Todo sobre los tipos de células que componen su cuerpo

Las células son los bloques estructurales de la vida, y vienen en muchas formas y tamaños. Algunas células son redondas y pequeñas, otras son más grandes, parecidas a una telaraña. No importa su aspecto, las células de su cuerpo son máquinas sumamente complejas y elegantes que hacen que la vida sea posible.

La variedad de formas y tamaños de células es esencial. Su cuerpo siempre tiene muchas cosas que hacer. Las células necesitan pasar por un proceso de diferenciación y especialización, canalizando su energía para realizar tareas específicas. Exploremos la variedad de células que componen su cuerpo y aprendamos más sobre su anatomía, función y características individuales.

Conozca el interior de sus células

La diversidad comienza dentro de la célula, empezando con los organelos celulares. Estos diminutos conjuntos de membranas llenan el interior de su célula y la ayudan a realizar sus funciones específicas. Existen diferentes tipos de organelos, y a continuación leerá sobre dos de los más importantes.

Los organelos que operan dentro de las células son necesarios para completar las tareas asignadas. No todas las células tienen todos los tipos de organelos. Sin embargo, todas las células dependen de estas estructuras para funcionar efectivamente.

Membrana celular

Los lípidos que rodean a la célula y le dan forma están organizados en una barrera formada por dos capas llamada membrana. La membrana celular está compuesta de grasas y proteínas. Las porciones grasas de la membrana mantienen el agua fuera de la célula, mientras que las proteínas permiten que los nutrientes y el agua puedan entrar.

Las células necesitan una membrana para mantenerse organizadas, compactas y proteger su contenido de los fluidos corporales circundantes. Para visualizar la función de una membrana celular, derrame un poco de aceite en una taza de agua. Las micelas que se forman al mezclarse el aceite con el agua son muy parecidas a la membrana grasa que encapsula sus células.

Mitocondrias

Las mitocondrias son los organelos que alimentan a la célula. Es dentro y alrededor de las mitocondrias que los alimentos que ingiere se convierten en energía celular (o ATP como se le conoce a este tipo de energía celular).

Las mitocondrias se conocen comúnmente como “los generadores de energía” de la célula. Pero estos generadores compactos no siempre estuvieron atrapados dentro de las células. La investigación científica sugiere que las mitocondrias fueron en algún momento cuerpos celulares individuales. Existe información genética única almacenada dentro de las mitocondrias. Este material es conocido como ADN mitocondrial.

Conforme la vida fue evolucionando, se cree que las mitocondrias fueron reclutadas por las células como fuente de energía. Ahora, cuando las células se dividen, las mitocondrias se replican dentro de la célula junto con los otros organelos.

He aquí un dato curioso: cada célula del cuerpo contiene mitocondrias, con excepción de los glóbulos rojos.

Ribosomas

Las células necesitan tener la capacidad de producir proteínas. Los ribosomas son el centro de producción de proteínas dentro de la célula. Utilizan códigos especializados para leer la información almacenada en las moléculas de ARN (instrucciones genéticas para la construcción de proteínas). Los ribosomas crean ácidos nucleicos y proteínas a partir de las instrucciones que se encuentran en el ARN.

Núcleo

En el núcleo, encontrará todos los planos de una célula. El núcleo es el “cerebro” de la célula. Envía instrucciones sobre cómo debe funcionar la célula, y alberga el ADN necesario para replicar la célula.

Este organelo a menudo es representado en imágenes como el centro oscuro de una célula. Contiene una alta cantidad de ADN que es sensible a la degradación y al daño ocasionado por el medio ambiente que lo rodea. Una membrana de doble capa rodea el núcleo para proteger el ADN almacenado en su interior.

Explicación sobre los tipos de células

Ahora que usted conoce sobre algunos de los centros de operación celular más cruciales, está listo para conocer sobre los diferentes tipos de células. En este momento, cientos de células especializadas forman parte de su cuerpo. Un estudiante de ciencias como usted podría pasar toda la vida aprendiendo sobre cada tipo de célula.

Sin embargo, en lugar de debatir las minucias de cada tipo de célula, a continuación le compartimos los conceptos básicos sobre algunas de las variedades más comunes de células de su cuerpo.

1. Células de la piel y células epiteliales

Las células que puede ver a simple vista son las células de su piel. Esto se debe a que la piel, el órgano más externo y más grande de su cuerpo, está compuesta en su totalidad de células de la piel especiales, también conocidas como células epiteliales. Estas células epiteliales que forman la malla de su piel son el mismo tipo de células que recubren el tracto digestivo, los vasos sanguíneos y los órganos huecos.

Las células de la piel tienen propiedades únicas. Estos atributos especiales ayudan a explicar la función de las células epiteliales. He aquí algunas formas en que las células de la piel pueden funcionar en su cuerpo:

  • Las células de la piel se unen para crear tejidos que pueden secretar mucosidad, sudor y grasa.
  • Las células epiteliales se endurecen a través de un proceso llamado queratinización para proteger su cuerpo de patógenos invasores y lesiones.
  • También le dan pigmento a la piel. Una proteína (melanina) producida por las células epiteliales influye en el color de la piel; también determina, por ejemplo, si usted tiene o no tiene pecas.
  • Las células de la piel también proporcionan hidratación. Estas células cutáneas más externas que protegen sus entrañas más suaves son excelentes para atrapar el agua debajo de su piel.
  • Dentro de su cuerpo las células epiteliales secretan mucosidad. El revestimiento del esófago, las fosas nasales y los intestinos están hechos de células epiteliales que lubrican estas superficies.

2. Células sanguíneas

Los glóbulos rojos y blancos circulan por todo el cuerpo para suministrar oxígeno, transportar los desechos de dióxido de carbono y desempeñar el papel protagonista en su sistema inmunológico. Su naturaleza ubicua podría hacer que parezcan simples, pero estas células sanguíneas son más complejas de lo que podría pensar.

Los glóbulos rojos también se conocen como eritrocitos. Son únicos porque no tienen un núcleo (a diferencia de la mayoría de las otras células). Debido a que carecen de un núcleo, los glóbulos rojos son huecos en el centro, parecidos a una dona. Su forma única los hace más eficientes en el intercambio y transporte de moléculas de oxígeno, su papel corporal principal.

Al carecer de un núcleo y de otros organelos, los glóbulos rojos no pueden replicarse por sí solos. En cambio, su cuerpo genera nuevos glóbulos rojos en el tejido de la médula ósea.

Los glóbulos rojos usan una proteína llamada hemoglobina para transportar oxígeno por todo el cuerpo. La hemoglobina dentro de los glóbulos rojos le da a la sangre su característico color rojo.

Los glóbulos blancos, o leucocitos, son agentes del sistema inmunológico. Estos buscan patógenos invasores e inician y completan las respuestas inmunológicas de su cuerpo.

Hay dos clases principales de glóbulos blancos—los granulocitos y leucocitos mononucleares:

  • Como su nombre indica, los granulocitos son glóbulos blancos llenos de gránulos. Dentro de cada gránulo hay proteínas y enzimas que pueden digerir y destruir patógenos. Los granulocitos son responsables de la creación de pus, y juegan un papel importante en las alergias.
  • Los leucocitos mononucleares no tienen gránulos. En cambio, tienen un núcleo grande y organelos especiales llamados lisosomas. Estos lisosomas actúan como células de retención de microbios y otros patógenos potenciales. Los leucocitos mononucleares pueden usar estos lisosomas para atrapar y destruir a los invasores a través de un proceso llamado endocitosis.

3. Células nerviosas y cerebrales

El cerebro está lleno de células con aspecto de telaraña que le permiten pensar, leer, moverse y recordar. Las células cerebrales son los principales componentes del sistema nervioso central. Estas utilizan mensajeros químicos llamados neurotransmisores para comunicarse con otras células del cuerpo.

Existen dos tipos de células cerebrales: las neuronas y la glía. Ambos tipos son necesarios para la señalización electroquímica eficiente de todo el cuerpo.

Las neuronas son células cerebrales en forma de telaraña con un cuerpo central llamado soma. Todas las neuronas tienen apéndices ramificados llamados dendritas que pueden recibir mensajes electroquímicos de neuronas vecinas. Una neurona puede transmitir señales a lo largo de la porción más larga de su cuerpo celular, llamada axón.

Las células gliales son muy parecidas a las neuronas, pero difieren en una forma importante: la glía no puede transmitir señales eléctricas como las neuronas. Su propósito es apoyar la transmisión de señales electroquímicas de las neuronas actuando como aislamiento. Las células gliales hacen posible que pequeños mensajes electroquímicos viajen a lo largo de todo el cuerpo. Su función aislante acelera la señalización a través de largas distancias.

4. Células musculares

El corazón, los músculos isquiotibiales y todos los demás músculos del cuerpo están compuestos de células musculares, también conocidas como fibras musculares. Estas fibras se envuelven firmemente entre sí como paquetes de cuerdas fuertes y elásticas para formar sus músculos.

Las fibras musculares individuales contienen proteínas filamentosas que permiten que la fibra se alargue y se contraiga. Estas proteínas se llaman actina, miosina y titina. Cada una tiene un papel en el ciclo de contracción-relajación de una fibra muscular.

Las células nerviosas del sistema nervioso central y periférico envían mensajes a las fibras musculares para coordinar sus movimientos. Algunos movimientos musculares son voluntarios, como levantar la mano para saludar. Otras contracciones de la fibra muscular son inconscientes o involuntarias, como la contracción de las pupilas ante la luz brillante.

Hay tres tipos principales de fibras musculares y tejido muscular, y cada tipo de tejido utiliza las fibras musculares de manera distinta:

  • Las células musculares del sistema óseo son controladas de manera consciente. Estas fibras musculares se adhieren directamente a los huesos a través de los tendones. Las fibras musculares del sistema óseo son largas y cilíndricas, como una agrupación de tubos. Estas células musculares también son multinucleadas, lo que significa que tienen más de un núcleo.
  • Los músculos lisos se componen de fibras musculares lisas. Usted puede encontrar fibras de músculo liso dentro de los órganos de su cuerpo. Sus ojos, estómago, vejiga, intestinos y vasos sanguíneos están formados de tejido muscular liso. A diferencia del músculo del sistema óseo, usted no tiene un control voluntario sobre las fibras del músculo liso.
  • Lo que hace que las células del músculo cardíaco sean únicas es su ubicación. Estas fibras musculares solo se pueden encontrar en un lugar: el corazón. Las células del músculo cardíaco son células ultra fuertes y elásticas que permiten que el corazón bombee sangre en un latido cardíaco coordinado y eficiente.

5. Células de grasa

El almacenamiento de grasa es a veces un tema prohibido. Sin embargo, las células que albergan grasa son muy valiosas para su cuerpo. Los adipocitos son células de grasa, y cuando se conglomeran forman el tejido graso.

Trate de pensar por un minuto que la grasa es buena. Su cuerpo almacena grasa al igual que un banco almacena dinero. Tener grasa a mano es esencial cuando su cuerpo necesita energía, y los adipocitos guardan la grasa que su cuerpo quiere o necesita para poder usarse posteriormente.

A los adipocitos marrones a veces se les llama “grasa infantil”. Estas células adiposas se llaman así porque usted tiene una gran cantidad de ellas durante la infancia. El papel principal del tejido adiposo marrón es la termogénesis (calor) y estos adipocitos mantienen el calor corporal debido a que están repletos de mitocondrias. Los bebés dependen de las reservas del tejido adiposo marrón porque carecen de la capacidad de tiritar o de usar otros medios para producir calor.

A medida que usted envejece, su suministro de células adiposas del tipo marrón disminuye, pero no desaparece por completo. La investigación científica actual sugiere que las mitocondrias presentes en las células adiposas marrones desaparecen a medida que su cuerpo envejece, haciendo que estas células que almacenó en la infancia se asemejen a las células adiposas blancas.

La función principal de las células grasas blancas es el almacenamiento de energía. Cuando su dieta no proporciona glucosa, se inicia un proceso llamado gluconeogénesis. A través de la gluconeogénesis, la grasa se puede descomponer y convertirse en moléculas de glucosa utilizables para alimentar al resto de las células de su cuerpo. La grasa disponible para la gluconeogénesis proviene de los adipocitos blancos que quema durante el ejercicio.

La salud celular es lo primero

Su cuerpo está compuesto de células, y es importante cuidarlas bien. No importa el tipo de célula, la nutrición completa es la mejor manera de ayudar a sus células a mantenerse saludables. Concéntrese en elegir alimentos que puedan aportarles vitaminas nutritivas, minerales y macronutrientes a sus células. Sea selectivo a la hora de alimentar su cuerpo. Manténgase alejado de los alimentos excesivamente procesados y bajos en nutrientes. En su lugar, incluya en sus comidas la nutrición de calidad que ofrecen los alimentos integrales: proteínas magras, grasas de origen vegetal, fibra, verduras y frutas.

Priorizar la salud de sus células pagará dividendos en su bienestar general. Cuando su salud celular está bien cuidada, usted además se siente bien. Enfoque su energía en apoyar a sus células con una dieta rica en vitaminas y minerales esenciales. La nutrición integral a partir de alimentos de calidad puede optimizar la salud y el bienestar de las células para disfrutar de un mejor yo.