Depuración celular humana: Control del daño celular con autofagia y mitofagia

El organismo no puede esperar a que llegue un día específico para la limpieza y poder seguir trabajando. Nunca deja de reparar, dar mantenimiento y reciclar. Esto sucede en gran escala con las proteínas esenciales para la vida en todo el cuerpo. Y ese ciclo continuo tiene lugar en cada una de las células humanas porque todas tienen también su propia forma de controlar el daño celular. Dos de los más importantes procesos de depuración son la autofagia y la mitofagia.

Vamos a averiguar por qué estos dos procesos de depuración son importantes. Luego hablaremos de cómo las células lidian con el reciclado y la renovación y de cómo enfrentan el daño celular y la depuración celular.

Por qué la depuración celular es buena para la salud en general

Muchas proteínas son esenciales para la vida, pero dentro de esa diversidad, hay algo en común: todas tienen que descomponerse una vez que llevan a cabo las tareas que les han sido asignadas. No importa si la proteína es una enzima hepática, un apoyo para la estructura celular o una proteína que protege al organismo como parte del sistema inmunológico, a la larga, todas envejecen y tienen que irse.

Este proceso normal de control de calidad celular ayuda a mantener el bienestar corporal, ayuda a seguir dándole a las tareas cotidianas, a disfrutar de las aventuras y, en general, a sacarle lo mejor a la vida.

Pero si el servicio de limpieza del organismo se estanca o es ineficiente, los resultados pueden ser desastrosos. Se ha descubierto en investigaciones cómo el desequilibrio entre producción y degradación de las proteínas (otra forma de llamarle a la descomposición) puede resultar en la acumulación de productos proteicos; estas acumulaciones se han relacionado con el deterioro de la salud del cerebro y pueden afectar negativamente a muchos otros sistemas del organismo.

Cómo ayuda la autofagia al reciclado y la renovación

Antes de entrar al proceso de la autofagia, definamos qué es. La traducción literal de autofagia es “comerse a sí mismo”, que no suena nada bien, pero es una parte importante y normal de un organismo saludable.

Básicamente, autofagia es el nombre formal del proceso de reciclado por el que pasan las células del cuerpo, es la forma en que las células reciclan las partes dañadas o gastadas hasta sus componentes más básicos para que esas pequeñas piezas puedan volver a utilizarse.

Llegó el momento de sumergirse a fondo en los detalles de la depuración celular.

Durante el proceso de autofagia, los elementos celulares indeseables se aíslan y enclaustran en compartimentos especializados de doble membrana (también conocidos como autofagosomas.) Luego, la “basura” proteica empacada se fusiona con lisosomas. Los lisosomas son un tipo de organelo celular (o estructura celular) que tiene enzimas digestivas para descomponer los elementos de las proteínas. El reciclado termina cuando los aminoácidos de las proteínas descompuestas se convierten en la materia prima de nuevas proteínas.

Todo el tiempo hay autofagia en todas las estructuras celulares: es normal en los procesos de depuración celular, pero también entra en acción cuando las células están estresadas, ya sea por el estilo de vida, los radicales libres u otros factores. Por ejemplo, la restricción calórica es un estresor común relacionado con la autofagia. No se puede permitir que los daños provocados por el estrés se acumulen, por eso tiene sentido que la autofagia se acelere en épocas de estrés.

¿Qué es la mitofagia?

Autofagia es un término general para el proceso de reciclado en muchas partes de la célula. La mitofagia es más específica: se refiere al mismo tipo de proceso de depuración para la mitocondria, la parte de la célula encargada de la producción de energía.

Las mitocondrias son las centrales eléctricas de la célula que convierten el combustible en energía. Cuando están jóvenes y saludables, son eficientes para proveer de energía con pocos productos de desecho (radicales libres), pero conforme envejecen o se desgastan, son mucho menos eficientes para producir energía, de tal forma que emiten niveles mucho más elevados de radicales libres.

Podemos comparar esto con el motor de un auto. Cuando el auto es nuevo, es eficiente y produce pocas emisiones, pero conforme envejece por el uso, el motor pierde eficiencia y desprende muchas más emisiones. En un momento dado, se enciende la luz que indica que se debe revisar el motor: tal vez se tenga que ajustar o sustituir la máquina para que el auto siga funcionando de forma óptima.

Así, el proceso de mitofagia ajusta las centrales eléctricas de las células para que sigan funcionando de forma eficiente y efectiva. Normalmente las mitocondrias funcionales desempeñan un papel muy importante en el mantenimiento de la salud, la vitalidad y el bienestar de largo plazo.

Señalización de la depuración celular

El reciclado de las células humanas siempre es bueno, entonces, ¿para qué esperar a que se acumule el daño celular? ¿Cómo es que el cuerpo no inicia la autofagia y la mitofagia más a menudo?

Básicamente porque todo en el organismo tiene que ver con la sobrevivencia. Si bien la depuración suele ayudar a conservarse en óptima salud, no es necesario para mantenerse vivo. Por eso los procesos se desencadenan cuando son necesarios, no antes.

La mentalidad de sobrevivencia del cuerpo —suficiente para seguir vivo pero no para crecer— es útil, pero no óptima. Ahí es donde la nutrición enfocada puede ser la diferencia.

En ciertas condiciones, los nutrientes de la dieta imitan a estresores celulares, como la restricción calórica, así que en vez de reducir mucho las calorías, ¿no preferiría enfocar a nutrientes específicos de la dieta para desencadenar el proceso? El camino fácil es incorporar algunos nutrientes. Y sigue siendo efectivo. Estos estresores de los nutrientes pueden indicar a la célula que se renueve o se reemplace para seguir siendo eficiente.

Así, lo que está usted haciendo esencialmente, es engañar a las células para que ajusten su máquina antes de que los kilómetros de vida hayan hecho mella. Esto significa que la salud celular se mantiene y que usted tiene las células eficientes y efectivas que necesita para vivir la vida al máximo.

Muchos de estos nutrientes que inducen estrés se encuentran en frutas y verduras como brócoli, tomate, kale, raíz de cúrcuma, uvas y arándanos, por no mencionar sino unos cuantos. Esta nueva capacidad de señalización de los compuestos vegetales hace aún más importante el consumo de frutas y verduras para tener buena salud.