5 cosas que su lengua está tratando de decirle sobre su salud

Resulta que el cuidado de la lengua debería aplicarse para más que solo para hablar. Es mucho lo que los médicos —y usted— pueden decir acerca de su salud en general solo observando el color, el tamaño y la textura de ese héroe no reconocido que está dentro de su boca.

Usted ya sabe que su lengua es esencial para degustar y digerir los alimentos, y para articular el habla. Y debido a que su lengua es parte tan importante de diversas funciones corporales relevantes, prestar atención a su apariencia y a los cambios que pueda sufrir puede ayudarle a alertarlo tempranamente acerca de problemas de salud de mayor magnitud. Esta es una de las razones por las que su médico le pide siempre que saque la lengua durante su revisión física anual. También es la razón por la que su dentista puede llegar a preguntarle acerca de qué tanto se hidrata o sobre sus hábitos de higiene después de solo echarle un vistazo a su lengua.

En general, una lengua saludable es de color rosa obscuro, se ve húmeda, firme y cubierta de pequeñas protuberancias llamadas papilas. Si la apariencia de su lengua se desvía de estos estándares, tome en cuenta los siguientes cinco problemas que su lengua podría estar tratando de avisarle:

1. Deshidratación

Cuando su cuerpo está deshidratado —lo que significa que no tiene suficientes fluidos para funcionar de manera óptima— uno de los primeros síntomas es la resequedad de la boca y la lengua. Esto se debe a que su cuerpo reduce la cantidad de saliva que está produciendo en un esfuerzo por conservar los fluidos. Además de sentir la boca seca, la falta de una cantidad adecuada de saliva puede también afectar su capacidad para descomponer los alimentos que coma, y también puede reducir su capacidad para mantener saludables sus dientes.

La solución inmediata para la deshidratación es obvia: beba más agua. El Consejo de Salud y Nutrición de las Academias Nacionales de Ciencias, Ingeniería y Medicina (organismo estadounidense) recomienda que los hombres consuman 15.5 tazas (3.7 litros) de fluidos al día, y que las mujeres traten de beber 11.5 tazas (2.7 litros). Tenga en mente que estas cantidades incluyen la ingesta total diaria de fluidos, tanto derivados de los alimentos como líquidos. También considere que circunstancias tales como el clima cálido o el ejercicio harán necesario que usted consuma más fluidos para mantenerse hidratado.

La mayoría de las personas saludables pueden mantenerse hidratadas simplemente bebiendo fluidos cuando sienten sed. Las neuronas ubicadas en el cerebro participan en el monitoreo de la ingesta de alimentos y bebidas, así como de los niveles de sangre, para regular la sed mediante el envío de mensajes hormonales que inducen la necesidad de tomar líquidos. Asimismo, las papilas gustativas envían de vuelta mensajes al cerebro acerca de los fluidos consumidos antes de que éstos lleguen al torrente sanguíneo para señalizar que la sed ha sido saciada.

En algunos casos, no obstante, simplemente beber más líquidos puede no ser suficiente para resolver un problema de resequedad en la boca. La deshidratación, si bien es una causa común de resequedad, no es el único problema que puede producir que la boca esté seca. Ciertos medicamentos, tratamientos médicos o problemas de salud también pueden ser responsables de que la lengua se sienta como si la hubiera abandonado en el desierto.

2. Cambios en su microbioma oral

En su boca hay bacterias y todo tipo de microbios, y su lengua ciertamente no es la excepción. En un principio, esto puede parecer repugnante, pero tiene que acostumbrarse a ello, porque su microbioma oral es parte importante de una boca saludable.

Y si se está preguntando por las condiciones de equilibrio de su microbioma oral, solo eche un vistazo a su lengua. Si su lengua luce normal, es una buena señal, lo que apunta a un equilibrio saludable de microbios que hacen de su boca un hogar.

Cuando su boca se ve como si tuviera un recubrimiento blanco, podría ser momento de invertir energía en su microbioma oral, lo que significa que debe cuidar más su higiene oral. (Y echar un vistazo a los consejos para tener una lengua saludable que enumeramos más adelante.)

3. Alerta del sistema inmunológico

Son muchas las partes de su cuerpo que desempeñan una función directa o de apoyo en el mantenimiento de su salud inmunológica. Su lengua tiene una relación tangencial con su salud inmunológica a través del papel que desempeña en la digestión, pero también puede ser una bandera roja (o blanca).

Si su sistema inmunológico está en problemas —como resultado de una variedad de factores de estilo de vida ocasionales normales— su lengua se lo dirá. Algunos de los signos son similares a los que se mencionaron en la sección que habla del microbioma en los párrafos anteriores.

Normalmente, su sistema inmunológico no deja, así como así, que cualquier cosa se adhiera a su lengua. Los hongos son un gran ejemplo de esto. Probablemente siempre hay algunos de estos invasores en su boca y en su lengua, pero el sistema de defensa de su cuerpo está creado para evitar que una gran cantidad de hongos vivan en su boca o en su lengua.

Cuando su lengua está cubierta de blanco, eso puede ser un indicio de que su microbioma oral está fuera de balance, y sería una buena idea apoyarlo con hábitos que favorezcan su inmunidad.

Su médico también puede saber, con tan solo ver su lengua, si usted está teniendo algunos problemas. Así pues, si nota que su lengua está muy roja, pídale a un médico que lo revise. (A menos que ello se deba a que acaba se consumir algún alimento o bebida de color rojo; en ese caso, no habrá problema.)

4. Deficiencias nutricionales

Su lengua lo ayuda a degustar, disfrutar e incluso a digerir adecuadamente los alimentos. Pero si no está consumiendo suficientes cantidades de determinados nutrientes, su lengua lo delatará.

Cuando su lengua está muy roja, puede que sea momento de hacer ajustes en su alimentación. Evalúe su consumo de dos vitaminas (B12 y ácido fólico) y un mineral (hierro). Estos nutrientes esenciales pueden obtenerse fácilmente a través de una alimentación saludable.

La vitamina B12 se encuentra en los mariscos, la res y los huevos. El ácido fólico (también conocido como vitamina B9) está presente en las legumbres, el brócoli y las espinacas. Y si quiere añadir hierro a su dieta, opte por las aves, las carnes orgánicas, los frijoles y las nueces.

5. Estrés excesivo

Resulta ser que el estrés tiene un impacto negativo en todo su cuerpo, y su lengua no escapa a los estragos que causa el estrés.

El enrojecimiento de la lengua es una señal de estrés. Las aftas y las úlceras por estrés que aparecen en la lengua podrían ser una señal de que usted está estresado. Si su lengua presenta erosiones en las orillas, eso podría significar que usted constantemente se muerde la lengua en reacción al estrés.

Y sus papilas gustativas tampoco son inmunes al estrés de la vida. Los investigadores sugieren que sus papilas gustativas también se ven afectadas por el estrés. Así que practique los autocuidados como un medio para ayudar a aliviar parte del estrés que hay en su vida. Su mente, su cuerpo y su boca se beneficiarán.

No se olvide de llevar una higiene adecuada

Además de una buena nutrición, una adecuada hidratación y no fumar, lo mejor que usted puede hacer por su lengua es practicar buenos hábitos de higiene oral. Ponga en práctica estos consejos para mantener su lengua feliz y saludable.

Raspado

Usted ya sabe que necesita cepillarse los dientes al menos dos veces al día (puntos extras si se los cepilla después de cada comida). Y cuando esté en eso, ¿por qué no añadir un paso extra muy breve consistente en raspar su lengua? Use un raspador de lengua, de plástico o de metal (son económicos) para rasparse la lengua una o dos veces por zona a todo lo largo. Vaya desde la parte posterior hasta la parte frontal, y asegúrese de enjuagar los desechos entre cada raspada. Además de eliminar las bacterias causantes del mal aliento, los investigadores sugieren que rasparse la lengua dos veces al día también podría mejorar el sentido del gusto.

Cepillado

¿El hecho de pensar en el raspado de lengua (o el raspado mismo) le produce náuseas? Puede poner en marcha ciertas acciones para matar las bacterias haciendo de su cepillo de dientes un instrumento multitareas. Cepille su lengua vigorosamente en múltiples direcciones una vez que se haya cepillado bien los dientes. Solo le aconsejamos no hacerlo sin ton ni son, no vaya a dañar sus delicadas papilas gustativas o la mucosa (ese tejido rosado que cubre su lengua).

Enjuague con aceite

Existen unos cuantos estudios que han determinado que la antigua práctica de enjuagarse la boca con aceite por unos 20 minutos al día, una vez al día, puede reducir el olor —y ciertas bacterias causantes de caries— si se hace consistentemente como parte de una rutina de higiene oral completa. El enjuague con aceite, como se conoce en el Ayurveda, comúnmente se hace utilizando aceites prensados en frío como el aceite de girasol, de sésamo o de coco. El enjuague con aceite puede mantener saludable su lengua gracias a que elimina las bacterias, y además puede ayudar a aliviar síntomas como la resequedad bucal y los labios partidos. Si usted es de esas personas a quienes les causa molestias el uso de enjuagues bucales a base de alcohol o muy potentes, el enjuague con aceite puede ser una alternativa más suave. Una vez que haya acabado de enjuagarse, escupa el aceite en un bote de basura que tenga bolsa (¡no lo escupa en el lavamanos!) y enjuague su boca con agua. (No hay evidencia científica de que esta práctica blanquee los dientes, elimine las toxinas del cuerpo o que sirva para tratar enfermedades.)

Escuche a su lengua

La lengua es más que solo el órgano muscular que vive en su boca. También puede ser valiosa como medio de pronóstico de otros problemas de salud. Sin embargo, para poder tomar nota de cualquier aviso que pueda darle su lengua, es necesario que le preste atención y la cuide.

Frente a un espejo, saque la lengua y examine su color, su forma, su tamaño y su textura, y avísele a su médico si detecta cambios inusuales. ¡Y no se olvide de su lengua durante su rutina de cuidado oral! Es una herramienta básica para su sistema digestivo y para articular el habla, y darle cuidados extras bien vale la pena.