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Cepillarse los dientes puede ayudarle a cambiar su estado de ánimo o prepararse para una buena noche de sueño. Es una sencilla recomendación para una buena salud oral, pero, en realidad, la boca es de los lugares más complicados del cuerpo, en parte por ser la puerta de entrada del sistema digestivo. Y con todo lo que usted se lleva a la boca diariamente, está invitando y alojando a decenas de tipos de vida —colectivamente, el microbioma oral— en la cavidad bucal.

Tal vez suene alarmante, pero dentro de la boca hay colonias de bacterias en todas partes: en los dientes, las encías, la garganta, debajo de la lengua, en la parte interna de las mejillas.

Según la American Society of Microbiology, el microbioma oral contiene más de 700 especies predominantes de bacterias, y todas ellas llegan para quedarse y hacer lo que les corresponde en pro de la salud en general y de la salud oral.

Exacto. Es muy estrecha la relación entre la salud oral y la salud de largo plazo. ¿Pero qué ofrecen los diferentes tipos de bacterias que residen en el interior de la boca en cuanto a funcionalidad? ¿Qué influye en la constitución de estos diversos tipos de microbios? Y tal vez más importante, ¿cuál es la clave para mantener un saludable equilibrio de bacterias orales?

La ciencia ayuda a descifrar esa clave.

Por qué existen las bacterias orales

El hecho es que las bacterias y otros microbios son prácticamente ineludibles, viven en todo lo que lo rodea, en usted y dentro de usted, fenómeno que ha llevado a los expertos a denominar a estos microbios “huéspedes permanentes”.

El microbioma oral no es diferente. Las diversas bacterias y microbios contribuyen a la salud, positiva y negativamente, y esta complejidad ha sido un tema central para biólogos celulares, microbiólogos e inmunólogos durante la última década. Estas comunidades microbianas dan lugar a un fascinante mundo que explorarán los expertos. Purnima Kumar, profesor de periodontología de la Ohio State University, llegó a decir que cada vez que una persona toma un vaso de agua, se traga millones de bacterias.

Medio desagradable, pero también divertido, ¿no? Pero, no es tan divertido para los residentes del microbioma oral.

Dentro de la boca se libra una batalla, una lucha a muerte por el espacio y el alimento cuyo resultado es importante para usted. Algunas bacterias de lo que se llama también biopelícula ayudan a proteger la boca y a mantener saludables los dientes y las encías. Otras, dan problemas de salud dental.

La lucha constante entre los buenos y los malos es fácil de dominar según lo que usted haga, incluidos ciertos comportamientos —como la dieta y una higiene oral deficiente— y problemas de salud recurrentes. Algo interesante que han descubierto los científicos, es que, en la salud oral general de usted, suele influir la salud oral de su madre, pues es muy probable que haya nacido con bacteria similares.

Exacto: usted nació sin dientes, pero nació con bacterias orales.

Es el momento de empezar a preocuparse por la composición del microbioma oral

Usted ya conoce esa desagradable sensación: al despertar cada mañana, cierta película recubre los dientes y, siendo amable, su aliento no es el mejor. ¿Y si esto fuera permanente? No, gracias.

Para no sentirse así, la solución fácil sería eliminar todas las bacterias de la boca, pero si usted arrasara con todas las bacterias de la boca, también estaría acabando con las que actúan en su favor.

Las bacterias que están de su lado pueden ayudar a que el aliento se mantenga alejado de ese desagradable territorio. Aparte de eso, algunas bacterias del microbioma oral sirven para descomponer los alimentos en una reacción enzimática que empieza con la saliva.

En estudios, algunas cepas bacterianas como las cepas Streptococcus y Neisseria se han relacionado con el mantenimiento de la salud esofágica. Se ha demostrado, por otra parte, que la cepa Neisseria desempeña un importante papel en la descomposición de sustancias tóxicas como el humo de tabaco.

Pero también hay chicos malos, ahí, y pueden tener algo que decir respecto de la salud de la boca a corto y largo plazo. Por eso, lo importante es establecer un equilibrio bacteriano que resulte benéfico para su salud, igual que con el sistema gastrointestinal.

Se trata de espacio y alimentación. Todo empieza con una buena higiene. Los expertos le dirán lo que sus padres le han dicho siempre: usa el cepillo y el hilo dental para controlar las bacterias. Por eso cuando usted se olvida un poco del cuidado oral, las cosas en la boca se ponen difíciles. Los niveles bacterianos pueden elevarse y dar lugar a problemas en dientes y encías.

Hay otros factores en los que quizá no ha pensado, como la saliva, que ayuda a arrastrar los restitos de comida que quedan por ahí y protege de los ácidos producidos por las bacterias, aunque hay medicamentos que pueden reducir el flujo de saliva en la boca. Tenga esto en cuenta si toma descongestionantes, antihistamínicos o antidepresivos.

La dieta también tiene que ver con la salud de la boca y el microbioma oral, esto es, concéntrese en una dieta saludable que favorezca la proliferación de bacterias buenas, en vez de malas. Tomar un probiótico oral también puede ser útil para mantener un equilibrio saludable para el microbioma oral. Más adelante encontrará otras sugerencias.

¿Qué tipo de bacterias viven en la boca?

No se preocupe, no hay manera de cubrir todos los tipos de bacterias de su microbioma oral en una página. Sencillamente son demasiados, de tal forma que para cubrir los cientos y cientos de especies diferentes se necesitaría todo un libro.

Pero aquí presentamos algunos de los tipos de bacterias más comunes con los que usted debe estar familiarizado:

  • Streptococcus: De los más difundidos participantes en la comunidad de bacterias orales, son varias las cepas que caben en la familia de los Streptococcus, que en general son cadenas de células bacterianas de forma oval. Y algunas suelen causar problemas dentales, como Streptococcus mutans, poderoso patógeno que puede convertir el azúcar en ácido láctico, cuya acumulación es mala para los dientes.
  • Porphyromonas gingivalis: Este es un tipo de bacteria que a usted no le conviene que aparezca. Felizmente, no suele encontrarse en un microbioma oral saludable. Evítelo para mantener saludables los tejidos y las estructuras óseas que sostienen a los dientes.
  • Lactobacillus: Estas cepas bacterianas son largas, baciliformes y de paredes celulares gruesas. Como las cepas de Streptococcus, Lactobacillus ayuda convertir la lactosa (azúcar de la leche) en ácido láctico, o sea, más ácidos a los que no debería permitírseles permanecer en la boca. Sin embargo, Lactobacillus es una bacteria benéfica para el intestino, por eso forma parte de muchos productos probióticos.
  • E. Coli: Gran parte de las E. coli del cuerpo humano se encuentra en los intestinos, pero cantidades mínimas también forman parte del microbioma oral. Por suerte, no todas las cepas de E. coli son iguales, tampoco son las mismas de las que se oye hablar en noticias sobre alimentos contaminados.

Los residentes del microbioma oral se crean de la misma forma. De hecho, cepas diferentes de la familia Streptococcus, en realidad son útiles.  La cepa Streptococcus salivarius K12 ayuda a combatir el mal aliento. Como ya se dijo, la cepa Neisseria favorece la descomposición de sustancias dañinas, como el humo del cigarrillo, en tanto que otras ayudan a descomponer los alimentos.

Actualmente no es posible diseñar una mezcla de puras bacterias buenas, por eso lo importante es mantener un equilibrio saludable en el microbioma de la boca. Hay varias formas de apoyar ese equilibrio saludable.

Sugerencias para mantener un equilibrio saludable de bacterias orales

Siempre habrá una variedad de bacterias orales neutras, dañinas y útiles rentando espacio en su boca. Así son las cosas, pero no se preocupe, hay respuestas sencillas para mantener el microbioma oral en buena forma.

Lo primero y más importante tiene que ver con el nivel de higiene oral obligado. Cepillándose —dos veces al día— y usando a diario el hilo dental se mantiene a raya a las bacterias.

Su estilo de vida y su dieta también influyen mucho en las bacterias de la boca. Una dieta saludable constituida por alimentos integrales, en su mayoría vegetales, es un gran principio. También necesita evitar lo que estimula la proliferación de las bacterias dañinas. El azúcar es una fuente importante de alimento para las bacterias orales. Por otra parte, deje de fumar, o mejor aún, nunca empiece. La nicotina es perjudicial para el microbioma oral. El estrés es tan malo para las bacterias como para usted.

Por otra parte, los probióticos orales suelen ayudar a incrementar las bacterias benéficas del microbioma. Se ha encontrado en investigaciones que suplementar con probióticos orales puede ser un instrumento útil para apoyar y mantener la salud de la boca. Los probióticos orales, ya sea masticables o tabletas de diversas formas, permiten que las bacterias se instalen en la boca y se adapten a su nuevo entorno.

La puerta de entrada a su organismo es una de las partes más complejas de su persona. Saber qué pasa en el interior de la boca y entender el microbioma oral puede ayudarle a mantener la salud por largo tiempo. El microbioma oral es la primera línea de defensa de la salud general, así que empiece a tomar medidas para cuidar de él todos los días.

Sus alimentos favoritos hacen todo un viaje una vez que usted come un bocado de ellos. Piense en una colación común y considere el viaje que hace a través de su sistema digestivo. Por ejemplo, una manzana madura y jugosa. Esta fruta está llena de nutrientes que su cuerpo puede aprovechar.

Pero, ¿cómo es que esa fruta se torna útil en el cuerpo? Después de todo, su sangre no bombea manzanas microscópicas a través de sus venas y arterias. Su cuerpo utiliza los compuestos químicos que hacen que las manzanas sean crujientes y dulces.

Esos compuestos son extraídos de sus alimentos a través del proceso digestivo. Es el método mediante el cual las grasas, los azúcares, las proteínas, la fibra y las vitaminas y minerales esenciales de su dieta, así como otros nutrientes importantes, encuentran su camino para salir de los alimentos que usted come para darle energía a su cuerpo. La digestión también se encarga de eliminar los desechos, y este proceso ocurre de manera constante dentro de su cuerpo.

Desde su platillo de la cena hasta la eliminación, los alimentos que usted consume hacen un largo recorrido a través de su sistema digestivo. Echemos un vistazo al camino que sus alimentos seguirán a medida que son digeridos:

Boca >> Esófago >> Estómago >> Intestino delgado >> Intestino grueso

En cada paso a lo largo del viaje digestivo, los alimentos son modificados y descompuestos en piezas útiles. Mediante la modelación de este sistema paso a paso, usted puede entender mejor el destino de su comida una vez que entra a su cuerpo.

Aprenda el idioma de la digestión

Antes de explorar en detalle el sistema digestivo, hagamos un repaso del vocabulario. El conocimiento de los términos relacionados con el proceso digestivo facilitará mucho el aprendizaje acerca de éste.

  • Bolo: comida masticada mezclada con saliva.
  • Faringe: garganta, es el espacio que une la boca con el esófago.
  • Esfínter: anillo de tejido muscular que controla el paso de líquidos y sólidos de un órgano al siguiente.
  • Quimo: mezcla de comida descompuesta y jugos digestivos que sale del estómago y viaja a través del intestino delgado.
  • Vellosidades: proyecciones microscópicas, similares a dedos, que cubren las paredes del intestino.
  • Bilirrubina: pigmento liberado como resultado de la degradación de los glóbulos rojos.
  • Heces: desechos restantes después de la digestión.

Boca

Comer es, por mucho, la parte que más se disfruta del proceso digestivo. Su boca y su lengua se encuentran con alimentos y bebidas de todas variedades, texturas y sabores. Y, juntas, comienzan la digestión descomponiendo la comida que usted come en partes pequeñas que sean fáciles de tragar.

Tal vez piense que la digestión comienza en el momento en que usted se lleva la comida a la boca. Pero, en algunos casos, comienza incluso antes de eso. Ver comida, oler comida o pensar en comida puede ser suficiente para desencadenar su reflejo de salivación. Esa es la razón por la que se le hace agua la boca cuando tiene hambre. También se produce saliva con la masticación; humedece y lubrica los alimentos, lo que facilita su deglución.

Piense en la manzana. Por la tarde, cuando necesita algo para poder llegar hasta la cena, una manzana es una muy buena elección. Tan solo pensar en esa fruta crujiente y en su jugo dulce y ácido puede provocar que se le haga agua la boca.

Las glándulas salivales de su boca secretan saliva, la cual tiene un elevado contenido de la enzima digestiva llamada amilasa. La amilasa de la saliva descompone los almidones en azúcares de dos cadenas conocidos como maltosa. Este azúcar simple posteriormente se descompondrá en moléculas de glucosa individuales que pueden usarse como energía celular.

El movimiento de la lengua también es importante para el proceso digestivo. Una vez que ha masticado la comida y ésta ya se ha mezclado con la saliva, está lista para deglutirse. Su lengua moldea y hace puré la comida formando un bolo, y lo lleva a la parte posterior de su garganta. Cuando usted traga, el bolo alimenticio es impulsado a través de la faringe y hacia el esófago.

Dato #1 sobre el tracto digestivo – Las glándulas salivales de su boca secretan entre un litro y litro y medio de saliva todos los días.

Esófago

Los bolos de comida son trasladados de la boca hacia el estómago a través del esófago. Este conector clave es resguardado por dos esfínteres, uno en el extremo superior y otro en el extremo inferior. Estos músculos circulares actúan como cuerdas de un bolso que abren y cierra cuando usted traga.

Cada esfínter trabaja de manera independiente. El esfínter esofágico superior abre el paso al bolo que viene de la faringe. El esfínter esofágico inferior vacía el contenido del esófago en el estómago. También puede abrirse para liberar el gas acumulado en el estómago. Esto es lo que hace que usted eructe.

La fuerza que impulsa los alimentos y las bebidas a través del esófago se conoce como peristalsis. Los músculos lisos que recubren el esófago sufren contracciones regulares una vez que el bolo es deglutido. El movimiento creado por la peristalsis, similar al de una ola, continúa a través del tracto digestivo. El movimiento empuja el alimento a través de todas las fases de la digestión, en el estómago, el intestino delgado y el intestino grueso.

La fuerza de gravedad también puede favorecer el movimiento de los alimentos a través del esófago. Al sentarse con la espalda recta, la comida que usted come puede viajar rápida y cómodamente hacia el esófago y luego hacia el estómago.

Dato #2 sobre el tracto digestivo – Solo se requieren ocho segundos para que el bolo alimenticio viaje de la faringe, a través del esófago y luego al estómago.

Estómago

Cuando usted muerde, mastica y traga, el bolo alimenticio cae al estómago. El estómago actúa como una unidad de almacenamiento que recibe pequeños paquetes de alimento a lo largo de una comida. Se puede almacenar rápidamente una enorme cantidad de comida y luego ser digerida durante un largo periodo.

Esto es algo que hay que resaltar porque, cuando está vacío, un estómago adulto tiene una capacidad de 75 mililitros. Sin embargo, puede estirarse y almacenar hasta un litro de alimento a lo largo de una comida. Eso representa más de 10 veces la capacidad inicial.

Digamos que usted decide comer más que solo una manzana, y entonces come yogurt, un sándwich de pavo y también algunas zanahorias. Eso es mucha comida que debe almacenar su cuerpo en tan solo una sentada. Debido a que su estómago está diseñado para dar cabida a comidas completas, no tiene por qué preocuparse de que se revienten las costuras de su ropa. Su estómago recibirá cada bocado, y procesará toda la comida durante las siguientes horas.

El estómago es también un órgano dinámico. Revuelve, exprime y muele el bolo alimenticio y lo mezcla con secreciones gástricas. La peristalsis continúa en el estómago y es la fuerza motriz de la mezcla de los alimentos con los ácidos estomacales. Las secreciones estomacales ayudan a que posteriormente los nutrientes estén disponibles para su absorción en el intestino delgado.

Este jugo digestivo es poderoso ácido clorhídrico. Es lo suficientemente potente para descomponer proteínas fuertemente ligadas y convertirlas en cadenas de polipéptidos (cadenas más pequeñas de aminoácidos). También puede potencialmente eliminar las bacterias dañinas que pudieran estar presentes en algunos alimentos.

Debido a que el ácido estomacal es tan fuerte, su producción requiere cuidadosa supervisión. Al inicio de una comida, la función gástrica está apenas comenzando a calentarse, y se produce muy poco ácido estomacal. La peristalsis suavemente comienza a estirar y a apretar el estómago en preparación para la comida que entrará.

En medio de una comida, la peristalsis y el ácido estomacal se aceleran. Las secreciones gástricas alcanzan su máxima producción cuando estamos a la mitad de la comida. El estómago muscular está mezclando rápidamente con ácido clorhídrico los alimentos y las bebidas. Esto asegura que haya suficiente fluido en el cual descomponer cada bocado de alimento. Una vez que el alimento ha quedado licuado, la mezcla se conoce como quimo.

La peristalsis ayuda a bombear el quimo al intestino delgado mientras usted come. Una vez que acaba de comer, la secreción de ácido estomacal se detiene, pero puede haber un excedente de ácido. Cuando quedan muchos jugos gástricos en el estómago después de comer, el recubrimiento del estómago puede irritarse. Para protegerse, el estómago ajusta la producción de ácido de manera que sea saludable y no le ocasione a usted molestias.

Las contracciones del estómago continuarán hasta que todo el quimo de la comida previa haya llegado al intestino delgado.

Dato #3 sobre el tracto digestivo– Los ruidos estomacales son producidos por las contracciones peristálticas conforme mueven el contenido a través del tracto intestinal. Ocurren durante la digestión y pueden continuar dos horas después de que el estómago se haya vaciado.

Intestino delgado

El intestino delgado desempeña la función más importante en el proceso digestivo, y es bastante largo. Con sus siete metros de longitud (22 pies), su principal función es la absorción de nutrientes. A lo largo de ese “tubo” de 22 pies, diversas fuerzas se combinan para optimizar el funcionamiento el intestino delgado.

El lumen (centro) del intestino delgado está cubierto de pequeños tentáculos similares a dedos conocidos como vellosidades. Estas vellosidades, de las cuales hay una gran densidad, dan a la mucosa (membrana mucosa) del intestino delgado una apariencia aterciopelada y ayudan a que cumpla su función.

Piense en las vellosidades como una alfombra de tejido muy denso, que absorbe cada nutriente aprovechable que salta a la vista. El propósito de estas vellosidades es incrementar la superficie del intestino delgado. Conforme el quimo se sigue digiriendo, los nutrientes son absorbidos a través de las vellosidades y transportados al torrente sanguíneo. El hecho de que haya una superficie más extensa significa que hay más espacio absorbente.

Regresemos a la manzana. El cóctel de fruta y secreción estomacal (quimo) llega al intestino delgado y se mezcla con agua y con otros jugos digestivos como la bilis. El batido rítmico del quimo continúa la descomposición de los azúcares, las grasas y las proteínas de la manzana o lo que sea que haya comido.

La bilis es crítica para la digestión de las grasas en ácidos grasos libres. La bilis está compuesta de agua, sales, ácidos y lípidos. Es un medio en el que las grasas y las vitaminas solubles en grasa pueden disolverse y ser transportadas al torrente sanguíneo a través de las vellosidades.

La bilis también contiene bilirrubina, un pigmento amarillo-naranja liberado por los glóbulos rojos conforme se descomponen. Su cuerpo no puede metabolizar la bilirrubina por sí solo, por lo que depende de la ayuda de bacterias. Cuando las bacterias presentes en su intestino delgado se devoran la bilirrubina, producen un material oscuro llamado estercobilina. Este subproducto es lo que les da a las heces su notable color café.

Usted también recibe ayuda en la descomposición de sus alimentos. Los microbios presentes en su intestino delgado hacen mucho para ayudar a que los ácidos grasos estén disponibles para su posterior uso. Trabajan junto con las secreciones del páncreas (llamadas proteasas) que ayudan a digerir las proteínas. Las proteasas descomponen las proteínas complejas en cadenas de péptidos, y luego en aminoácidos individuales.

Ahora las moléculas de glucosa, los aminoácidos y los ácidos grasos libres están disponibles para ser absorbidos por las vellosidades para incorporarlos al torrente sanguíneo.

Dato #4 sobre el tracto digestivo – El estómago requiere entre 4 y 6 horas para vaciar todo su contenido hacia el intestino delgado después de comer.

Intestino grueso

Al final del viaje a través del intestino delgado, la mayoría de los nutrientes de la comida digerida ya han sido absorbidos. Sin embargo, no todo lo que usted come es un nutriente que se pueda absorber. Entonces, ¿qué pasa con las partes de su comida que su cuerpo no necesita? En el intestino grueso, el material no digerido, los fluidos excedentes y el moco se combinan para formar las heces. (Hay muchos más nombres coloridos para esto, pero heces es el término médico preferido, mismo que verá en adelante).

Las heces son el desecho sólido del proceso digestivo. Lo crea o no, su cuerpo no usa todas las partículas de los alimentos que usted ingiere. La fibra viaja a través del sistema digestivo relativamente intacta. Esto se debe a que las enzimas digestivas producidas en el cuerpo no pueden descomponer la fibra.

Esa colación que comió, la manzana, es un buen ejemplo de ello. Los compuestos que hacen que la cáscara de manzana sea rígida y que le dan a la fruta su crujido característico pasan por su sistema digestivo con muy poca absorción de nutrientes.

En el intestino grueso se acumulan trozos de alimento no digerido y fibra. Esta última parada de la travesía digestiva está llena de bolsas de tejido llamadas haustras. Estas le dan al intestino grueso su apariencia arrugada. Las haustras pueden estirarse para dar cabida a grandes cantidades de heces conforme se preparan para salir del cuerpo.

La salida del intestino grueso y el término de la travesía digestiva —cuando se eliminan los desechos sólidos— es otro esfínter llamado ano. Sin embargo, para que las heces puedan salir del tracto digestivo, necesitan un poco de impulso.

Se requiere movimiento intestinal para que el cuerpo excrete las heces del intestino grueso. Contracciones peristálticas muy fuertes (movimientos similares a olas de etapas anteriores a través del tracto digestivo) mueven las heces hacia la salida. Esto genera una sensación de presión en la zona y finalmente detona el reflejo de defecar.

El desecho sólido es característicamente café y maloliente. Usted sabe que la bilirrubina le da su color, ¿pero qué es lo que causa su olor?

Si piensa que las bacterias tienen algo que ver, está en lo correcto.

Los microbios que residen en el intestino grueso comen las sobras que vienen del intestino delgado. Conforme interactúan con las heces, se genera gas. El olor asociado con las heces viene de los gases liberados durante la descomposición de los desechos sólidos por parte de las bacterias.

Dato #5 sobre el tracto digestivo– Las heces pueden permanecer en el intestino grueso hasta 48 horas antes de ser excretadas por el cuerpo.

Consejos para tener una digestión saludable

Cuando su sistema digestivo trabaja sin problemas, usted se siente sano y cómodo. Existen medios sencillos para mantener su estómago en buen estado.

Comencemos con el agua.

Una buena hidratación hace que el material que está en sus intestinos se mueva fácilmente con cada ola de contracciones musculares. Beber mucha agua también ayuda a suavizar los desechos que están en su intestino. Cuando las heces finalmente se acumulan en el recto, el agua ayuda a eliminarlas con mayor comodidad.

La fibra también facilita la digestión.

Los carbohidratos complejos son voluminosos y añaden peso a las heces. Los movimientos intestinales se facilitan cuando los desechos sólidos tienen peso. La fibra [https://askthescientists.com/increased-fiber-intake-protects-cardiovascular-disease-risk-factors/] también absorbe agua y suaviza las heces conforme viaja a través del tracto digestivo. Considere incrementar su consumo de fibra si nota irregularidad en sus movimientos intestinales. Recuerde, la eliminación de desechos sólidos puede ser diferente para cada persona. Un estudio determinó que los patrones normales de eliminación variaban de tres veces al día a tres veces por semana.

Pero tenga cuidado, incorporar demasiada fibra a su dieta puede tener consecuencias poco placenteras. Acumulación de gases intestinales, inflamación e incomodidad abdominal pueden ser resultado del súbito incremento de su consumo de fibra. Así que, incremente lentamente su consumo de fibra para mantener la comodidad intestinal. Incluya en su dieta fuentes naturales de fibra. Por ejemplo:

  • Frutas
  • Verduras
  • Nueces
  • Frijoles
  • Granos enteros

Otra forma de mejorar su salud digestiva es cuidar las bacterias que viven en su intestino. Estos microbios hacen mucho para facilitar una digestión saludable. Mediante la utilización de probióticos, usted puede ayudar a mantener un equilibrio saludable de bacterias intestinales.

Los probióticos apoyan la cantidad de microorganismos útiles presentes en su intestino. También contribuyen a la absorción de nutrientes en el intestino delgado y ayudan a descomponer los alimentos. Existe cada vez más evidencia que sugiere que la suplementación con probióticos puede también desempeñar un función en el apoyo a la salud inmunológica.

Eche un vistazo más de cerca al sistema digestivo y tome en cuenta el camino que sigue su comida. Es increíble la manera en la que sus alimentos favoritos son descompuestos, licuados, absorbidos y finalmente eliminados por su cuerpo. Y todo para cosechar los nutrientes esenciales que usted necesita para sobrevivir.

Así pues, apoye su sistema digestivo con mucha agua y una alimentación con un alto contenido de fibra. Y haga de la salud de su sistema digestivo (y de su propia salud) una prioridad.

Acerca del autor

Sydney Sprouse es una escritora independiente sobre temas de ciencia residente en Forest Grove, Oregon. Tiene una licenciatura en biología humana de la Universidad Estatal de Utah, en donde trabajó como investigadora y escritora en su etapa de pasante. Sydney ha estudiado ciencias toda su vida y su objetivo es traducir las actuales investigaciones científicas tan efectivamente como sea posible. Escribe con particular interés sobre biología humana, salud y nutrición.

Con frecuencia nos referimos al cerebro como el capitán del cuerpo. Envía mensajes a lo largo de la supercarretera de la información del sistema nervioso central y éste convierte los impulsos eléctricos y los pensamientos en acciones y comportamientos. El cerebro es como el Mago de Oz: es el cabecilla detrás de la cortina, el que dirige los procesos cognitivos y los movimientos del cuerpo.

Sin embargo, en años recientes los científicos han descubierto que el cerebro no actúa de manera tan independiente como alguna vez se creyó. Rigurosos estudios muestran que existe otro jugador importante además del cerebro, y se trata de un jugador bastante curioso. De hecho, este otro jugador no es en absoluto una sola entidad, sino billones de entidades microscópicas. Es un sistema de billones de bacterias y otros bichos, conocidos como el “microbioma” de sus intestinos.

Ésta es otra manera de verlo: Digamos que el cerebro es el director general de la compañía conocida como su cuerpo. Esto convertiría a su microbioma en parte del personal que labora en su compañía. La existencia de una relación laboral buena, caracterizada por la buena comunicación, entre los empleados y el director general produce éxito. Sin embargo, al igual que una compañía que se maneja con cero retroalimentación por parte de su personal, un cuerpo dirigido exclusivamente por el cerebro se pierde de mensajes y señales esenciales que contribuirían a un cuerpo con un funcionamiento ideal.

Para evitar tal tiranía, el cuerpo ha coevolucionado con las bacterias intestinales y otros bichos. Esto hace que la relación entre el microbioma y el cerebro sea una relación entrelazada. Se trata de una sociedad mutuamente benéfica basada en la comunicación regular entre el cerebro y el microbioma. Los dos hablan a través de una variedad de mecanismos para mantener la salud y el bienestar de su cuerpo. Esta comunicación cruzada entre los dos afecta el hambre, la digestión y la saciedad, así como su salud inmunológica y mental.

Para poder apreciar la manera en la que su microbioma puede afectar su cerebro, entendamos primero qué es el microbioma. Luego veremos cómo trabaja de manera conjunta con el cerebro. Primero, enfoquémonos en las bacterias y en otros bichos para poder responder: ¿Qué es exactamente lo que vive en sus intestinos y por qué?

El Microbioma: Las Bacterias Y Otros Bichos De Su Cuerpo

Sus intestinos son el hogar de billones de pequeños bichos conocidos colectivamente como “microbioma”. Estos microorganismos (incluyendo bacterias, hongos, virus, protozoos y otros bichos) constituyen la comunidad que ahí reside.

Con frecuencia se utiliza el término “microbiota” de manera intercambiable con el de “microbioma”. Usted verá que aquí usaremos más el término “microbioma” porque incluye mucho más que solo los bichos mismos. El término “microbioma” incluye a toda la comunidad de microorganismos, junto con su funcionalidad y actividad en el intestino.

Muchas de las funcionalidades del microbioma de su intestino ocurren ahí, en sus intestinos. Sin embargo, existen interacciones entre esos bichos y otras partes del cuerpo que actúan como mecanismos de comunicación entre el microbioma y el cerebro. Conozcamos más acerca de estas interacciones que constituyen el eje intestinos-cerebro.

Cómo Operan Los Bichos – Principios básicos sobre el eje intestinos-cerebro

Como se mencionó anteriormente, su cerebro y su microbioma se comunican constantemente. A este enlace con frecuencia se le denomina “eje intestinos-cerebro”. La comunicación a través de esta línea es esencial para mantener la homeostasis —o equilibro— en sus intestinos y en cualquier otra parte del cuerpo. Existen varias rutas de comunicación que constituyen el eje intestinos-cerebro, pero la más prominente es el nervio vago. El nervio vago está involucrado en la digestión y en una saludable respuesta inmunológica de los intestinos, entre otros procesos y reacciones corporales.

Digestión

El nervio vago es un nervio craneal que nace en el tallo cerebral y corre hacia abajo hasta el intestino. Este nervio abarca tanto terreno dentro del cuerpo que no es de sorprender que sea responsable de regular diversas funciones internas. Entre estas funciones está la digestión, el ritmo respiratorio, el ritmo cardiaco, la presión arterial, algunas respuestas inmunológicas y diversos reflejos internos (por ejemplo, estornudar y tragar).

La digestión es lo primero que abordaremos.

Las investigaciones han mostrado que el intestino no solo es el sitio en donde se lleva a cabo la digestión y la absorción de nutrientes. También es el mediador entre su microbioma y el cerebro. Básicamente, el intestino atestigua el procesamiento de los alimentos que usted consume. Luego reporta la información relevante de ese proceso al cerebro a través del nervio vago.

Por ser el sitio en donde se digieren los alimentos, el intestino tiene inmediato conocimiento de lo que se está consumiendo. Recaba información acerca del contenido energético y de nutrientes. El nervio vago se asegura de mantener al cerebro al tanto de esta información sensorial, como las señales de apetito o las sensaciones de saciedad.

Este conocimiento es importante para el cerebro porque así puede determinar:

  1. Cómo activar los impulsos relacionados (por ejemplo, decirle a su cerebro que el estómago está lleno y que por lo tanto es necesario dejar de comer).
  2. Cómo cambiar el estado de ánimo (por ejemplo, si tiene hambre, puede sentirse irritable).
  3. A qué lugar es más necesario enviar energía (por ejemplo, cuando tiene frío, se envía energía para calentar sus órganos más vitales).

Transmisión de reflejos inmunológicos

El nervio vago también comunica al cerebro otros sucesos que ocurren en el estómago. Junto con los alimentos ingeridos hay alérgenos y otros microbios que pueden activar respuestas inmunológicas normales en el tracto gastrointestinal. Si bien son respuestas comunes y saludables, estas reacciones pueden, ocasional y temporalmente, interponerse en el camino del funcionamiento intestinal regular.

Su cerebro necesita estar al tanto de estos inconvenientes menores. Así, esta información es “percibida” por el estómago y llevada al cerebro por el nervio vago en la supercarretera de la información del eje intestinos-cerebro. La dirección de la información descrita arriba es conocida como vía “aferente”. Eso significa que los mensajes viajan del intestino al cerebro.

La comunicación en el eje intestinos-cerebro ayuda a darle a su cerebro —y finalmente al resto de su cuerpo— la información que necesita para crear y mantener una respuesta adecuada y saludable. Las comunicaciones desde el cerebro hacia el estómago se llevan a cabo a lo largo de lo que se conoce como vías “eferentes” (que trabajan en dirección opuesta de las vías aferentes). Trabajan cuando las fibras eferentes del cerebro envían señales de regreso a través del nervio vago para ayudar a mantener y apoyar una respuesta inmunológica saludable y normal.

Somos Lo Que Comemos

Es importante considerar cómo mantener sanos los intestinos y el cerebro para mantener una comunicación de calidad entre ambos a lo largo del eje intestinos-cerebro. La manera más fácil de lograrlo es a través de los alimentos y la nutrición, y usted tiene al menos tres oportunidades al día para influir en lo que llega a su estómago.

Su microbioma actúa como el factor mediador entre elecciones relacionadas con el estilo de vida —como la dieta— y el mantenimiento de la salud. Lo que usted come entra a su cuerpo y puede alterar las bacterias que están en su estómago. Los efectos de esto pueden ser positivos o negativos en procesos como la digestión, y los cambios a estos procesos pueden ya sea mantener u obstaculizar su salud. Veamos esto más de cerca.

Las dietas ricas en proteína y fibra de origen vegetal tienden a incrementar la abundancia de bacterias como Bifidobacteria y Lactobacillus. Éstas son bacterias benéficas que tienden a mantener la salud de su estómago y sus intestinos. En contraste, las dietas ricas en proteína de origen animal y grasas saturadas podrían incrementar la abundancia de Bacteroides y Alistipes, que se piensa están asociados con problemas cardiovasculares e intestinales.

Adicionalmente, hay estudios que muestran que quienes consumen más vegetales y menos grasas tienden a tener un microbioma más diverso en el que hay muchas bacterias benéficas diferentes. Y quienes llevan una dieta alta en grasas tienden a carecer de diversidad bacteriana en el estómago, lo cual no es bueno para su salud digestiva.

Si bien la comunidad de bacterias presentes en su estómago e intestinos es compleja, mantenerla saludable puede ser bastante sencillo. Las bacterias benéficas prefieren comer ciertos tipos de alimentos que tienden a etiquetarse como “saludables” o “más saludables”. Lo opuesto es cierto en el caso de las bacterias malas: prefieren comer esas cosas de las que usted debería comer pequeñas cantidades, como las grasas saturadas. Así pues, la próxima vez que se siente a comer, pregúntese a quiénes prefiere alimentar, ¿a las bacterias buenas o a las malas?

Aquí le damos algunos consejos a considerar:

  • Minimice su consumo de grasas saturadas. Las grasas insaturadas como el aceite de oliva y los aguacates favorecen la presencia de bacterias más benéficas, como Bifidobacteria y Las grasas saturadas tienden a incrementar los Bacteroides, que son los bichos que influyen de manera negativa en la salud estomacal.
  • Aumente su consumo de vegetales ricos en fibra. Estos alimentos contienen muchos almidones complejos y fibra que su cuerpo no puede descomponer completamente por sí solo. Por el contrario, su cuerpo depende de las bacterias del sistema digestivo para descomponer parte de la fibra. En el proceso, las bacterias crean ácidos grasos de cadena corta que apoyan la salud del estómago. Estos alimentos ricos en fibra actúan como prebióticos, alimentando su microbioma.
  • Considere incluir alimentos probióticos en su dieta. Los probióticos apoyan un equilibrio saludable de bacterias benéficas en su sistema digestivo. Busque un yogurt rico, que le guste, ¡y así mantener sano su intestino será un deleite! Si los lácteos no son lo suyo, usted puede probar alimentos fermentados como el sauerkraut, kimchi o masa fermentada. Además, los suplementos probióticos también son una excelente manera de ayudarle a lograr un equilibrio benéfico de bacterias intestinales.

Cuide Su Microbioma

Su microbioma es un sistema complejo preparado para ayudarle a vivir su vida lo mejor posible, y lo hace principalmente a través de procesos digestivos, pero también transmitiendo mensajes importantes al cerebro. El hecho de mantener felices sus intestinos permite que siga fluyendo la comunicación a lo largo del eje intestinos-cerebro. Así, este poderoso dúo ayuda a dar apoyo a su salud general.

Acerca del autor

Jenna Templeton es educadora en temas de salud y escritora independiente en temas de ciencia, reside en Salt Lake City, Utah. Después de recibir su título en ciencias con especialidad en química en Viginia Tech, Jenna pasó cinco años como investigadora científica en la industria nutricional. Este trabajo estimuló su interés por el bienestar personal, lo que la llevó a estudiar una licenciatura en promoción y educación en temas de salud en la Universidad de Utah. Fuera de su trabajo, Jenna disfruta la música en vivo, la jardinería, todo lo que tenga que ver con comida y jugar en las montañas Wasatch.

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Las vacaciones suelen aclarar la mente y quitarle el peso de la vida de los hombros, pero ese exótico lugar, y el recorrido para llegar a él, puede ser pesado para una parte del cuerpo: los intestinos.

No permita que eso arruine su escapada. Son tres los pasos para garantizar que también los intestinos disfruten de las vacaciones.

Paso 1: Conozca las razones por las que viajar puede incidir en la salud de los intestinos y prepárese adecuadamente.

Paso 2: Aplique unas sencillas sugerencias en su próximo viaje.

Paso 3: Igual que con su auto antes de salir a carretera, revise de antemano la salud de los intestinos. Por suerte, más adelante encontrará un sencillo cuestionario al respecto.

Por qué un viaje puede crear un caos en la salud de los intestinos

Es magnífico que los billones de microbios del microbioma floten libremente, pero aun así, los intestinos pagan el precio.

¿Por qué? Porque cada vez que usted viaja, lo hace acompañado de ciertos pasajeros del intestino que suelen ser quisquillosos. Y esos molestos compañeros de viaje son la razón de que la salud intestinal pueda resultar afectada durante las vacaciones.

La razón es que el entorno exterior participa en la definición del interior. Lo que come, a lo que está expuesto y el agua que bebe, afectan al microbioma. Dar a las bacterias intestinales alimentos a los que no están acostumbradas puede provocar un caos, además de molestias gástricas. Es posible también que usted esté expuesto a bacterias extrañas que el organismo no sabe bien a bien cómo enfrentar.

También el desfase horario influye en el microbioma, que tiene su propio ritmo. Cuando se alteran esos patrones, también se afectan los intestinos. Además, cuando se viaja,  los microbios del intestino también podrían influir en el apetito. Según se ha demostrado en investigaciones, esto se debe a que hay vínculos entre el microbioma y los sistemas que regulan los niveles de hambre, incluidas las hormonas y otros mecanismos del eje cerebro-intestino. Entonces, si en el avión está superhambriento, podría echarle la culpa al microbioma.

Hay otras razones por las que usted podría experimentar problemas de salud intestinal en un viaje: altitud, horarios caóticos, estrés y hábitos alimentarios menos que ideales, pero mucho gira en torno al bienestar de los compañeros de viaje microbianos. Téngalos felices durante las vacaciones.

Plane taking off through thick clouds.

Breves sugerencias para la salud intestinal y para viajar tranquilo

Ser considerado con el microbioma es una de las cosas más importantes para la salud intestinal, ya sea de vacaciones o en casa. A continuación, otras cinco prácticas sencillas que le ayudarán cuando viaje:

  1. La hidratación es favorable para la salud intestinal, también es importante para que usted se mantenga saludable cuando anda de viaje.
  2. Los probióticos pueden apoyar la salud general del intestino y ayudarle a conservar el equilibrio de las bacterias buenas.
  3. Si cuando viaja se bloquean los intestinos, moverse puede ayudar a que se mantengan activos.
  4. Planee adecuadamente para cualquier situación que se presente. Esto incluye vacunas, cargar con las medicinas adecuadas y asegurarse de que podrá disponer de alimentos saludables.
  5. No deje en casa su dieta saludable. Ingerir suficiente fibra de granos enteros, frutas y verduras podría ayudar a que las bacterias del intestino estén contentas, lo cual también es clave para su propia felicidad.

Revisión intestinal. Conteste el cuestionario

El intestino es clave para la buena salud. Antes de salir de viaje, responda estas siete preguntas para verificar el estado de la salud digestiva. Para más información, haga clic en el signo más, después de cada pregunta.

  1. ¿Con qué frecuencia consume alimentos ricos en fibra? (frutas, verduras, frijoles, avena, nueces, semillas, granos enteros)

(3) Frecuentemente

(2) Ocasionalmente

(1) Rara vez

Incrementar la ingesta de fibra no solo puede ser bueno para tener plano el estómago, también puede ser bueno para los órganos que ocupan el abdomen.

La salud de los intestinos refleja la calidad de la dieta. En la microflora intestinal dominarán diferentes tipos de bacterias si su dieta es rica en grasa animal, o si gira en torno a productos vegetales o si es rica en carbohidratos. Y la dieta es el punto de partida para mejorar la salud del sistema digestivo. Cambiar a una dieta saludable, rica en fibra y baja en grasas, puede ser el principio de cambios notables en el ambiente del intestino en solo 24 horas.

La escasez de fibra en la dieta puede dar lugar a la declinación progresiva de ciertas bacterias y microorganismos importantes del sistema digestivo. En cambio, se considera que una dieta rica en fibra (hasta 37 gramos al día) alimenta a las bacterias buenas del intestino. Los alimentos prebióticos ayudan a que florezcan las colonias de bacterias que están naturalmente en el intestino. Excelentes alimentos prebióticos para agregar a la dieta: plátano, moras, legumbres, cebolla, ajo, alcachofa, poro, nueces, semillas y granos enteros.

 

  1. ¿Con que frecuencia consume yogurts/bebidas o alimentos/bebidas fermentadas que contengan probióticos? (Kefir, kimchee, kombucha, chucrut, tempeh, miso y más.)

(3) Frecuentemente

(2) Ocasionalmente

(1) Rara vez

Fortalecer la microflora benéfica del intestino con probióticos o alimentos fermentados es un excelente principio para cuidar de la salud del sistema digestivo. Asegúrese de buscar alimentos y bebidas etiquetados como “cultivos vivos y activos”. Recuerde, al calentar los alimentos o procesarlos de alguna otra manera se puede acabar con los microorganismos vivos.

 

  1. ¿De bebé lo amamantaron?

(1) Sí

(0) No

(0) No sé

El tipo de nacimiento y los tres primeros años de vida son lo más importante para establecer una diversidad saludable de microflora en el intestino. La exposición a un amplio rango de bacterias es clave en ese momento. Una forma importante de transferencia del microbioma es a través de la leche materna. También es crucial la exposición a otros miembros de la familia, a mascotas y a la naturaleza, así como una dieta diversificada.

 

  1. ¿Con qué frecuencia siente mucho estrés normal, el de todos los días?

(1) Frecuentemente

(2) Ocasionalmente

(3) Rara vez

El estrés psicológico se ha relacionado con debilitamiento de la función intestinal cuando se incrementan los niveles de cortisol (hormona del estrés). Tal vez el intestino esté pagando el precio del estrés normal, el de todos los días.

 

  1. ¿Con que frecuencia experimenta inflamación, gases o estreñimiento después de comer?

(1) Frecuentemente

(2) Ocasionalmente

(3) Rara vez

Padecer inflamación o gases ocasionalmente es normal, pero puede ser incómodo. El gas es causado por la presencia de bacterias en el sistema digestivo, y la cantidad puede depender de que se haya tragado aire, de lo que se comió y de la salud del sistema digestivo. Como el gas se acumula, el abdomen suele expandirse, en especial, inmediatamente después de comer. Esto también puede ser doloroso… y no solo porque la ropa empieza a apretar.

Usted puede ayudar a combatir la inflamación abdominal evitando la goma de mascar, masticando lentamente y no bebiendo con popote. Facilite la digestión normal de los alimentos ricos en fibra con probióticos y enzimas digestivas si ciertos alimentos tienden a provocar gases o inflamación. Ahora bien, como en el caso de la intolerancia a la lactosa, tal vez necesite identificar al causante y eliminarlo de su dieta.

El estreñimiento ocasional también es común y normal, y una de las razones puede ser un desequilibrio en las bacterias del sistema digestivo. También podría ser que los alimentos no transiten de forma efectiva por el sistema. Mantener el equilibrio adecuado de microbios ayudará a facilitar el funcionamiento correcto del mencionado sistema. Por otra parte, es importante mantenerse hidratado, una dieta rica en fibra y ejercicio suficiente.

(Nota: Hable con su médico de lo que le preocupa del sistema digestivo si su respuesta a esta pregunta fue “frecuentemente”).

 

  1. ¿Con qué frecuencia viaja?

(1) Frecuentemente

(2) Ocasionalmente

(3) Rara vez

El estrés agudo durante un viaje puede provocar molestias estomacales. Además, estando en ambientes nuevos, sobre todo destinos en el extranjero, y la exposición a nuevas personas, se  incrementa el riesgo de exposición a microbios diferentes, y tal vez el intestino no sepa cómo responder a ellos. Las alteraciones del patrón de sueño también podrían influir en la flora intestinal.

Para más información sobre los viajes y la salud de los intestinos, lea el principio de esta historia.

 

  1. ¿Cuánto ejercicio cardiovascular hace por semana?

(1) 0-60 minutos

(2) 61-90 minutos

(3) 91-120 minutos

(4) 121-150 minutos

(5) Más de 150 minutos

Anote otro beneficio del ejercicio: también es bueno para el intestino. Conforme mejora su condición cardiorrespiratoria, también se incrementa la diversidad microbiana.

 

Sume sus respuestas para saber la calificación de la revisión de los intestinos

Una vez que sume todos los números de sus respuestas, vea qué le dice esa calificación.

 

21–17

Cómo se siente el intestino: En gran forma

¡Los intestinos están en gran forma! No se aparte de una dieta rica en fibra, tampoco de los alimentos sin antibióticos u otras sustancias químicas. Y mantenga a raya al estrés. En caso de que no, pruebe a incluir un suplemento de probióticos para aprovechar al máximo su dieta saludable. Por otra parte, si tiene en mente viajar próximamente, un probiótico podría ayudarle a reducir la probabilidad de sufrir los trastornos estomacales comunes de los viajeros.

 

16–11

Cómo se siente el intestino: Listo para partir

Ya está tomando medidas para mantener saludable el intestino, pero todavía le falta camino por recorrer. Siga esforzándose y analice otras mejoras que podría incorporar:

  • Tienda a hacer 150+ minutos de ejercicio a la semana.
  • Trate de incluir algunos alimentos fermentados o más fibra para seguir alimentando a las bacterias buenas.
  • Estimule a su estómago con un suplemento de probióticos para ayudar a mantener una buena salud digestiva en general.

 

10 o menos

Cómo se siente el intestino: Posibilidad de mejorar

Tal vez el intestino esté ligeramente desequilibrado, así que tome medidas hoy para poner al sistema digestivo en el buen camino. Los tres pasos más poderosos que podrá dar ahora son:

  • Agregar más fibra a la dieta.
  • Llevar un diario de alimentos para identificar la susceptibilidad a ciertos alimentos, y luego, reducir o eliminar esos alimentos de su dieta.
  • Trate de agregar un suplemento de probióticos y/o enzimas digestivas a su rutina diaria para favorecer la salud digestiva.
defining microbiome

defining microbiome

Nunca estamos solos. Nuestro cuerpo se mueve siempre acompañado por billones de amigos microbianos. Pero eso no es malo. Todos ellos constituyen nuestro microbioma, una palabra que usted escucha con frecuencia, pero que tal vez no entiende del todo. Definir el microbioma es, de hecho, bastante sencillo. Es el conjunto de bacterias, hongos, protozoarios y virus mencionados arriba. Pero no permita que esa sencilla definición lo engañe. El microbioma es un tópico expansivo.

Si ésta es la primera vez que oye hablar del microbioma, tenga calma. No hay razón para sacar el antiséptico. Tampoco debe sentirse sucio o que provoca asco. Y tampoco tiene por qué moverse con extrema precaución solo porque usted sea un ecosistema de billones de bacterias y microbios.

El microbioma es parte normal de una vida saludable, y muchos estudios sugieren que nuestra comunidad de microbios incluso podría desempeñar un gran papel en nuestra salud.

Pero si todavía se siente un poco intranquilo, tal vez pueda ayudarle que le digamos qué es el microbioma, así que es momento de ir más allá solo de definirlo y vamos a presentarle a sus amigos bacterianos.

Un poco de biología bacteriana básica

Otros microbios viven en nuestro microbioma, pero las bacterias representan la porción más dominante y la más estudiada, y a partir de ahora serán el centro de nuestra atención. Un buen punto de partida sería hablar de información básica acerca de las bacterias para después pasar a una discusión más profunda en torno al microbioma.

Lo primero que hay que saber acerca de las bacterias es que son muchas. Las bacterias dominan la Tierra, a pesar de que no podamos verlas a simple vista. Constituyen el mayor porcentaje de seres vivos. El total de bacterias pesa más que todos los seres humanos que habitan la Tierra. Se calcula que el número total de bacterias asciende a unos cinco millones de billones de billones. Se trata de una cantidad tan grande que ni siquiera tiene un nombre. Pero es un cinco acompañado de 30 ceros.

En segundo lugar, las bacterias se encuentran en el dominio de los organismos procariotas. Son organismos unicelulares con una membrana exterior primitiva, sin partes celulares específicas y sin un núcleo perceptible. Todos los ingredientes de la vida —ADN, proteínas y más— flotan en el citoplasma (líquido celular).

Nosotros estamos en un grupo biológico diferente. Los seres humanos, los animales y otras formas de vida celular compleja pertenecen al dominio de los organismos eucariotas. Esto se debe a que somos organismos multicelulares con membranas alrededor de nuestros organelos celulares (partes de la célula que tienen funciones específicas) y un núcleo.

Nuestro cuerpo y las bacterias

Ahora que ya vimos la parte correspondiente a la biología básica, es momento de enfocarnos en las bacterias y microbios con los que interactuamos. Comencemos por las cifras.

Si bien en la Tierra hay más bacterias que otra cosa, con nuestro cuerpo no sucede lo mismo. Según cálculos hechos hace ya mucho tiempo, las células del microbioma superan a nuestras células en una proporción de 10 a 1. Sin embargo, recientes investigaciones sugieren que la proporción es más cerrada: 1 a 1. Es una décima parte de lo que alguna vez se pensó, pero eso significa que seguimos viviendo con billones de bacterias.

Y se trata de una gran variedad de bacterias y microbios que vive en las comunidades creadas por nuestro cuerpo. Por ejemplo, nuestra piel, nariz, boca, nuestros oídos y nuestras axilas tienen habitantes muy diferentes. Hay incluso una diferencia entre quienes viven en los dedos de nuestros pies y quienes viven en otras partes de nuestros pies. Sus intestinos —el lugar al que primero se desplaza su mente cuando hablamos de microbioma— puede contener 40,000 cepas y especies diferentes por sí solo. Esta diversidad es importante porque crea un ambiente de competencia por espacio y comida.

Como cualquier forma de vida, las bacterias son egoístas. No viven dentro de nosotros porque sean héroes o porque deseen ayudar. El imperativo biológico de las bacterias es satisfacer sus necesidades y las de sus descendientes. Afortunadamente, nuestro cuerpo ha evolucionado para usar ese egoísmo a nuestro favor, lo cual genera una situación ganar-ganar (simbiosis). Las bacterias obtienen alimentos y el cuerpo usa los compuestos producidos por las bacterias.

Estas relaciones, en su mayoría productivas, ayudan a pensar en las bacterias como buenas o malas. Sin embargo, se trata de una simplificación exagerada. Existen algunos casos que son blanco y negro, bacterias patógenas que nos hacen daño. Pero la mayoría de ellas caen en el área color gris porque la mayoría es comúnmente inofensiva u ofrece un ligero beneficio.

La manera de considerar bacterias específicas (ya sea como buenas o malas, saludables o dañinas) tiene mucho que ver con el sitio en donde se encuentran. En un área del cuerpo, una cepa de bacterias puede ser benéfica ya que favorece la digestión o una función inmunológica saludable. En otra área, en contraste, ese mismo tipo de microbio puede causar problemas. Los números en sí mismos también pueden plantear un problema. Por ejemplo, un sistema inmunológico debilitado puede permitir que una cepa de bacterias se multiplique y crezca hasta llegar a un tamaño de población que se convierta en un problema.

Y las bacterias no deciden repentinamente convertirse de héroes a villanos. No es así como funcionan. Las bacterias actúan de la misma manera todo el tiempo. Siempre son egoístas y siempre están tratando de multiplicarse. Pero cuando están en el lugar equivocado —donde las condiciones no son favorables para la simbiosis— o cuando alcanzan un gran número, los microbios pueden sembrar el caos.

Sin embargo, si las bacterias son en su mayoría inofensivas, y no debemos decir que son buenas ni malas, ¿cuál es el asunto con los probióticos? Hay ciertas cepas de bacterias que las investigaciones han demostrado que aportan beneficios en ciertas situaciones. Sin embargo, en el contexto de nuestras bacterias totales —los billones de células y miles de cepas— se trata de casos poco comunes y específicos. Por eso es importante tomar probióticos que hayan sido probados y que hayan demostrado sobrevivir en el entorno corporal adecuado y que hayan demostrado tener beneficios.

Busque su microbioma

La mayoría de las personas oye la palabra “microbioma” y piensa en los intestinos. Nuestro tracto digestivo inferior está repleto de microbios. Sin embargo, no es el único lugar en donde uno puede encontrar diferentes comunidades de diversas bacterias.

Veamos:

  • Intestino: Nuestro estómago no contiene muchas bacterias. La elevada acidez crea un ambiente poco propicio en el que pocas pueden sobrevivir. Sin embargo, nuestros intestinos son una historia diferente, principalmente porque es el lugar en donde la comida permanece por más tiempo. El microbioma del intestino se ha estudiado ampliamente, de manera que podemos nombrar muchas de las categorías de bacterias que hay en el intestino.
  • Tanto el intestino delgado como el intestino grueso están repletos de una variedad de microbios, pero las Bacteriodetes (otra categoría de bacterias) son muy predominantes, y uno puede encontrar diversas poblaciones de bacterias en el intestino delgado y en el intestino grueso, en donde dominan diferentes cepas.
  • Piel: El órgano más grande de nuestro cuerpo tiene su propia comunidad de bacterias y microbios. Si usted les tiene fobia a los gérmenes, esto confirma sus peores temores. Estamos verdaderamente cubiertos de bacterias. Todos los pliegues, recovecos y grietas de nuestra piel ofrecen amplio espacio para el desarrollo de diversas comunidades microbianas. Recordemos, la vasta mayoría es inofensiva en circunstancias normales y la mayoría de éstass puede categorizarse como Actinobacterias (un tipo de bacteria).
  • Boca: Nuestros dientes, lengua, mejillas, labios y paladar ofrecen un hábitat para bacterias mayoritariamente inofensivas o benéficas. Tan solo en nuestra boca se han encontrado casi 300 diferentes especies, y esas son apenas las que hasta este momento tienen nombre.
  • Oídos, nariz, senos nasales y garganta: Cada una de estas zonas contiene bacterias que pueden florecer en un ambiente particular, pero se mencionan juntas porque todas están conectadas y convergen también con la boca.

Ésta no es una lista completa de las comunidades bacterianas de nuestro cuerpo. Las hay en nuestros órganos sexuales, en nuestros pulmones y en cualquier lugar acogedor que puedan encontrar. Los intestinos son la zona que más acapara la atención, pero los investigadores están viendo más de cerca otras áreas. Esas investigaciones nos ayudarán a conocer mejor nuestro microbioma, y nos ayudará a conocer más a nuestros amigos bacterianos.

Cómo se forma un microbioma

Estamos moldeados por el ecosistema en el que vivimos, y con nuestro microbioma ocurre lo mismo, sólo que en este caso el ecosistema somos nosotros. Por eso el microbioma de cada persona es único. El nuestro está moldeado por nuestras experiencias, comenzando por nuestro nacimiento. El nacimiento por medios naturales o por cesárea influye en el microbioma de un bebé. Nuestra dieta y nuestro entorno influyen en nuestro cuerpo y en los amigos bacterianos que viven con nosotros. La edad también es un factor diferenciador importante.

Con la gama de variables y la enorme variedad de bacterias que hay en el ecosistema de nuestro cuerpo, es difícil identificar cada cepa de bacterias “normales” o “saludables” que la gente tendrá. El mapeo de nuestro microbioma específico regularmente a lo largo del tiempo es muy abrumador y requiere mucho tiempo. Además, hacerlo no nos dice mucho. Sin embargo, hablar de manera más general ofrece la información que uno necesita sin listar miles de cepas bacterianas.

Básicamente, las bacterias que coexisten con nosotros son las que han podido encontrar un nicho biológico. Son las que mejor se pueden adaptar y sobrevivir en nuestras condiciones específicas. De esta forma, estamos de alguna manera en control de nuestro microbioma. Y esa de alguna manera es la palabra clave. No es tan fácil como seleccionar nuestras bacterias preferidas, porque no podemos controlar todo. Sí sabemos que los buenos hábitos —dormir bien, hacer ejercicio y llevar una alimentación saludable— fomentan un microbioma benéfico.

Sin embargo, las bacterias son seres vivos. Compiten con billones de otros seres por espacio y por alimento. Uno puede influir en los resultados de esta competencia, pero no puede determinar el juego por completo, y por esas mismas razones nuestro microbioma está cambiando constantemente.

¿Qué puede hacer el microbioma por nosotros?

La respuesta es sencilla: nuestro microbioma hace muchísimo, y las investigaciones están revelando cada vez más acerca de lo que puede hacer por nosotros y por nuestra salud.

Este ejemplo puede decirnos mucho: ratones criados sin una comunidad de bacterias —nacidos y criados en un ambiente estéril— no presentan el mismo tipo de crecimiento que los ratones con un microbioma. Los ratones que no tienen gérmenes muestran deficiencias en su comportamiento y otros problemas de salud no observados en ratones normales.

En general, nuestro microbioma ayuda en los procesos digestivos, la función inmunológica, el mantenimiento de un peso saludable, el funcionamiento del sistema nervioso y más. Pero esa es otra historia. Puede obtener más información sobre la manera en que nuestros amigos bacterianos colaboran con nuestra salud en el siguiente artículo de nuestra serie sobre el microbioma.