Los ácidos grasos omega-3 apoyan una sana presión arterial
Las enfermedades cardiacas son la principal causa de muerte tanto en hombres como en mujeres, y existen muchos factores de riesgo que pueden contribuir al desarrollo de enfermedades cardiacas. Algunos factores de riesgo, incluyendo la edad y los antecedentes familiares, no pueden modificarse, pero otros tales como el tabaquismo, la mala selección de alimentos, la falta de ejercicio y la alta presión arterial se pueden modificar haciendo elecciones de estilo de vida más saludables.
Un estudio presentado durante las Sesiones Científicas 2016 de la American Heart Association determinó que los adultos jóvenes sanos que tenían los niveles más altos de ácidos grasos omega-3 en sangre tenían una menor presión sistólica y diastólica que los adultos jóvenes sanos que presentaban niveles más bajos de ácidos grasos omega-3 en sangre.
En este estudio participaron 2036 adultos jóvenes sanos. Los investigadores midieron la presión sanguínea y los niveles en sangre de ácidos grasos omega-3. Los voluntarios fueron divididos en cuatro grupos, desde los que presentaban los más altos niveles de omega-3 en sangre hasta los que presentaban los más bajos niveles en sangre. Los adultos con los más altos niveles en sangre de ácidos grasos omega-3 tenían una menor presión sistólica y diastólica en comparación con los adultos que tenían menores niveles en sangre. Este no es el primer estudio que asocia los ácidos grasos omega-3 con la salud cardiaca.
Estas importantes grasas están presentes principalmente en el pescado y en algunos tipos de aceites vegetales. El ácido eicosapentaenoico (EPA) y el docosahexaenoico (DHA) se encuentran mayormente presentes en pescados, especialmente en pescados de aguas frías como el salmón, el atún, la macarela y las sardinas. Algunas veces se les llama omega-3 marinos. El ácido alfa linolénico (ALA) está presente principalmente en aceites vegetales y frutos secos (especialmente en nueces), semillas de lino y aceite de lino. Los humanos generalmente utilizan el ALA para energía, y la conversión a EPA y DHA es muy limitada.
Este estudio ofrece más evidencia de que favorecer una dieta rica en ácidos grasos omega-3 puede apoyar la salud cardiaca y evitar una alta presión sanguínea.