Glutatión: la asombrosa molécula de desintoxicación que tal vez no conoce

Probablemente sabe cuál es la molécula más abundante en el cuerpo (pista: es el agua), y también sabe lo importante que es para su salud. Sin embargo, justo después del H2O, en el conteo de moléculas de su cuerpo está el glutatión. En el caso del glutatión, ocupar el segundo lugar definitivamente no representa ser el primer perdedor. Este tripéptido –pequeña proteína compuesta por tres aminoácidos—podría ser la molécula más subestimada e infravalorada del cuerpo.

Hay muchas razones por las que el glutatión es importante para la salud y usted ya leyó la primera. La ubiquidad de esta proteína demuestra su importancia. Está presente en cada célula del cuerpo, y por muy buenas razones, sobre las que leerá más adelante.

Formas de glutatión y sus funciones

La definición más simple de glutatión es: pequeña proteína compuesta de tres aminoácidos, glicina, cisteína y glutamato. Sin embargo, presenta unas cuantas formas diferentes y trabaja con una enzima que tiene un nombre muy similar. Para evitar cualquier confusión, aclaremos algo de vocabulario antes de seguir adelante.

GSH—Forma reducida de glutatión

Esto es a lo que la mayoría de la gente se refiere cuando habla de glutatión. Los dos términos, GSH y glutatión, tienden a utilizarse de manera indiferenciada.

GSH es la forma reducida porque es un donante de electrones. Sin abundar demasiado en la química de la reducción-oxidación (redox), una sustancia que puede ceder un electrón y reducir su número total de electrones se conoce como reductora.

También puede pensarse en el GSH como la forma activa, trabajadora, de la molécula. Está trabajando en sus células, neutralizando radicales libres y otros oxidantes, y manteniendo las células en un estado reducido. Literalmente, cada reacción bioquímica de nuestras células requiere que estemos en estado reducido. De modo que, cuando dejamos de estar en estado reducido, dejamos de vivir.

GSSG y GR—La regeneración del glutatión

Oxidado es lo opuesto a reducido. Las moléculas que están oxidadas quieren un electrón.

Después de que el GSH dona su electrón, se torna oxidado y provoca la formación de disulfuro de glutatión (GSSG). Esta forma oxidada se crea cuando dos GSH se unen después de que ambos han donado electrones. Esto se logra mediante la adhesión de los átomos de sulfuro de cada molécula de GSH oxidada.

Con la ayuda de la enzima glutatión reductasa (GR), esas moléculas de GSH pueden ponerse a trabajar de nuevo. Esta enzima cataliza una reacción que resulta en la regeneración de dos moléculas de glutatión reducidas.

GS-X—Un juego molecular semejante al juego de “la roña”

En este artículo no va a leer mucho acerca de la última forma de glutatión, pero el GS-X es bastante fácil de entender. Cuando una molécula de glutatión se adhiere a una proteína, toxina o a otro compuesto, se llama GS-X.

Tal vez esto ayude a aclarar parte de la confusión, sin crear más. Para el resto del artículo, los términos glutatión y GSH se utilizarán de manera indiferenciada. Haremos referencia a las otras formas por su nombre o acrónimo cuando sean utilizadas.

El glutatión como antioxidante

Un antioxidante se define de manera general como cualquier cosa que neutralice los oxidantes, y por lo general también se conocen como radicales libres. Los detalles de la actividad antioxidante son complejos, pero todo se reduce a la disponibilidad y necesidad de un electrón. Los electrones quieren vivir en pares. El fuerte deseo de una molécula por tener sus electrones en pares determina lo fuerte que es como antioxidante o como oxidante.

Los antioxidantes hacen su trabajo donando electrones a material reactivo oxidado. Esto estabiliza al oxidante y reduce el estatus oxidante de la célula. El glutatión es el antioxidante soluble en agua más numeroso y prominente. Es un poderoso antioxidante endógeno, es decir, que se produce dentro del cuerpo.

La estructura de la proteína es muy buena para neutralizar las sustancias oxidantes presentes en el cuerpo. Colocar el átomo de sulfuro de la cisteína con los otros dos aminoácidos –glicina y glutamato—es la clave. Esto permite que el glutatión acepte y done electrones muy fácilmente. Se puede pensar en esto como la estructura molecular perfecta por el trabajo que hace.

Incluso hay un proceso—descrito arriba—que regenera las moléculas de glutatión de manera que puedan seguir depurando radicales libres. Esto se conoce como “ciclo redox”, y por lo general es la razón por la que los antioxidantes endógenos y la enzimas son más poderosos que los antioxidantes provenientes de la dieta.

Los antioxidantes que provienen de nuestra dieta tienden a ser consumidos en una o dos reacciones antioxidantes, pero los antioxidantes endógenos pueden entrar en el ciclo redox, lo que significa que fácilmente van y vienen entre la reducción y la oxidación. Tienen un mecanismo específico para facilitar este proceso (piense en GR). Esta es la razón por la que pueden pasar por cientos, si no es que miles, de reacciones antioxidantes más.

La eficiencia en el proceso de regeneración del glutatión es crucial para mantener las células en un estado reducido y saludable. La relación GSH-GSSG es un importante indicador de la eficiencia de nuestro metabolismo y de la cantidad de estrés oxidante celular.

El glutatión y los procesos naturales de desintoxicación

El glutatión está presente en cada célula del cuerpo, pero las concentraciones son de 7 a 10 veces más altas en las células del hígado que en ningún otro lugar. Eso se debe a que el tripéptido desempeña un papel importante en los procesos de desintoxicación fase II del hígado.

La desintoxicación fase II es el proceso de metabolizar varias moléculas que necesitan ser eliminadas de la célula y del cuerpo. El ejemplo más común es cuando el cuerpo une el glutatión a estas moléculas.

Con la ayuda de otra familia de enzimas (glutatión-S-transferasas), el glutatión tiene la capacidad de plantarse en toxinas, señalándolas como peligrosas. Esto ayuda a eliminar las sustancias químicas que no fueron producidas en nuestro cuerpo. Estas sustancias se conocen con el nombre científico de xenobióticos, y puede describir drogas, contaminantes ambientales o cualquier cantidad de sustancias.

Es importante que el glutatión se una a estas toxinas antes de que puedan ligarse a componentes celulares importantes, como los ácidos nucleicos. Las glutatión-S-transferasas desencadenan esta reacción y el GSH termina el trabajo. El glutatión reducido neutraliza a los intrusos cargados positivamente donando electrones. Si no lo ha notado, el glutatión es muy bueno en eso. En este caso, como en los otros casos mencionados, esto nos protege de consecuencias adversas.

Sin embargo, el proceso de desintoxicación no está completo. El siguiente paso es convertir el material anteriormente peligroso en una forma que después pueda ser metabolizada y/o expulsada.

El glutatión ayuda a transformar las toxinas en ácido mercaptúrico, el cual se puede eliminar del cuerpo a través de la orina. Si todo esto es un poco complejo, sólo recuerde esto: el glutatión tiene una función en la conversión de las toxinas haciéndolas solubles en agua, de manera que podamos sacarlas del cuerpo.

Y no hay que subestimar la importancia de este proceso. Esta vía de eliminación específica que involucra al glutatión desempeña papeles fisiológicamente importantes en la desintoxicación. Sin ella, probablemente moriríamos en un mar de toxinas.

Producción de glutatión

Debido a que el glutatión es una proteína, es muy difícil absorberla eficientemente a partir de nuestra dieta. [https://askthescientists.com/qa/isnt-glutathione-found-cellsentials/] Como otras proteínas, el sistema digestivo descompone el glutatión en sus componentes básicos: glicina, cisteína y glutamato. Tampoco hay una forma de absorberlo directamente intacto.

¿Y entonces cómo lo obtenemos? Utilizando el término “antioxidante endógeno” que se menciona arriba probablemente nos dé la respuesta.

Nuestro cuerpo lo produce. El GSH se hace exclusivamente en el citoplasma de las células, es decir, en el compartimiento soluble en agua de la célula. Luego es transportado a otros lugares dentro de la células e incluso por todo el cuerpo.

Su producción puede generarse de dos maneras. Hablemos primero de la más simple: la presencia de cisteína. Un incremento de este aminoácido ha demostrado elevar los niveles de glutatión. La cisteína es la que se encuentra en sus concentraciones más bajas del trío requerido para hacer GSH. Básicamente, cuando aparece, la producción puede por fin comenzar. Por eso suplementar con cisteína —o sus precursores— puede ser benéfico.

La segunda es un poco más compleja. Implica la activación de genes que producen las dos enzimas responsables de producir GSH.

Estos genes que sintetizan el glutatión son parte de la maquinaria de desintoxicación fase II de nuestro cuerpo. Nuestra producción de glutatión es baja cuando las condiciones son normales. No lo requerimos, de manera que nuestro cuerpo no lo produce. Sin embargo, cuando los receptores celulares adecuados perciben la presencia de toxinas, emiten señales a nuestros genes para que muevan el interruptor y arranque el proceso para producir GSH. Las investigaciones han demostrado que estos genes pueden ser activados a través de vías de señalización celular, siendo Nrf2 la más importante.

Existen otras moléculas que no son toxinas que pueden activar los sensores y echar a andar nuestra maquinaria celular. Esto incluye muchos nutrientes derivados de las plantas. El brócoli, el cardo lechero y el ácido alfa lipoico son tres nutrientes que han demostrado activar la producción de GSH. Estos estresores a base de nutrientes, que son más seguros, probablemente activan vías de señalización similares para elevar los niveles de glutatión y mejorar la protección celular. 

Conforme envejecemos, nuestro cuerpo ya no produce tanto GSH y los niveles de esta proteína en nuestros tejidos disminuyen. Esto hace que sea más difícil para nuestras células lidiar con los oxidantes y las toxinas. Y entonces, ¿qué podemos hacer para mantener niveles saludables de este importante antioxidante?

La respuesta está en la investigación que se menciona arriba. Se trata de la capacidad del ácido alfa lipoico y de otros nutrientes para desencadenar la producción de GSH y aumentar los niveles del mismo. Asimismo, darle al cuerpo suficiente cisteína es clave, de manera que la ausencia del aminoácido no reduzca la velocidad de la producción. Estas dos soluciones—especialmente si se ejecutan de manera conjunta—son las más viables para mantener niveles saludables de GSH, y eso es muy importante. Recuerde, esos niveles ayudan a sus células a mantenerse en un estado reducido y saludable.

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