19 hábitos familiares saludables a probar

Los hábitos familiares saludables son esenciales para la crianza de niños saludables. Los niños consideran a sus padres modelos a seguir. Por lo tanto, es importante proporcionarles un estilo de vida saludable que les sirva de ejemplo a seguir.

La dieta saludable y el ejercicio son dos hábitos en los que muchas personas ponen el foco, y aunque las metas personales de salud son excelentes, conseguir que su familia las siga es aún mejor. Además, es buena idea ampliar el alcance de los hábitos saludables de la familia de tal forma que cubran todas las facetas de la vida. Incluya hábitos como el cepillado de dientes, el uso del casco protector y el lavado de manos.

A medida que los niños crecen, puede resultarles difícil revertir los hábitos que ya han adquirido. Así que no pierda un segundo más y empiece a trabajar en los hábitos saludables con sus hijos. Ellos aprenderán rápido los buenos hábitos y tendrán el resto de sus vidas para practicarlos.

Eche un vistazo a esta presentación y encontrará 19 ideas en las que trabajar a nivel familiar. Agradézcanse los unos a los otros el trabajo que ya están realizando, y anoten las sugerencias de mejora que desean afrontar juntos.

  1. Hacer la cama

Esta simple tarea a menudo se pasa por alto, pero es un excelente hábito a seguir. Una cama recién hecha lo ayuda a usted y a sus niños a comenzar el día de manera positiva. Además, al final de un largo día encontrará su habitación relajante y ordenada.

Anote en una tabla la frecuencia con la que cada miembro de su familia hace su cama para que todos la puedan ver. Para que se diviertan al mismo tiempo que adquieren el hábito, organice carreras o competencias para ver quién hace su cama más rápido. Muéstrele a sus niños lo bien que ha hecho su propia cama, pues los ayudará a comprender qué tan importante esta rutina diaria es para usted.

  1. Lavarse las manos

Lavarse las manos es quizás el hábito más importante para la salud. Lavándose las manos después de ir al baño, y antes de cada comida, se mantienen los gérmenes bajo control. Por este motivo es importante mostrarle a su familia qué tan importante es el lavado de manos para el mantenimiento de la salud.

Los padres deben recordar frecuentemente a sus niños que se laven las manos a lo largo del día. Los niños pequeños que aún no sepan lavarse las manos solos podrían necesitar un banquito para alcanzar el grifo. Muestre a sus niños cómo lavar correctamente sus manos, frotándolas con jabón y enjuagándolas con agua templada durante al menos 20 segundos. Los gérmenes se pueden propagar de una persona a otra y producen enfermedades. Enseñando este importante hábito puede ayudar a frenar la transmisión de gérmenes nocivos para la salud, contribuyendo a la salud de familias y comunidades.

  1. Desayunar todos los días

Su familia puede comenzar cada día de manera saludable tomando siempre su desayuno. El desayuno a menudo es lo primero que sacrificamos cuando nos espera un día ajetreado. Adopte una actitud firme, que favorezca los hábitos saludables, asegurándose de que su familia toma el desayuno todos los días.

Esta es una de las mejores maneras de combatir la sobrealimentación durante el resto del día. El desayuno tiene un efecto saciante a primera hora del día, y proporciona energía constante hasta la hora del almuerzo. Si necesita ideas rápidas para adquirir el hábito del desayuno pruebe a hervir huevos duros, corte un trozo de fruta o unte una tostada de trigo integral con mantequilla de nueces.

  1. Cepillarse los dientes

Los niños pequeños tienen dificultades para no olvidar que deben cepillarse los dientes dos veces al día. Pero este hábito es crítico para el mantenimiento de una buena salud dental.

Esto se debe a que el cepillado de dientes desprende los depósitos de placa y bacterias. Si usted evita la acumulación de placa y bacterias en sus dientes, contribuirá al mantenimiento de su salud bucal.

Por lo tanto, habitúese a cepillar sus dientes dos veces al día para mantener en forma sus dientes y encías. La duración recomendada para cada sesión de limpieza dental es de dos minutos. Pruebe a poner un cronómetro en el cuarto de baño para ayudar a que sus niños cumplan con los dos minutos recomendados. También puede cantar una canción o reproducir música para hacer del cepillado algo más divertido para todos.

  1. Arreglar la casa

Mantener su espacio vital limpio y ordenado es un hábito saludable en el que toda su familia puede participar. Pasar tiempo en casa siempre es más agradable cuando todas sus pertenencias están en su lugar. Además, una casa limpia puede ayudar a que su foco de atención deje de ser el desorden y lo pueda poner en sus seres queridos y en una vida más saludable.

Enseñe a sus pequeños dónde deben guardar sus juguetes, libros, ropa y zapatos. Ayude a los niños a adquirir el hábito de devolver las cosas cuando han terminado de usarlas. saludable.r el  dos veces al difica cuando ida saludable que les si La limpieza del hogar también es una manera excelente de inculcar responsabilidad y respeto por las pertenencias.

Pueden arreglar la casa en equipo, utilizando un cronómetro y limpiando durante 10 minutos. Compitan a ver qué tan rápido pueden poner en orden su casa. Dele a cada niño una tarea diferente cada día para que puedan aprender a barrer, limpiar y sacudir el polvo. Se lo agradecerán cuando vivan solos y sepan mantener sus casas limpias.

  1. Apagar el televisor

El televisor puede consumir gran parte del tiempo libre de su familia. Las sesiones de televisión pueden ser relajantes en moderación, pero si se prolongan demasiado pueden estancar su productividad.  Es difícil ser activo y trabajar en una vida más saludable cuando el televisor está encendido.

Así que limite su tiempo delante del televisor a una hora diaria. Apague el televisor y busque mejores formas de entretenimiento para la familia. Los juegos de mesa son igualmente divertidos e involucran a todos los miembros de la familia. Además, ayudan a los niños a desarrollar habilidades racionales y de resolución de problemas. Dé un buen ejemplo a sus hijos invitándolos a jugar con usted cuando se haya agotado el tiempo diario de televisión.

Incluso es probable que perciba una mejoría en sus horas de sueño reduciendo las horas de televisión. Además, pasar tiempo sin mirar pantallas permite que sus ojos se relajen, reduce su exposición a la luz azul y lo ayuda a quedarse dormido con más facilidad.

  1. Moverse

Si la idea es relajarse y jugar en familia, el ejercicio físico es bueno en ambos casos. El ejercicio regular es un excelente hábito en el que trabajar en equipo. Infundir en sus hijos el amor por el deporte durante su juventud puede hacer que cuiden de su estado físico el resto de sus vidas.

Los movimientos no tienen por qué ser complicados para extraer beneficio del ejercicio regular. Pueden consistir en bailar sus canciones favoritas o en un partido de baloncesto en la calle. Cuando toda la familia es activa, es posible pasar tiempo juntos y al mismo tiempo ponerse en forma.

Póngase como objetivo 30 minutos de actividad física cada día. Si su agenda es muy apretada, puede aprovechar para hacer ejercicio mientras camina a la escuela o mientras va en bicicleta al trabajo. Realice una lluvia de ideas en su familia para ayudar a adoptar hábitos diarios de ejercicio.

  1. Buscar aventuras juntos

Las familias que juegan en equipo se mantienen saludables en equipo. Participar en aventuras adecuadas para su familia puede hacer del ejercicio una experiencia unificadora para usted y para sus seres queridos.

Recrearse en la naturaleza es una manera divertida de ver los paisajes locales y pasar tiempo en familia. El senderismo, los paseos en bicicleta, la pesca y la escalada en roca son algunas de las aventuras al aire libre en las que se puede embarcar su familia.

  1. Usar el equipo de protección

La seguridad forma parte de los hábitos saludables en el ejercicio. Demuestre que sabe jugar de forma segura usando el equipo protector cuando sea necesario. Si sus niños lo ven a usted ponerse el equipo para andar en bicicleta, ellos querrán hacer lo mismo.

Adquiera la costumbre de ponerse el casco protector, las espinilleras y las coderas antes de salir en bicicleta. Le evitará una posible lesión a usted y les enseñará a sus hijos cómo mantenerse seguros.

  1. Protegerse siempre siempre del sol

El protector solar es la mejor manera de proteger su piel del daño solar. Tanto los niños como los adultos necesitan aplicarse un protector solar antes de salir a jugar al aire libre. Haga que la aplicación del protector solar sea algo habitual.

Enseñe a sus niños cómo ponerse ellos mismos el protector solar. Puede encontrar protectores solares de base mineral, apropiados para niños, que tratan con suavidad su delicada piel. Recuérdense los unos a los otros que deben reaplicar el protector cada dos horas mientras estén al aire libre. Y acostúmbrese también a llevar un sombrero para protegerse del sol.

  1. Alimentarse del arcoíris

Una alimentación saludable es un excelente hábito a seguir por toda la familia. Si comen juntos a menudo, comiencen a focalizarse en la comida saludable como si fueran un equipo.

Fijarse en el color de la comida es una manera excelente de garantizar que su familia obtenga los nutrientes que necesita. Los alimentos integrales son vibrantes. El color rojo intenso, morado profundo y verde oscuro hacen que los alimentos sean interesantes a la vista y buenos para usted.

El color de las frutas y de las verduras indican la clase de vitaminas que pueden aportar a su dieta. Los alimentos de color amarillo son excelentes fuentes de vitamina C. Las vitaminas A y E viven en los alimentos rojos y naranjas. Los alimentos verdes están llenos de calcio, hierro y otros fitonutrientes importantes.

Trabajen juntos para sentarse a cenar con muchos colores distintos en la mesa. Una ensalada de hojas variadas, tomates, aguacate, cebolla roja, pimientos amarillos y pepinos contiene muchos colores del espectro y además es nutritiva.

  1. Tomar agua en vez de bebidas gaseosas

Éste es un excelente y sencillo hábito saludable con el que empezar. Las opciones saludables son accesibles y fáciles de entender para adultos y niños.

Usted ya sabe que las bebidas gaseosas y azucaradas perjudican sus dientes y su dieta. Por lo tanto, su familia debería cambiar al agua (o leche en el caso de los niños). Para ayudar a consolidar este hábito, mantenga las bebidas gaseosas lejos de su hogar. Cuando coman fuera de casa, pida agua con su comida (o leche para los niños). Demuestre a sus hijos que habla en serio, evitando totalmente las bebidas gaseosas y proporcionando alternativas más saludables que contribuyan al crecimiento de los niños.

  1. Pruebar alimentos nuevos

Si los alimentos de referencia para su familia empiezan a quedarse anticuados, pruebe a expandir sus opciones. Es difícil mantener una dieta saludable cuando uno toma constantemente los mismos alimentos. Se hace aburrido. Por suerte, existen muchas maneras de variar la alimentación y de mantener el interés en una dieta saludable.

Añadiendo especias a su comida cambiará drásticamente su sabor, sin alterar sus beneficios para la salud. El ajo, el comino, la pimienta o el pimentón aportan algo de condimento a los vegetales como la batata. La cúrcuma, el perejil o el cilantro potencian el sabor del arroz integral.

También puede probar a preparar sus platos favoritos de maneras distintas. Por ejemplo, la avena es una opción excelente para el desayuno. Pero durante los meses más calurosos quizás no le apetezca tomar un bol de avena caliente. En lugar de cambiar la saludable avena por un donut o un pastel, pruebe la avena remojada.

Para hacer avena remojada, mezcle un puñado de copos de avena con yogur, leche, semillas de chía y unas gotas de miel. Deje reposar la mezcla en el refrigerador durante toda la noche. A la hora del desayuno, dispondrá de una opción más fresca. Incluso puede cortar trocitos de banana o de moras y añadirlos a su parfait de avena.

  1. Planear y preparar sus platillos en equipo

Cuando su familia tiene programadas las comidas es más probable que siga una dieta saludable. Hay días de mucho ajetreo y surgen imprevistos, pero no deje que la comodidad destruya sus hábitos alimenticios saludables. Pruebe a preparar su comida con antelación para tener a mano una opción rápida y saludable.

Los niños pueden ayudar eligiendo los platillos que quieren comer para cenar. Anímelos a que piensen en platos que incluyan proteína magra, verduras y cereales integrales. Anote su plan de cenas en un calendario visible para todos. De esa forma, todos sabrán qué comida disfrutarán cada día.

La familia también puede preparar la comida. Cocinar proteína en grandes cantidades es una excelente manera de acelerar el proceso de preparación de la cena. A sus niños les encantará sentirse incluidos en la cocina. Muéstreles cómo se lavan los vegetales y cómo se condimentan las proteínas como el pollo o el pescado. Ellos apreciarán la responsabilidad de ayudar a preparar la cena y disfrutarán su comida más aún.

  1. Aprender a leer etiquetas nutricionales

Entender lo que dicen las etiquetas de los alimentos puede ser complicado, así que siéntese con su familia e intenten descifrarlas juntos. Cuando uno aprende a leer la información nutricional de sus colaciones favoritas, resulta más fácil elegir las opciones saludables.

Tomemos como ejemplo una caja de cereales para el desayuno. El contenido calórico suele encontrarse en la parte superior de la etiqueta, e indica cuántas calorías (moneda energética) hay en cada porción. Tenga en cuenta que una porción no siempre equivale a un tazón enorme. Muéstreles a sus niños cuántos cereales hay en una porción usando una taza de medir o una báscula de cocina.

Los macronutrientes que se muestran bajo la información calórica indican cuántos carbohidratos, grasas y proteínas hay en los alimentos que usted come. Analice cuántos de esos carbohidratos provienen de azúcares añadidos, y manténgase alejado de los productos con grandes cantidades de azúcar añadido.

Las grasas se suelen dividir en distintos tipos. Algunos alimentos contienen grasas saturadas, grasas insaturadas y grasas trans. Consulte la etiqueta y vea qué grasas encuentra. Evite alimentos con grasas trans y monitoree su ingesta de grasas saturadas.

La proteína se puede encontrar en todo el espectro alimenticio. El pavo, el pollo, la carne roja magra, los huevos, las semillas de lino, las semillas de chía y las nueces son excelentes fuentes de proteína. Muestre a su familia cómo encontrar la cantidad de proteína presente en cada porción de comida empacada. Desafíense a comer alimentos con al menos seis gramos de proteína por porción.

Las vitaminas y los minerales añadidos, así como la lista de ingredientes, se encuentran en la parte inferior de la etiqueta nutricional. Los nutrientes como el hierro, el zinc y el ácido fólico se añaden para ayudar a alcanzar las cantidades diarias recomendadas.

Cuando vea los ingredientes, fíjese en los que están en la parte superior de la lista. Los que se encuentran más arriba en la lista de ingredientes son los que tienen mayor presencia en el producto. En los alimentos como el pan, las barritas de cereales o la pasta, asegúrese de que los cereales integrales se encuentran en la parte superior de la lista. Una gran cantidad de cereales integrales lo mantendrán saciado durante más tiempo.

  1. Practicar la consciencia sobre el dinero

Los niños no deben estar al cargo de su chequera, pero pueden jugar un papel importante en las finanzas de su familia. Ayudar a sus niños a tener una relación saludable con el dinero es una de las mejores lecciones vitales que puede enseñarles. Acostúmbrelos a monitorear sus gastos y ayúdelos a reconocer la importancia del ahorro.

Muestre a sus niños cómo crear un presupuesto sencillo para las necesidades de su hogar. Hágalos ver de dónde viene el dinero y en qué lo gasta su familia. Puede pedirles que lean las facturas que recibe su familia cada mes y que hagan un seguimiento de los recibos del supermercado. Sus niños se sentirán orgullosos de poder ayudar y de comprender mejor el valor del dinero.

  1. Dormir bien

La hora de dormir no es solo para los niños. Como familia, intenten cumplir las ocho horas recomendadas de sueño cada noche. Irse a la cama a una hora razonable ayudará a los padres y a los hijos a conseguirlo.

Recuérdele a su familia (y a usted mismo) que su cuerpo necesita una buena cantidad de sueño para ser productivo al día siguiente. Cuéntele a su familia qué tan recargado de energía se siente usted después de obtener el descanso que necesita. Sus hábitos saludables de sueño pueden servir de ejemplo a su familia si usted se retira a dormir pronto y se despierta a su hora.

Cuando no pueda dormir, la idea de levantarse a ver la televisión podría resultar tentadora. Si lo hace y sus niños lo ven, probablemente se preguntarán si ellos también pueden hacerlo. En lugar de ver películas cuando se siente inquieto pruebe a leer o meditar. Ayudará a calmar su mente y hará que se duerma en muy poco tiempo.

  1. Recompensar con elogios

Cuando usted note que los miembros de su familia están haciendo un buen trabajo, hable sobre ello. Haga saber a sus hijos que reconoce su esfuerzo elogiando sus comportamientos saludables. Las palabras de apoyo y afirmación refuerzan los hábitos familiares saludables.

Intente no recompensar los comportamientos saludables “rompiendo” los hábitos que ha desarrollado recientemente. Si cambia el duro trabajo por una tarde de atracón y holgazanería podría terminar echando a perder sus esfuerzos.

En lugar de eso, reconozca los intentos de mantener hábitos saludables elogiándolos. Dígales a sus niños que está orgulloso de ellos por hacer de su salud una prioridad. Y anímelos a seguir trabajando igual de bien.

  1. Practicar lo que predica con los modelos de rol parental

El establecimiento de hábitos saludables en la familia requiere de un esfuerzo conjunto. Cuando sus niños vean que usted está cambiando, es probable que ellos también quieran seguir su ejemplo. No puede esperar que los niños se esfuercen por mantener hábitos saludables si usted no cumple con su parte.

Dé permiso a sus niños para corregir sus actos de manera respetuosa. Si le proponen dejar el sofá para salir a dar un paseo con ellos, póngase los zapatos y salga a la calle. Si le recuerdan que no ha hecho su cama, vaya a hacerla.

Liderar a su familia, en lo que a hábitos saludables se refiere, requiere de su participación. Muestre a sus hijos lo mucho que dichos hábitos saludables significan para usted practicándolos. Tendrá más éxito alcanzando sus metas de salud si toda su familia trabaja en equipo.

Acerca del autor

Sydney Sprouse es una escritora independiente sobre temas de ciencia residente en Forest Grove, Oregon. Tiene una licenciatura en biología humana de la Universidad Estatal de Utah, en donde trabajó como investigadora y escritora en su etapa de pasante. Sydney ha estudiado ciencias toda su vida y su objetivo es traducir las actuales investigaciones científicas tan efectivamente como sea posible. Escribe con particular interés sobre biología humana, salud y nutrición.