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Una piel de aspecto saludable es una piel feliz: Cómo empezar una rutina para el cuidado de la piel

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El cuidado de la piel se aborda a menudo desde un punto de vista estético; después de todo, la mayoría de las personas quieren sentirse bien con su aspecto, y una piel de aspecto saludable es un buen punto de partida.

Sin embargo, la piel hace mucho más que determinar nuestro aspecto. La piel es el órgano más grande del cuerpo. Nos protege de las bacterias, los factores ambientales y de los rayos UV del sol. Se corta y se raspa y resiste el desgaste de la vida cotidiana. No hace falta decir que la piel desempeña un papel bastante importante en la salud diaria.

La buena noticia es que existen innumerables productos para el cuidado de la piel en el mercado, aunque para los que somos nuevos en el mundo del cuidado de la piel esto puede ser un poco intimidante. Si quiere comenzar a cuidar su piel pero no sabe por dónde empezar, no busque más. Este curso rápido sobre el cuidado de la piel le permitirá crear en muy poco tiempo una rutina personalizada para el cuidado de la piel.

Los cuatro tipos de piel básicos

Antes de seleccionar productos para mejorar el aspecto de su piel, es importante saber con qué está trabajando. La piel de cada persona es un poco diferente, pero suele entrar en una de cuatro categorías generales: normal, grasa, seca o mixta.

  • Piel normal: Como su nombre indica, el tipo de piel normal es, bueno, bastante normal. No es demasiado seca, ni demasiado grasa, y no tiene muchas imperfecciones que puedan notarse. Además, la piel normal no tiene ninguna sensibilidad particular.
  • Piel grasa: Si su piel tiende a brillar o tiene un brillo no saludable, es muy probable que tenga una piel grasa. Otros rasgos distintivos de las pieles grasas son los poros dilatados y los puntos negros. También es muy probable que su rostro se sienta ligeramente aceitoso al tacto.
  • Piel seca: A diferencia de la piel grasa, la piel seca tiene los poros pequeños y casi no tiene brillo. Puede resultar áspera al tacto, tener más arrugas y pliegues o ser ligeramente menos elástica que otros tipos de piel.
  • Piel mixta: Al leer acerca de los tipos de piel que describimos previamente, ¿le ha parecido que más de uno describe su piel? Si es así, probablemente usted tenga una piel mixta. Este tipo de piel incluye cualquier combinación de los tipos de piel mencionados anteriormente. Es muy común tener una zona T grasa (frente, nariz y barbilla), por ejemplo, mientras que el resto de la cara es normal o incluso seca.

Una vez que haya identificado su tipo de piel, es el momento de empezar a pensar en sus objetivos de cuidado de la piel. Hablaremos más sobre esto en la siguiente sección.

Identificar sus objetivos de cuidado de la piel

Usted no tomaría jarabe para la tos para curar un pie roto: no es la herramienta adecuada para eso. Del mismo modo, los productos para el cuidado de la piel deben estar en consonancia con las necesidades de su piel y con sus objetivos personales de cuidado de la piel. ¿Lo que busca es reducir la apariencia de las arrugas? ¿O simplemente mantener la piel limpia e hidratada? Cualquiera que sea su objetivo final, éste determinará la forma en que construya su rutina para el cuidado de la piel.

Si bien encontrar los productos adecuados puede ser complicado, la mayoría de las rutinas para el cuidado de la piel debería seguir los mismos cuatro pasos básicos: limpiar, tonificar, humectar y proteger (en ese orden). Dentro de cada uno de esos cuatro pasos, hay innumerables productos entre los que puede elegir. Al seleccionar los productos para su rutina de cuidado de la piel, preste atención a los ingredientes activos de cada artículo que seleccione. Diferentes ingredientes tendrán diferentes efectos, y usted querrá elegir los ingredientes que producen el efecto que desea.

¿Cómo llevar esto a la práctica? Si está creando una rutina para el cuidado de la piel específica para pieles secas, debe elegir un limpiador que sea suave y pueda limpiar sin eliminar todos los aceites de su piel. Del mismo modo, es aconsejable utilizar productos no comedogénicos, diseñados específicamente para evitar la obstrucción de los poros. Al fin y al cabo, utilizar un producto para el cuidado de la piel que obstruye los poros sería un poco contraproducente, ¿no?

Cómo crear una rutina para el cuidado de la piel: Una guía paso a paso

Ahora que tenemos la información básica, estructuremos todo.  ¿Cómo se toma toda esta información —el tipo de piel, los objetivos de cuidado de la piel, etc.— para crear una rutina personalizada para el cuidado de la piel? Como todo en la vida, hay que ir paso a paso.

Paso 1: Limpiar

La limpieza es el proceso de eliminar la suciedad, la mugre y otras impurezas de la piel. Algunos limpiadores son más suaves que otros, lo que significa que resecan menos la piel y son menos propensos a causar irritación. Si tiene la piel sensible o seca, probablemente deba utilizar un limpiador suave, como el Celvive Gentle Milk Cleanser.

Una regla rápida acerca de los limpiadores: si tiene la piel seca y sensible, utilice un limpiador que venga en forma de fluido o crema; si tiene la piel grasa, utilice un limpiador espumoso. Como se ha mencionado anteriormente, los ingredientes activos de los limpiadores varían de un producto a otro, así que asegúrese de revisar los ingredientes activos antes de comprar el limpiador.

Paso 2: Tonificar

La tonificación es un paso poco definido en las rutinas de cuidado de la piel. A veces se describe como el proceso de “equilibrar” la piel, es decir, aportar a la piel los nutrientes que le faltan. Algunos tónicos están formulados con ingredientes activos que actúan como limpiadores adicionales, ayudando a eliminar los residuos y a desobstruir los poros. Como el proceso de limpieza puede ser un poco abrasivo para la piel, muchos tónicos incluyen ingredientes botánicos que ayudan a calmar la piel.

Paso 3: Humectar

Al igual que mantenerse hidratado es una parte importante de la salud, mantener la piel hidratada es un aspecto importante de su cuidado, y la mejor manera de mantener la piel hidratada es incluir un buen humectante en su rutina diaria para el cuidado de la piel.

Los productos humectantes más eficaces suelen estar formulados con aceites vegetales para hidratar la piel. Hay diferentes tipos de humectantes para cada tipo de piel.  Si su piel es grasa, debe utilizar un gel humectante. Los geles humectantes suelen ser en su mayoría de base acuosa, en oposición a los productos de base oleosa.  Si su piel es seca o mixta, opte por un humectante en forma de crema o de fluido.

Paso 4: Proteger

Cuando se trata de daños en la piel, el culpable suele ser uno: los rayos UV del sol. Incluso en los días nublados, su piel está expuesta a los rayos UV que pueden resecarla y dañarla. Afortunadamente, hay una solución fácil: el protector solar u otros productos con SPF.

La mayoría de los expertos recomiendan usar diariamente un protector solar de un factor de 30 como mínimo. Esto ayudará a mantener su piel protegida durante todo el día, a reducir la formación de arrugas visibles y a mantener la humectación. (Para su rutina nocturna de cuidado de la piel puede omitir el SPF).

La consistencia es esencial

Como la mayoría de los procesos relacionados con la salud, el cuidado de la piel requiere consistencia. No se puede aplicar un limpiador y un fluido en la cara una noche y esperar ver resultados inmediatos: se necesita tiempo. A medida que vaya desarrollando su rutina de cuidado de la piel, asegúrese de aplicarla a diario. Si no ve los resultados que busca, espere un par de semanas. (Hay una excepción: si un producto le irrita la piel, no dude en cambiarlo por otro).

Una vez que haya practicado su rutina de cuidado de la piel de forma constante durante dos o tres semanas, evalúe los resultados. Si no está viendo progresos hacia sus objetivos, podría ser el momento de reevaluar los productos que está utilizando. Y recuerde, no se exija demasiado. Si deja pasar un día, ¡siempre hay un mañana para empezar de nuevo!