La risa como medicina: Los beneficios de compartir la risa

La risa es un lenguaje universal. Usted aprende a reír más o menos a los 17 días de nacido, y durante el resto de su vida sigue carcajéandose, riendo entre dientes y riéndose nerviosamente. Y eso es bueno, pues la risa como medicina puede ser más que un dicho divertido.

Si bien no sustituye a la medicina moderna, hay pruebas de la que la risa es buena para usted. También ayuda la risa compartida, que es una excelente forma de conectarse con los demás. La risa puede aliviar tensiones, ayudar a hacer amistades y, definitivamente, hacer que uno se sienta bien.

Risa vs. humor

Lo divertido y la forma en que usted responde a ello son dos cosas diferentes. El humor es algo que evoca una respuesta a un relato o una observación que modifica las expectativas normales.

Por ejemplo, la idea de un pato entrando a un bar a pedir una bebida es graciosa porque usted sabe que los patos prefieren los estanques a los bares, y no beben alcohol. Quien cuenta el chiste está tratando de compartir un cuento tonto para poner a prueba su imaginación y provocar una respuesta.

El humor puede ser gracioso, inexpresivo, morboso, absurdo, elitista, inmaduro, tonto e irónico. Sin importar la clasificación, su respuesta física al humor es reírse. Se manifiesta verbalmente y a través de gestos tradicionales, como sonreír, encogerse de hombros y darse una palmada en la rodilla.

Los mecanismos de la risa

Digamos que le acaban de contar un chiste verdaderamente divertido. Al instante, las comisuras de los labios se elevan para dibujar una sonrisa. Usted emite una serie de “ha-ho-ha-hos” al mismo tiempo que se da palmadas en las rodillas. Tal vez le duela el pecho de tanto reírse. Incluso llora de la risa. Y si fue un chiste muy, muy bueno, hasta podría empezar a perder el conocimiento.

Su cuerpo reacciona en el momento en que el cerebro procesa algo como divertido. El cigomático mayor — ese músculo fuerte que cruza la mejilla— forma en la boca una sonrisa. Los otros 20 músculos faciales se estimulan y entran en acción: se cierran los ojos y las mejillas se mueven involuntariamente hacia atrás y adelante. Los conductos lagrimales se activan.

El sonido de la risa se debe a que el sistema respiratorio está en peligro. La epiglotis —lengüeta en forma de hoja que evita que los alimentos entren a la tráquea— aletea y provoca el cierre parcial de la laringe. Y mientras usted se ríe, los pulmones no reciben suficiente oxígeno. Esto hace que la cara se ruborice, o en circunstancias extremas, lo hacen perder el sentido.

Se cree comúnmente que los demás indicadores físicos de la risa, como darse palmadas en la pierna, inclinar la cabeza hacia atrás o agitar las manos son risas protocolarias. Este comportamiento es una forma de conectarse con un grupo, exagerando la aprobación de un chiste.

La risa como medicina—Beneficios físicos

No es chiste que la risa puede ser buena para la salud. Para empezar, el sistema inmunológico se beneficia con las carcajadas de un día. Las personas que ríen muestran incrementos en las células T y las células asesinas naturales (NK, por sus siglas en inglés). Estos poderosos miembros del sistema inmunológico ayudan a combatir a los invasores y a mantenerse saludable. La risa también puede reducir el estrés, mejorar la actividad de las células NK y, por ende, favorecer al sistema inmunológico.

La risa también es buena para el corazón. ¿Alguna vez ha sentido que le duele el cuerpo después de haber reído mucho? Se ha descubierto en investigaciones que la risa intensa proporciona al cuerpo un breve lapso de ejercicio aeróbico. Una buena risotada puede incrementar el ritmo cardiaco, elevar el nivel respiratorio y el consumo de oxígeno. Si bien la risa no es un buen sustituto del ejercicio regular, la risa intensa sí ofrece beneficios físicos.

Los beneficios de la risa pueden extenderse y apoyar a todo el sistema cardiovascular. Los vasos sanguíneos, como las arterias y venas, clave para el sistema circulatorio, son responsables de transportar la sangre por todo el cuerpo. Hacen circular la sangre desde el corazón y hacia éste. Todos los vasos sanguíneos tienen un recubrimiento interno —el endotelio— que les permite relajarse y expandirse para incrementar el flujo sanguíneo.

Hay pruebas de que la risa ayuda a los vasos sanguíneos a funcionar más efectivamente haciendo participar al endotelio. Si usted está estresado o triste, el organismo puede liberar adrenalina y noradrenalina —hormonas que hacen que los vasos sanguíneos se contraigan. La risa o la felicidad pueden limitar la liberación de dichas hormonas, disminuir la tensión de los vasos sanguíneos y mejorar su estructura.

Y curiosamente, mientras usted ríe, puede liberarse gas de la risa —óxido nítrico— en el torrente sanguíneo. En todo el cuerpo se produce óxido nítrico, que por su calidad de vasodilatador, relaja el endotelio para ayudar a expandir los vasos sanguíneos. Con una buena carcajada se liberan beta endorfinas en el torrente sanguíneo. Como las endorfinas hacen sentir bien, se desencadena la liberación celular de más óxido nítrico en el torrente sanguíneo y la presión sanguínea se relaja.

Pero ahí no paran los beneficios físicos de la risa. Cuando de tolerancia al dolor se trata, la risa como medicina no es un chiste. Mientras usted ríe, pueden liberarse endorfinas en el torrente sanguíneo y provocar una sensación calmante. La risa también exige que su cuerpo respire profundamente, y esto ayuda a relajar los músculos.

La risa también es clave para la memoria. Los maestros que incluyen el humor en sus clases crean un entorno de aprendizaje menos estresante. Cuando el maestro intercalaba chistes sobre temas relevantes, era más probable que los estudiantes recordaran esos puntos clave de la clase. Estos hallazgos sugieren que el humor contextual puede ayudar a retener información.

Si conforme envejece usted asocia humor e información, es más probable que transfiera recuerdos de corto plazo a la memoria de largo plazo. Hay más probabilidades de que una persona mayor recuerde lo que ha hecho si emprende actividades divertidas y alegres.

Reduzca el estrés y construya relaciones con una buena carcajada

Cuando algo le hace cosquillas, el organismo lo recompensa con una ráfaga de hormonas: cortisol, epinefrina y dopamina. La risa puede incluso producir endorfinas naturalmente, hormonas del bienestar que ayudan con el dolor.

Los individuos que ríen 15 veces o más al día pueden incrementar el número de anticuerpos de su sistema. Una dosis diaria de risas y sonrisas puede ayudar a sostener al sistema inmunológico, al tiempo que limita los efectos físicos del estrés.

Si bien en general el enojo, la culpa y las penas no se relacionan con la risa, es muy efectiva para lidiar con emociones intensas. Incluso la risa ligera puede ayudar a poner en perspectiva una situación y ofrecer la oportunidad de remodelar la visión de ciertos acontecimientos. Esto se debe a que la risa distrae de las emociones negativas. Los psicólogos piensan que el humor incluso es valioso para reducir los efectos de situaciones amenazantes.

Los beneficios sociales de la risa son innumerables, y no se limitan a una carcajada. Hasta el mínimo acto de bondad o cortesía —incluso una sonrisa sincera— puede reproducir las sensaciones provocadas por la risa. Basta con reír o sonreír para que usted pueda mejorar el estado de ánimo general de las personas que lo rodean.

La risa es característicamente contagiosa. Piense en esto: cuando de lejos usted ve a dos personas riéndose, es muy probable que también usted sonría. Los humanos son unos reflejo de otros, y esto empieza en la infancia, cuando un bebé copia el comportamiento de sus padres. Para crear un vínculo social con alguien, es natural recurrir a comportamientos pasados positivos e intentar repetirlos. El cuerpo sonríe naturalmente como reacción a experiencias agradables, por eso es normal que alguien —que ni siquiera comparte la experiencia positiva—imite una sonrisa.

Los científicos han sugerido que la risa fue un precursor del lenguaje. Esta teoría tan popular, implícita en la hipótesis del cerebro social, dice que el cerebro humano es más grande que el de otros animales porque los primeros humanos vivían en grupos de mayor tamaño. El cerebro se desarrolló hasta ser un órgano más grande por la necesidad de recordar a otros miembros del grupo y la relación entre cada individuo.

De eso se deriva la importancia de la socialización. Como no podían verbalizar la emoción, los primeros humanos emitían breves estallidos de risas para demostrar placer ante los demás miembros del grupo. Conforme en los humanos se desarrolló la capacidad física para hablar, la risa siguió siendo una forma de comunicar sentimientos de aprecio a los otros miembros del grupo.

Una buena dosis de risa

El ejercicio puede ayudar a mantener el cuerpo en movimiento. Una dieta saludable puede proporcionar al organismo los nutrientes adecuados. Una buena dosis de risa es excelente para levantar el ánimo, mejorar el humor y hacer que usted se sienta naturalmente mejor. Por eso es importante tener una perspectiva saludable y divertida de la vida.

Por todas estas razones, la respuesta a la pregunta original de ‘¿la risa como medicina es un chiste malo y ridículo?’, es un rotundo no. Si bien no va a sustituir a las prácticas médicas modernas, la risa puede formar parte de su estilo de vida saludable.

Las cosas divertidas no son las mismas para todos, pero si usted puede reírse más, podrá lidiar con situaciones estresantes, incrementar su creatividad, apoyar a su salud y tener una perspectiva más positiva en su día a día.