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Cute baby boy drinking from bottle

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Casi la mitad de las muertes infantiles en el mundo se debe a la desnutrición. A menudo se pasa por alto, pero la nutrición de bebés y niños es crucial para la salud pública. Una alimentación adecuada a lo largo de los dos primeros años de desarrollo reduce el riesgo de sufrir enfermedades crónicas y de morbilidad durante el resto de la vida de la persona. Este componente de la salud pública, por sí solo, podría mejorar los marcadores de calidad de vida en cualquier país. Los países desarrollados que cuentan con los recursos necesarios deberían estar especialmente interesados en mejorar la nutrición de bebés y niños, ya que una mejor alimentación en esos primeros años reduce los costos sanitarios a lo largo del tiempo y representa beneficios económicos tanto para el país como para cada familia.

Durante años, esta conversación se limitó a los principales fabricantes de fórmula para bebés, pero ya es momento de que nos preguntemos qué está pasando en el mundo de la nutrición para bebés y niños.

La mejor manera de alimentar a los bebés es, por supuesto, la lactancia materna debido a que proporciona todos los nutrientes adecuados en las formas más biodisponibles para el sistema digestivo de los bebés. Sin embargo, alrededor del 38% de las nuevas madres deciden no amamantar a sus bebés o no pueden producir suficiente leche. Para estas familias, las fórmulas de calidad para bebés son cruciales a fin de asegurar la correcta alimentación de los niños.

Nutrientes clave para bebés

Todos los bebés y niños tienen derecho a una nutrición adecuada. Como los bebés no pueden alimentarse adecuadamente por sí mismos, dependen de sus padres, de la familia y de la sociedad para que les ayuden en su salud y desarrollo. Estos son algunos de los nutrientes importantes que la ciencia moderna ha identificado como esenciales para los bebés.

  • Proteínas — El crecimiento y el desarrollo del bebé se apoyan en gran medida en la síntesis de proteínas. Este proceso no puede ocurrir de forma óptima sin el consumo regular de aminoácidos esenciales.
  • Calcio — Este mineral es responsable de la formación y el crecimiento de los huesos de los bebés, así como de la contracción muscular, la función del corazón y otras funciones biológicas.
  • Hierro — El desarrollo del cerebro depende del hierro porque desempeña un papel clave en la sinaptogénesis (formación de sinapsis), la mielinización (aislamiento de las neuronas en el cerebro), el metabolismo energético, etc.
  • Vitaminas A, B, C y E — Estas vitaminas ayudan a satisfacer diversas necesidades de desarrollo, como la visión, la salud de la piel, la inmunidad y la cognición, entre otras.
  • Ácido docosahexaenoico (DHA)— Los ácidos grasos omega-3 son esenciales para el desarrollo del bebé, pero el DHA se ha hecho famoso recientemente como alimento para el cerebro de los bebés debido a que desempeña un papel crucial en la visión y el desarrollo cerebral.

Sin embargo, la realidad de la nutrición infantil es mucho más compleja que solo una lista de nutrientes. Por ejemplo, la leche materna tiene una proporción específica de diferentes proteínas, y la composición nutrimental de la leche materna cambia con el tiempo en función de las necesidades del bebé en desarrollo. También es completamente biodisponible para su absorción a través del sistema digestivo del bebé.

El “oro líquido” de la naturaleza ha puesto el listón muy alto para las fórmulas para bebés y el desarrollo de un producto que cumpla con estas características ha sido un proceso largo y complejo que continúa hasta hoy.

Historia del desarrollo de fórmulas para bebés en EE.UU.

Antes de que existiera algún tipo de fórmula infantil, existían las nodrizas. Las mujeres que pertenecían a familias adineradas y que no podían amamantar, o que decidían no hacerlo, contrataban a una nodriza para que amamantara a su bebé por ellas. Los orfanatos y las familias de clase baja solían alimentar a los bebés con leche de burra o de otros animales cuando la lactancia no era una opción. Pero sin conocimientos sobre los gérmenes y el saneamiento —y mucho menos sobre las opciones de leche artificial regulada—, un tercio de los bebés que no eran amamantados moría antes de cumplir el primer año.

Afortunadamente, la situación cambió mucho durante el siglo XIX.

La primera fórmula comercial para bebés fue desarrollada en 1860 por el químico alemán Justus von Leibig. Se trataba de una fórmula en polvo a base de harina de trigo preparada con leche de vaca. Poco después se descubrió la pasteurización, consistente en el uso de calor para eliminar las bacterias y que acabaría reduciendo las infecciones y enfermedades relacionadas con los microbios. La pasteurización también facilitó el transporte de la leche no refrigerada sin que se echara a perder.

A finales del siglo XIX, la “comida para bebés de Nestlé” se fabricaba con harina de trigo, harina de malta, azúcar y leche de vaca. Sin embargo, debido a su costo relativamente elevado, la empresa no logró vender masivamente su primer alimento para bebés.

La invención de la leche evaporada cambió la trayectoria de las fórmulas para lactantes. Podía transportarse aún más fácilmente sin echarse a perder, por lo que se utilizó inicialmente para alimentar a los soldados durante la Guerra Civil. En la década de 1920 se publicaron múltiples estudios que demostraban que la leche evaporada era más digerible para los niños y más comparable a la leche materna, lo que acabó por convencer tanto a padres como a médicos. La leche evaporada se convirtió en un ingrediente estándar para la preparación de fórmulas para lactantes.

A partir de los años 50, la fórmula comercial se hizo muy popular. Productos como Similac y Enfamil entraron en el mercado y prácticamente sustituyeron a las anteriores fórmulas caseras a base de leche evaporada. Pero la aceptación generalizada de estas nuevas fórmulas no fue completamente orgánica.

Para fomentar la confianza del público en sus productos, los fabricantes proporcionaban sus fórmulas a los hospitales de forma gratuita o a bajo costo, estrategia que tuvo bastante éxito. Muchas mujeres creían que las fórmulas comerciales estaban “médicamente validadas” en cuanto a que ofrecían una nutrición óptima y una vez que salían del hospital para regresar a casa seguían alimentando a sus bebés con fórmulas comerciales. Además, era un alimento barato y fácil de preparar. Las fórmulas comerciales modernas se habían consolidado en el mercado, pero sin ninguna regulación, y algunos bebés presentaron problemas de salud derivados del consumo de ciertas fórmulas.

La Ley de Fórmulas para Bebés, aprobada en 1980, establece estándares máximos y mínimos respecto de algunos de los nutrientes habitualmente presentes en las fórmulas para lactantes. Por aquel entonces, la Administración de Fármacos y Alimentos de Estados Unidos (FDA) empezó a exigir la aplicación de pruebas y la implementación de ciertas normas de manufactura en las plantas de fabricación.

En la era moderna, la fortificación con hierro de las fórmulas para bebés se convirtió en una práctica más generalizada, y la proporción de proteína de suero de leche y caseína se modificó para asemejarse a la leche humana. Los fabricantes más grandes (Ross y Mead Johnson) también desarrollaron fórmulas especiales, como las opciones sin lactosa y con almidón de arroz.

Las fórmulas comerciales más populares producidas en la actualidad son radicalmente diferentes con respecto a las primeras fórmulas infantiles producidas en 1860. No cabe duda de que la alimentación de bebés y niños ha avanzado mucho. Entonces, ¿existe ya una alternativa perfecta a la leche materna humana? No del todo, pero algunos científicos afirman que la Unión Europea (UE) está en camino de alcanzar ese objetivo antes que Estados Unidos.

Comparación de las fórmulas modernas para bebés en la UE y EE.UU.

En Estados Unidos, los requisitos federales de nutrición están establecidos en la Ley de Fórmulas para Bebés, cuya última modificación se produjo en 1986. Algunos fabricantes optan por superar los requisitos, y es probable que los padres noten estas variaciones de calidad entre las opciones de fórmulas disponibles en Estados Unidos.

Europa ha hecho las cosas de manera un poco diferente. Las opiniones de médicos y científicos están más integradas con la normativa de la UE y se actualizan periódicamente. En comparación con la FDA, la Comisión de la UE es más prescriptiva, y en última instancia hay poca variación entre las opciones de fórmulas en la UE.

Estos son algunos ejemplos de cómo la UE ha aplicado los nuevos hallazgos de la investigación sobre nutrición para bebés y niños.

Fórmula para cada fase de desarrollo

La UE ha establecido diferentes etapas para la fórmula. La etapa 1 es de 0 a 6 meses, y la etapa 2 es de 6 a 12 meses. La diferencia radica en el equilibrio de las proteínas de la leche y en la mayor cantidad de hierro que necesitan los bebés a partir de los seis meses.

Exclusiones e inclusiones

Hay ingredientes específicos identificados por la UE que las fórmulas para bebés no deben contener, como jarabe de maíz, goma guar y otros. La Comisión Europea también ha enumerado ingredientes de uso obligatorio, como el ácido graso esencial DHA. Este requisito se adoptó en 2020 después de que un creciente número de investigaciones demostrara los beneficios del DHA para el desarrollo del cerebro. También se incluyen en las fórmulas de la UE varios aminoácidos y probióticos, como  Lactobacillus , que es un componente de la leche materna que se ha demostrado que contribuye a una serie de beneficios para la salud del bebé.

Desde el inicio de la fabricación de fórmulas comerciales, hasta hoy, las fórmulas europeas no pueden venderse legalmente en EE.UU. Esta política esencialmente bifurcó el camino de la investigación, el desarrollo y la regulación de las fórmulas comerciales para bebés entre los dos continentes. Asimismo, esa separación ha dado lugar a grandes diferencias en la alimentación de bebés y niños en la actualidad.

Futuro de la nutrición para bebés y niños

Generaciones de trabajo y descubrimientos científicos han producido logros asombrosos, pero aún queda camino por recorrer para ofrecer a las familias las mejores alternativas a la leche materna que la ciencia pueda ofrecer. La siguiente fase de progreso requerirá probablemente la colaboración entre médicos, científicos, profesionales de la salud y organismos reguladores que puedan aplicar continuamente los nuevos hallazgos de la investigación.

Como componente crucial de la salud pública, la nutrición de bebés y niños merece más atención, formación y recursos. Muchos de nosotros dependemos de las fórmulas para bebés como alternativa a la leche materna, por eso es importante informarnos y crear mayor consciencia. Inicie conversaciones y comparta recursos con otras personas de su entorno. Hay personas en su lugar de trabajo, en su iglesia y en su vecindario que podrían participar en esta conversación. En nosotros está influir en la dirección del futuro.

Una buena nutrición es la base fundamental de cualquier estilo de vida saludable. Si no se satisfacen las necesidades calóricas y nutricionales necesarias, el cuerpo no puede mantenerse saludable. Esto incluye todo, desde las funciones básicas—como descomponer y eliminar los residuos y protegerse de las toxinas— hasta el crecimiento, el desarrollo y el mantenimiento de los niveles de energía. Sin embargo, ¿cuál es el significado exacto de la frase “buena nutrición”?

Desafortunadamente, no hay una respuesta fácil. A medida que su cuerpo crece, cambia y se desarrolla, también cambian sus necesidades nutricionales. Aunque los fundamentos de la nutrición son los mismos a lo largo de la vida, sus necesidades nutricionales cambian en función de sus niveles de actividad física, su estilo de vida y su edad. Este artículo se centrará en este último punto: la nutrición por edades.

A medida que el cuerpo cambia desde la infancia hasta la edad adulta—y todas las etapas entre medio—, este requiere nutrientes ligeramente diferentes para optimizar su crecimiento, desarrollo y funcionamiento. ¡Y algunos de estos nutrientes pueden no ser lo que usted espera! Así que écheles un vistazo a algunas de las sorprendentes necesidades nutricionales de los diferentes grupos de edades.

Nutrición de bebés: 0-12 meses

Tanto si decide alimentar a su bebé con leche materna, fórmula o una combinación de ambas, las necesidades nutricionales de su bebé deben ser su absoluta prioridad. En su primer año de vida, la mayoría de los bebés duplican, como mínimo, su peso al nacer. Eso es mucho crecimiento —sin mencionar el desarrollo del cerebro que también se produce durante este periodo. Todos estos cambios en el cuerpo de los bebés requieren el combustible adecuado.

Desde que nacen hasta aproximadamente los seis meses, se recomienda que alimente a su bebé exclusivamente con leche materna o con leche de fórmula especial para bebés. Esto les ayudará a adquirir las grasas, proteínas y otros nutrientes que necesitan. Si su bebé está lactando, recibirá los nutrientes que necesita a través de la persona que lo alimenta. Por esta razón, es importante que dicha persona cuide su propia nutrición y complemente su dieta con los nutrientes que su bebé necesita. Entonces, ¿cuáles son exactamente estos nutrientes?

Probablemente esté familiarizado con los elementos básicos más comunes de la nutrición infantil —el calcio para reforzar los huesos y el crecimiento, por ejemplo. Echemos un vistazo a algunas de las necesidades nutricionales menos conocidas que presentan los bebés.

  • Folato: Las vitaminas y minerales menos conocidos son un aspecto de la nutrición que a menudo es pasado por alto. Este es el caso del folato, también conocido como vitamina B9, que desempeña un papel vital en la división celular, uno de los procesos clave del crecimiento y el desarrollo infantil.
    Para asegurarse de que su bebé cuente con las cantidades adecuadas de folato en su dieta, corrobore los niveles de vitamina B9 en su fórmula. O bien, si está amamantando a su bebé, coma muchos alimentos ricos en folato, como las verduras de hoja verde y las legumbres.
  • Zinc: Ningún nutriente es más importante que otro. Sin embargo, si tuviera que nombrar un nutriente como Presidente Multivitamínico de su dieta, el zinc sería una opción sólida. Este mineral ayuda a mantener un sistema inmunológico sano, favorece el crecimiento y la reparación celular y contribuye a optimizar la creación de ADN; todo ello es importante en cualquier etapa de la vida, pero es especialmente vital para los bebés.
    Los bebés que nacen prematuramente suelen tener deficiencias de zinc, lo cual es un problema porque necesitan zinc para lograr el crecimiento que corresponda a su edad. Durante la lactancia, asegúrese de abastecerse de alimentos ricos en zinc: ¡las frutas secas son una opción calórica estupenda!

Primera infancia: De niños a preadolescentes

El crecimiento y el desarrollo no se detienen después de la infancia. Desde los terribles dos años hasta la adolescencia, el cuerpo sigue experimentando cambios rápidos. Es una época formativa, y no sólo con relación a la personalidad de un individuo. Una nutrición adecuada durante estos períodos de cambio sienta las bases para disfrutar de una vida adulta saludable. ¿Cuáles son las principales necesidades nutricionales de los niños y preadolescentes?

  • Grasas: La nutrición popular les ha dado mala fama a las grasas. Pero no todas las grasas son malas. De hecho, algunas grasas son parte crucial de una dieta y un estilo de vida saludables. Esto es especialmente cierto cuando se trata de la nutrición de los niños.
    Cuando las personas hablan de grasas en los alimentos, suelen referirse a: grasas saturadas o grasas trans. Los niños deben consumir grasas saturadas con moderación, es decir, las que provienen de las carnes, los lácteos y los huevos. Y las grasas trans, producto del procesamiento de algunos alimentos, deben evitarse lo más posible.
    Sin embargo, ¿qué pasa con las grasas buenas, las que pueden proporcionar energía a los niños, favorecer su salud general y ayudarles a procesar otros nutrientes? Estas grasas se encuentran en alimentos como las aceitunas, las frutas secas y los mariscos. Y estas formas beneficiosas deberían constituir la mayor parte de las grasas presentes en la dieta de un niño.
  • Sodio: En lo que respecta al sodio, el problema no es que los niños experimenten una deficiencia de sodio en su dieta. Al contrario, consumen sodio en exceso. La comida rápida es la opción frecuente en muchos hogares, y sabemos la razón: es rápida, asequible y hasta a los más quisquillosos les gusta. Sin embargo, estos alimentos también contienen mucho sodio.
    La cantidad diaria de sodio recomendada cambia con la edad. Los niños pequeños —hasta los cuatro años—sólo necesitan unos 1,500 mg de sodio al día, mientras que los preadolescentes deben ingerir hasta 2,200 mg. Según una encuesta realizada en 2011, el 90% de los niños en Estados Unidos ingieren más del valor recomendado de sodio, con una ingesta media diaria que llega hasta 3,256 mg al día. Eso es más de 1,000 mg por encima del valor recomendado.
    ¿Cuál es el problema? Con moderación, el sodio es una parte vital de una dieta saludable. Apoya el funcionamiento de los nervios, desempeña un papel en la función muscular y ayuda al cuerpo a mantener un equilibrio adecuado de los fluidos. Sin embargo, un consumo excesivo de sodio puede llevarlo a tener problemas relacionados con la presión arterial.

La nutrición durante la adolescencia

La crianza de los adolescentes puede ser un desafío. Es un periodo marcado por cambios mentales, emocionales y físicos, todos los cuales pueden ser difíciles de manejar individualmente. La combinación de todos estos cambios produce la tormenta perfecta. Sin embargo, si hay algo que los adolescentes necesitan es espacio para ejercitarse y explorar su independencia, y esto puede incluir la oportunidad de elegir la mayoría de los alimentos que consumen.

Aún así, una buena nutrición debe seguir siendo una prioridad. La adolescencia, después de todo, consiste en un periodo de cambios. Y cuando el cuerpo cambia, necesita combustible. Es probable que los adolescentes estén familiarizados con los aspectos básicos de sus necesidades nutricionales, pero puede que necesiten alguna orientación adicional cuando se trata de nutrientes específicos. La lista que viene a continuación describe algunos de los héroes olvidados de la nutrición de los adolescentes.

  • Hierro: Tal vez haya escuchado que la falta de hierro puede provocar anemia, una condición que puede conducir a la fatiga extrema. Sin embargo, el hierro hace más que apoyar el mantenimiento de los niveles de energía. Una ingesta elevada de hierro también es crucial durante los periodos de crecimiento rápido, por ejemplo, en la adolescencia.
    Monitorear la ingesta de hierro en la adolescencia es especialmente importante si se sigue una dieta vegetariana o vegana. La carne de res y de aves de corral, además del pescado, son algunas de las fuentes más comunes de hierro; si no consume ninguno de estos alimentos tendrá que ser más diligente en elegir otros alimentos que contengan hierro, como las judías (frijoles), el brócoli y las espinacas.
  • El sueño: El buen sueño, aunque no es un nutriente en sí, es un elemento de la salud de los adolescentes que a menudo se pasa por alto. Cuando se trata del crecimiento y el desarrollo de los adolescentes, una dieta balanceada es sólo una pieza del rompecabezas, y el buen sueño es la otra. Dormir bien puede ayudar a que el sistema inmunológico se mantenga fuerte, ayuda a que el cerebro y el cuerpo crezcan y se desarrollen, y puede optimizar la regulación del estado de ánimo y de las emociones. Como adolescente, debería dormir entre 8 y 10 horas cada noche. Puede parecer mucho, ¡pero vale la pena!
    Dormir lo suficiente no es simplemente una cuestión de irse a la cama a una hora razonable. Hay otros factores que afectan el sueño, como los ruidos en su entorno, la exposición a la luz azul e incluso la dieta. Aunque no hay un solo nutriente que resuelva sus problemas de sueño, se ha demostrado que una dieta balanceada favorece un sueño de calidad. En este caso, “una dieta balanceada” significa suministrar a su cuerpo suficiente magnesio, calcio y vitaminas A, C, D, E y K. (¿No sabe cómo obtener estos nutrientes? Eche un vistazo a esta guía de vitaminas y minerales esenciales en este rápido curso intensivo)

Nutrición en la edad adulta

Si hay una garantía en la vida, es que no va a rejuvenecer. A medida que envejece, notará que su cuerpo experimenta un pequeño desgaste. Hasta cierto punto, esto es inevitable. Sin embargo, con una dieta adecuada y un estilo de vida saludable, usted puede ayudar a que su cuerpo funcione sin problemas más allá de los 60 años.

Dicen que la prevención es la mejor medicina, y si presta atención a sus necesidades nutricionales a medida que envejece, puede continuar sintiéndose bien. Probablemente haya oído que el calcio es crucial para mantener la fortaleza de los huesos en el futuro, pero eso no es todo lo que se necesita en esta etapa de la vida. Así que echemos un vistazo a algunos de los nutrientes menos mencionados en nuestras conversaciones:

  • Magnesio: El calcio se lleva todo el crédito cuando se trata de apoyar la fuerza de los huesos. Sin embargo, el magnesio también juega un papel crucial en el mantenimiento de huesos sanos y fuertes. Además, el magnesio ayuda a que tanto el corazón como el sistema inmunológico sigan funcionando correctamente.
    A medida que envejece, el cuerpo absorbe el magnesio con menos eficacia. Esto significa que necesita más de este importante nutriente en su dieta para obtener la cantidad necesaria. Además, muchos medicamentos también afectan la absorción del magnesio, por lo que no olvide preguntar a su médico sobre los posibles efectos secundarios.
  • Agua: Todo el mundo necesita beber agua. Esto nunca cambia porque la hidratación saludable es un aspecto importante de la nutrición y de una vida sana. Sin embargo, algunos estudios indican que su cuerpo requiere más agua a medida que envejece. Los efectos de la deshidratación también pueden tener consecuencias más graves para la salud en las personas mayores. Afortunadamente, el remedio para la deshidratación es sencillo: beba más agua.
    Para asegurarse de que se está manteniendo hidratado, observe su orina. Puede que no sea la parte más agradable de su día, pero es una forma sencilla de verificar sus niveles de hidratación. Si su orina es oscura y turbia o de color amarillo brillante, es probable que no esté bebiendo suficiente agua. (Hay que recordar una excepción con el color de la orina. Incluso las personas bien hidratadas que toman altas dosis de vitamina C y vitaminas del grupo B pueden tener una orina de color amarillo muy brillante). Normalmente, su orina debería ser de un color entre amarillo pálido y transparente.

Nutrición por edades

A medida que envejece, su cuerpo crece, se desarrolla y cambia de innumerables maneras. Probablemente esto no sea una novedad para usted. Ir superando estos cambios puede ser difícil, pero satisfacer adecuadamente las necesidades nutricionales de su cuerpo en cada etapa de la vida puede ayudar a optimizar el proceso de envejecimiento. Y no importa la edad, nunca es demasiado tarde para comenzar a preocuparse por la nutrición. Así que, con lo que ha leído arriba como guía, ¡tome las riendas de su salud nutriente por nutriente!

Little girl refuse to eat

Little girl refuse to eat

Ya sea por sus propias preferencias alimenticias, por tener un cónyuge quisquilloso o un hijo que come cualquier cosa menos una verdura, probablemente usted haya tenido que lidiar con un comedor quisquilloso de una forma u otra. Esto puede ser desde un pequeño inconveniente hasta una gran molestia. Sin embargo, ¿el ser quisquilloso con la comida puede representar un problema para la salud?

Al fin y al cabo, la nutrición es un aspecto fundamental de la salud, independientemente de la edad. Y una parte fundamental de la nutrición es llevar una dieta balanceada. Sin embargo, ¿es posible llevar una dieta balanceada y nutritiva siendo un comedor quisquilloso?

La respuesta corta es: depende. Siga leyendo para descubrir la respuesta larga y conocer consejos sobre cómo lidiar con los comedores quisquillosos—ya sea usted, su hijo o su pareja—y proporcionarles los nutrientes que necesitan.

Qué significa ser quisquilloso con la comida y cómo surge el comedor quisquilloso

Las personas pueden ser quisquillosas con la comida de diferentes maneras. Hay una serie de preferencias alimentarias que pueden describirse como selectivas y cada una de ellas puede variar en intensidad. Sin embargo, si se pudiera resumir la variedad de experiencias de los comedores quisquillosos en una sola definición, sería algo así: comer de manera quisquillosa consiste en evitar alimentos, texturas, sabores u otros elementos específicos en la alimentación.

Cuando se trata de lidiar con alquien quisquilloso con la comida, la mayoría de las personas se hacen la misma pregunta: ¿cómo puedo conseguir que mi comedor quisquilloso deje de serlo? Sin embargo, antes de comenzar a pensar en soluciones para lidiar con los comedores quisquillosos, es importante entender las causas subyacentes de este comportamiento.

No todos los comedores quisquillosos son iguales. Algunos evitan ciertos alimentos simplemente porque no les gusta el sabor, mientras que la aversión de otros se basa en la textura. Algunos tienen una reacción visceral a los alimentos que evitan (náuseas o incapacidad para tragar), mientras que otros simplemente prefieren no comer ciertos productos. La intensidad de la aversión de una persona a alimentos específicos —así como su reacción a los mismos—puede ayudarle a identificar la causa subyacente de esa aversión.

En algunos casos, el hecho de ser quisquilloso con la comida puede atribuirse a la neofobia (el miedo o la aversión a las experiencias nuevas y desconocidas). Los alimentos desconocidos pueden presentar una amplia gama de nuevas experiencias: sabores, texturas, olores, etc. Esta experiencia multifacética es parte de lo que hace que comer sea agradable y emocionante. Pero para algunos, estas nuevas sensaciones pueden ser intimidantes.

Los alimentos conocidos son reconfortantes y predecibles, y algunas personas quieren que sus experiencias alimenticias sean precisamente eso: reconfortantes y predecibles. Aunque no existe un motivo único identificado como causa de neofobia relacionada con la comida, algunos estudios sugieren que es un rasgo hereditario. Eso significa que si sus padres son neófobos, es muy probable que usted también lo sea.

También existe una relación entre los comedores quisquillosos y el hecho de que hayan sido expuestos a alimentos diferentes en etapas más tardías de su infancia. Básicamente, cuanto más tiempo permanezca un niño pequeño en la rutina de comer sólo un surtido de alimentos, más probable será que desarrolle hábitos alimenticios selectivos. Por ejemplo, si no se les da la oportunidad de comer alimentos agrios desde el principio, pueden desarrollar una aversión a estos.

Si un comedor quisquilloso experimenta reacciones corporales a ciertos alimentos, tales como náuseas o la necesidad de escupir, su quisquillosidad puede ser el resultado de una aversión sensorial a los alimentos. Las personas con aversión sensorial a los alimentos experimentan un mayor estímulo sensorial de ciertos aspectos de la comida. Puede ser la temperatura, la textura, el sabor o el olor. Y debido a este aumento de información sensorial, comer estos alimentos puede ser abrumador y desagradable.

¿Puede la salud verse afectada al ser un comedor quisquilloso?

Ser quisquilloso con la comida puede ser frustrante para todos los implicados. Pero para muchos padres, esa frustración tiene su origen en la preocupación. Llevar una dieta balanceada es una parte crucial de un estilo de vida saludable y, en muchos casos, el ser quisquilloso se interpone en el camino de una dieta balanceada. En resumen, este hábito puede tener un efecto en su nutrición.

Esto lleva a muchos padres a plantearse la misma pregunta: ¿hasta qué punto es malo para la salud de mi hijo el ser quisquilloso? Aunque los efectos de la alimentación selectiva en la nutrición varían de una persona a otra, hay tendencias comunes que los padres deben tener en cuenta.

Uno de los efectos más comunes de la alimentación selectiva en los niños es la dificultad de mantener un peso saludable. Para los comedores extremadamente quisquillosos, especialmente los que tienen aversión sensorial a los alimentos, comer puede convertirse fácilmente en una obligación. Simplemente no hay muchos alimentos que les guste comer, por lo que no comen todo lo que necesitan. Aunque el bajo peso no siempre es un riesgo para la salud, puede indicar desnutrición; el niño no recibe los nutrientes necesarios para el crecimiento y desarrollo de su organismo.

Curiosamente, ser quisquilloso con la comida también puede tener el efecto contrario en el peso de su hijo. Debido a que los comedores quisquillosos tienden a evitar las frutas y verduras, su dieta suele consistir principalmente en carbohidratos—especialmente refinados—y alimentos procesados y, cuando se consumen en grandes cantidades, estos dos tipos de alimentos pueden provocar un aumento de peso. Una vez más, esto es una indicación de que su hijo no está obteniendo los nutrientes que necesita.

En pocas palabras, los niños (y, en todo caso, cualquier adulto quisquilloso) deben comer una variedad de alimentos integrales, como frutas frescas, verduras, cereales integrales y proteínas magras. Desafortunadamente, estos son los alimentos que más evitan los comedores quisquillosos. Sin una ingesta de frutas y verduras frescas, carne no procesada y cereales integrales, es difícil obtener las cantidades adecuadas de fibra, proteínas y vitaminas que necesita el cuerpo en crecimiento de un niño.

Estrategias para lidiar con los comedores quisquillosos

Así que sus sospechas se han confirmado: ser quisquilloso con la comida no es precisamente saludable y, desde luego, no es lo ideal. Entonces, ¿qué se puede hacer? Afortunadamente, los comedores quisquillosos no tienen por qué ser quisquillosos de por vida. Hay una variedad de estrategias que usted puede implementar para ayudar a un comedor quisquilloso a ampliar sus gustos; sólo es cuestión de elegir la estrategia adecuada para la situación.

Los estudios sugieren que muchas aversiones alimenticias pueden superarse con una exposición repetida. Esto significa que un comedor quisquilloso puede llegar a disfrutar de un alimento que evita si lo prueba varias veces. Digamos que su hijo odia los tomates. Si le continúa ofreciendo tomates con frecuencia, y de diversas formas, puede que le lleguen a gustar. Si ha escuchado el término “gusto adquirido”, el mismo principio se aplica aquí. Sólo se trata de ayudar a su hijo a adquirir el gusto por ciertos alimentos.

Los niños responden al buen ejemplo. Si usted no come verduras, es muy probable que su hijo tampoco las coma. No prepare comidas diferentes para usted y para su hijo: siéntese a la mesa y coman juntos la misma comida. Demuéstreles a sus comedores quisquillosos que usted disfruta de una variedad de alimentos. Además, preparar la comida de distintas maneras puede ayudar al niño a conocer nuevos alimentos. Si su hijo odia las zanahorias crudas, haga la prueba y cocínelas al vapor. (¿Le preocupa cómo afectará esto el contenido de nutrientes de su comida? Lea sobre los efectos de la cocción en las verduras.)

6 consejos para facilitar la alimentación de los comedores más quisquillosos

Si está buscando una variedad de alimentos sencillos y prácticos para intentar que su hijo coma, no busque más. Pruebe estos seis consejos a continuación.

  1. Dele opciones a su hijo: A medida que los niños crecen y se desarrollan, también crece su autonomía. Esto significa que los niños van a querer opinar más sobre los alimentos que comen. Obviamente, un niño de cuatro años no debería tener el control total de su dieta, pero puede complacer su incipiente sentido de la autonomía ofreciéndole opciones. Si le cuesta que sus hijos coman zanahorias, puede que la razón no sean las zanahorias. Podría tratarse de la sensación de autonomía y control de los niños. En lugar de obligarlos a comer una zanahoria, proporcióneles dos opciones saludables y pregúnteles cuál prefieren. A veces, una pregunta tan sencilla como “¿Quieres zanahorias o judías verdes esta noche?” puede resolver el problema.
  2. No prepare comidas separadas: Como ya se ha dicho, los niños imitan el comportamiento de sus padres. No ceda si su hijo ve una comida que ha preparado y exige otra cosa. Siéntense a la mesa y coman juntos. Mientras lo ven comer y disfrutar de la comida, sus hijos podrían decidir hacer lo mismo. Una vez más, asegúrese de permitir la elección dentro de la comida —guisantes o brócoli, por ejemplo—, pero no deje que los niños opten por una comida completamente diferente.
  3. Establezca y mantenga rutinas: Los niños crecen y se desarrollan adecuadamente en un entorno con rutinas establecidas, y la hora de la comida no es una excepción. Gran parte de los problemas de alimentación pueden atribuirse a que los niños evitan lo desconocido. Probar nuevos alimentos y diversificarlos ya es bastante estresante para los niños pequeños, así que intente que el resto de su experiencia alimenticia sea predecible y consistente. Reserve bloques de tiempo cada día específicamente para las comidas. Sea consistente con la hora y el lugar donde comen usted y sus hijos.
  4. Sea paciente y no lo obligue: Si su hijo se niega a comer brócoli, probablemente no se despertará un día y lo amará milagrosamente. Adquirir el gusto llevará tiempo y una exposición repetida. Esto puede significar que su hijo mastique un trozo de brócoli para luego escupirlo, ¡y eso no tiene nada de malo! Deles tiempo a los comedores quisquillosos para que se adapten a los nuevos alimentos y continue dándoles oportunidades para que prueben los diferentes alimentos.
  5. Varíe sus alimentos: Aunque la exposición repetida es una forma de ayudar a un niño a comer un alimento, esto no significa que sólo deba preparar ese alimento hasta que le guste. Si su hijo odia los pimientos crudos, por ejemplo, no intente darle de comer pimientos crudos todas las noches. Recuerde que su aversión puede ser causada por la textura. Cambie la manera en que los prepara—pruebe servirlos asados o salteados. Y, seamos sinceros, los pimientos no son el único alimento saludable que existe. No tenga miedo de darle un respiro y servirle a su hijo otros alimentos nutritivos: quizá zanahorias, brócoli o judías verdes.
  6. Prueba la terapia de alimentación: Si tiene un niño extremadamente quisquilloso o con una aversión sensorial a los alimentos, la terapia de alimentación también es una opción que puede considerar. La terapia de alimentación es especialmente útil para los niños con fuertes aversiones corporales a la comida, es decir, niños que tienen arcadas, tos, escupen o se ahogan cuando comen alimentos que no les gustan. Aunque no debería ser su primera solución, la terapia de alimentación puede ser una gran manera de ayudar a su hijo a disfrutar de la comida cuando todo lo que ha tratado hasta ahora no ha funcionado.
family with children

family with children

La infancia y la adolescencia se encuentran entre las etapas más importantes de la vida de cualquier persona. Y aunque esto probablemente no sea una novedad para usted, vale la pena repetirlo. El nivel de crecimiento y desarrollo que el cuerpo experimenta durante estas dos etapas es asombroso. En pocas palabras, el cuerpo experimenta muchos cambios durante la infancia y la adolescencia;

hasta puede parecer que el cuerpo está en constante cambio. Los cambios se producen tan rápidamente que puede ser difícil darle seguimiento a la salud tanto física como mental de su hijo. Ya sea que usted sea un padre que busca información y consejos para cuidar la salud de su hijo o un adolescente que quiere informarse sobre su salud, ha llegado al lugar adecuado. Después de todo, no hay mejor manera de comenzar que conociendo lo básico.

La siguiente lista desglosa algunos de los datos más importantes (e interesantes) sobre la salud durante la infancia y la adolescencia.

1. Un metabolismo rápido no significa que no tenga que preocuparse de la nutrición:

Los adultos suelen lamentar el hecho de que el metabolismo se ralentiza con la edad. Es decir, a medida que usted envejece, su cuerpo se vuelve menos rápido y eficiente a la hora de descomponer los alimentos y convertirlos en energía. Así, mientras que los niños y los adolescentes pueden–y a menudo lo hacen–consumir cuatro platos de pasta sin consecuencias inmediatas, esa misma cantidad de comida podría tener efectos duraderos en un adulto (y en su cintura).

Este hecho lleva a mucha gente a creer que los niños, especialmente los adolescentes, pueden comer prácticamente cualquier cosa sin experimentar consecuencias en la salud. Lamentablemente, esto no es exactamente cierto. Los niños y los adolescentes pueden comer grandes cantidades de alimentos, ello se debe a que su cuerpo está en un periodo de intenso crecimiento, lo que significa que requiere mucha energía. Y para proporcionarle al cuerpo la energía que necesita, una buena nutrición es clave.

Los fundamentos de una buena nutrición siguen siendo los mismos desde la infancia hasta la edad adulta: debe esforzarse por seguir una dieta balanceada que incluya muchas frutas y verduras frescas, cereales integrales, grasas de origen vegetal y proteínas magras de calidad.

2. Los adolescentes y los niños deben mantenerse alejados de las bebidas para adultos, y no sólo del alcohol:

No hace falta decir que los niños y los adolescentes no deben beber alcohol. Mientras el cerebro se está desarrollando, el consumo de alcohol puede tener consecuencias negativas duraderas. Además, las bebidas alcohólicas no son las únicas bebidas que los adolescentes deben evitar.

En 2014, la CDC reportó que el 73% de los niños consumen cafeína a diario. Mientras que los niños menores de 12 años deben evitar por completo el consumo de cafeína, los adolescentes pueden beber pequeñas cantidades de cafeína sin que esto afecte su salud. El problema es el siguiente: la cantidad de cafeína que ingieren los adolescentes depende de lo que beben y las bebidas energéticas son muy populares entre los adolescentes.

Se aconseja a los adolescentes de 14 a 17 años que no consuman más de 100 miligramos (mg) de cafeína al día, aproximadamente una taza de café fuerte. Algunas bebidas energéticas contienen el triple de cafeína en una lata y muchos adolescentes toman varias bebidas energéticas al día. No hace falta ser bueno en matemáticas para saber que eso está muy por encima del límite recomendado.

¿Por qué es esto importante? Los niños y los adolescentes son físicamente más pequeños que los adultos, por lo que sienten los efectos de la cafeína mucho más intensamente que, por ejemplo, la mayoría de las personas que tienen un trabajo de oficina. Además, el cerebro de los adolescentes aún se está desarrollando y madurando. La cafeína también puede alterar los ciclos de sueño de los adolescentes, y el sueño es un momento crucial para el desarrollo del cerebro. En casos extremos, el consumo excesivo de cafeína puede incluso poner en peligro el corazón de los adolescentes.

3. El sueño es un aspecto vital para la salud y el bienestar de los adolescentes:

Pregúntele a casi cualquier persona cuánto debe dormir, y probablemente le dará la misma respuesta: ocho horas. Y aunque ocho horas es una buena pauta para los adultos, las horas de sueño recomendadas para los adolescentes sanos es de entre ocho y diez.

Entre las exigencias de la escuela, el trabajo, las amistades y otras relaciones, puede ser difícil para los adolescentes darle prioridad al sueño. Pero he aquí por qué es importante: el sueño desempeña un papel importante en casi todos las funciones y procesos neurológicos: la memoria, la evaluación de riesgos, el procesamiento de la información sensorial, etc. Por otro lado, en la adolescencia el cerebro aún se está desarrollando y estableciendo conexiones neuronales. Dormir lo suficiente es crucial para permitir que se establezcan esas conexiones.

4. La protección solar no es una broma:

Aunque las quemaduras solares no parezcan un gran problema en el momento, pueden tener efectos duraderos en su salud. La exposición excesiva al sol—ya sean quemaduras frecuentes, quemaduras extremas o incluso un bronceado excesivo—a medida que envejece, puede provocar el envejecimiento prematuro de la piel. Esto significa desarrollar arrugas a una edad más joven de lo esperado y, en algunos casos, un mayor riesgo de problemas de la piel.

Sin embargo, esto no significa mantenerse alejado del sol por completo. Puede seguir yendo a la playa, a la piscina o a dar un largo paseo en un día soleado, pero asegúrese de usar protección solar. Y no cualquier protector solar. Cuanto más alto sea el índice de SPF, mejor.

A título orientativo, un factor de protección solar de 15 es adecuado para el uso diario, pero para periodos prolongados de exposición al sol, debería usar un protector solar de 30 o más. Y no olvide volver a aplicarse bloquedor solar cada dos horas, según sea necesario.

5. Cuide sus oídos:

No, en serio. La salud de los oídos puede parecer un tema extraño del que hablar, pero no es ninguna broma. Es uno de los aspectos de la salud de los adolescentes que más se pasan por alto. Con la proliferación de teléfonos inteligentes, auriculares, reproductores de mp3 y audífonos, prácticamente todo el mundo puede escuchar música en cualquier lugar.

Esto no es necesariamente algo malo. Sin embargo, aquí está el problema: los adolescentes y los niños (e incluso los adultos) a menudo no entienden los riesgos de escuchar música a alto volumen durante períodos prolongados. Y, como resultado, muchos adolescentes corren el peligro de escuchar música a un volumen exageradamente alto. Poner música a todo volumen a través de los auriculares daña las células de la cóclea, lo que aumenta el riesgo de pérdida de audición y tinnitus (pitidos en los oídos). Así que cuide sus oídos mientras sea joven, ¡su yo futuro se lo agradecerá!

6. Los adolescentes deben hacer ejercicio con regularidad:

Cuando se trata de la salud de los adultos, el ejercicio constante es uno de los aspectos más citados que caracterizan un estilo de vida saludable. De igual manera, el ejercicio es un elemento vital para la salud de los adolescentes.

Seguramente se habrá encontrado con una gran variedad de sugerencias sobre la cantidad de ejercicio que deben hacer los adolescentes—30 minutos diarios, 30 minutos seis veces a la semana, 60 minutos tres veces a la semana, entre otros. Si se calcula el promedio de estas sugerencias, la conclusión es la siguiente: los adolescentes deberían hacer entre 180 y 210 minutos de ejercicio a la semana. Puede nadar, montar bicicleta, asistir a una clase de baile, pasear al perro… no importa. Lo que importa es que se acelere su ritmo cardíaco.

Aunque elejercicio regular le ayuda a mantener su cuerpo sano, los beneficios no son solo físicos. El ejercicio regular puede ayudar a los adolescentes a mantener su estado de ánimo, aliviar el estrés y dormir mejor, los cuales son todos buenos aspectos importantes de la salud de los adolescentes.

7. La salud dental también forma parte de la salud:

Cuando se es adolescente, es fácil sentirse invencible. El cuerpo se recupera de la mayoría de las lesiones y el cerebro no ha desarrollado plenamente su capacidad para evaluar riesgos. Esta combinación puede llevar a los adolescentes a tomar algunas decisiones precipitadas. Puede ser difícil ver el panorama general.

Sin embargo, cuando se trata de la salud dental, lo importante es el panorama general. Una vez que los dientes de leche se caen, sus dientes permanentes son los únicos que tendrá el resto de su vida, así que es importante cuidarlos. Si les pregunta a varios adultos qué desearían haber hecho distinto en su adolescencia y entre sus 20 y 30 años de edad, muchos darán la misma respuesta: desearían haber cuidado mejor sus dientes.

La salud dental no tiene por qué ser complicada, pero requiere constancia. Asegúrese de cepillarse los dientes y usar el hilo dental, al menos cada noche, para mantener una salud bucal buena durante sus próximos años.

8. Nunca es demasiado pronto para dar prioridad a la salud mental:

Uno de los conceptos erróneos más comunes sobre la salud mental es que sólo los adultos sufren este tipo de problemas. Aunque el inicio de la edad adulta es un momento muy común para que surjan muchos problemas de salud mental, cualquier persona, independientemente de su edad, puede experimentar cambios en su salud mental. De hecho, uno de cada cinco adolescentes sufre de un trastorno mental diagnosticado.

¿Qué significa esto para usted? Tanto si experimenta problemas de salud mental como si no, nunca es demasiado pronto para darle prioridad a su salud mental. En el caso de los adolescentes, esto puede significar tomarse un descanso de las redes sociales, acudir a un terapeuta y, en algunos casos, tomar la medicación prescrita por su médico. Se trata de encontrar lo que funciona para usted y no esperar hasta la edad adulta para solucionar cualquier problema.

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Los niños que están sanos tienen más posibilidades de convertirse en adultos sanos. Pero se requiere trabajo, y ese trabajo comienza a temprana edad. Ello se debe a que las necesidades nutricionales de los niños están ligadas al rápido desarrollo propio de la etapa infantil. Así, la nutrición para niños gira en torno a su crecimiento y desarrollo en el presente y a crear elementos estructurales y hábitos saludables de por vida.

Solo piense en esto: a los dos años, el cerebro de su hijo ha alcanzado el 80% del tamaño que tendrá como adulto. Eso representa un increíble crecimiento en muy poco tiempo, y además en una de las partes del cuerpo más importantes.

¿Entiende por qué es importante para los niños una adecuada nutrición? Ahora es momento de ver cómo satisfacer las necesidades nutricionales de los niños, y los consejos acerca de los alimentos necesarios para criar niños sanos le van a parecer muy familiares.

Cuando los niños comienzan a comer alimentos sólidos, usted debe buscar un balance saludable. Al igual que en los adultos, las necesidades nutricionales de los niños comienzan con frutas, verduras, proteínas magras, grasas saludables y granos enteros.

Consejos similares aplican a partir de los seis meses (o cuando comienzan a consumir alimentos sólidos) y hasta los 96 años. Así que no vamos a repetirlo en cada una de las secciones que aparecen abajo. Eso sería tedioso. Pero recuerde que mantener un equilibrio de alimentos ricos en nutrientes es la base de la buena salud, de por vida.

Un buen inicio: Información nutrimental para bebés

Durante los primeros seis meses de vida, las necesidades nutricionales de los niños se cubren a través de la lactancia. Si la lactancia no es una opción, una fórmula comercial de alta calidad puede satisfacer las necesidades de los bebés hasta los seis meses de edad.

El estado nutricional de la madre es muy importante para los niños alimentados con pecho. Es esencial que reciban las cantidades adecuadas de vitaminas y minerales para su correcto crecimiento y desarrollo. Esto significa poner atención en recibir todos los nutrientes —como resultado de una dieta saludable o del consumo de suplementos de calidad, si es necesario— que tanto la madre como el niño necesitan.

Aproximadamente a los seis meses, un bebé necesita pocos nutrientes importantes, especialmente hierro. Los niveles de este mineral esencial comienzan a disminuir, y se requieren alimentos ricos en hierro. Se recomiendan once miligramos (mg) de hierro al día para los bebés de entre 7 y 12 meses de edad.*

Afortunadamente, a esta misma edad los niños comúnmente pueden comenzar a complementar la leche materna o la fórmula con otros alimentos. De manera que los cereales, los purés de frutas o verduras y otras opciones enriquecidas con hierro pueden aportar los nutrientes adicionales que los niños sanos necesitan. Eso es adicional a la nutrición que los bebés siguen recibiendo de la leche materna o de la fórmula.

Los bebés además necesitan zinc, calcio y vitamina D. Su bebé necesita recibir 260 mg de calcio entre los 6 y los 11 meses, y usted debe tratar de consumir 400 unidades internacionales (UI) de vitamina D. Este par de vitaminas y minerales trabaja conjuntamente para apoyar huesos fuertes y muchos sistemas corporales en crecimiento.*

También las grasas son críticas para el desarrollo del cerebro y del sistema nervioso. Así pues, no limite la ingesta de grasas en su bebé, especialmente las de origen vegetal.

A medida que crezca, puede ampliar la variedad de alimentos que su hijo consume. Puede pasar a los alimentos cortados en palitos o alimentos sanos en trocitos a medida que su bebé va creciendo. Simplemente pase lentamente a más alimentos sólidos y manténgase muy al pendiente de cualquier peligro de atragantamiento. Asegúrese de tener una variedad de alimentos saludables para desarrollar en su bebé el amor por una alimentación diversa y nutritiva.

Cómo satisfacer las crecientes necesidades de su hijo pequeño

Los niños pequeños (de entre 1 y 3 años) están en constante crecimiento, y también crecen sus opiniones en torno a los alimentos. Éste es el momento en el que las frutas y las verduras se encuentran con el rechazo en una sola palabra: NO. Es una palabra simple que incluso los niños sanos pueden aprender a asociar con los alimentos que necesitan.

Las necesidades nutricionales de los niños quisquillosos o difíciles para comer no siempre se satisfacen adecuadamente. Los niños en crecimiento necesitan fibra. La regla general para el consumo diario de fibra es sumarle 5 a la edad del niños y eso nos dará los gramos que deben consumir. Gran parte de ese consumo debe venir de las verduras, las frutas, las legumbres y los granos enteros. Los niños quisquillosos también pueden perderse micronutrientes cruciales.

Un niño pequeño en el rango de edad arriba señalado necesita alrededor de 700 mg de calcio cada día para apoyar el crecimiento de huesos sanos y fuertes. La buena nutrición para niños de entre 1 y 3 años también debe incluir mucho hierro. Eso significa siete miligramos al día.*

Los requerimientos calóricos de su hijo en crecimiento pueden variar. El rango normal es de entre 1,000 y 1,400 calorías. Cuando llegan a las etapas de rápido crecimiento, los niños pequeños pueden llegar a desear comer más. Y cuando ese crecimiento se hace más lento, su apetito también puede disminuir.

Como regla general, considere 40 calorías diarias por cada pulgada de estatura. Por ejemplo, un niño pequeño de entre 1 y 3 años de edad que mida 30 pulgadas (.76 metros) debería consumir unas 1,200 calorías diarias. Esta cantidad puede variar dependiendo del nivel de actividad del niño o de su constitución. También es importante recordar que el tamaño de la porción para un niño de entre 1 y 3 años es de alrededor del 25% de la de un adulto.

Ésta puede ser una etapa complicada. Se requiere paciencia para lograr que sus niños obtengan los nutrientes que necesitan. Sin embargo, es importante obligarlos y ayudar a su pequeño a desarrollar hábitos saludables de alimentación, los cuales cobran aún más relevancia a medida que crecen y comienzan a tomar sus propias decisiones en cuanto a su alimentación.

Nutrición para niños de 4 a 10 años

A medida que continúan las etapas de rápido crecimiento, también continúa la necesidad de calorías y de nutrientes específicos.

Los niños sanos que están en este grupo de edad pueden consumir entre 1,200 y 2,000 calorías al día. Este rango tan amplio se debe a que la actividad y el crecimiento son grandes variables. Los niños activos que están pasando por una etapa de rápido crecimiento pueden llegar a ese límite superior.

El calcio sigue siendo una de las principales preocupaciones. Nuevamente, esto está relacionado con el crecimiento de los huesos a medida que los niños van ganando estatura. Las necesidades nutricionales de los niños incluyen 1,000 mg de calcio y entre 600 y 1,000 UI de vitamina D. También necesitan un suplemento completo a base de vitaminas y minerales esenciales, especialmente vitamina E y folato.*

Los niños en etapa escolar toman más decisiones con respecto a sus alimento sin que usted esté presente. Es crucial hacerles su lunch y ayudarles a tomar decisiones más informadas. Los niños de esta edad pueden comenzar a ayudar en la cocina. Involucrarlos en la planificación y preparación de los platillos genera oportunidades educativas y ayuda a desarrollar en ellos buenos hábitos.

Necesidades nutricionales de niños mayores

La vida de los preadolescentes y de los adolescentes modernos puede ser muy ajetreada y abrumadora. Puede convertirse en un acto de equilibrio entre la escuela, sus actividades y su vida social.

En esta etapa tan llena de ocupaciones, los niños todavía están creciendo, y la pubertad trae sus propios cambios y desafíos. La buena nutrición para los niños de este grupo de edad deber ser la constante en medio del caos. Eso significa consumir 1,300 mg de calcio al día para apoyar los huesos en crecimiento. También debería incluir alimentos ricos en fibra, hierro extra (15 mg) para las niñas que han comenzado a menstruar, y vitaminas y minerales esenciales.*

Los adolescentes pueden comer hasta dejarnos en la ruina. Las niñas activas pueden requerir hasta 2,400 calorías, mientras que los niños activos pueden consumir entre 2,000 y 3,200 calorías. Eso es mucha comida, y debe ser comida rica en nutrientes, no solo calorías vacías.

Al mismo tiempo, los niños de mayor edad comenzarán a hacer dietas. La imagen corporal es parte importante de la vida de los adolescentes. Esta recién descubierta conciencia de sí mismos puede obstaculizar la capacidad que tienen los niños sanos de comer lo que necesitan.

Las necesidades nutricionales de los niños no pueden pasar a segundo plano para dar paso a la vanidad, a las actividades o a una agenda social apretada. Así, sus hijos deberían comenzar el día con un desayuno saludable que los llene de energía para su atareado día. Deben consumir un balance de macronutrientes —proteína, carbohidratos y grasas— y micronutrientes. La proteína y la fibra aportan energía y saciedad constantes.

Su adolescente pronto saldrá al mundo y buscará su propia comida. Asegúrese de que esté equipado con las capacidades y hábitos necesarios para obtener buena nutrición a lo largo de su vida.

Group of happy children lying on green grass outdoors in spring park

La buena nutrición crea niños sanos

Libra por libra, o kilo por kilo, los niños necesitan más nutrición que los adultos. Sus huesos crecen más y cobran más fuerza. Su cerebro está en crecimiento para toda una vida de aprendizaje. Sus órganos, músculos y otros sistemas están madurando. Para los chicos de todas las edades, recibir los nutrientes adecuados es un apoyo de los pies a la cabeza.

Además, también van tomando forma sus gustos, se crean los cimientos de sus opiniones acerca de los alimentos, su paladar se desarrolla e influye más adelante en sus elecciones. Lo bueno es que satisfacer las necesidades nutricionales de los niños a medida que crecen puede ayudar a que más adelante en su vida les tomen gusto a los alimentos saludables. Así pues, el esfuerzo que invierta en satisfacer las necesidades de sus hijos también sentará las bases de un futuro saludable.

*Estas afirmaciones no han sido evaluadas por la Administración de Fármacos y Alimentos. Este producto no tiene como fin diagnosticar, tratar, curar ni prevenir enfermedad alguna.

Selective focus happy couple hugging with positive pregnancy test in bedroom.
Asian Family spending time together in the kitchen

Asian Family spending time together in the kitchen

Dele a un niño un palito de pescado, y lo alimentará por una noche. Enseñe a un niño a hornear un filete de salmón, a rostizar brócoli y a preparar una ensalada, y le dará las habilidades para comer saludablemente de por vida.

Cocinar en familia realmente puede aportarles a sus hijos beneficios importantes y prolongados. Sin embargo, eso es más fácil decirlo que hacerlo. Tan solo leer la frase “cocinar con niños” puede evocar en su mente un desastre de proporciones épicas: fideos en el techo, una cascada de salsa cayendo de la encimera, manos pegajosas y una cara hecha un desastre.

Con la debida preparación y paciencia, cocinar con niños no se convertirá en una pesadilla culinaria, y sus niños adquirirán beneficios a corto plazo y habilidades de por vida. Hará que cualquier desastre o estrés menor valga la pena.

Los nueve beneficios de cocinar en familia

Son muchas las excusas que puede poner para evitar cocinar en familia: tiempo, practicidad, estrés, etc., etc., etc. Pero existe una lista igualmente larga de los beneficios de cocinar en familia. A continuación, listamos las nueve mejores razones (había más, pero usted no tiene tanto tiempo) para comenzar a cocinar con sus hijos:

  1. Cocinar es una habilidad importante para la vida. No es probable que los niños que no aprenden a cocinar se mueran de hambre cuando sean adultos. Hay muchas formas de obtener comida, pero cocinar no es ninguna extravagancia. Es una habilidad que puede impresionar, inspirar y empoderar a niños y adultos por igual.
  2. Ayuda a crear hábitos saludables de alimentación. Cocinar en casa siempre es mejor que salir a comer a un restaurant. Y las investigaciones siguen llegando a la misma conclusión: cocinar y comer en casa da como resultado comensales más saludables. Eso significa alimentos más ricos en nutrientes (frutas y verduras), proteínas magras, granos y fibra. Cocinar y comer con sus hijos también le ayuda a poner el ejemplo de cómo comer saludablemente que los niños pueden imitar (porciones sensatas, buenas elecciones y más).
  3. Facilita el control de peso. Un peso saludable va de la mano con hábitos saludables de alimentación. Comer en casa también ayuda a evitar alimentos fritos, grasosos y abundantes en azúcar. Así, tiene sentido que los estudios relacionen el hecho de cocinar y comer en familia con un peso saludable en los niños.
  4. Cocinar mejora otras habilidades. La lectura y las matemáticas no son las primeras habilidades que uno relaciona con el hecho de cocinar, pero leer recetas y contar y medir ingredientes es parte integral de la preparación de alimentos. Las habilidades de comunicación —como el lenguaje y la escucha— también pueden mejorar cuando los niños cocinan con sus padres.
  5. Favorece un mejor desempeño académico. Podría haber una relación con las habilidades que los niños adquieren cuando cocinan. Los estudios muestran que los niños que cocinan y comen en familia tienen un mejor desempeño en las pruebas y poseen un vocabulario más amplio.
  6. Actúa como un freno en el abuso de sustancias. Puede parecer una exageración, pero hay investigaciones que respaldan este beneficio. Los estudios han determinado que los niños que comen con su familia tienen menos probabilidades de incurrir en el abuso de sustancias o de alcohol.
  7. Cocinar da como resultado comensales más aventurados. Los niños pueden ser quisquillosos, y eso no es bueno. Los comensales quisquillosos corren el riesgo de no comer nutrientes importantes. Sin embargo, cocinar en familia ayuda a generar en los niños más entusiasmo por la comida pues tienen más probabilidades de probar la comida que ayudaron a preparar. Esto ayuda a desarrollar una relación saludable con la comida y un paladar aventurado.
  8. Fomenta la conexión y la conversación. Cocinar con niños ofrece tiempo de calidad en familia. Usted tendrá la posibilidad de hablar con sus hijos, enseñarles, escucharlos y conectar con ellos. Estas conversaciones en torno a la comida —desde que corten los alimentos hasta que los consuman— ayuda a unir a las familias.
  9. Servirá confianza y seguridad a manera de acompañamiento. Preparar una comida es todo un logro. Ver cómo los ingredientes se convierten en un platillo delicioso es importante para los niños. Cocinar en familia ayuda a los niños a sentir que han ayudado y logrado algo, y esto puede resultar en una mayor confianza en sí mismos.

Planificación de comidas en familia

Ya sabe por qué debe cocinar con sus hijos. Ahora es momento de que hablemos del cómo. Y todo comienza con la planificación de las comidas.

Toda la familia debe participar en el menú. Es lo justo. Los niños que participan en todo, desde la planificación hasta servir la comida en el plato, estarán más conectados con las comidas y aprenderán incluso más hábitos saludables.

Puede dejar que cada miembro de la familia seleccione un platillo principal que le gustaría preparar. Luego pueden revisar la lista de ingredientes para maximizar el contenido de nutrientes. También es una oportunidad para que los niños sepan qué contienen los alimentos que les gustan y cómo hacer elecciones saludables.

El enfoque opuesto también funciona. Puede empezar por pedirles a sus hijos que hagan una lista de sus ingredientes favoritos y luego diseñar una comida deliciosa que le dé énfasis a lo que les gusta.

Unas cuantas recomendaciones más pueden ayudarle a prepararse para cocinar con sus hijos. Busque como meta cocinar en familia unas cuantas noches a la semana. Recuerde que no tiene que preparar cada ingrediente desde cero. Incluya noches temáticas —tacos, sopa y ensaladas, o platillos del desayuno en la cena— para agregarle estructura a la semana y simplificar la planificación. Mantenga la simplicidad, seleccione una proteína, una verdura y un grano. Y asegúrese de crear comidas saludables, con muchas frutas, verduras, granos enteros, fibra y proteína magra en lo que sea que decidan preparar.

Consejos para cocinar con niños

happy family funny kids are preparing the dough, bake cookies in the kitchen

Es momento de sacar los ingredientes y encender la estufa. Aquí le damos siete consejos para ayudarle a llevar comida a la mesa con un mínimo de complicaciones y máximo gozo:

  • Asigne tareas apropiadas para cada edad: No va a darle a su hijo de 2 años el cuchillo carnicero, hay tareas en la cocina adecuadas para ciertos grupos de edad. Los niños menores de 5 años pueden lavar las frutas y verduras, contar, medir e incluso mezclar manualmente. Los niños más grandes (de 8 años y más) pueden leer recetas, mezclar los alimentos, gratinar e incluso picar bajo supervisión y protección extra. Si busca una lista de tareas más completa, separada por edades, éste es un gran recurso.
  • Disponga todo de manera que no haya riesgos y minimice los desastres: Asegúrese de que todos tengan su lugar dispuesto para las tareas que puedan hacer y que lo puedan hacer de forma segura. Coloque a los niños más chicos lejos del calor y de los objetos afilados. Deles un delantal y pídales que trabajen sobre bandejas para facilitar la limpieza.
  • Prepare algunos ingredientes con anticipación: No hay trampa si tiene ya algunos ingredientes para echarlos al sartén, especialmente si son difíciles de preparar o si su preparación es complicada. Un buen ejemplo: tener ya el pollo cortado en cubos y listo para echarlo al sartén si va a preparar un salteado.
  • Dé orientación y cumplidos: Usted no tiene que ser chef para enseñarles a sus hijos principios básicos de cocina. Guíe a sus hijos a medida que hagan sus tareas hasta que las dominen. Y asegúrese de que, cuando hayan hecho un buen trabajo, lo sepan. Los cumplidos cuentan.
  • No se apresure: Ser padre es un ejercicio de paciencia, y cocinar en familia no es la excepción. Programe tiempo extra para preparar y cocinar los platillos que haga con sus hijos. Y es un cliché, pero, de hecho, la experiencia es más importante que el producto final.
  • Elimine las distracciones: Para gozar de todos los beneficios de cocinar con sus hijos, apague la televisión y pídales a todos que guarden su teléfono. Esto fomentará más la conversación y enriquecerá el tiempo de calidad que pasen en familia.
  • Diviértase: No tienen que acabar lanzándose la comida para disfrutar el tiempo que pasen en la cocina. Principalmente se trata de manejar sus expectativas, de dar tiempo para aprender, reír y disfrutar lo que están haciendo. La diversión en la preparación de la cena se traducirá al producto terminado.

Cocinar en familia no tiene por qué ser algo abrumador. Una adecuada preparación es la clave para gozar de una experiencia exitosa y (relativamente) libre de estrés. Y recuerde, cuando usted cocina con sus hijos, ellos no solo están preparando una comida, está desarrollando habilidades, seguridad en sí mismos y hábitos para toda la vida.

Referencias

https://www.sciencedaily.com/releases/2014/02/140224092015.htm

https://www.eatright.org/food/nutrition/eating-as-a-family/family-dinners-in-a-flash

https://www.webmd.com/a-to-z-guides/features/cooking-with-your-children#1

https://www.huffingtonpost.com/timi-gustafson/family-dinner_b_1898387.html

https://www.ag.ndsu.edu/food/health-and-nutrition/eatsmart/eat-smart.-play-hard.-magazines-1/2009-eat-smart-play-hard-magazine/test-item

https://kidshealth.org/en/parents/cooking-preschool.html

https://www.nytimes.com/2015/09/03/dining/cooking-with-kids-5-reasons-you-should-be-doing-it.html

https://www.foodnetwork.com/how-to/articles/cooking-with-kids-without-going-insane

https://www.canada.ca/en/health-canada/services/tips-healthy-eating-tips-families/cooking-with-kids.html

milk type

type of milk

Los niños requieren nutrición óptima durante los años de crecimiento para maximizar su potencial de crecimiento.

En comparación con los adultos, las necesidades de proteína son significativamente más altas por libra de peso corporal para los niños.

Un adecuado consumo de proteína es esencial para mantener las reservas de ese macronutriente y lograr que las funciones corporales se lleven a cabo eficientemente.  También se necesita para el desarrollo y crecimiento de:

  • cerebro
  • sistema inmune
  • músculos
  • colágeno
  • cabello

La fuente de proteína también parece ser crítica para maximizar el crecimiento potencial.

Un metaanálisis llevado a cabo en 2012 determinó que los niños que consumen productos lácteos todos los días logran una mayor estatura que aquellos que no lo hacen.  Otros estudios publicados han determinado que las proteínas de la leche de vaca (es decir, la caseína y el suero de leche), así como el factor de crecimiento 1 similar a la insulina (IGF-1) contribuyen a lograr ganancias en el crecimiento lineal.

Un estudio reciente publicado en el American Journal of Clinical Nutrition investigó la conexión existente entre la estatura en la etapa infantil y el tipo de leche consumida.  Este estudio incluye a 5,020 niños saludables de entre 24 y 72 meses de edad residentes en Toronto, Canadá.

En los cuestionarios se recabó información que incluía edad, sexo, IMC (en kg/m2) puntaje Z, origen étnico de la madre, ingresos y estatura de la madre.  El ingreso del vecindario se utilizó para dar cuenta del estatus socioeconómico.  Los investigadores también analizaron el volumen diario de leche, tanto de vaca como derivada de otras fuentes.

Los resultados muestran una relación entre la estatura y el tipo de leche consumida, dependiendo de la dosis.  Y no hubo información estadísticamente importante para sostener que el consumo de leche no derivada de la vaca mejoraba la estatura en etapa infantil.  De hecho, la leche derivada de otras fuentes diferentes a la vaca se asoció con menores ganancias de estatura durante la infancia.

En promedio, una tasa de leche no derivada de la vaca se relacionó con una estatura 0.4 cm más baja.  De manera interesante, los niños de tres años que consumían 3 tazas de leche no derivada de la vaca en comparación con aquellos que tomaban 3 tazas de leche de vaca tenían una estatura aproximadamente 1.5 cm más baja.

Se requiere investigar más para entender las relaciones causales entre el consumo de leche no derivada de la vaca y la estatura durante la infancia.  Este estudio sugiere que es importante considerar qué tipo de leche es mejor que consuman los niños.

La diferencia en el contenido nutricional (energía, proteína, grasas y minerales) es una posible explicación de estos resultados. Por ejemplo, dos tasas de leche de vaca aportan 16 g de proteína, lo que representa 70 por ciento del requerimiento diario de proteína para un niño de 3 años.  Dos tazas de leche de almendras aportan 4 g de proteína, es decir, sólo 25 por ciento de la recomendación diaria de proteína.

¿Qué significa ésto?

Si su niño es vegano, vegetariano o es alérgico a los lácteos, es importante leer las etiquetas y hacer comparaciones.  Esto puede ayudar a los padres a encontrar la alternativa que nutricionalmente sea la mejor para su hijo con el fin de apoyar su sano crecimiento y desarrollo.

Morency ME, Birken CS, Lebovic G, et al. Association between noncow milk beverage consumption and childhood height. Am J Clin Nutr. 2017;106(2):597-602.

childrens nutrition

children's nutrition

La combinación de inventos de la gente y falacias de internet es perjudicial porque desdibuja la línea entre realidad y ficción, y sin datos precisos, usted no puede tomar decisiones inteligentes.

Cuando usted toma decisiones que impactan en la salud de sus hijos, es especialmente importante contar con información exacta, pero en lo que a nutrición infantil se refiere, es difícil evaluar lo que supuestamente es verdad.

Estamos aquí para ayudar. A continuación analizamos temas de nutrición infantil para que usted pueda distinguir entre realidad y ficción.

Declaración: El jugo es tan saludable como la fruta entera

Hay una razón por la que supuestamente usted debe tomar de 2 a 4 raciones de fruta al día. Estudios van y estudios vienen sobre cómo la fruta favorece una buena salud, por eso su médico probablemente le ha aconsejado que coma más fruta.

Si la fruta es buena para usted, ¿entonces el jugo de fruta no debería ser igualmente bueno? Durante mucho tiempo, la gente pensó que la fruta entera y su contraparte líquida eran nutricionalmente equivalentes, pero hay nuevas evidencias en contrario.

En un estudio reciente publicado en Nutrients —y llevado a cabo por científicos de USANA—se encontró una diferencia significativa que se remonta a su ADN.

Los sujetos del estudio que consumieron fruta entera exhibieron firmas epigénicas diferentes en regiones específicas del ADN no observables en quienes bebieron el jugo. (Las firmas epigénicas son los códigos químicos que encienden y apagan el interruptor de los genes). En quienes comían la fruta entera se veía activación cercana a vías implicadas en la función inmunitaria, la integridad cromosómica y el mantenimiento de los telómeros. Quienes bebían el jugo, mostraban activación cercana a vías proinflamatorias.

El estudio apunta a la fibra como principal inductor de dichas diferencias. Además, es bien sabido que el consumo de fibra impacta en el microbioma, y a su vez, en la absorción de ciertos nutrientes.

El jugo es práctico y sabroso, pero la cantidad de azúcar que contiene la mayoría de los jugos, la carencia de fibra y los diferentes impactos epigénicos hacen de la fruta entera la opción más saludable.

 

Veredicto: Falso

Declaración: La zanahoria puede ayudarle a ver en la oscuridad

Durante décadas —tal vez incluso siglos— los padres dijeron a los niños que la zanahoria podía ayudarles a ver en la oscuridad, pero obviamente se trataba de una táctica para incrementar su interés en comer verduras. No obstante, algo de verdad puede haber en ello.

Obviamente, la zanahoria (y básicamente ninguna otra sustancia) no va a dar superpoderes a sus hijos: la vida no es como en las historietas, pero esto no significa que la zanahoria no tenga que ver con la salud de la vista. Sí hay una relación, y se debe en gran medida al betacaroteno que le da su color naranja.

El betacaroteno es un carotenoide provitamina A, pigmento vegetal que se encuentra en frutas y verduras y que también funciona como molécula antioxidante. Si bien la zeaxantina, la luteína, y el licopeno forman parte de la misma familia de antioxidantes carotenoides, no favorecen la actividad de la vitamina A, pero la capacidad del betacaroteno para convertirse en vitamina A en el organismo es importante para una buena visión.

Aunque la zanahoria no infunde el poder de visión nocturna a los niños, sí contiene nutrientes que ayudan a que los ojos se mantengan saludables.

Veredicto: Verdadero, hasta cierto punto

Declaración: El desayuno es la comida más importante del día

Este antiguo adagio parece caer en oídos sordos, pues prácticamente la mitad de las familias estadounidenses no desayuna regularmente, omiten el desayuno. Algunos estudios han relacionado el desayuno con el desempeño académico, la memoria, el peso saludable, el estado de ánimo y más.

Y hay algo que decir respecto de empezar el día consumiendo alimentos saludables balanceados. Ingerir proteínas, carbohidratos complejos, grasas saludables y granos enteros (con fibra saludable) es una buena base para el día y puede ayudar a que sus hijos se sientan satisfechos. Este enfoque saludable y balanceado también evita los bajones que pueden causar los cereales azucarados.

Los alimentos que toman sus hijos por la mañana son importantes, pero pueden dar lugar a opciones deficientes durante el día. Sí, el desayuno es importante, pero lo más importante es que la dieta de todo el día sea saludable y balanceada.

Veredicto: Cierto, en su mayor parte

Declaración: Simplemente a los niños no les gustan las verduras

Nadie nace odiando las verduras, pero la cultura pop y las anécdotas de amigos pueden hacer pensar a los nuevos padres que los niños automáticamente odian los alimentos saludables, como el brócoli.

Algunos niños —y adultos— son quisquillosos con la comida, y esta actitud puede resultar en un balance dietario deficiente en los niños y en que ingieran más calorías provenientes del azúcar de lo que deberían. Pero la exposición temprana a las verduras y otros alimentos saludables puede suponer una gran diferencia durante toda la vida de un niño.

Incluso, en un estudio se sugiere que los sabores de los vegetales en la leche materna podrían más adelante mejorar la receptividad del niño a esos sabores, si bien es necesario profundizar en la investigación al respecto. Lo que sí sabemos es que el comportamiento de los padres —como los hábitos alimenticios saludables— se contagia a los hijos.

Su hijo no está predispuesto a odiar las verduras, pero los gustos que se desarrollan en las primeras etapas de vida pueden tener consecuencias de largo plazo. Los paladares pueden cambiar a lo largo de la vida, pero es vital ayudar a los niños a disfrutar los alimentos saludables, como las verduras, desde el principio.

Veredicto: Falso

 

Son más pequeños, comen menos, pero casi todos los padres saben que eso no significa que sea fácil proporcionar a los niños todos los nutrientes que necesitan.

Es muy importante proporcionar a los niños lo que necesitan para apoyar el crecimiento de la mente y el cuerpo. Por eso es clave enfocarse en una dieta saludable y balanceada —abundante fruta, verduras, proteínas magras y granos enteros ricos en fibra— además de una suplementación adecuada. Con esto se sientan las bases de la buena salud y se crean hábitos saludables que pueden durar toda la vida.

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