Protéjase usando la técnica apropiada de lavado de manos

Usted comparte el mundo con todo tipo de virus y microbios (conocidos como gérmenes). Estos gérmenes incluyen algunos que son patógenos, lo que significa que pueden producir enfermedades. Una vez en sus manos, estos gérmenes pueden propagarse fácilmente a otras áreas de su cuerpo o transferirse a otras personas o superficies, por lo que los profesionales de la salud recomiendan encarecidamente lavarse las manos con frecuencia. Esta no es una tarea que debe tomarse a la ligera, hacerse a medias o realizarse sin seguir la técnica adecuada de lavado de manos.

Lavarse bien con agua y jabón neutraliza los microbios que permanecen en sus manos esperando la oportunidad de entrar al cuerpo. (El uso de un desinfectante de manos a base de alcohol también es otra opción para matar los gérmenes—hablaremos sobre esto más adelante.) El lavado de manos es una forma rápida, fácil y efectiva de prevenir la propagación de gérmenes. Desafortunadamente, muchas personas no se lavan las manos con la suficiente frecuencia o lo hacen de manera incorrecta.

Un estudio publicado en el Journal of Environmental Health analizó las técnicas de lavado de manos de 3,749 personas que usan baños públicos. Los impactantes resultados revelaron que, aunque un 67 por ciento de las personas se lavaron con agua y jabón, sólo el cinco por ciento lo hizo el tiempo suficiente para eliminar los gérmenes que se encuentran en sus manos. Un 23 por ciento de las personas se enjuagaron las manos, pero no usaron jabón. Y un 10 por ciento no se lavó las manos en absoluto después de ir al baño.


Los comienzos del lavado de manos

La importancia de la higiene fue reconocida a principios del siglo XIX. Fue en esa época que varios científicos prominentes hicieron importantes descubrimientos en la microscopía, microbiología y en la prevención de enfermedades. Pero Ignaz Semmelweis, un notable médico húngaro, fue quien descubrió la importancia del lavado de manos en las instituciones dedicadas al cuidado de la salud.

El Dr. Semmelweis descubrió que la tasa de enfermedad y de muerte entre las mujeres y sus bebés disminuyó drásticamente después de requerirle a su personal médico que se lavaran las manos, y también sus instrumentos médicos, con jabón y una solución de cloro entre cada autopsia y cada paciente de maternidad que atendieran. Debido a este descubrimiento, algunos consideran al Dr. Semmelweis el padre de la higiene de las manos.

Durante un discurso en el 1850 en la sala de conferencias de la Sociedad Médica de Viena, el Dr. Semmelweis compartió sus descubrimientos, y les aconsejó encarecidamente a sus colegas que se lavaran las manos para evitar la propagación de enfermedades. Desafortunadamente, la comunidad médica en general no prestó atención a este consejo durante varias décadas, e innumerables vidas se perdieron innecesariamente a causa de ello.


La importancia de la higiene de las manos

Los gérmenes viven dentro de usted, sobre usted y en todo su entorno, sobretodo en las superficies que usted toca con frecuencia. A lo largo del día, es normal que entre en contacto con todo tipo de gérmenes a través del aire que respira, los objetos que toca y las personas que conoce. Y aunque su piel puede proporcionar una barrera protectora contra estos microbios, esta protección no es completa. El tocarse, sin darse cuenta, los ojos, la nariz y la boca—un hábito difícil de romper del que todos somos culpables—ocurre aproximadamente cada dos minutos y medio.

Este número no es una conjetura; proviene de un estudio realizado en estudiantes de medicina, publicado en el American Journal of Infection Control. El estudio descubrió que los estudiantes se tocaban la cara un promedio de 23 veces por hora, y casi la mitad de las veces que esto ocurría, entraban en contacto con una membrana mucosa (ojos, nariz o boca).

Ahora pregúntese: ¿cuántas veces al día se toca usted la cara?

Es una pregunta importante. Las manos son un portal que permite que los gérmenes dañinos se cuelen dentro de usted y potencialmente lo enfermen. Se ha estimado que el 80 por ciento de las enfermedades infecciosas se propagan por el tacto. Y como no es práctico el usar un traje especial de protección todos los días, es importante aplicar con frecuencia las técnicas de lavado de manos adecuadas (lavarse cuidadosamente con agua y jabón o con un desinfectante a base de alcohol).

¿Por qué? Porque una higiene de las manos efectiva neutraliza los gérmenes que pueden acechar en sus manos. El jabón y el agua son en realidad la mejor opción, pero el desinfectante a base de alcohol es una opción cuando el lavado de manos no es posible. Aunque no es peligroso, los niños menores de seis años deben tener la supervisión de un adulto cuando usan un desinfectante de manos. También es importante seguir las instrucciones de uso que aparecen en el panel de datos de un desinfectante.

El poder de la técnica adecuada de lavado de manos 

El frotar las manos rápidamente mientras las mantiene bajo el chorro de agua puede parecer una técnica de lavado de manos adecuada, pero no es suficiente para lograr una limpieza efectiva. Lo mejor es tomar unos segundos más para lavarse las manos adecuadamente con agua y jabón, ya que el hacerlo correctamente podría marcar la diferencia entre mantenerse saludable o contraer una infección que bien pudo haber prevenido.

Los expertos recomiendan lavarse las manos (para crear fricción) durante al menos 20 segundos o el tiempo que se necesite para cantar “Feliz cumpleaños” dos veces. El tipo de jabón no es tan importante como la técnica de lavado de manos, lo que significa que los jabones básicos funcionan tan bien como el jabón antibacterial, siempre y cuando siga los pasos de lavado de manos que se describen a continuación.

Este enfoque es efectivo porque el jabón se compone de moléculas en forma de alfiler que tienen una cabeza hidrofílica (atrae el agua) y una cola hidrofóbica (repela el agua). Las moléculas de jabón pueden actuar como un puente que conecta la cabeza hidrofílica a una molécula de agua y la cola hidrofóbica a los lípidos y gérmenes que pueden permanecer en sus manos.

Cuando se lava las manos con agua y jabón, los gérmenes quedan rodeados de moléculas de jabón. Las colas hidrofóbicas del jabón, en un intento por evitar el agua, se adhieren a los gérmenes, y esto los neutraliza. Aunque los virus no están técnicamente vivos, las moléculas de jabón compiten con los lípidos que están sobre y dentro de la membrana del virus para ayudar a separarlo, convirtiéndolo en un virus inofensivo.

Finalmente, el enjuagarse con agua limpia el jabón de las manos elimina la gran mayoría de estos gérmenes.

Pasos para el lavado de manos con jabón

Ahora que ya sabe la razón por la que es importante practicar correctamente la técnica de lavado de manos, hablemos acerca de los pasos a seguir para completar esta importante tarea.

  • Comience mojándose las manos con agua limpia (tibia o fría) y luego aplíquese el jabón.
  • Forme una espuma frotándose las manos con el jabón. Frote las palmas y el dorso de sus manos con esta espuma. Asegúrese de frotarse entre todos los dedos y ambos pulgares. No olvide incluir las puntas de los dedos y la base de las uñas. Incluso, lávese por debajo de las puntas de las uñas, si es necesario.
  • Continúe frotando sus manos durante al menos 20 segundos. Una buena guía que le ayudaría a completar el tiempo sugerido es cantar o tararear dos veces, de principio a fin, la canción “Feliz cumpleaños”. También puede cantar o tararear la canción de su elección, configurar el temporizador de su teléfono o contar hasta cierto número. Solo asegúrese de frotarse las manos hasta completar un mínimo de 20 segundos.
  • El siguiente paso importante es enjuagarse bien las manos con agua limpia.
  • Y finalmente, séquese las manos con una toalla limpia (o una toalla de papel). También puede dejar que se sequen con el aire, pero no se las seque en su ropa.

El desinfectante de manos (espuma o gel) es la siguiente mejor solución para desinfectarse las manos cuando no se puede lavar con agua y jabón. Es importante que se deshaga de cualquier suciedad que tenga en las manos antes de usar el desinfectante de manos.

  • Aplíquese aproximadamente una cantidad del desinfectante de manos (con un contenido de alcohol de al menos 60 por ciento) del tamaño de un centavo en la palma de una mano.
  • Frótese las manos creando fricción, esparciendo el desinfectante por todas las superficies de las manos, centrándose en las palmas, los pulgares, las yemas de los dedos y las uñas, hasta que se sequen. La cantidad que use debe tardar en secarse completamente por lo menos 15 segundos.

Ahora que ya sabe cómo realizar correctamente esta actividad de mantenimiento de la salud, recuerde hacerlo a menudo. La evidencia científica apoya abrumadoramente la técnica adecuada del lavado de manos como la forma más simple e importante de ayudar a reducir el riesgo de infección. El adoptar este importante hábito puede desempeñar un papel importante en la protección de su salud general y la salud de su familia y amigos.