Nueve datos interesantes y divertidos sobre el cortisol

El estrés es una realidad y lo mismo sucede con el cortisol —su fiel compañero durante las situaciones estresantes. El cortisol está ahí en los breves momentos de estrés, como cuando usted se levanta tarde y tiene que salir corriendo al trabajo. Y el cortisol está ahí cuando padece estrés a largo plazo, como cuando tiene que lidiar con una enfermedad crónica.

Hay mucho que conocer acerca de la principal hormona del estrés producida por su cuerpo. Ello se debe a que realiza muchas otras funciones además de hacerlo sentir abrumado. Consulte esta lista de datos sobre el cortisol y vea todo lo que esta hormona es capaz de hacer.

  1. El cortisol es una hormona que viaja por la sangre

El cortisol es una hormona esteroidea liberada dentro del torrente sanguíneo como respuesta al estrés. Cualquier actividad estresante puede provocar un aumento en los niveles de cortisol. Puede tratarse de una situación cotidiana, como el estrés en la casa o en la oficina. El estrés también puede ser causado por amenazas físicas como un accidente automovilístico, una caída grave o cualquier tipo de situación peligrosa. El aumento del cortisol es parte de la reacción natural de su cuerpo frente a estas situaciones estresantes.

Es el principal mensajero químico que puede transmitir instrucciones o información de una parte del cuerpo a otra durante los momentos de estrés. Probablemente por eso al cortisol también se le conoce como “la hormona del estrés”.

Por lo general los niveles de cortisol se disparan cuando el estrés es alto y regresan a la normalidad cuando este disminuye. Los picos en los niveles de cortisol pueden ayudar a su cuerpo a funcionar bajo presión, pero cuando la concentración de cortisol permanece alta demasiado tiempo, algunas funciones corporales pueden sufrir un impacto negativo.

  1. El cortisol es producido por las glándulas suprarrenales

En la parte superior de los riñones hay unas glándulas con forma de triángulo llamadas glándulas suprarrenales. Dado que los riñones filtran la sangre, resulta un lugar ideal para producir esta hormona. De esa forma, el cortisol encuentra un camino fácil de las glándulas suprarrenales al torrente sanguíneo.

Aunque el cortisol es producido en las glándulas suprarrenales, estas son incapaces de liberarlo dentro del torrente sanguíneo por sí solas. Las glándulas suprarrenales deben esperar instrucciones del cerebro antes de secretar el cortisol en el cuerpo.

  1. La glándula pituitaria controla la liberación de cortisol

Las órdenes de las glándulas suprarrenales provienen de una pequeña región del cerebro del tamaño de un chícharo llamada glándula pituitaria. Desde este lugar, ubicado en el centro del cerebro —detrás de los ojos— se controla la liberación de muchas otras hormonas además del cortisol.

La glándula pituitaria y el hipotálamo trabajan en conjunto para detectar el estrés. Para ayudarlo a sobrellevar una situación estresante, la glándula pituitaria puede modificar la cantidad de cortisol que circula por su sangre, y si los niveles suben o bajan fuera del rango normal, la glándula pituitaria puede ajustar la cantidad de hormona liberada por las glándulas suprarrenales.

  1. Casi todos los tipos de células en el cuerpo poseen receptores de cortisol

Los mensajeros químicos como el cortisol solo pueden actuar si la célula a la que se dirigen tiene un receptor. Eso es lo que le permite unirse a ella y entregar su mensaje. Una de las razones por las cuales las funciones del cortisol son tan amplias es porque prácticamente todas las células cuentan con receptores de cortisol, así que el cortisol tiene la habilidad de provocar cambios en casi todas las partes del cuerpo.

  1. El cortisol promueve la eficiencia energética

La glucosa es el compuesto que su cuerpo necesita para crear energía a nivel celular (ATP). Los carbohidratos son el alimento del que resulta más fácil para su cuerpo extraer glucosa. Las grasas y las proteínas son más complicadas y requieren más pasos.

Bajo circunstancias normales, su cuerpo almacena grasas y proteínas para tener reservas energéticas. Cuando su cuerpo está estresado y necesita toda la energía posible, el cortisol aparece y ayuda a transformar las grasas y proteínas en glucosa fácilmente disponible. De esta manera, el cortisol hace que el combustible de su cuerpo sea más eficiente al utilizar las grasas y proteínas de su dieta para generar energía de manera inmediata.

El proceso de convertir grasas y proteínas en glucosa se conoce como gluconeogénesis (gluco = glucosa, neo = nuevo, génesis = crear). Es un camino alternativo que su cuerpo puede tomar para producir glucosa de fuentes que no son carbohidratos.

La gluconeogénesis aumenta el nivel de glucosa disponible cuando su cuerpo más necesita energía. Al convertir grasas y proteínas en azúcares, su cerebro mantiene una provisión constante de glucosa mientras distribuye la suficiente energía para que sus músculos, corazón y pulmones sigan funcionando.

Sin el cortisol, su cuerpo consumiría su propio tejido muscular y adiposo para obtener energía. En lugar de eso, el cortisol protege sus músculos y su grasa corporal durante los periodos de mucho estrés.

  1. El cortisol puede contribuir al aumento de peso

Mucha gente se refugia en la comida cuando se siente abrumada por el estrés. Esta ansiedad por alimentos abundantes en grasas o por alimentos con mucha azúcar es de hecho el resultado de un aumento prolongado en los niveles de cortisol.

El aumento del cortisol estimula la liberación de insulina adicional, lo que puede causar una caída en los niveles de azúcar en la sangre. Para recuperar los niveles normales de azúcar el cuerpo pide comidas altas en carbohidratos. Esta solución temporal con comidas abundantes en grasas o azúcares subirá sus niveles de azúcar, pero también puede crear hábitos nocivos.

Cuando el aumento del estrés y del cortisol se prolongan demasiado, también aumentan la insulina y el antojo por comidas que engordan. Con el tiempo, comer alimentos abundantes en grasas o con mucha azúcar puede provocar resistencia a la insulina y aumento de peso.

Cabe subrayar que no es el cortisol en sí mismo lo que dispara el aumento de peso, pero la consecuencia de mantener niveles altos de cortisol por mucho tiempo y los efectos sobre la insulina y el azúcar en la sangre pueden llevarlo a ganar unos kilos.

  1. El sistema inmunológico puede verse afectado por el cortisol

Para dotar de energía a su cuerpo durante los momentos de estrés, el cortisol disminuye algunas funciones corporales. Desafortunadamente, su sistema inmunológico es uno de los sistemas que pasa a segundo plano. Por eso no resulta sorprendente que los estudios muestren que los elevados niveles de cortisol suprimen temporalmente la función de su sistema inmunológico.

La forma en que el cortisol hace esto es extrayendo recursos de las células que combaten los gérmenes. La producción de glóbulos blancos se reduce, dándole oportunidad a los virus y bacterias para actuar. La inflamación (la reacción natural de su cuerpo frente a una infección) también disminuye durante los periodos de estrés. Eso sucede en parte porque el cortisol reduce el suministro de las células que promueven la inflamación (células B y células T auxiliares).

Cuando los niveles de cortisol bajan y su sistema inmunológico regresa a la normalidad, tiene mucho trabajo pendiente. Los virus en estado latente se aprovechan de los periodos de baja inmunidad para infectar al cuerpo. Por eso usted puede llegar a sentirse enfermo tras padecer largos periodos de estrés.

  1. Los problemas de memoria y el cortisol están conectados

Resulta difícil pensar con claridad bajo estrés. Si alguna vez se le ha hecho tarde y no encuentra sus zapatos o las llaves del coche, sabe que esto es verdad. Los niveles elevados de cortisol pueden empañar su memoria y provocar que sea difícil recordar información importante.

Irónicamente, el cortisol ayuda a la formación de la memoria, lo que explica por qué algunas de sus experiencias más aterradoras permanecen como recuerdos vívidos. Pero cuando se trata de recordar habilidades (las que se necesitan para un examen o para recordar el nombre de alguien) el cortisol surte el efecto contrario.

El cortisol se conecta a los receptores del hipocampo y de la amígdala —el núcleo de la memoria de su cerebro. Cuando el cortisol que circula por la sangre es demasiado, su cerebro se abruma, y el aluvión de hormonas del estrés hace difícil recordar información.

Un experimento científico demostró que la gente recuerda mejor la información una vez que los niveles de cortisol empiezan a disminuir. Los hallazgos del estudio apoyan la idea de que tratar de calmarse cuando se siente estresado puede mejorar su habilidad para recordar información.

Inhalar profundamente, estirarse, meditar y las afirmaciones positivas son actividades que pueden reducir el cortisol y ayudarlo a calmarse. La próxima vez que se sienta estresado, intente hacer una pausa durante un minuto y respire para relajarse. Puede ser el truco que le ayude a recordar lo que necesita.

  1. Los niveles elevados de cortisol pueden impactar de manera negativa el desarrollo de sus huesos

El cortisol desvía energía hacia los músculos y el cerebro. Pero ¿qué parte del cuerpo recibe el golpe? Los huesos son una de esas partes. Su crecimiento se detiene como resultado del incremento de la hormona del estrés. Y aunque sus huesos ya no crecen en la edad adulta, sí dependen de los mecanismos de crecimiento para mantenerse fuertes.

Los osteoblastos, las células encargadas de fabricar los huesos, se apagan cuando los niveles de cortisol son muy altos. Los osteoblastos refuerzan los huesos depositando calcio y colágeno en la estructura ósea. Cuando los osteoblastos no pueden trabajar durante los picos de producción de cortisol, su contraparte (los osteoclastos) provocan caos en el tejido óseo.

Los osteoclastos reabsorben el calcio de los huesos. Desmineralizar los huesos los vuelve más frágiles y proclives a fracturarse. Así que los largos periodos de estrés eventualmente pueden debilitar el tejido óseo. Por eso resulta tan importante mantener los niveles de cortisol dentro de rangos normales —por el bien de sus huesos, así como del resto de su cuerpo.

Cómo reducir los niveles de cortisol

El cortisol y el estrés van de la mano. Así que reducir el nivel de estrés en su vida puede garantizar que los niveles de cortisol se mantengan dentro de un rango saludable. En términos generales, menos es más cuando hablamos de cortisol.

Intente realizar algunas de estas actividades para mantener controlado el cortisol la próxima vez que se sienta estresado:

  • Haga del ejercicio una prioridad. Puede ser caminar, nadar, hacer jardinería o jugar con sus hijos.
  • Medite todos los días. Tómese un momento para liberarse del estrés y sintonizarse con su cuerpo y su mente.
  • Concéntrese en respirar profundamente. La respiración profunda puede reducir el cortisol y ayudarlo a calmarse cuando se siente abrumado.
  • Practique yoga. Esta forma de estiramiento combina meditación y ejercicio, lo que ayuda a la relajación.
  • Busque distracciones benéficas. Dedique tiempo a sus pasatiempos favoritos, ayude a alguien que lo necesite o realice algún proyecto manejable en casa. Ser productivo puede alejar sus pensamientos de aquello que lo está estresando.
  • Duerma bien. Los niveles de cortisol son cíclicos. Cuando usted no duerme lo suficiente, el nivel de cortisol se mantiene alto y puede hacerlo sentir aún más estresado.
  • Aliméntese sanamente. Llene su estómago con una buena comida preparada con ingredientes nutritivos que le den energía a su cuerpo.
  • Aprenda a decir “no”. Ésta es difícil. No tome más responsabilidades de las que pueda manejar. Evite hacer demasiadas cosas al mismo tiempo y priorice las actividades más importantes.