En lo que respecta al cuidado de la piel, hay ciertos ingredientes que se han convertido en ingredientes básicos en la industria por su versatilidad y eficacia. Los alfa hidroxiácidos (AHA) y beta hidroxiácidos (BHA) son dos de estos ingredientes. Estos ácidos han ganado popularidad debido a su capacidad para mejorar  problemas de la piel, desde la hiperpigmentación hasta las arrugas y la opacidad.

Los AHA y los BHA tienen propiedades distintas, pero cuando se combinan en ciertos productos, especialmente en sueros, ofrecen beneficios únicos y poderosos.

En este artículo, exploraremos las diferencias entre los AHA y los BHA, cómo actúan en la piel y las ventajas de usarlos en conjunto.

Lo básico: ¿Qué son los AHA y los BHA?

Tanto los AHA como los BHA son exfoliantes químicos. Estos exfoliantes ayudan a eliminar las capas externas de células muertas de la piel, lo que promueve el crecimiento de nuevas células. Sin embargo, difieren en la forma en que interactúan con la piel.

Los alfa hidroxiácidos (AHA)

Los AHA son ácidos solubles en agua derivados de fuentes naturales. Algunos ejemplos incluyen el ácido glicólico, extraído de la caña de azúcar, el ácido láctico, extraído de la leche, y el ácido cítrico, extraído de los cítricos. Los AHA, debido a que son solubles en agua, principalmente trabajan en la superficie de la piel para disolver las células muertas de la piel. Los AHA mejoran la textura de la piel, reducen las líneas finas y favorecen la hidratación. Estos beneficios son particularmente beneficiosos para la piel seca o afectada por el sol.

Los beta hidroxiácidos (BHA)

Los BHA son solubles en grasa, lo que significa que son solubles en aceite. Su función es limpiar los poros y minimizar las espinillas. El ácido salicílico es el BHA más común. Se conoce por su capacidad para adentrarse en los poros, disolver el sebo y prevenir su obstrucción. Debido a que los BHA son solubles en grasa, estos son más adecuados para las pieles grasas y problemáticas.

Los beneficios de los AHA para el cuidado de la piel

Los AHA son conocidos por sus propiedades exfoliantes, pero también ofrecen una serie de beneficios adicionales:

  • Un cutis más brillante
    • Al exfoliar las células muertas de la superficie de la piel, los AHA ayudan a descubrir una piel más fresca y brillante. Esto promueve un brillo saludable.
  • Mejoramiento de la textura de la piel
    • El uso regular de los AHA puede dar lugar a una piel más suave y sedosa. Esto es particularmente beneficioso para las personas que tienen piel áspera o abultada.
  • Disminución de arrugas y lineas finas
    • Los AHA estimulan la producción de colágeno, una proteína esencial que mantiene la firmeza de la piel y reduce la apariencia de líneas de expresión y arrugas. Por esta razón se utilizan a menudo en soluciones formuladas para combatir el envejecimiento.
  • Disminución de hiperpigmentación y manchas oscuras
    • Los AHA aceleran la renovación celular, lo que ayuda a atenuar las manchas oscuras y la hiperpigmentación.
  • Hidratación intensificada
    • Los AHAs aumentan la retención de humedad en la piel al unir las moléculas de agua a la piel, lo que ayuda a mantener una piel tersa e hidratada.

Los beneficios de los BHA para el cuidado de la piel

Los BHA proporcionan un conjunto de beneficios distintos, especialmente para las pieles grasas y problemáticas:

  • Limpieza profunda de poros obstruidos
    • Debido a su naturaleza soluble en aceite, los BHA pueden adentrarse en las capas lipídicas de la piel, lo que les permite llegar más profundamente al interior de los poros. Pueden ayudar a disolver la grasa y limpiar los poros obstruidos.
  • Propiedades calmantes
    • Los BHA, como el ácido salicílico, son naturalmente calmantes. Aunque trabajan a un nivel más profundo, esta propiedad les permite ser efectivos sin irritar la piel. Los BHA pueden ayudar a reducir el enrojecimiento y calmar la irritación, lo que los hace ideales para las pieles sensibles.
  • Exfoliación sin resecar
    • Algunos ingredientes exfoliantes pueden irritar la piel. Los BHA exfolian sin dañar el microbioma de la piel y la humedad esencial.
  • Disminución de granos y espinillas
    • Gracias a que combaten la grasa dentro de los poros, los BHA pueden reducir la producción de granos y espinillas, lo que contribuye al mejoramiento del aspecto general de la piel.

¿Por qué algunos productos para el cuidado de la piel combinan los AHA y los BHA?

El uso conjunto de los AHA y los BHA puede abordar múltiples problemas de la piel simultáneamente. Cuando un producto para el cuidado de la piel de alta calidad combina estos ácidos, puede proporcionar una exfoliación integral, dirigirse a diferentes capas de la piel y tratar varios problemas a la vez. Estos son algunos de los principales beneficios de usar productos, como sueros, que contienen tanto AHAs como BHAs:

  • Exfoliación mejorada
    • Debido a que los AHA apoyan la superficie de la piel, mientras que los BHA combaten la grasa acumulada en el interior de los poros, la combinación proporciona una exfoliación de doble acción que resulta en una piel completamente renovada desde la superficie hasta los poros.
  • Aborda múltiples problemas de la piel
    • El uso de ambos AHA y BHA significa que puedes abordar las condiciones relacionadas con la textura, pigmentación y los poros obstruidos, todo al mismo tiempo. Los AHA mejoran la textura y luminosidad de la piel, mientras que los BHA se enfocan en limpiar los poros obstruidos.
  • Un pH equilibrado de la piel y una mayor absorción
    • La naturaleza ácida de los AHA y los BHA ayuda a disminuir temporeramente el pH de la piel, lo que favorece la penetración activa de otros ingredientes activos. Esto maximiza la eficacia de ingredientes adicionales como la niacinamida, la vitamina C o el ácido hialurónico.
  • Menor riesgo de sobreexfoliación
    • La combinación de una baja concentración de los AHA y los BHA en un solo producto permite que la exfoliación sea más suave, en lugar de utilizar una alta concentración de un solo ácido.

Sueros para la piel como mecanismo de administración

Los sueros son uno de los mejores mecanismos de administración para combinar los AHA y los BHA. Su ligera consistencia permite una distribución uniforme y una rápida absorción de los ingredientes activos. En general, los sueros están diseñados para ser absorbidos por la piel. Las cremas humectantes, por otro lado, se asientan en la superficie de la piel y retienen la hidratación.

Además, dado que los sueros suelen aplicarse después de la limpieza y antes de otros pasos en la rutina de cuidado de la piel, estos pueden crear una base efectiva para los demás productos y la hidratación que aporta tu régimen de cuidado de la piel. Esta es una de las formas en que los sueros de alta calidad realzan la eficacia general de tu rutina de cuidado de la piel.

Consejos para usar los AHA y los BHA en conjunto

Aunque la combinación de estos ácidos puede aportar muchos beneficios, es importante conocer la potencia y concentración de este tipo de productos para evitar la posibilidad de irritación. Al incorporar estos ácidos en tu rutina, toma las siguientes precauciones:

  • Comienza con una prueba: aplica el producto primero en una pequeña área de la piel para asegurarte de que no haya ninguna reacción adversa.
  • Usa protector solar diariamente: estos ácidos aumentan la sensibilidad al sol. Siempre usa protector solar para prevenir el daño de la piel por la radiación UV
  • Controla la frecuencia de uso: no es necesario usar los AHA y los BHA a diario. Un suero combinado puede usarse dos o tres veces por semana y seguir siendo efectivo. Determina la frecuencia de uso que funcione para ti y tu tipo de piel

En conclusión

Los AHA y los BHA son ingredientes básicos en los productos para el cuidado de la piel. Sin embargo, los beneficios de combinar estos ingredientes en un solo producto son significativos. Un suero que contiene AHA/BHA puede proporcionar un enfoque equilibrado y multifuncional para el cuidado de la piel. Ya sea que busques iluminar, suavizar o limpiar tu piel, estos ácidos son una parte crucial de casi cualquier régimen de cuidado de la piel.

Disfruta de un cutis de apariencia más radiante y juvenil con los AHA y los BHA.

Las hormonas son poderosas. Estos mensajeros químicos llegan a cada célula, tejido y órgano a través del sistema circulatorio, indicando a tu cuerpo qué hacer y cuándo hacerlo.

Tener un poco más o un poco menos de ciertas hormonas puede impactar tu salud física y mental de manera drástica. Además, estas fluctuaciones pueden ser causadas por una larga lista de factores. Por ejemplo, una mala alimentación o la falta de sueño pueden ser suficientes para causar un desquilibrio hormonal.

Todos los géneros experimentan fluctuaciones hormonales, pero las hormonas femeninas fluctúan mucho más a menudo que las hormonas masculinas. Algunos de estos cambios son naturales, como los que se producen durante el ciclo menstrual, el embarazo y la menopausia. Otros factores son menos naturales, como los anticonceptivos femeninos, que a menudo desequilibran las hormonas.

El estrés—especialmente el estrés de largo plazo—es uno de los mayores factores que alteran el equilibrio hormonal saludable. Desafortunadamente, los estudios muestran que las mujeres tienden a sufrir más de estrés que los hombres. Por supuesto, hay diferencias inherentes en las respuestas al estrés de cada género, pero es más que eso. Las presiones y expectativas sociales a menudo obligan a la mujer a desempeñar múltiples roles, como construir una carrera exitosa mientras cuida de su familia y cría a sus hijos, además de tener que cuidar de su propia salud y su vida personal.

El estrés de largo plazo que muchas mujeres experimentan tiene un gran impacto en las hormonas.

En resumen, aprender cómo apoyar la salud y el equilibrio de las hormonas es una preocupación importante en la salud de la mujer.

Hablemos de algunos de los síntomas comunes asociados con un desequilibrio hormonal.

El impacto del desequilibrio hormonal

Cuando las hormonas están en desequilibrio, pueden afectar prácticamente cada aspecto de tu salud y tu vida. A continuación presentamos algunos ejemplos de síntomas que puedes experimentar debido a un desequilibrio hormonal:

Salud mental

Algunas hormonas clave están directamente relacionadas con el bienestar emocional. Las mujeres son más propensas a la ansiedad y la depresión cuando ciertas hormonas se elevan.

Salud social

El comportamiento social está profundamente regulado por las hormonas. Niveles anormales de hormonas clave pueden afectar tu estado de ánimo e incluso causar cambios en tu personalidad. Esto puede afectar las relaciones personales y dificultar la interacción social.

Control de peso y metabolismo

Varias hormonas trabajan en conjunto para regular el apetito, el metabolismo e incluso la distribución de la grasa corporal. Las fluctuaciones hormonales pueden causar aumento de peso, pérdida de peso, antojos y otros cambios metabólicos que pueden dificultar el mantenimiento de un peso saludable y estable.

Energía

Uno de los signos iniciales más comunes de un desequilibrio hormonal es el cansancio. Una tiroides hiperactiva o hipoactiva puede causar fatiga. Los niveles elevados de progesterona pueden hacer que te sientas somnoliento, y un bajo nivel de estrógeno puede drenar tus niveles de energía.

Salud reproductiva

El desequilibrio hormonal es la causa principal de la infertilidad. Cuando las hormonas están en desequilibrio, la ovulación, los ciclos menstruales y otros procesos biológicos necesarios pueden verse interrumpidos, causando que una mujer no pueda quedar embarazada.

Calidad del sueño

El estrógeno y la progesterona desempeñan un papel clave en la regulación de los ciclos de sueño-vigilia. Durante la menopausia o el embarazo, por ejemplo, estas hormonas pueden disminuir y fluctuar, lo que contribuye a los problemas de sueño e incluso al insomnio. Los sofocos y los sudores nocturnos, que son síntomas comunes de los cambios hormonales, también pueden dificultar el sueño.

Como ya hemos comentado, las hormonas son extremadamente poderosas. Estos mensajeros químicos controlan aspectos cruciales de lo que hace tu cuerpo y de cómo te sientes. Apoyar un equilibrio hormonal saludable en el cuerpo es un aspecto fundamental de la salud, especialmente de la salud femenina.

Antes de adentrarnos en los consejos y trucos para apoyar un equilibrio hormonal saludable, repasemos algunas de las principales hormonas del sistema endocrino y lo que hacen.

Hormonas clave para la salud de la mujer

Es probable que estés familiarizado con el estrógeno. El estrógeno juega un papel más significativo en la salud de la mujer. Sin embargo, también hay otras hormonas que forman parte de esta ecuación.  Juntas, estas hormonas regulan el metabolismo, el estado de ánimo, los niveles de energía y mucho más.

A continuación presentamos un breve resumen de cómo funcionan estas hormonas.

Estrógeno: El estrógeno es la hormona sexual asociada con la salud reproductiva femenina y el desarrollo de las características sexuales femeninas. El estrógeno regula los cambios físicos por los que pasa una niña durante la pubertad. Además de su papel en la salud reproductiva, el estrógeno también interviene en el apoyo de la salud cardiovascular, ósea y mental/emocional.

El estrógeno se produce principalmente en los ovarios. Las glándulas suprarrenales, localizadas justo arriba de los riñones, también producen pequeñas cantidades de estrógeno junto con las células grasas. Los niveles de estrógeno en el organismo fluctúan a lo largo del ciclo menstrual y disminuyen después de la menopausia.

Progesterona: La progesterona es otra hormona involucrada en el proceso reproductivo. Después de la ovulación, la progesterona prepara el revestimiento del útero (endometrio) para la posibilidad de un embarazo. Si una mujer queda embarazada, la progesterona sigue produciendo otros cambios que, en última instancia, ayudan a nutrir al feto en desarrollo.

Testosterona: Probablemente pienses que la testosterona es una hormona masculina. Sin embargo, las mujeres producen una pequeña cantidad de testosterona en los ovarios y en las glándulas suprarrenales. La testosterona apoya la salud ósea, la salud muscular y el deseo sexual de una mujer.

La mayor parte de la testosterona producida en los ovarios se convierte en estradiol, una hormona sexual femenina clave.

Hormona tiroidea: La glándula tiroides tiene forma de mariposa y se encuentra en la parte delantera del cuello. Esta glándula es responsable de liberar la hormona tiroidea, la hormona que controla el metabolismo, el crecimiento y muchas otras funciones corporales.

Esta no es una lista exhaustiva de las hormonas presentes en el cuerpo de una mujer, pero esperamos que la información que compartimos sobre estas hormonas clave pueda ayudarte a comprender mejor las funciones superpuestas de tus hormonas.

Ahora vamos a la raíz de nuestro tema de discusión sobre la salud hormonal. Conoce lo que puedes hacer de inmediato y a largo plazo para apoyar directamente la salud y el equilibrio de tus niveles hormonales.

Estrategias holísticas para equilibrar las hormonas

Como ya hemos aprendido, los niveles anormales de hormonas pueden ser causados por etapas naturales de la vida, factores de estilo de vida como el estrés o problemas de salud, o en algunos casos, una afección médica. Sin embargo, por suerte, hay muchas maneras de apoyar un equilibrio hormonal saludable. Hablemos sobre este espectro de estrategias.

Dieta saludable

Comer bien es clave para apoyar un equilibrio hormonal saludable. Esto es importante no solo para beneficiar tu propia nutrición, sino también para apoyar la salud de tu microbioma intestinal, un factor clave en tu sistema endocrino. La microbiota produce ciertas hormonas por sí misma y regula de manera directa varias hormonas involucradas en el metabolismo.

Una mala alimentación puede causar el desequilibrio inmediato de tu microbioma intestinal y tus hormonas. Las carnes procesadas y los alimentos azucarados son notorios por esto. Por otro lado, cuando le proporcionas a tu cuerpo los nutrientes y probióticos que necesita, el microbioma intestinal se mantiene fuerte y diverso.

Consumir suficiente proteína y grasas saludables, aunque importante para apoyar una dieta saludable, es esencial para el equilibrio hormonal. El cuerpo humano necesita de los aminoácidos proporcionados por las proteínas consumidas para apoyar la producción hormonal, y la producción de algunas hormonas a base de lípidos depende de las grasas y el colesterol que obtienen a través de tu alimentación.

Las verduras crucíferas aportan la fibra, antioxidantes y fitonutrientes que el organismo necesita para ayudar al hígado a desintoxicar algunas hormonas como el estrógeno. La neutralización del estrés oxidante y la desintoxicación de las hormonas son otros aspectos importantes de la salud y el equilibrio hormonal.

La fibra presente en las verduras y la proteína que aportan los alimentos apoyan directamente un microbioma intestinal equilibrado y diverso.

Manejo del estrés

Una de las principales causas del desequilibrio hormonal es el estrés, lo que significa que el desarrollo de habilidades para manejar el estrés de forma efectiva puede ser extremadamente útil para apoyar el equilibrio hormonal.

El estrés es el resultado de la presencia de ciertas hormonas en el sistema circulatorio. Las hormonas del estrés son liberadas por las glándulas suprarrenales cada vez que el cuerpo percibe algún peligro. Sin embargo, si te enfrentas a un trabajo estresante o a múltiples roles como el cuidado de los hijos, las relaciones personales y la carrera profesional, tu cuerpo puede experimentar este sentimiento de peligro con frecuencia. El cortisol, la principal hormona del estrés, eleva inmediatamente los niveles de azúcar en la sangre para que puedas luchar o huir durante una situación peligrosa. Sin embargo, tener niveles elevados de cortisol durante periodos prolongados puede causar problemas de salud.

Por suerte, hay maneras de influir en esta respuesta del cuerpo al estrés en cualquier momento. Practicar la meditación, la respiración profunda, el yoga o el tai-chi son todas formas efectivas de reducir los niveles hormonales del estrés en circulación.

Las técnicas de manejo del estrés pueden cambiar la respuesta del cuerpo a situaciones difíciles, estimular el sistema endocrino y regular las hormonas tanto a corto como a largo plazo.

Haz ejercicio

Practicar la actividad física moderada tiene numerosos beneficios para tus hormonas. El ejercicio estimula el sistema endocrino, el cual ayuda a regular las hormonas. Las endorfinas liberadas durante el ejercicio son hormonas que pueden ayudar a mejorar tu estado de ánimo y aliviar el estrés.

El ejercicio ayuda al cuerpo a absorber la glucosa de la sangre sin insulina, lo que mejora la sensibilidad a la insulina.

Una parte clave de tu sistema endocrino son los receptores hormonales de tus células que median todas las señales que circulan por todo tu cuerpo. La actividad física aumenta la sensibilidad de los receptores de las células. Cuando estos receptores son más sensibles, envían y reciben señales de manera más eficiente y absorben los nutrientes más efectivamente.

El ejercicio apoya la función saludable del hígado. El hígado es el encargado de metabolizar las hormonas. El hígado puede transformar las hormonas en formas diferentes o más activas. El hígado puede inactivar y eliminar hormonas. El hígado tambien sintetiza hormonas. Todas estas funciones son clave para un equilibrio hormonal saludable. Cuando haces ejercicio, tu hígado metaboliza el estrógeno de forma más efectiva, lo que puede ayudar a equilibrar los niveles circulantes de estrógeno. En el caso de las mujeres, el ejercicio puede incluso hacer que el ciclo menstrual sea más regular.

Hay muchas otras formas de apoyar el equilibrio hormonal. Un sueño de buena calidad y otros factores de estilo de vida saludable, como socializar y pasar tiempo en la naturaleza, pueden tener beneficios significativos. En algunos casos, también puede ser necesaria la intervención médica, especialmente cuando la producción irregular de hormonas se debe a una enfermedad o afección.

Lo que debes recordar: Cómo apoyar el equilibrio hormonal y la salud de la mujer

En conclusión, apoyar la salud y el equilibrio hormonal implica un enfoque multifacético. Cambios en el estilo de vida. Remedios naturales. Prácticas conscientes. Todos los aspectos de una vida saludable deben ser incorporados en tu vida diaria.

Con un enfoque en la nutrición, controlando el estrés, haciendo ejercicio regularmente y durmiendo bien, las personas pueden crear una base que les ayudará a disfrutar de una mejor salud hormonal. Aunque los métodos holísticos pueden ser muy beneficiosos, es esencial trabajar con un profesional de la salud para garantizar un enfoque personalizado y seguro. Al adoptar todas estas estrategias y apoyar tu sistema endocrino, lograrás un estado de bienestar más saludable y equilibrado.

El cuerpo humano alberga un alto contenido de bacterias. Aunque no lo creas, esto es algo bueno. Las comunidades microbianas vivas desempeñan un papel vital en la salud del ser humano. Estos “microbiomas” se pueden encontrar en el intestino, la piel, la boca, el tracto respiratorio y más.

En las últimas décadas, los científicos han hecho numerosos descubrimientos sobre cómo funciona el microbioma y las muchas formas en que beneficia la salud. La mayor parte de esta investigación se centró en el intestino, pero la investigación sugiere que parte del conocimiento que hemos adquirido puede beneficiar a otros microbiomas del cuerpo.

Los probióticos, microorganismos vivos que benefician la salud intestinal, surgieron a partir de los descubrimientos científicos iniciales sobre el microbioma, conviertiéndose rápidamente en uno de los suplementos más populares consumidos en el mundo. Mientras transcurría el desarrollo de esta ciencia, el enfoque se amplió para incluir los prebióticos, la variedad de fibras que actúan como fertilizantes del microbioma intestinal.

Recientemente, una nueva biotecnología ha comenzado a aparecer en los estantes: los posbióticos.

En este artículo, hablaremos de todo lo que necesitas saber sobre estos beneficiosos subproductos.

¿Qué son los posbióticos?

Los posbióticos son subproductos del proceso metabólico natural (fermentación) de las bacterias probióticas. Estos subproductos incluyen varios tipos de moléculas, como ácidos grasos de cadena corta, péptidos, ácidos orgánicos, enzimas y más. También ofrecen muchos de los mismos beneficios que los probióticos. Pero hay una diferencia clave. Los posbióticos son metabolitos bioactivos no vivos, mientras que los probióticos son cepas vivas de bacterias.

Hay tres palabras similares que suelen aparecer con frecuencia cuando se habla del microbioma, cada una con su propia definición única: probióticos, prebióticos y posbióticos. Vamos a aclarar la diferencia entre cada término:

  • Probióticos: A diferencia de los dos términos siguientes, los probióticos son microorganismos vivos. En esencia, son los microbios “buenos” que viven en tu intestino. También puedes aportar más probióticos a tu cuerpo consumiendo alimentos probióticos como el yogur, el kéfir, el chucrut y el kimchi, o suplementos probióticos de calidad.
  • Prebióticos: Al igual que todo organismo viviente, tus microbios necesitan alimentarse. Los prebióticos son las sustancias que los microbios en tu cuerpo consumen para su sustento . Estos incluyen almidones, inulina y pectina—todas las formas de carbohidratos complejos.
  • Posbióticos: Las bacterias probióticas producen varios subproductos cuando metabolizan su alimento. Estos subproductos pueden ofrecerte algunos de los mismos beneficios que aportan los microbios mismos. A estos subproductos se les conoce como posbióticos.

Los posbióticos no requieren el uso de bacterias vivas. Son estables, seguros y tienen una amplia gama de aplicaciones en productos para la salud. Es posible que empieces a notarlos en nutracéuticos, alimentos, suplementos e incluso en productos de alta calidad para el cuidado de la piel.

Vamos a profundizar un poco más sobre algunas de las aplicaciones prácticas de los posbióticos.

El bioma intestinal: Un ecosistema microbiano vital

Una de las comunidades bacterianas saludables más investigadas es el bioma intestinal. Un microbioma intestinal saludable ayuda a tu cuerpo a digerir alimentos, regular la función inmunológica, protegerse de patógenos dañinos y apoyar las funciones cognitivas a través del eje intestino-cerebro . Aunque la composición exacta del bioma intestinal de cada persona es diferente, cada bioma intestinal está compuesto por los mismos tipos de microorganismos: bacterias, virus y hongos.

Cuando las personas hablan de un microbioma que funciona adecuadamente, a menudo utilizan descriptores como “saludable” y “equilibrado”. Entonces, ¿a qué nos referimos específicamente cuando hablamos de un microbioma saludable? Un bioma intestinal saludable es aquel que está compuesto de una gran cantidad de microorganismos buenos y una cantidad insignificante de microorganismos malos. Así es exactamente como funcionan los probióticos. Los probióticos mejoran la salud intestinal aumentando el número de bacterias beneficiosas y reduciendo el número de bacterias dañinas, ayudando a que tu microbioma sea más saludable.

En esencia, un microbioma saludable o equilibrado trabaja eficientemente, y si no lo hace, probablemente lo notarás.

Un desequilibrio en el bioma intestinal se conoce como disbiosis y puede tener una serie de efectos adversos en la salud. Estos incluyen el síndrome del intestino irritable (SII), trastornos autoinmunológicos e incluso la aparición de nuevas alergias.

No hace falta decir que es importante cuidar el bioma intestinal.

Los posbióticos hacen muchas de las mismas cosas que los probióticos, pero sin cepas vivas de bacterias. Apoyan el crecimiento y funcionamiento de las bacterias saludables en el microbioma intestinal, lo que a su vez apoya tu salud. Esto significa que los posbióticos cambian la composición del microbioma para disfrutar de un ecosistema más saludable y equilibrado. Los metabolitos posbióticos también benefician el intestino directamente. Se ha demostrado que los metabolitos:

  • Regulan la digestión y la absorción de nutrientes
  • Apoyan la barrera intestinal
  • Suprimen las bacterias malas
  • Combaten patógenos
  • Juegan un papel en el eje intestino-cerebro
  • Reducen la irritación intestinal

Entonces, ¿cómo puedes aumentar la cantidad de posbióticos en el intestino? Como en todo lo relacionado con la salud, hay que comenzar con la dieta.

Fuentes dietéticas de prebióticos, probióticos y posbióticos

El cuerpo produce posbióticos de forma natural a medida que las bacterias del intestino metabolizan su alimento y crean desechos. También puedes aumentar la cantidad de posbióticos en tu organismo aumentando la cantidad de probióticos y prebióticos que consumes. La fórmula es bastante simple: cuanta más comida (prebióticos) suministres a los microorganismos (probióticos) de tu bioma intestinal, más subproductos (posbióticos) producirán.

Los alimentos ricos en probióticos suelen ser alimentos fermentados, que incluyen:

  • Kéfir
  • Requesón
  • Kimchi
  • Kombucha
  • Suero de leche
  • Chucrut

Los alimentos ricos en fibra tienden a ser la mejor fuente de prebióticos. Algunos ejemplos de alimentos ricos en prebióticos son:

  • Cebada
  • Ajo
  • Avena
  • Algas marinas
  • Semilla de linaza
  • Cebollas

Si deseas proporcionar a tu cuerpo con más posbióticos, esos suplementos también existen. Sin embargo, algunas de las aplicaciones más interesantes de los posbióticos son las que no serían prácticas para las bacterias probióticas.

Hablemos de cómo los beneficios de los posbióticos también influyen otra microbiota importante: la flora cutánea.

El microbioma de la piel: la barrera natural del cuerpo

El microbioma de la piel es la comunidad de microorganismos (bacterias, hongos y virus) que viven en la piel. Al igual que el microbioma intestinal, esta comunidad microbiana es mucho más que un compañero de viaje pasivo. La flora cutánea desempeña un papel vital en el mantenimiento de la salud de la piel e incluso de otros aspectos de la salud. Estos son algunos de los roles en los que está involucrado el microbioma de la piel:

  • Protección de la piel: Una flora cutánea saludable inhibe el crecimiento de posibles invasores y patógenos en la piel.
  • Funcionamiento de la barrera cutánea: El microbioma de la piel actúa como una barrera funcional, ayudando a la piel a retener la humedad, mejorar la hidratación y reducir la sensibilidad cutánea.
  • Apoyo inmunológico: La flora cutánea interactúa con el sistema inmunológico para apoyar respuestas inflamatorias equilibradas.
  • Cicatrización de tejidos: Un microbioma cutáneo equilibrado promueve la reparación de tejidos y la renovación celular de la piel, al tiempo que previene las infecciones en las zonas vulnerables.
  • Salud y belleza del cutis: Una flora cutánea fuerte y saludable se asocia con un cutis equilibrado y una piel clara e hidratada.

La disbiosis ocurre cuando el microbioma de la piel está desequilibrado o alterado. Esto puede dar lugar a una variedad de problemas de la piel como el acné, enrojecimiento, dermatitis e infecciones. De hecho, la sensibilidad de la piel y la piel problemática están relacionadas con un microbioma cutáneo dañado.

Mantener una flora cutánea saludable implica cuidar la piel, evitando productos para el cuidado de la piel que contengan productos químicos agresivos, y elegir productos que apoyen un equilibrio microbiano saludable en la piel.

Es ahí donde entran en juego los posbióticos.

Los posbióticos pueden apoyar a las bacterias buenas de la piel alimentándolas con metabolitos beneficiosos. Por eso, muchos productos para el cuidado de la piel ahora incluyen posbióticos. El uso de posbióticos en la piel apoyará todos los beneficios que mencionamos anteriormente. Pueden mejorar la función de barrera de la piel, reducir el acné y la sensibilidad de la piel, mejorar la hidratación, equilibrar el pH de la piel e incluso reducir las señales de envejecimiento como las líneas finas visibles y la decoloración.

En resumen:

La ciencia ha descubierto mucho en los últimos años sobre las comunidades microbianas simbióticas presentes en el cuerpo humano. Sin embargo, aún estamos lejos de haber agotado todas las posibilidades.

Aunque gran parte de la investigación se ha centrado en el microbioma intestinal, la biotecnología de los posbióticos representa una nueva frontera donde las investigaciones sobre el microbioma intestinal pueden aplicarse en contextos completamente nuevos.

Sin duda, los años venideros conducirán a más descubrimientos y a una mejor comprensión de los microbiomas menos explorados del cuerpo como parte de la salud general.

No hay nada más frustrante que ir al gimnasio con regularidad y no ver los resultados que deseas. Si te has encontrado en esta situación, es muy probable que ya hayas abordado los culpables habituales: la nutrición, la hidratación y la estructura de tu rutina de ejercicio. (Si no es así, ¡este artículo es un buen punto de partida!)

La realidad es que desarrollar y mantener la masa muscular requiere un enfoque holístico de la salud y el acondicionamiento físico. Esto significa que casi todos los elementos de tu estilo de vida influyen en la capacidad de tu organismo para construir y reparar su tejido muscular. Por lo tanto, si estás haciendo ejercicio, comes bien y bebes mucha agua, es hora de echar un vistazo a tus hábitos de sueño.

La descomposición y reparación muscular: Un breve análisis sobre el crecimiento muscular

A menudo se describe el entrenamiento de fuerza como el trabajo repetido de los músculos hasta el punto de agotamiento. Básicamente, esto significa repetir un movimiento de levantamiento de pesas hasta que no puedas completar más repeticiones. Al hacerlo, los músculos se tensan más de lo normal. Esto crea desgarres microscópicos, o microdesgarres, en el tejido muscular. (Es importante señalar que estos microdesgarres no son lo mismo que los desgarres musculares, lesiones que suelen producirse en la práctica deportiva y que pueden afectar la movilidad por un largo tiempo).

Puede parecer contradictorio, pero son estos microdesgarres los que hacen posible el crecimiento muscular. Cuando los músculos se rompen, el cuerpo envía nuevas células al tejido afectado para ayudar a repararlo. Con el tiempo, estas reparaciones forman nuevos filamentos proteínicos, que es de lo que está compuesto el tejido muscular.

En resumen, cuando hablamos de crecimiento muscular, nos estamos refiriendo al ciclo de descomposición y reparación del tejido muscular.

Más que un descanso reparador: el sueño y la reparación muscular

Si el crecimiento muscular requiere experimentar un proceso de degradación y reparación, ¿cuál es la relación de este proceso con el sueño? Obviamente, no estás llevando tus músculos al punto de agotamiento mientras duermes. Sin embargo, el sueño desempeña un papel importante en la reparación muscular. Veamos por qué.

Hormona de crecimiento humano

Uno de los elementos clave de la reparación muscular es la hormona del crecimiento humano (HGH, por sus siglas en inglés), una hormona que se produce de forma natural en la glándula pituitaria. A menudo se habla de esta hormona en relación con la salud durante la infancia y la adolescencia, ya que desempeña un papel importante en el crecimiento y el desarrollo del organismo. En el caso de los adultos, esta hormona sigue desempeñando un papel vital en el organismo—ayuda al cuerpo a desarrollar nueva masa muscular.

La glándula pituitaria no segrega la hormona del crecimiento humano (HGH) de manera constante. Esta glándula libera la hormona del crecimiento humano (HGH) en respuesta a determinados acontecimientos, como el ejercicio, lesiones y el sueño. Normalmente, el organismo produce y segrega más de la hormona del crecimiento humano (HGH) por la noche que durante el día, y el sueño aumenta en gran medida los niveles liberados de esta hormona en el cuerpo.

Depósitos de glucógeno

Otro elemento relacionado con el crecimiento y el rendimiento muscular es el glucógeno almacenado en los músculos. Durante la actividad física, los músculos necesitan obtener energía, y normalmente la obtienen en forma de glucógeno, un tipo de glucosa almacenada en el tejido muscular. Sin embargo, en un momento dado, los músculos disponen de una cantidad limitada de glucógeno. Durante el transcurso de una sesión de ejercicio, los músculos agotan sus reservas de glucógeno; es entonces cuando empiezas a sentir cansancio.

Durante el sueño, el cuerpo repone las reservas de glucógeno de los músculos, lo que permite que puedas mantener una rigurosa rutina de ejercicio día tras día. Sin embargo, si no duermes lo suficiente, tus músculos se sentirán mucho más agotados ya que tus reservas de glucógeno no tuvieron el tiempo suficiente para reponerse por completo.

Los aminoácidos y la síntesis de proteínas

Como ya se ha mencionado, los niveles elevados de la hormona del crecimiento humano (HGH) presentes durante el sueño hacen de este periodo de tiempo el momento ideal para la reparación y el crecimiento muscular. Sin embargo, para crecer y repararse, los músculos también necesitan proteína. Muchas personas programan su consumo de proteína en función de su rutina de ejercicio, consumiendo la mayor parte de sus proteínas alimenticias inmediatamente después de hacer ejercicio. Esta es una buena práctica. Sin embargo, los estudios demuestran que también se puede mejorar el crecimiento muscular consumiendo grandes cantidades de proteína antes de acostarte a dormir.

Las hipótesis actuales sugieren que muchas personas activas desaprovechan la oportunidad que les brinda una buena noche de sueño. Cuando la mayoría de las personas activas se van a dormir, su cuerpo ya ha sintetizado las proteínas que han consumido. Esto los deja sin proteína para apoyar la reparación y el desarrollo muscular durante la noche. Un estudio sugiere que consumir unos 40 gramos de proteína inmediatamente antes de acostarse puede provocar un aumento drástico de la síntesis proteínica nocturna y del crecimiento muscular.

Sueño REM y NREM

No todas las horas de sueño son iguales—seguro esto ya lo sabes por experiencia propia. En realidad, el sueño puede dividirse en dos categorías: movimiento ocular rápido (REM, por sus siglas en inglés) y movimiento ocular no rápido (NREM, por sus siglas en inglés). Normalmente, alrededor del 20% del sueño es sueño REM. Durante este tipo de sueño, el cerebro está activo y realiza tareas vitales como la formación de la memoria. También es cuando se producen la mayoría de los sueños.

El otro 80% del sueño es el sueño NREM, que puede dividirse en tres fases: fase 1 (entre la vigilia y el sueño), fase 2 (sueño ligero) y fase 3 (sueño profundo). Durante la fase 3 del sueño NREM, el cuerpo comienza a repararse físicamente, lo que la convierte en una fase del sueño vital para el crecimiento y el mantenimiento muscular.

La privación de sueño y el entrenamiento de fuerza

Hasta ahora, hemos tratado todas las formas en que el sueño puede ayudar al crecimiento y la recuperación muscular. Sin embargo, ¿qué pasa cuando ocurre lo contrario? Veamos cómo la falta de sueño puede afectar al crecimiento muscular.

Como ya se ha mencionado, las reservas de glucógeno de los músculos se reponen durante el sueño. Esto puede tener un impacto directo en su capacidad para entrenar adecuadamente. Si no duermes lo suficiente, es posible que tus músculos no tengan acceso al glucógeno adecuado durante las sesiones de ejercicio posteriores, lo que hará que te sientas agotado mucho antes. Y si a menudo tienes que interrumpir tus sesiones de ejercicio debido al cansancio, esto puede causar que experimentes estancamientos en tu progreso.

Además, el cuerpo produce y libera menos de la hormona del crecimiento humano (HGH) cuando no has descansado bien en la noche. Esto significa que estás privando a tus músculos de uno de los ingredientes clave para la recuperación y el crecimiento.

La falta de sueño también puede aumentar el riesgo de lesiones y provocar el exceso de ejercicio. Si tus músculos no reciben el tiempo adecuado para repararse y crecer, especialmente durante el sueño, estarán menos preparados para afrontar sesiones de ejercicio más rigurosas. Ignorar esto puede provocar torceduras y lesiones.

La proteína y el sueño: Una mirada multifacética al crecimiento muscular

La nutrición es quizás el elemento más importante del crecimiento muscular, aparte del ejercicio y el entrenamiento. Tu cuerpo necesita proteína para reparar y construir el tejido muscular, y solo la vas a obtener a través de tu dieta.

Si ya ingieres suficiente proteína al día, es hora de empezar a optimizar el momento en que la consumes. Un buen momento para aportar proteína al cuerpo es después de una sesión de ejercicio. Sin embargo, este no es el único momento óptimo para hacerlo. Entre la liberación de la hormona del crecimiento humano (HGH) que se produce durante el sueño y las reparaciones corporales generales que tienen lugar durante la fase 3 del sueño NREM, tu cuerpo puede construir y reparar músculo mientras duermes.

El problema es que la mayoría de las personas ingieren proteína a primera hora del día. Para cuando se van a dormir, los nutrientes que su cuerpo necesita para desarrollar los músculos ya no están disponibles. Afortunadamente, la solución es bastante fácil—basta con ingerir una parte (40 gramos, según un estudio) de la proteína diaria antes de irse a dormir.

Conclusiones

El sueño es un periodo de tiempo para que la mente y el cuerpo puedan recargar energía. Mientras duermes, tu cuerpo realiza una gran variedad de funciones corporales vitales, incluyendo la construcción y reparación del tejido muscular.

Aunque es posible aumentar la masa muscular sin dormir toda la noche, los resultados no serán óptimos. Dormir lo suficiente cada noche le proporciona tiempo al cuerpo para reparar los músculos dañados y reponer las reservas de glucógeno, lo que te permite ir al gimnasio y entrenar con la misma intensidad día tras día.

El sistema inmunológico es la defensa del organismo contra bacterias, virus y otras sustancias potencialmente nocivas. En otras palabras, ayuda a combatir enfermedades e infecciones y a recuperarse de ellas. Sobra decir que el sistema inmunológico desempeña un papel vital en la salud general.

Siendo así, ¿qué puedes hacer para mantener un sistema inmunológico saludable y que funcione bien?

Como muchos otros sistemas corporales, la salud del sistema inmunológico está directamente relacionada con la forma en que tratamos nuestro cuerpo. Esto significa que tú puedes participar activamente en el fomento de una inmunidad saludable a través de las decisiones que tomes respecto a tu estilo de vida.

Este artículo se centra en la dos principales maneras de reforzar tu sistema inmunológico: la alimentación y el ejercicio. Ya sea que estés buscando un desglose detallado de los alimentos y nutrientes que ayudan a mantener un sistema inmunológico saludable o que sientas curiosidad por el papel que desempeña el ejercicio en la lucha contra las enfermedades, estás en el lugar adecuado.

Cómo ayudan los micronutrientes al sistema inmunológico

Si quieres mantener tu sistema inmunológico fuerte y saludable a través de tu alimentación, el primer paso es vigilar que tus comidas sean nutritivas y estén bien balanceadas. Las directrices vigentes en torno a la alimentación saludable existen por una razón: proporcionan un marco para que el cuerpo reciba los nutrientes que necesita a fin de poder realizar diversas funciones, incluida la creación de un sistema inmunológico fuerte.

La nutrición general es un tema para otro artículo, así que vamos a suponer que tú ya llevas una dieta bien equilibrada rica en frutas frescas, verduras y granos enteros. ¿Qué sigue?

Hay micronutrientes específicos —es decir, vitaminas y minerales— que son esenciales para la función inmunológica, y asegurarse de que se consumen muchas de estas vitaminas y minerales es de gran beneficio para el sistema inmunológico. Algunos de los micronutrientes más importantes para el sistema inmunológico son:

  • Vitamina A: La primera línea de defensa del organismo frente a sustancias extrañas es el tejido epitelial, un tipo de tejido que forma la piel y otros revestimientos corporales. La vitamina A es necesaria para la formación y maduración de las células epiteliales, lo que la convierte en parte vital de las defensas de tu sistema inmunológico. La vitamina A también interviene en el mantenimiento de la salud de diversos órganos del sistema inmunológico y regula la función de las células inmunológicas. Las fuentes dietarias de vitamina A incluyen zanahorias, verduras de hoja verde, batatas (boniatos) y otras verduras de color amarillo y naranja.
  • Vitamina C: A menudo considerada la vitamina más importante para el sistema inmunológico, la vitamina C ayuda al organismo a crear anticuerpos y glóbulos blancos, que ayudan a combatir las infecciones. Las fuentes naturales de vitamina C incluyen naranjas y otros cítricos además de fresas y tomates.
  • Vitamina D: Cuando los agentes patógenos entran en el organismo, suelen ser destruidos por proteínas antimicrobianas. La vitamina D ayuda a regular estas proteínas así como otras respuestas inmunológicas. Entre los alimentos ricos en vitamina D se encuentran el pescado, los huevos y los lácteos.
  • Vitamina E: Los antioxidantes son sustancias que ayudan al organismo a combatir las toxinas que pueden provocar diversos problemas de salud. La vitamina E es un antioxidante que ayuda a proteger de la oxidación las membranas celulares de ciertas células inmunológicas, contribuyendo a regular la función de tu sistema inmunológico. Para incluir más vitamina E en tu dieta come más frutos secos, semillas, brócoli y aguacate.
  • Zinc: Si tu cuerpo se lesiona, el zinc puede ayudar a cicatrizar y reparar la herida. El zinc también ayuda al sistema inmunológico a responder frente a las bacterias y virus del organismo. Las fuentes de zinc en tu dieta pueden ser la carne, los lácteos, los frutos secos y las semillas.
  • Hierro: El organismo necesita hierro para formar nuevas células inmunológicas —en concreto, linfocitos— que a su vez le ayudarán a protegerse de las infecciones. Entre las fuentes alimentarias de hierro se encuentran la carne roja, las alubias, el tofu y, si te atreves, el hígado de ternera.

Suplementos y salud inmunológica

Aunque todos los micronutrientes enumerados anteriormente pueden obtenerse a través de la alimentación, también puedes complementar tu ingesta de nutrientes con un multivitamínico. Si estás por decidir si tomar o no un suplemento alimenticio, debes tener en cuenta una serie de factores:

  • Restricciones alimentarias: Si sigues una dieta específica, como la vegana, puede resultarte más difícil obtener todos los nutrientes necesarios sólo de los alimentos. En este caso, un multivitamínico general podría ayudar a reforzar tu sistema inmunológico. Lo mismo ocurre si tienes muchas alergias o sensibilidades alimentarias que limitan los alimentos que puedes comer sin peligro.
  • Grupos de riesgo: Ciertos grupos de personas, como las embarazadas y los ancianos, pueden necesitar nutrientes adicionales que contribuyan a un sistema inmunológico fuerte. Si crees que puedes pertenecer a una de estas categorías, consulta a un médico para decidir cuál es la mejor forma de complementar tu ingesta de nutrientes.
  • Ingesta diaria recomendada (IDR): Todos los micronutrientes enumerados anteriormente tienen asociada una ingesta diaria recomendada o IDR. Esta es la cantidad de cada nutriente que la mayoría de las personas necesita cada día para mantener un estilo de vida saludable. Si no alcanzas esos niveles a través de tu alimentación habitual, debes hacer ajustes en lo que comes o empezar a tomar un multivitamínico diario.

Además de los multivitamínicos tradicionales, también existen suplementos alimenticios específicos para el sistema inmunológico. Estos suplementos suelen incluir vitamina C, zinc y otros micronutrientes que también se incluyen en un multivitamínico tradicional. Dependiendo de tus necesidades dietarias personales, uno puede ser mejor que el otro.

Ejercicio e inmunidad

Si bien los vínculos entre la alimentación y la función inmunológica están bien documentados, las investigaciones sobre el ejercicio y la función inmunológica son un poco más especulativas. Es decir, es un hecho ampliamente aceptado que el ejercicio tiene un efecto positivo sobre la función inmunológica, lo que no está tan claro es por qué.

Hagamos un breve análisis.

Está generalmente aceptado que existe una relación inversa entre el ejercicio moderado y regular y el riesgo de contraer enfermedades. Esto significa que, a medida que aumenta el ritmo de ejercicio moderado de una persona, puede disminuir su riesgo de contraer diversas enfermedades. Así pues, en términos generales, más ejercicio conlleva menos enfermedades.

Hay varias teorías que explican este fenómeno. Algunos investigadores creen que el ejercicio ayuda a expulsar los patógenos de las vías respiratorias del organismo, disminuyendo el riesgo de contraer un resfriado, gripe u otras enfermedades respiratorias. Otros creen que la correlación se debe al aumento de la circulación, que hace que los glóbulos blancos y otros anticuerpos que combaten las infecciones circulen por el organismo a mayor velocidad. Otra teoría tiene que ver con el estrés. El estrés puede afectar la función inmunitaria. El ejercicio, sin embargo, ralentiza la liberación de hormonas del estrés, lo que puede aliviar parte de la presión diaria sobre el sistema inmunológico.

El ejercicio regular también ayuda a mantener la salud de órganos vitales como los pulmones y el corazón. Las personas que están en buena forma física y hacen ejercicio con regularidad suelen experimentar síntomas menos graves y se recuperan más rápidamente de las enfermedades respiratorias que las que llevan un estilo de vida sedentario. Por ejemplo, en un estudio realizado en 2020 se observó que las personas activas que contrajeron coronavirus tendían a presentar síntomas menos graves y más breves que las inactivas. Este estudio atribuyó estos efectos a una mayor circulación de anticuerpos y a otros factores diversos.

¿Qué tipo de ejercicio es mejor para la inmunidad?

Dado que aún se están estudiando los vínculos entre el ejercicio físico y el sistema inmunológico, es difícil determinar con exactitud los ejercicios específicos que favorecen un sistema inmunológico saludable. Dicho esto, existen pautas generales que puedes tomar como referencia para poner en práctica una rutina de ejercicio que te ayude a reforzar tu sistema inmunológico.

Se recomienda que los adultos hagan unos 30 minutos de ejercicio moderado cinco veces por semana, o 150 minutos de ejercicio moderado en total. Este ejercicio puede consistir en una caminata a paso ligero, jogging o incluso un paseo en bicicleta. El objetivo es aumentar tu frecuencia cardiaca, no importa cómo lo hagas.

Hacer 150 minutos de ejercicio a la semana te ayudará a mantener saludable tu corazón y tus pulmones, lo que, como ya se ha dicho, ayudará a tu organismo a combatir las enfermedades y a recuperarse de ellas.

Estilo de vida sano para una inmunidad sana

El sistema inmunológico es complicado. No se trata de un único sistema corporal, sino de una variedad de sistemas corporales que trabajan juntos para llevar a cabo todas las funciones del sistema inmunológico. Por lo tanto, la forma de apoyarlo no es buscar un ingrediente específico que refuerce el sistema inmunológico, sino llevar un estilo de vida más saludable y apoyar a tu cuerpo en general. Por eso, hábitos como el ejercicio, la alimentación e incluso el sueño de calidad son algunos de los hábitos más importantes que hay que cultivar para mantener un sistema inmunológico saludable. En resumen, haz algo de ejercicio, come más verduras y empieza a reforzar tu sistema inmunológico mejorando tu salud y bienestar general.

En el mundo de la nutrición, algunos nutrientes permanecen en un segundo plano a pesar de desempeñar papeles cruciales para la salud. La cisteína es uno de estos compuestos. A menudo denominada l-cisteína, se presenta en diferentes derivados moleculares como la N-acetil-L-cisteína o la cistina, y aunque no aparezca en los titulares populares, este aminoácido semiesencial desempeña un papel distinto en la síntesis de proteínas, proporcionando diversos beneficios para su salud y bienestar, entre otros.

Cómo trabaja L-cisteína

Los aminoácidos son los componentes básicos de las proteínas, y veinte de ellos son necesarios para su síntesis. Nueve de estos aminoácidos son esenciales, lo que significa que deben consumirse a través de la dieta ya que el organismo no puede producirlos por sí mismo. La L-cisteína es semiesencial. Se puede sintetizar una cierta cantidad a partir de otros aminoácidos, como la metionina y la serina, pero durante los periodos de mayor síntesis proteica —como las enfermedades o los periodos de rápido crecimiento— el organismo depende de la ingesta dietaria de L-cisteína para obtener todo lo que necesita.

La estructura química de la L-cisteína contiene un grupo funcional tiol (-SH), lo que le confiere propiedades químicas únicas para la síntesis de proteínas y le permite formar enlaces disulfuro con otras moléculas de cisteína, permitiéndole estabilizar la estructura de muchas proteínas. La L-cisteína también sirve como precursor del glutatión, un antioxidante crucial para la protección celular.

Principales beneficios de la L-cisteína para la salud

En los últimos años se han atribuido diversos beneficios a la L-cisteína, lo que ha contribuido a su auge en la industria de los suplementos alimenticios. Algunos de los más destacadas son:

  1. Síntesis proteica: Favorece la síntesis de proteínas que tiene lugar en todas y cada una de las células del organismo para mantener las funciones y estructuras vitales.
  2. Poder antioxidante: Aumenta los niveles de glutatión en el organismo para ayudar a neutralizar los radicales libres dañinos y proteger las células del daño oxidante. Los antioxidantes son esenciales para favorecer la desintoxicación del hígado y la función cerebral y pulmonar.
  3. Fortalece el cabello: La queratina es una proteína abundante en la piel y el cabello y contiene grandes cantidades de L-cisteína como componente básico.
  4. Regula el sistema inmunológico: Promueve cambios en los niveles de producción de varias enzimas y moléculas efectoras que tu sistema inmunológico necesita.
  5. Propiedades mucolíticas: Ayuda a descomponer la mucosidad ofreciendo beneficios terapéuticos para tus vías respiratorias y bronquiolos.
  6. Salud ósea: La L-cisteína es crucial para la absorción del calcio, esencial para tener huesos fuertes. También desempeña un papel clave en la ralentización de la pérdida ósea al reducir la inflamación y el estrés oxidante.

Implicaciones futuras

Más allá de sus beneficios biológicos, la L-cisteína también se utiliza ampliamente en aplicaciones industriales. Su capacidad para romper los enlaces disulfuro del gluten hacen de ella un acondicionador ideal de la masa en la elaboración del pan. También se utiliza para crear sabores y fragancias.

A medida que la investigación siga desentrañando las intrincadas propiedades biológicas de la L-cisteína, surgirán más aplicaciones y vías de exploración.

Desde su papel indispensable en la síntesis de proteínas y la defensa antioxidante hasta sus diversas aplicaciones en alimentos y suplementos, la L-cisteína es un aminoácido notable y versátil. Aunque todavía no se ha convertido en el centro de atención del gran público, el aprecio por este aminoácido especial y sus beneficios únicos está aquí para quedarse.

La capacidad del cuerpo humano es alucinante. Innumerables funciones conscientes e inconscientes te mantienen en movimiento, pensando y… bueno, viviendo. Como una máquina bien engrasada, realiza los mismos procesos críticos día tras día. Claro, tu cuerpo no es una máquina, es un organismo.

Resulta que los humanos somos bastante complejos. Y para entender cómo funciona el cuerpo, tenemos que entender sus partes: ahí es donde entra este artículo.

¿De qué está hecho el cuerpo humano?

El cuerpo humano está compuesto de billones de células. Las células son la parte viva más pequeña del cuerpo humano, compuestas de moléculas que, a su vez, se componen de elementos. En el organismo hay aproximadamente doscientos tipos diferentes de células, y cada una cumple una función distinta. Los glóbulos rojos, por ejemplo, transportan oxígeno, mientras que los glóbulos blancos ayudan a proteger el organismo de las infecciones.

Y aunque parezca extraño, tus células no son permanentes. Miles de millones de células mueren cada día y miles de millones se regeneran. Esta renovación celular es una parte natural de la vida en el organismo humano. Algunas células, como las de la piel, mueren y se regeneran con mucha frecuencia. Otras, como algunas células que se encuentran en los huesos, tienen ciclos de vida mucho más largos.

No todas las células trabajan de forma independiente; algunas lo hacen en grupo para realizar funciones corporales más amplias. Pero hablaremos de ello en la siguiente sección.

Un vistazo más de cerca al organismo humano

Aunque es importante estudiar las células y comprender sus funciones, a veces hay que tener una visión más amplia. La estructura del cuerpo humano puede verse en varios niveles, cada uno ligeramente más alejado que el anterior. Estos niveles incluyen: células, tejidos, órganos, sistemas de órganos, organismo. Vamos a desglosarlos.

  • Las células: Tu cuerpo está formado por billones de células, con más de doscientos tipos distintos que desempeñan una función específica. Como ya se ha mencionado, las células son la pieza viviente más pequeña del cuerpo humano, y miles de millones de tus células mueren y se regeneran cada día.
  • Tejidos: Los tejidos corporales estan compuestos de células similares que se agrupan para realizar una función en conjunto. Los cuatro tipos principales incluyen el tejido conectivo, el tejido epitelial, el tejido muscular y el tejido nervioso. Cada uno desempeña una función general, pero también puede desglosarse en subtejidos específicos con funciones más definidas. El tejido muscular, por ejemplo, se contrae y se expande para mover partes del cuerpo; esa es su función general. Sin embargo, el músculo cardíaco es un tejido que ejerce la función específica de contracción y expansión con el fin de bombear sangre por todo el cuerpo.
  • Órganos: Un órgano es el resultado de dos o más tipos de tejido que se unen para realizar una función específica, aunque la mayoría de los órganos del cuerpo contienen los cuatro tipos de tejido. Los órganos realizan tareas específicas necesarias para el funcionamiento del cuerpo. El corazón, por ejemplo, bombea sangre oxigenada por todo el cuerpo, los pulmones introducen oxígeno en el organismo y expulsan dióxido de carbono y el hígado ayuda a eliminar toxinas.
  • Sistemas de órganos: Los grupos de órganos que funcionan en conjunto forman los sistemas de órganos. Por ejemplo, el cerebro y la médula espinal son dos órganos distintos que contienen nervios que transmiten información a todo el cuerpo—ambos pertenecen al sistema nervioso. El cuerpo humano alberga once sistemas orgánicos: cardiovascular, digestivo, endocrino, inmunológico, integumentario, linfático, musculoesquelético, nervioso, reproductor, respiratorio y urinario.
  • El organismo humano: Todas estas piezas más pequeñas se unen para crear una entidad viva única—el organismo humano. Desde el nivel celular hasta los sistemas de órganos, cada parte de tu cuerpo desempeña funciones con el mismo objetivo final: mantenerte vivo y con salud.

Cinco órganos indispensables para vivir

Aunque cada parte del organismo humano cumple una función integral, algunas son más importantes que otras. El cuerpo humano contiene cinco órganos vitales indispensables para sobrevivir—el cerebro, el corazón, los riñones, el hígado y los pulmones. Aunque lo mejor es abordar la salud y la nutrición de forma holística, estos órganos clave pueden orientarte a medida que estudias el cuerpo humano de manera más profunda. 

Más sobre los sistemas de órganos

Veamos ahora más de cerca los once sistemas de órganos de tu cuerpo. Como ya se ha dicho, cada uno está formado por al menos dos órganos y otros tejidos. A continuación se destacan sus beneficios corporales únicos:

  • Sistema cardiovascular: Formado por tres componentes principales —el corazón, los vasos sanguíneos y la sangre—, este sistema transporta oxígeno, nutrientes y dióxido de carbono por todo el cuerpo. Trabaja en estrecha colaboración con el sistema respiratorio para proporcionar oxígeno y expulsar dióxido de carbono.
  • El aparato digestivo: La boca, el esófago, el estómago y los intestinos grueso y delgado son las partes principales de este sistema, también llamado sistema gastrointestinal. Se necesitan ciertos nutrientes para sobrevivir y, gracias a tu sistema digestivo, tu cuerpo puede absorber alimentos y agua, procesarlos y extraer estos nutrientes vitales.
  • Sistema endocrino: Las glándulas hipotálamo, pituitaria y tiroides liberan hormonas en el organismo para activar cambios y guiar los procesos biológicos. Visualiza a este sistema como una red de comunicación interna que ayuda a regular el crecimiento y el desarrollo, la homeostasis (equilibrio interno constante), el metabolismo, el estado de ánimo, la reproducción, la función sexual y el ciclo sueño-vigilia.
  • Sistema inmunológico: Este sistema proactivo no solo protege al organismo de las enfermedades, sino que tambien lo protege de agentes patógenos. Incluye el bazo, las amígdalas, el timo y los leucocitos (glóbulos blancos).
  • Sistema tegumentario: Formado por la piel, el pelo y las uñas, este sistema se encarga de proteger contra los microorganismos externos y de mantener los líquidos dentro del cuerpo.
  • Sistema linfático: Tres órganos —los ganglios linfáticos, la linfa y los vasos linfáticos—ayudan a proteger el cuerpo contra enfermedades e infecciones.
  • Sistema musculo-esquelético: Como su nombre indica, la función principal de este sistema es utilizar los músculos y el esqueleto para sostener los tejidos blandos del cuerpo y permitir el movimiento. Y quizá te sorprenda que también incluya cartílagos, tendones y ligamentos, que ayudan a conectar huesos y músculos entre sí y con otras partes del cuerpo.
  • Sistema nervioso: Compuesto por el cerebro, la médula espinal, los nervios y los órganos sensoriales (piel, ojos, oídos, lengua y nariz), su función principal es recoger, transferir e interpretar la información sensorial que experimenta el cuerpo. Y, cuando es necesario, alerta a otros órganos y sistemas. Por ejemplo, si ves un automóvil acercándose a ti (un estímulo visual), tu sistema nervioso puede activar tu respuesta de lucha o huida, indicándole a tu corazón que lata más rápido, a tus pulmones que respiren más rápidamente y a tus glándulas suprarrenales que liberen adrenalina.
  • Sistema reproductor: Este sistema vital es el responsable de concebir y dar a luz a la descendencia. Los órganos asociados incluyen los genitales, las trompas de falopio, el útero y la próstata, entre otros. También es responsable de producir gametos (o células sexuales) y hormonas sexuales —estrógeno y testosterona— que desempeñan papeles vitales en el desarrollo y el crecimiento humanos.
  • Sistema respiratorio: Los órganos de este sistema —pulmones, laringe, faringe, tráquea y diafragma— se encargan de introducir aire oxigenado en el organismo y expulsar el dióxido de carbono. Este sistema vital trabaja en estrecha colaboración con el sistema cardiovascular para proporcionar oxígeno al cuerpo, lo que ayuda a las células a producir energía.
  • Sistema urinario: También llamado sistema excretor, utiliza los riñones, la vejiga, los uréteres y la uretra para eliminar el agua y los materiales de desecho del cuerpo y ayudar a mantener el equilibrio del pH.

El cuerpo humano: Un proceso continuo de aprendizaje

El organismo humano es tan complejo que puede parecer imposible de comprender en su totalidad, sobre todo con un solo artículo. Pero aprender su estructura básica es el primer paso para entender cómo funciona tu cuerpo.

Así que no te detengas aquí. Utiliza lo que acabas de leer como motivación para profundizar en una de las mayores maravillas de la naturaleza: el cuerpo humano.

La medicina tradicional lleva siglos utilizando plantas para mejorar la salud y, con el tiempo, muchas de ellas —y sus beneficios para la salud— se han adoptado en todo el mundo, como es el caso del cardo mariano.

El cardo mariano, también conocido como cardo de María o cardo santo, es una planta con flores originaria de los países mediterráneos. Tradicionalmente se ha utilizado para favorecer la salud del hígado y la vesícula biliar, pero, ¿cuáles son sus beneficios y usos reales? Sigue leyendo para saber más sobre el cardo mariano, sus usos más comunes y lo que en investigaciones recientes se ha descubierto sobre esta misteriosa planta.

¿Qué es el cardo mariano?

Relacionado con las margaritas y la ambrosía, el cardo mariano –o Silybum marianum – es originario de Europa. Esta planta endémica tiene flores púrpura y hojas espinosas atravesadas por venas blancas (de ahí el nombre de cardo mariano). Traída a América por los colonizadores, hoy se encuentra en Estados Unidos, Sudamérica, África, Asia y Australia.

El principal ingrediente de interés del cardo mariano es la silimarina, compuesto químico al que se atribuyen propiedades antioxidantes y al que a menudo se recurre para referirse a la planta en sí, lo cual es inexacto, pues es solo una de las muchas sustancias contenidas en la planta. La mayoría de los productos a base de cardo mariano se elaboran con silimarina extraída de las semillas de la planta.

La silimarina favorece la salud del hígado

El hígado es uno de los órganos del cuerpo más esforzados. Sus  tareas son desintoxicar la sangre, metabolizar nutrientes clave, almacenar vitaminas y minerales esenciales y mucho más. El corazón puede latir 80 veces por minuto, pero el hígado lleva a cabo más de 500 funciones vitales diferentes a la vez. El único órgano que más funciones desempeña es el cerebro.

El cardo mariano se ha utilizado tradicionalmente por sus beneficios para la salud del hígado, y la ciencia moderna se enfoca en los de la silimarina:

  1. Antioxidante – Cuando el hígado metaboliza sustancias tóxicas, se pueden producir radicales libres que dañan el hígado. Los antioxidantes potentes, como la silimarina, “buscan” los radicales libres y los neutralizan, fenómeno que puede proteger al hígado de los daños provocados por el estrés oxidante.
  2. Regeneración celular – Se sabe que la silimarina favorece el proceso normal de renovación y regeneración de las células hepáticas. La capacidad del hígado para llevar a cabo este proceso es crucial para su funcionamiento por la intensa interacción con toxinas, radicales libres, fármacos y otras sustancias nocivas.
  3. Desintoxicación – Una de las principales funciones del hígado es el procesamiento y la eliminación de las toxinas del organismo. La silimarina suele propiciar este proceso y hacerlo más eficaz para el hígado.
  4. Protección contra toxinas – La silimarina puede proteger el hígado del estrés oxidante. También puede ayudar a protegerlo de fármacos, contaminantes ambientales y otras sustancias nocivas.
  5. Respuesta inmunitaria equilibrada – La silimarina puede contribuir a la inmunomodulación, proceso que reduce o aumenta la respuesta inmunitaria para mantener la homeostasis (equilibrio).

Beneficios que suelen denominarse efectos hepatoprotectores del cardo mariano, es decir, que influyen en la salud de las células hepáticas en general. Para poder sintetizar proteínas esenciales o eliminar hormonas de la sangre, el hígado depende de células hepáticas sanas, por eso se dice que la silimarina es tan favorable para la salud del hígado.

Otros beneficios de la silimarina

Aunque el hígado es uno de los principales objetivos de la investigación en torno al cardo mariano y la silimarina, también se han hecho evidentes más beneficios para la salud. Otras aplicaciones importantes del cardo mariano son:

  • Vesícula biliar – Este pequeño órgano se encarga de almacenar y liberar bilis en el estómago durante la digestión, concretamente para la descomposición de las grasas, si bien el hígado se ocupa de la producción. El cardo mariano favorece la producción y el flujo de bilis, fenómenos que suelen contribuir al funcionamiento de la vesícula biliar.
  • Salud cardiaca – Se ha demostrado en algunos estudios que el cardo mariano puede contribuir al mantenimiento de niveles saludables de colesterol, importante para que el corazón se mantenga saludable con el paso del tiempo.
  • Control del peso – En un estudio de 2016 se relacionó el consumo de silimarina con la gestión saludable del peso en ratones. Este fenómeno todavía no es evidente en estudios con humanos, pero es un emocionante ejemplo de las posibles aplicaciones del cardo mariano.

Cómo incluir el cardo mariano en la dieta

Ciertas partes de la planta de cardo mariano son comestibles, como raíces, flores y tallos jóvenes. Además, una vez retiradas las espinas, también las hojas son comestibles, ya sea crudas o cocinadas. Dicho esto, cabe aclarar que la mayoría de las personas no incluye la silimarina en su dieta comiendo la propia planta, sino que recurren a suplementos alimenticios.

Como suplemento, el cardo mariano suele ingerirse en forma de extracto. No hay una recomendación estándar de ingesta diaria, pero se ha demostrado en estudios que pueden tomarse tres dosis diarias de hasta 700 miligramos durante un máximo de seis meses.

¿Es seguro consumir cardo mariano?

En general, se considera seguro consumir cardo mariano por vía oral. Incluso en estudios con dosis extremadamente altas fueron muy pocos los efectos secundarios observados, y los casos reportados suelen corresponder a algún tipo de malestar estomacal, como náuseas o inflamación.

Por otra parte, si bien es poco frecuente la alergia a la familia de plantas Asteraceae/Compositae, algunas personas pueden experimentar una reacción alérgica al cardo mariano. En general, se aconseja a las mujeres embarazadas que lo eviten, pues no hay información suficiente sobre su seguridad durante el embarazo.

Como con cualquier suplemento alimenticio, es importante asegurarse de que el cardo mariano no interactuará negativamente con medicamentos prescritos, de tal forma que no es mala idea consultar a un médico antes de incluirlo como suplemento en la dieta.

Conclusiones

Si buscas una forma natural de apoyar y proteger el hígado, puede ser ideal incluir el cardo mariano en tu régimen de suplementos, además de que en ciertos estudios se le relaciona con diversos beneficios para los órganos y el cuerpo, especialmente cuando se utiliza como parte de un enfoque más amplio de salud y bienestar.

No pierdas esto de vista. Es probable que en futuras investigaciones se descubran más aplicaciones de esta antigua medicina tradicional.

El té verde es una de las bebidas más populares del mundo. Es una bebida indispensable en China desde hace miles de años, donde se originó la práctica de remojar las hojas de té. Desde allí se extendió a otros países de Asia oriental y, finalmente, a Europa. El té verde tiene varios beneficios para la salud, y a lo largo de la historia, se ha consumido tanto con fines medicinales como pare su disfrute diario.

El té verde puede presentarse en diversas formas, desde hojas enteras para té o trituradas para obtener polvo de matcha. Sin embargo, este artículo se centrará en una de sus formas en particular—el extracto de té verde.

Productos de todo tipo, desde bebidas energéticas hasta suplementos dietarios, incluyen el extracto de té verde como ingrediente. Y, como consumidor, quizás te preguntes por qué. Sigue leyendo para conocer en detalle qué es el extracto de té verde, sus beneficios para la salud y mucho más.

¿Qué es el extracto de té verde?

Tradicionalmente, el té verde se prepara remojando hojas de té secas en agua caliente. Luego, se cuelan las hojas con una bolsita de té o un colador y se consume el líquido restante, el té. El extracto de té verde procede de esas mismas hojas de té secas, pero se elabora mediante un proceso diferente.

Para producir el extracto de té verde, primero se secan las hojas de té y luego se remojan en solventes para extraer los compuestos activos. Después, el extracto se purifica para eliminar el solvente y cualquier otra impureza. Por último, el extracto puro se seca para luego hacerlo polvo. Este extracto contiene los mismos principios activos que el té verde preparado de forma tradicional, pero en una forma mucho más concentrada. El extracto de té verde suele venderse en polvo, líquido o en comprimidos y cápsulas, y en términos de principios activos, una cápsula equivale a una taza llena de té.

En resumen, el extracto de té verde es una forma concentrada de té verde que contiene muchos de los mismos ingredientes activos que una taza de té verde. Entonces, ¿cuál es el problema? Veamos cuáles son sus ingredientes activos y sus efectos en tu salud.

Extracto de té verde: Ingredientes activos y componentes

Los beneficios del té verde para la salud —y, por extensión, del extracto de té verde— proceden de los polifenoles. Estos compuestos químicos que contienen diversas plantas, son antioxidantes de alta potencia (sustancias que ayudan a proteger el organismo de las toxinas). Se conoce que el té verde está compuesto de varios polifenoles diferentes. Sin embargo, el más importante de ellos—desde el punto de vista nutricional—es el galato de epigalocatequina (EGCG, por sus siglas en inglés).

Además de estos polifenoles, el extracto de té verde contiene otro tipo de sustancias orgánicas: los alcaloides. Entre ellas se encuentran la cafeína, la teofilina y la teobromina.

El té verde también contiene un aminoácido conocido como L-teanina, el cual ha sido objeto de estudios recientes por su impacto en las sustancias químicas cerebrales que favorecen el estado de alerta, la relajación, la concentración, y más.

Beneficios para la salud del extracto de té verde

El té verde ha desempeñado un papel importante en la Medicina Tradicional China durante siglos. Durante la dinastía Ming, por ejemplo, un escritor chino describió el papel que juega el té verde en diversos aspectos de la salud.

Gracias a estudios más recientes, tenemos a nuestra disposición aún más información sobre los beneficios que el extracto de té verde puede aportar a la salud.

Como ya se ha mencionado, el té verde es rico en antioxidantes. También se ha demostrado que el EGCG en particular favorece la eliminación de toxinas del organismo y reduce el estrés oxidante. Los niveles adecuados de antioxidantes en el organismo favorecen la salud a nivel celular.

En algunos estudios, se demostró que el extracto de té verde favorece los procesos normales de oxidación de grasas del organismo, tanto en reposo como durante el ejercicio. La oxidación de las grasas es el proceso mediante el cual el organismo descompone las grasas en sustancias que pueden utilizarse como fuente de energía. Básicamente, es el proceso del cuerpo para quemar grasa. Aunque se requieren más investigaciones para comprender plenamente la manera en que el extracto de té verde favorece la oxidación de las grasas, los estudios actuales sugieren que el té verde puede apoyar el mantenimiento de un peso corporal saludable.

Probablemente ya conoces los beneficios que puede aportar la cafeína: mayor estado de alerta, concentración y energía. La cafeína presente en el extracto de té verde puede tener todos esos beneficios. Sin embargo, ingerirla en exceso puede provocar los efectos secundarios negativos asociados con el consumo de cafeína: nerviosismo, ansiedad e incluso palpitaciones.

Conclusión

Si deseas mejorar tu salud a nivel celular, perder peso o mejorar tu concentración de corto plazo, el extracto de té verde puede ser el suplemento que necesitas. Las propiedades medicinales del té verde se conocen y utilizan desde hace siglos, y cada vez se descubren más de ellas a medida que avanzan las investigaciones.

Cuando se habla de consumo de alcohol y salud, hay una afirmación que se repite una y otra vez: “Un vaso de vino tinto con la cena es bueno para la salud”. Pero, ¿es esto cierto? Investiguemos.

Resulta que el vino tinto contiene el compuesto vegetal resveratrol, que es el factor que está detrás de muchas de las afirmaciones sobre salud atribuidas al vino tinto. Sigue leyendo para saber qué es el resveratrol, cómo se relaciona con tu salud y dónde puedes encontrarlo.

¿Qué es el resveratrol?

Como ya se ha mencionado, el resveratrol es un compuesto vegetal, más concretamente, un polifenol. En otras palabras, es una sustancia natural que se encuentra en diversas plantas. Considerado un antioxidante, el resveratrol ayuda al organismo a eliminar diversas toxinas y a combatir los radicales libres. Este efecto positivo ha llevado a la aplicación de numerosos estudios para explorar sus posibles beneficios para la salud.

Aunque gran parte de la investigación en torno al resveratrol es reciente, no es nuevo en la dieta de la mayoría de la gente. Se encuentra en alimentos comunes como los cacahuates, diversas moras, las uvas y, por extensión, el vino. Tanto el vino tinto como el blanco contienen resveratrol, pero las variedades tintas contienen una cantidad mucho mayor de esta sustancia.

Beneficios del resveratrol para la salud

Ahora que ya hemos expuesto todos los antecedentes, pasemos a la gran pregunta: ¿es bueno el resveratrol? La respuesta sencilla es sí, pero veamos por qué y cómo influye en tu salud.

Algunos de los beneficios del resveratrol para la salud más ampliamente aceptados incluyen:

  • Apoyo antioxidante: Numerosos estudios han observado ciertas formas en las que el resveratrol actúa como antioxidante. Se ha demostrado que ayuda al organismo a eliminar los radicales libres (un tipo de átomo que puede dañar las células) y a reducir y prevenir el estrés oxidante. Básicamente, ayuda a promover la salud a nivel celular.
  • Reducción de la inflamación: En lo que respecta a la inflamación, el resveratrol ayuda al organismo en dos frentes. En primer lugar, ayuda a impedir la producción de sustancias inflamatorias. En segundo lugar, favorece una respuesta inflamatoria saludable, esencial para la salud de órganos y sistemas corporales clave.
  • Salud cardiovascular: El estrés oxidante puede afectar negativamente la salud cardiovascular (el correcto funcionamiento del corazón y los vasos sanguíneos). Y como ya se ha mencionado, se ha demostrado que el resveratrol favorece una inflamación saludable y la reducción del estrés oxidante, razón principal por la que a menudo se relaciona con la salud del corazón. Favorece procesos clave del organismo directamente relacionados con el buen funcionamiento del corazón y los vasos sanguíneos.
  • Función hepática: El hígado desempeña funciones vitales en el organismo, como filtrar la sangre y descomponer las sustancias nocivas, y se ha demostrado que el resveratrol favorece la salud del hígado al ayudar a protegerlo de niveles de toxicidad poco saludables.
  • Envejecimiento cerebral: En algunos estudios se ha demostrado que el resveratrol favorece el envejecimiento saludable del cerebro.

El resveratrol y tu alimentación

Ahora ya sabes que las moras, las uvas y los cacahuates son tres fuentes naturales de resveratrol. En las uvas y las moras, la mayor parte del resveratrol se encuentra en la piel y las semillas, y no en la pulpa de la propia fruta. Otros alimentos comunes ricos en resveratrol son los pistaches, el chocolate oscuro y el cacao.

La forma en que se prepara un alimento afecta el nivel de resveratrol. Por ejemplo, 100 mililitros de vino tinto contienen hasta el doble de resveratrol que una taza de uvas rojas. Y los cacahuates crudos aportan mucho más resveratrol que la mantequilla de cacahuate.

Alimento Porción Contenido total de resveratrol
Cacahuates (crudos) 1 taza (146 gramos) 0.37 mg
Mantequilla de cacahuate 1 cucharadita (16 gramos) 0.0025–0.0081 mg
Uvas rojas 1 taza (151 gramos) 0.24–1.25 mg
Polvo de cocoa 1 cucharadita (7.5 gramos) 0.011–0.017 mg
Vino tinto 5 oz. (148 mL) 0.03–2.15 mg
Vino blanco 5 oz. (148 mL) 0.01−0.27 mg

En la elaboración de una dieta saludable y equilibrada, hay factores importantes que deben tenerse en cuenta, y la ingesta de resveratrol no es uno de ellos. Es decir, no debes cambiar toda tu dieta para centrarte en aquellos alimentos ricos en resveratrol. Si deseas consumir más resveratrol, trata de hacerlo incluyendo en tu dieta actual algunos de los alimentos anteriormente mencionados. Si sueles comer como colación fruta y verdura cruda, compra uvas rojas la próxima vez que vayas al supermercado. Y para satisfacer tu antojo de algo dulce, cambia el chocolate con leche por chocolate oscuro.

Otra forma de aumentar la ingesta de resveratrol es la suplementación. Un vaso de vino tinto, una de las mejores fuentes de resveratrol, suele contener menos de 2 mg de resveratrol por porción, mientras que un suplemento puede proporcionar diez veces esta cantidad, o incluso más.

Efectos secundarios del resveratrol

Si todo tu consumo de resveratrol procede de la dieta y de suplementos de calidad, es poco probable que observes efectos secundarios negativos. El resveratrol no es una sustancia tóxica, y tu cuerpo puede procesar fácilmente hasta cinco gramos al día; sin embargo, en dosis más elevadas, el resveratrol puede causar molestias gastrointestinales. Por eso, como siempre, consulta antes con un médico si decides tomar un suplemento.

Conclusiones

El resveratrol ha demostrado ser un potente antioxidante que contribuye a la salud cardiovascular y neurológica. Puede resultar beneficioso tomarlo como suplemento o consumir alimentos que contengan resveratrol de forma natural; sí, incluso ese vaso de vino tinto del que tanto se habla. Así que ¡salud por ti y por tu salud!