beautiful skin in the snow

Cuidado de la piel según la temporada: Logre una piel saludable los 365 días del año

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Para muchos, el invierno evoca imágenes de bellos paisajes congelados: árboles cubiertos de nieve, témpanos y más. Para otros, las asociaciones son menos agradables: piel reseca, labios agrietados y la aplicación sin fin de un humectante.

Le guste o no, el invierno puede causar estragos en su piel, y lo mismo ocurre con el verano, aunque sus efectos sobre la piel son de distinta índole.

Si usted ya sigue un régimen específico para el cuidado de su piel, estos cambios estacionales pueden resultar frustrantes. ¿Quién quiere tener una piel saludable e hidratada tres temporadas del año para luego sufrir resequedad todo el invierno? Absolutamente nadie. Afortunadamente, la mayoría de estos fiascos estacionales relacionados con el cuidado de la piel pueden evitarse, todo lo que se necesita es un poco de previsión y algunos pequeños ajustes en su rutina actual.

El cuidado de la piel y las estaciones: Cómo la piel se ve afectada por el clima

Su piel es la primera línea de defensa de su cuerpo contra los elementos, por eso es natural que cambie con los cambios de clima. La mayoría de estos cambios tienen que ver con la cantidad de humedad en el aire.

Durante el invierno, el aire es frío y, en su mayor parte, seco. Como el aire es menos húmedo que en verano, la piel se reseca mucho más rápido, lo que puede provocar que se deshidrate y se agriete, dos cosas que muy probablemente quiera evitar por completo. La buena noticia es que estos efectos suelen mitigarse haciendo un ligero ajuste en la fase de humectación de su rutina de cuidado de la piel, ¡más adelante hablaremos de ello!

El verano suele tener el efecto contrario en la piel. En los meses más cálidos, el aire es mucho más húmedo que durante el resto del año. La alta humedad puede hacer que las glándulas sebáceas —las encargadas de producir la grasa de la piel— produzcan demasiada grasa, lo que suele provocar una piel excesivamente grasa y brillosa.

Las necesidades de cuidado de la piel durante cada temporada también dependerán de su tipo de piel. Si usted tiene la piel grasa, por ejemplo, puede que el clima invernal no le reseque demasiado la piel. El verano, por otra parte, puede agravar y aumentar la tendencia natural de su piel a producir grasa. Del mismo modo, si usted tiene una piel naturalmente seca, puede estar perfectamente hidratada durante el verano, pero agrietada y reseca durante el invierno.

Conocer su piel y el modo en que le afecta el clima es el primer paso para mantenerla saludable todo el año. El segundo paso es ajustar su régimen de cuidado de la piel según corresponda, cosa que veremos en la siguiente sección.

Régimen de cuidado para pieles grasas según la temporada

Si su piel es de tipo graso, su régimen habitual de cuidado debería funcionar durante tres temporadas al año. Es decir, durante el invierno, la primavera y el otoño, no debe dejar de lado su limpiador, el tónico y el humectante o su protector solar habituales. Es el clima del verano —el calor y la humedad— lo que puede desequilibrar su piel.

Como probablemente sepa, ya sea porque lo ha investigado o bien por experiencia personal, la piel grasa no se lleva bien con las cremas y fluidos pesados. Aunque limpian y humectan bien, este tipo de productos tiende a exacerbar la oleosidad de una piel ya grasa. Por ello, su rutina de cuidado para pieles grasas probablemente incluya productos más ligeros, más fluidos, como geles, limpiadores líquidos, etc.

Durante los meses de verano, es posible que tenga que hacer algunos ajustes en los pasos de humectación y protección de su rutina. Si nota que su piel se vuelve excesivamente grasa y brillosa con el calor del verano, empiece por ajustar su humectante. ¿Está usando un fluido humectante? Si es así, puede intentar cambiar a un humectante en gel para el verano. O bien, si utiliza un humectante y un producto aparte para la protección solar, considere consolidar los dos pasos y utilizar un humectante que además proporcione protección solar.

Recuerde que no está reinventando la rueda. Estos ajustes en su rutina para el cuidado de la piel no tienen que ser enormes. Dese una semana para ver los resultados y luego vuelva a evaluar. Si todavía le cuesta controlar la piel grasa, haga algunos ajustes más.

Régimen de cuidado para pieles grasas según cada temporada

Si su piel naturalmente tiende a resecarse, es probable que tenga lo que se conoce como piel de tipo seco. Durante la mayor parte del año, su rutina de cuidado de la piel debería ser bastante consistente: un limpiador en crema, su tónico preferido, una crema o fluido humectante y una capa de protección solar humectante. Sin embargo, durante el invierno es posible que tenga que llevar un nivel más arriba el paso de la humectación en su régimen de cuidado de la piel.

Normalmente, esto significa utilizar un limpiador más untuoso, y en el mundo de los productos para el cuidado de la piel, “más untuoso” significa más espeso. Si suele utilizar una loción humectante, pero le parece insuficiente durante los meses de invierno, pruebe con una crema humectante.

Un aceite facial es otro método que puede probar para ayudar a combatir la piel apagada y reseca. Puede aplicarlo después de su humectante habitual para ayudar a fijar la hidratación y acondicionar la piel.

Más sol significa más protección

El último paso de una rutina completa para el cuidado de la piel es la aplicación de productos para protegerla, lo cual puede hacerse aplicando productos con un factor de protección solar. Por lo general, se trata de un protector solar, pero hoy en día muchos humectantes e incluso productos de maquillaje ofrecen cierta protección solar.

Esto puede parecer una obviedad, pero hay que decirlo: cuanto más se exponga al sol, más debe proteger su piel.

Si pasa horas y horas al sol durante los meses de verano, aumente su protección contra los rayos UV. Esto podría significar el uso de un protector solar más fuerte (debería usar al menos SPF 30) o reaplicarlo con más frecuencia a lo largo del día, aunque lo ideal sería hacer ambas cosas.

Cambios en el cuidado de la piel que hay que evitar

Ajustar su rutina de cuidado de la piel puede inquietarle, incluso cuando es necesario. Encontrar la combinación perfecta de productos requiere tiempo y constancia, y los cambios a menudo parecen amenazar ese delicado equilibrio. Así que, ¿cómo puede ajustar su rutina de cuidado de la piel según las estaciones del año sin romper ese equilibrio que tanto le ha costado mantener?

No es tan difícil como parece. Sólo hay que centrarse en hacer cambios pequeños. Si realiza varios cambios en su rutina actual, será difícil determinar qué producto es el problema si la nueva rutina no funciona para su tipo de piel.

Cualquier nuevo producto humectante o cualquier otro producto que pruebe deberá hacerlo parte de su rutina uno a la vez. Si el cambio individual en su rutina de cuidado de la piel le proporciona una piel sana y vibrante, es una buena señal de que está dando a su piel los nutrientes y el cuidado que necesita.

La consistencia es esencial

Si sigue una rutina regular para el cuidado de su piel, sabrá que la constancia es la clave. Lo mismo ocurre con los ajustes estacionales en el cuidado de la piel. Cualquier cambio que haga será tan bueno como la consistencia con la que lo ponga en práctica. Sin duda, la aplicación de un filtro solar un día a la semana es mejor que no aplicarlo nunca, pero es insuficiente. Así que póngase manos a la obra y comprométase con los cambios que ponga en marcha. Si algo funciona, siga con ello. Si no obtiene los resultados deseados, pruebe otra cosa. Y si todo lo demás falla, consulte a un dermatólogo.