El ejercicio de alta intensidad puede influir en la regulación del apetito y en la selección de alimentos
Se sabe que los periodos cortos de ejercicio intenso suprimen el hambre a través de hormonas reguladoras del apetito. Un estudio publicado en el American Journal of Clinical Nutrition comparó los efectos del ejercicio de alta intensidad en la respuesta central (cerebral) a los estímulos visuales de comida.
Los investigadores reclutaron a 15 hombres delgados y saludables poco mayores de 20 años. Los participantes en el estudio completaron dos pruebas de 60 minutos: ejercicio (correr al 70% de su capacidad aeróbica) y un control en reposo. Después de cada prueba, observaron imágenes de alimentos de alto y bajo contenido calórico y se midió la respuesta cerebral a los alimentos mediante IRM.
Después de la sesión de ejercicio aumentó la sed y la temperatura corporal central, mientras que la respuesta al apetito fue significativamente suprimida. El ejercicio suprimió de manera importante la ghrelina (hormona que estimula el apetito) e incrementó la secreción del péptido YY (hormona que reduce el apetito). Cuando se hizo la comparación con el control en reposo, la respuesta neural (cerebral) en las regiones del cerebro relacionadas con la recompensa fueron estimuladas en respuesta a la observación de imágenes de alimentos bajos en calorías, pero suprimidas al observar imágenes de alimentos con alto contenido calórico.
Este estudio determinó que el ejercicio de alta intensidad aumenta las respuestas neurales en las regiones del cerebro relacionadas con la recompensa en respuesta a imágenes de alimentos bajos en calorías, y suprime la activación cuando se observan alimentos altos en calorías. Estas respuestas centrales están asociadas con cambios inducidos por el ejercicio en señales periféricas relacionadas con la hidratación y la regulación del apetito.
El ejercicio es un componente importante bien conocido de un estilo de vida saludable. Este estudio ofrece evidencias adicionales de que el ejercicio puede hacer más que solo generar un déficit calórico, también puede influir para que hagamos elecciones de alimentos más saludables.