En general, se supone que es conveniente ingerir alimentos que contengan bacterias —como yogurt y otros alimentos fermentados— porque ayudan a mantener el equilibrio de las bacterias saludables del intestino.

Piel: Protección todo alrededor

La piel no parece ser uno de los secretos del sistema inmunitario: todos los días vemos esa barrera entre los órganos internos y el mundo exterior. Siendo el órgano más grande del cuerpo, la función principal de la piel es proteger de riesgos e invasiones físicas.

La primera línea defensiva es una gruesa capa de células muertas. Sí. La característica protectora y resistente de la piel se debe a células cutáneas muertas llamadas queratinocitos. El nombre se debe a que estas células están repletas de una proteína que lleva por nombre queratina, también presente en el cabello y las uñas. La queratina es dura, y constituye una magnífica defensa para los vulnerables órganos internos.

Pero la capa exterior muerta no es todo. La piel está constituida por múltiples capas de células funcionales. Cuando la piel genera nuevas células en las capas inferiores, las células viejas mueren y son empujadas hacia la parte superior. Cuando posibles invasores llegar a alojarse en el cuerpo, las capas superiores de queratinocitos muertos les bloquean la entrada.

No obstante, no todos los queratinocitos de la piel están muertos, los vivos residen justo abajo de la superficie de la piel y ayudan al sistema inmunitario de otra manera. Los queratinocitos vivos producen proteínas antimicrobianas. Este mecanismo de defensa colabora con otras células inmunitarias para mantener saludable el organismo.

Es inevitable que la piel sufra lesiones. Si bien las cortaduras y los raspones suelen ser inofensivos, abren la puerta al mundo exterior. Afortunadamente, la piel está equipada para manejar este tipo de problemas. Sin dudarlo, un ejército de células con tareas específicas se alinea para sellar la abertura.

El término común para “hemostasia” (interrupción de un flujo de sangre) es “costra”, que se crea cuando las plaquetas (células sanguíneas que forman coágulos) rodean la herida y empiezan a coagularse. Al tiempo que se coagulan y forman un recubrimiento temporal sobre la piel abierta, las plaquetas piden ayuda a otras células inmunitarias a través de la señalización celular.

Los glóbulos blancos —como neutrófilos y macrófagos— colaboran para curar la herida después de que las plaquetas los reclutan. Estas células inmunitarias ayudan a proteger la piel dañada y luego recogen los desechos del área afectada para preparar la base de un crecimiento y división celular normales y saludables. Las células inmunitarias garantizan que la piel empiece de cero a construir nuevo tejido saludable.

Sin una barrera segura a su alrededor, el cuerpo estaría desprotegido. Lo bueno es que la piel está ahí para ahuyentar a visitantes indeseables, por eso es un órgano notable y dinámico que colabora con el poderoso sistema inmunitario.

Inmunidad individualizada

Es cierto que el sistema inmunitario es único: todos tenemos los mismos fundamentos básicos de inmunidad, pero la experiencia de cada uno define la forma de respuesta del organismo. El sistema inmunitario está constantemente aprendiendo y adaptándose. Cada vez que entra en contacto con algo nuevo, crea nuevas defensas que también se archivan para la próxima vez.

La tarea de cada quien es proporcionar un entorno seguro en que pueda prosperar el sistema inmunitario. Lavarse las manos, dormir suficiente y tener una adecuada higiene personal ayuda a mantener en forma la inmunidad. También cuide de su organismo con una dieta saludable y rica en nutrientes y un estilo de vida saludable. Apoye al sistema inmunitario para que esté listo para defenderlo.

Tal vez no quiera ni pensarlo, pero sabemos que los gérmenes están en todos lados. Todos los lugares a los que va, todo lo que toca está inundado de bacterias y otros microbios. No hay rincones, grietas ni superficies total y verdaderamente limpios. La buena noticia es que la mayor parte de los 60,000 tipos de gérmenes que usted encuentra todos los días son inofensivos, incluso favorables, para la salud (eso suponiendo que su nivel inmunitario sea normal).

Sin embargo, de uno a dos por ciento de los gérmenes es potencialmente peligroso para la salud, y mientras mayor la densidad de los gérmenes en un objeto, mayores las probabilidades de que en él viva un germen siniestro. Una de las formas más sencillas de evitar contraer enfermedades de estos gérmenes perjudiciales es obvia: limitar el contacto con ellos.

Y eso significa limpiar, las manos y el hogar. Obviamente, usted hace lo más que puede por mantener limpias las áreas donde más les gusta sentar sus reales (por ejemplo, el inodoro, el piso de las duchas compartidas). Usted también limpia donde los microbios podrían hacer daño al entrar en contacto con los alimentos (áreas de trabajo de la cocina o la mesa del comedor).

Sin embargo, los gérmenes potencialmente dañinos suelen esconderse en lugares inesperados, que a usted ni se le ocurre evitar o limpiar. A continuación, siete fuentes ocultas de gérmenes, y qué se puede hacer para mantenerse saludable.

1. Lavadoras

Ya es hora de airear el sucio tambor de la lavadora: la ropa está llena de gérmenes. En la ropa interior se alojan 0.1 gramos de materia fecal, o sea que en cada carga de ropa sucia pueden ir cerca de 100 millones de bacterias E. coli. Eso no es lo que uno esperaría de un electrodoméstico que supuestamente está limpio, porque, bueno, su función es esa, lavar. Para luchar contra el asco, se necesita un doble enfoque:

  • 1. Eliminar de la ropa tantos gérmenes de E. coli como sea posible.
  • 2. Mantener perfectamente limpia la lavadora.

Para que la ropa esté más limpia, lávela en agua caliente y séquela en la secadora durante 45 minutos. Si en las instrucciones de cuidado de la tela estas sugerencias están contraindicadas, tienda al sol. Además, no separe ni doble la ropa limpia en el mismo lugar en que separó la sucia sin desinfectarlo primero.

Para matar las bacterias de la lavadora, lave primero la ropa blanca con agua caliente y blanqueador con cloro. Y lave aparte la ropa interior, después de haber lavado todo lo demás.

Ah, y lávese las manos perfectamente después de manipular la ropa sucia o mojada.

2. Grifo de la cocina

Usted probablemente ya sabe que los grifos del baño son terreno fértil para los gérmenes, por eso en muchos baños públicos han cambiado a modelos automatizados, pero el grifo de la cocina puede alojar una buena cantidad de gérmenes indeseables, como E. coli, salmonella, shigella, campylobacter, norovirus y hasta hepatitis A.

Y no, no nada más las manijas (aunque también se deben limpiar regularmente). ¿Conoce esa pantallita metálica de aireación que está en el extremo del grifo? Resulta que ofrece las condiciones perfectas para que se reproduzcan los gérmenes. Si usted la toca accidentalmente con los dedos sucios o un alimento contaminado, las condiciones de humedad prácticamente constante pueden hacer que las bacterias se reproduzcan sin control. A la larga, la materia acumulada ahí forma un biofilm que puede llegar al chorro de agua y a todo lo que esté abajo.

Si el biofilm en trocitos no es el ingrediente secreto de su receta favorita, aplique este secreto de limpieza casera: Limpie la pantalla de aireación desmontándola y remojándola en una solución de cloro diluido una vez a la semana; luego deje correr el agua unos minutos antes de volver a colocarla en el grifo.

3. Tablero del auto

Tiene sentido que algo con tantos puntos de contacto (volante, perillas de audio, controles del termostato, ventilas, etc.) se encuentre en el extremo receptor de todos los gérmenes que usted y sus pasajeros tienen en las manos.

Pero tal vez se sorprenda de que lo que ensucia exageradamente esa área es moho.

Resulta que el aire succionado por el sistema de ventilación puede arrojar moho y bacterias hacia la cabina de pasajeros o el propio tablero.  Como éste suele estar caliente por el motor y el sol, es agradable anfitrión de moho y bacterias.

Lo mejor es limpiar todo el tablero, incluso las tablillas de los ductos de ventilación, con toallitas desinfectantes cuando menos una vez a la semana. Si usted es propenso a alergias o asma, le conviene limpiar el tablero con más frecuencia para mantener a raya el moho.

4. Teléfono móvil

Tal vez esto le sorprenda menos, considerando que durante años se ha dicho que el teléfono móvil puede alojar más bacterias que un inodoro promedio.

Eso se debe a que combina en un área las dos fuentes más probables de gérmenes humanos: la boca y las manos, y a eso agréguele que la mayoría de la gente suelta su teléfono sin pensar en qué gérmenes residen en la superficie. Además, muchas carcasas de celular tienen surcos y ranuras perfectos para que se escondan los gérmenes. Con razón sus dispositivos favoritos parecen pocilgas asquerosas.

Pero tal vez le sorprenda con qué frecuencia recomiendan los expertos que se limpien los dispositivos portátiles. Si es cuidadoso con el lavado de manos y se fija dónde deja su teléfono, tal vez bastará con que lo desinfecte varias veces a la semana (con toallitas especiales para aparatos electrónicos). Si no presta tanta atención, limpie su dispositivo todos los días para evitar las peores bacterias, como estafilococo y salmonella.

Esta recomendación es especialmente importante si usted usa su teléfono (o tableta) en la cocina, para buscar y seguir recetas, en cuyo caso, limpie la pantalla cada vez que se lave las manos mientras prepara la comida. ¿Le parece latoso? Use un libro de cocina, imprima la receta o utilice un altavoz inteligente que lea la receta en voz alta mientras usted cocina.

5. Aspiradora

Parece la respuesta a una pésima adivinanza: ¿Qué ensucia más mientras limpia? La aspiradora.

Hace un trabajo de primera aspirando la suciedad visible, como polvo, cabellos y partículas de alimentos, pero puede provocar un remolino de bacterias en la bolsa que acaban por salir por la parte de abajo. Y los cepillos (los cepillos o rodillos principales y los que se adaptan a la manguera) suelen tener E. coli y moho que involuntariamente usted lleva del baño o la cocina, por ejemplo, a la sala y las recámaras.

¿Cuál es la mejor manera de limpiar la aspiradora? Elija una sin bolsa, porque las bolsas tienden a favorecer la proliferación de bacterias (también puede comprar bolsas con recubrimiento antibacteriano). Abra afuera el cilindro sin bolsa o el compartimiento para la bolsa y deposite el contenido en el depósito de basura para evitar levantar una nube de bacterias. Después límpielo con una solución de blanqueador diluido y déjelo secar al aire después de cada uso. Rocíe los cepillos con desinfectante también después de cada uso.

6. Equipo de gimnasio

Si bien ejercitarse regularmente es favorable para la salud, las cosas que toca mientras lo hace pueden provocarle una enfermedad.

Los gérmenes suelen ocultarse en las telas de poliéster, y de eso hacen casi todos los guantes para levantar pesas. Así es como llegan los gérmenes a las barras, placas y pesas que utiliza. Por eso sea especialmente cuidadoso y no se toque los ojos, la nariz ni la boca con ellos puestos, mejor aún, quíteselos para fortalecer el agarre y los antebrazos.

Si lo que prefiere es el ejercicio cardiovascular, de todos modos corre riegos. Las  bacterias horribles pueden  quedarse en su máquina de cardio favorita. Para ayudar a protegerse de posibles enfermedades:

  • Ponga una toalla en el asiento de la máquina.
  • Aplique desinfectante para manos después de usar remos, bicicletas y otras máquinas con manubrios.
  • Demuestre su educación y limpie las máquinas después de usarlas.

7. Todo el  dinero (bolso de mano, cartera, tarjetas de crédito, billetes y monedas)

Cuando el dinero cambia de manos, no son solo billetes, también gérmenes.

El papel moneda sencillamente está sucio; en él se acumulan los gérmenes de todo lo que toca, y son muchas manos. Y como la superficie de los billetes es fibrosa, se le pegan. Los investigadores han demostrado que el dinero (94 por ciento en un estudio) puede ser portador de virus, bacterias cutáneas, E. coli, salmonella y hasta estafilococos resistentes.

Si usted decide usar plástico, no está mucho mejor. Las tarjetas de crédito también acumulan una cantidad impresionante de gérmenes porque pasan de mano en mano, y eso porque los surcos y grietas de la tarjeta son un buen escondite para los gérmenes.

Teniendo en cuenta lo que acaba de leer, no se sorprenda de que tal vez su cartera o bolso esté lleno de gérmenes. Después de todo, ahí guarda su dinero, ¿no? Y en el caso del bolso, también el celular.

¿Qué puede hacer? Tiene que pagar cosas importantes, como la comida, entonces, no puede evitar esas fuentes ocultas de gérmenes, pero sí puede limpiar su tarjeta de crédito con toallitas antibacterianas, igual que su cartera y ciertas superficies de su bolso. Lo realmente difícil de limpiar es el dinero.

Pero lo mejor que puede hacer, es lavarse las manos después de tocar esas cosas, y evitar tocarse los ojos, la nariz o la boca mientras anda de compras o después de pagar con efectivo.

Limpie las fuentes ocultas de gérmenes

¿Ya se asustó? No hay necesidad. Identificar esas fuentes ocultas de gérmenes le ayuda a saber dónde concentrar más energía limpiadora; aplicar esos secretos de limpieza que acaba de leer le ayudará a reducir su exposición a gérmenes potencialmente dañinos.

Y todo está en la exposición. Estar atento a dónde pueden estar los gérmenes dañinos es bueno, pero su sistema inmunitario también está ahí para protegerlo, de tal forma que una combinación de buenas prácticas de limpieza (incluyendo esas fuentes ocultas de gérmenes) y hábitos de fortalecimiento del sistema inmunitario puede ayudar a que usted se mantenga saludable.

Para que el sistema inmune funcione eficientemente se necesitan micronutrientes. La deficiencia de micronutrientes perjudica las defensas inmunológicas al afectar la respuesta de los anticuerpos, lo que conlleva a un desbalance en el sistema inmune. Esto provoca una marcada sensibilidad hacia las infecciones y enfermedades. Las infecciones además agravan la deficiencia de micronutrientes al reducir […]

Las infecciones del tracto respiratorio superior pueden ser causadas por más de 200 diferentes tipos de virus y se estima que la población de los Estados Unidos sufre más de mil millones de resfriados al año (2-4 por adulto promedio, 6-10 por niño promedio). Muchos factores de nuestro estilo de vida contribuyen al riesgo de infecciones del tracto respiratorio superior, incluyendo un bajo nivel de nutrientes, falta de sueño y estrés. Un nuevo documento publicado en The British Journal of Sports Medicine agrega el hábito de hacer ejercicio a la lista de factores que afectan el riesgo de sufrir infecciones del tracto respiratorio superior.

1,023 personas de entre 18 y 85 años de edad fueron reclutadas para este estudio, de las que 1,002 completaron todos los requisitos del estudio. Los participantes fueron seleccionados de entre diversos grupos de índice de masa corporal (aproximadamente un tercio tenía un peso normal, un tercio tenía sobre peso y un tercio tenía obesidad) para asegurar una representación adecuada. Cada participante del estudio completó una encuesta exhaustiva y validada sobre el estilo de vida, la dieta, los niveles de actividad, el estrés y la incidencia y gravedad de infección del tracto respiratorio superior.

Después de controlar los potenciales factores, los días totales con infección del tracto respiratorio superior bajaron entre 43 y 46% en el tercio superior de la actividad aeróbica cuando se comparó con el tercio más bajo, al tiempo que la gravedad de las infecciones del tracto respiratorio superior disminuyó entre 32 y 41% para el grupo más alto. Los bajos niveles de estrés, hacer ejercicio con frecuencia (≥5 días/semana) y un elevando consumo de frutas (≥3 porciones/día) también se correlacionaron con una incidencia reducida de infecciones del tracto respiratorio superior.

La razón por la cual el ejercicio aeróbico reduce el riesgo de  infecciones del tracto respiratorio superior es aún incierta, aunque parece ser una combinación de factores que incluyen aumentos transitorios de ciertas células inmunes, la reducción de hormonas de estrés y beneficios especializados para órganos importantes (particularmente los pulmones, los cuales sirven como una barrera primaria contra infecciones del tracto respiratorio superior).

Nieman DC, Henson DA, Austin MD, Sha W. Upper respiratory tract infection is reduced in physically fit and active adults. Br J Sports Med. 2011;45(12):987-92.

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