Todas las personas, sin excepción, necesitan proteína en su dieta. Es parte de la vida. Dicho esto, el papel exacto que desempeña la proteína en tu dieta dependerá de diversos factores, como la edad, el nivel de actividad y el sexo.
Las necesidades dietarias y nutricionales de las mujeres son diferentes a las de los hombres, y estas necesidades nutricionales cambian a lo largo de la vida de la mujer, desde su infancia y adolescencia hasta el embarazo, la menopausia y más allá. En este artículo, nos centraremos en conocer más sobre un nutriente en particular que a menudo se pasa por alto cuando se trata de la salud de la mujer: la proteína.
Qué es la proteína: Un breve resumen
Antes de entrar en detalles, empecemos con una breve descripción de lo que es la proteína. La proteína es un macronutriente—un nutriente que el cuerpo necesita en grandes cantidades—que puede encontrarse tanto en las plantas como en los animales.
Tu cuerpo utiliza la proteína para llevar a cabo una gran variedad de funciones y procesos internos. Seguro has escuchado que la proteína es el componente básico de los músculos, permitiéndole al cuerpo construir y reparar el tejido muscular. Sin embargo, la proteína hace mucho más que eso. Ya sea para ayudar al organismo a metabolizar los alimentos, transmitir señales entre las células o proporcionar estructura a la piel y otros tejidos, la proteína es fundamental.
La proteína está compuesta de aminoácidos, los componentes básicos de la vida. Existen 22 aminoácidos y tu cuerpo los necesita todos. No todos los alimentos ricos en proteína contienen todos los aminoácidos, por lo que es importante diversificar las fuentes de proteína o consumir proteínas completas, es decir, alimentos que contengan todos los aminoácidos. Si quieres conocer más sobre este tema, no te preocupes, este artículo te ayudará.
La proteína y la salud femenina: Del metabolismo a la masa muscular
Para las mujeres, la proteína cumple muchas de las mismas funciones que para los hombres: ayuda a fortalecer los huesos, desarrollar los músculos y regular el metabolismo del cuerpo. Todos estas funciones contribuyen a facilitar una vida saludable y cómoda, y son cada vez más importantes a medida que envejeces.
Por naturaleza, las mujeres tienen menos masa muscular magra que los hombres, pero si te centras en consumir bastante proteína, puedes ayudar a tu cuerpo a desarrollar más masa muscular. Esto puede tener una serie de beneficios para la salud, especialmente en etapas posteriores de la vida. No es necesario que tu meta sea verte como un levantador de pesas profesional—a menos que quieras, por supuesto—, pero ganar musculatura puede ayudarte a garantizar la movilidad en el futuro. Después de la menopausia, los niveles de estrógeno de las mujeres dismunuyen, lo que puede aumentar el riesgo de osteoporosis. Comer proteína en abundancia, realizar algún tipo de ejercicio de resistencia y, en general, llevar una vida activa, pueden ayudar a tu cuerpo a prevenir la pérdida de masa ósea.
Cuánta proteína necesita tu cuerpo
Tu consumo diario de proteína debe ser determinado por dos factores: tu peso y tus objetivos de acondicionamiento físico. La cantidad diaria recomendada de proteína para todos los adultos saludables es actualmente de 0.36 gramos de proteína por cada libra de peso corporal. Para la mujer promedio en los Estados Unidos, esto equivale a unos 61 gramos de proteína al día.
Esta proporción de proteína en relación con el peso corporal es la cantidad que necesita tu cuerpo para realizar de forma óptima sus funciones vitales. Si tu objetivo es desarrollar músculo, probablemente querrás aumentar sustancialmente tu consumo de proteína. Las investigaciones actuales sugieren que entre 0.7 y 1 gramo de proteína por cada libra de peso corporal puede ser óptimo para aumentar y mantener la masa muscular. En el caso de las mujeres mayores de 65 años, esa proporción puede aumentar hasta 1.3 gramos de proteína por cada libra, para compensar la disminución de la densidad ósea que se produce tras la menopausia.
La proteína y el embarazo
Durante el embarazo, el cuerpo puede necesitar más proteína de lo normal; al fin y al cabo, tu cuerpo es responsable del desarrollo de otra persona durante este periodo. Las investigaciones al respecto son todavía algo inciertas, pero algunos estudios sugieren que el cuerpo puede necesitar alrededor de 0.68 gramos de proteína por cada libra de peso corporal durante el tercer trimestre del embarazo. Otros investigadores creen que la cifra es mucho mayor y sugieren que las mujeres consuman alrededor de 1.5 gramos de proteína por cada libra de peso corporal en el último trimestre.
El consumo de proteína durante el embarazo es importante no solo para la salud del bebé, sino también para la de la madre. Durante el embarazo, comer mucha proteína puede ayudar a evitar los antojos. La proteína, cuando se consume en combinación con cereales integrales y carbohidratos complejos, puede ayudarte a sentirte lleno y satisfecho después de una comida. Esta dieta equilibrada también ayudará a mantener constantes los niveles de azúcar en la sangre, lo que puede contribuir a reducir el riesgo de diabetes gestacional durante el embarazo.
Fuentes y suplementos: Cómo llevar una dieta rica en proteína
Podemos seguir hablando de los beneficios de consumir mucha proteína, pero aún queda una gran pregunta por responder: ¿qué incluye una dieta rica en proteína? Si piensas inmediatamente en la clásica comida de los levantadores de pesas—pechuga de pollo con brócoli—, no te preocupes, tus comidas pueden ser mucho más sabrosas.
La proteína se encuentra en una gran variedad de alimentos vegetales y animales. Algunas de las fuentes más comunes de proteína animal son:
- Carnes rojas
- Pechuga de pollo y otras aves
- Pescado, especialmente el atún
- Huevos
- Lácteos
Si buscas proteínas de origen vegetal, algunas de las mejores opciones son:
- Tofu y otros productos a base de soja
- Legumbres, como frijoles negros o garbanzos
- Nueces y semillas
- Quinoa
En circunstancias normales, es posible obtener todos los aminoácidos necesarios de fuentes exclusivamente vegetales si planificas con anticipación y preparas tus comidas. Durante el embarazo, sin embargo, algunos nutricionistas sugieren seguir una dieta omnívora a base de proteína animal magra y proteína vegetal para preparar mejor al cuerpo para las exigencias nutricionales del embarazo.
Además de la proteína alimentaria, también existen suplementos proteínicos. Estos suplementos suelen derivarse de proteínas de soja, guisantes o suero de leche y se presentan en forma de polvo que puede añadirse a malteadas o licuados.
Al fin y al cabo, ninguna fuente de proteína es mejor que otra. Se trata de encontrar la combinación de proteína vegetal, proteína animal y suplementos que funcione mejor para ti. Obtener suficiente proteína puede ser un reto y, como ocurre con muchos cambios en la dieta, requiere diligencia y planificación, así que se paciente contigo misma mientras tomas las riendas de tu salud.