Los posbióticos: La próxima frontera en la salud del microbioma

El cuerpo humano alberga un alto contenido de bacterias. Aunque no lo creas, esto es algo bueno. Las comunidades microbianas vivas desempeñan un papel vital en la salud del ser humano. Estos “microbiomas” se pueden encontrar en el intestino, la piel, la boca, el tracto respiratorio y más.

En las últimas décadas, los científicos han hecho numerosos descubrimientos sobre cómo funciona el microbioma y las muchas formas en que beneficia la salud. La mayor parte de esta investigación se centró en el intestino, pero la investigación sugiere que parte del conocimiento que hemos adquirido puede beneficiar a otros microbiomas del cuerpo.

Los probióticos, microorganismos vivos que benefician la salud intestinal, surgieron a partir de los descubrimientos científicos iniciales sobre el microbioma, conviertiéndose rápidamente en uno de los suplementos más populares consumidos en el mundo. Mientras transcurría el desarrollo de esta ciencia, el enfoque se amplió para incluir los prebióticos, la variedad de fibras que actúan como fertilizantes del microbioma intestinal.

Recientemente, una nueva biotecnología ha comenzado a aparecer en los estantes: los posbióticos.

En este artículo, hablaremos de todo lo que necesitas saber sobre estos beneficiosos subproductos.

¿Qué son los posbióticos?

Los posbióticos son subproductos del proceso metabólico natural (fermentación) de las bacterias probióticas. Estos subproductos incluyen varios tipos de moléculas, como ácidos grasos de cadena corta, péptidos, ácidos orgánicos, enzimas y más. También ofrecen muchos de los mismos beneficios que los probióticos. Pero hay una diferencia clave. Los posbióticos son metabolitos bioactivos no vivos, mientras que los probióticos son cepas vivas de bacterias.

Hay tres palabras similares que suelen aparecer con frecuencia cuando se habla del microbioma, cada una con su propia definición única: probióticos, prebióticos y posbióticos. Vamos a aclarar la diferencia entre cada término:

  • Probióticos: A diferencia de los dos términos siguientes, los probióticos son microorganismos vivos. En esencia, son los microbios “buenos” que viven en tu intestino. También puedes aportar más probióticos a tu cuerpo consumiendo alimentos probióticos como el yogur, el kéfir, el chucrut y el kimchi, o suplementos probióticos de calidad.
  • Prebióticos: Al igual que todo organismo viviente, tus microbios necesitan alimentarse. Los prebióticos son las sustancias que los microbios en tu cuerpo consumen para su sustento . Estos incluyen almidones, inulina y pectina—todas las formas de carbohidratos complejos.
  • Posbióticos: Las bacterias probióticas producen varios subproductos cuando metabolizan su alimento. Estos subproductos pueden ofrecerte algunos de los mismos beneficios que aportan los microbios mismos. A estos subproductos se les conoce como posbióticos.

Los posbióticos no requieren el uso de bacterias vivas. Son estables, seguros y tienen una amplia gama de aplicaciones en productos para la salud. Es posible que empieces a notarlos en nutracéuticos, alimentos, suplementos e incluso en productos de alta calidad para el cuidado de la piel.

Vamos a profundizar un poco más sobre algunas de las aplicaciones prácticas de los posbióticos.

El bioma intestinal: Un ecosistema microbiano vital

Una de las comunidades bacterianas saludables más investigadas es el bioma intestinal. Un microbioma intestinal saludable ayuda a tu cuerpo a digerir alimentos, regular la función inmunológica, protegerse de patógenos dañinos y apoyar las funciones cognitivas a través del eje intestino-cerebro . Aunque la composición exacta del bioma intestinal de cada persona es diferente, cada bioma intestinal está compuesto por los mismos tipos de microorganismos: bacterias, virus y hongos.

Cuando las personas hablan de un microbioma que funciona adecuadamente, a menudo utilizan descriptores como “saludable” y “equilibrado”. Entonces, ¿a qué nos referimos específicamente cuando hablamos de un microbioma saludable? Un bioma intestinal saludable es aquel que está compuesto de una gran cantidad de microorganismos buenos y una cantidad insignificante de microorganismos malos. Así es exactamente como funcionan los probióticos. Los probióticos mejoran la salud intestinal aumentando el número de bacterias beneficiosas y reduciendo el número de bacterias dañinas, ayudando a que tu microbioma sea más saludable.

En esencia, un microbioma saludable o equilibrado trabaja eficientemente, y si no lo hace, probablemente lo notarás.

Un desequilibrio en el bioma intestinal se conoce como disbiosis y puede tener una serie de efectos adversos en la salud. Estos incluyen el síndrome del intestino irritable (SII), trastornos autoinmunológicos e incluso la aparición de nuevas alergias.

No hace falta decir que es importante cuidar el bioma intestinal.

Los posbióticos hacen muchas de las mismas cosas que los probióticos, pero sin cepas vivas de bacterias. Apoyan el crecimiento y funcionamiento de las bacterias saludables en el microbioma intestinal, lo que a su vez apoya tu salud. Esto significa que los posbióticos cambian la composición del microbioma para disfrutar de un ecosistema más saludable y equilibrado. Los metabolitos posbióticos también benefician el intestino directamente. Se ha demostrado que los metabolitos:

  • Regulan la digestión y la absorción de nutrientes
  • Apoyan la barrera intestinal
  • Suprimen las bacterias malas
  • Combaten patógenos
  • Juegan un papel en el eje intestino-cerebro
  • Reducen la irritación intestinal

Entonces, ¿cómo puedes aumentar la cantidad de posbióticos en el intestino? Como en todo lo relacionado con la salud, hay que comenzar con la dieta.

Fuentes dietéticas de prebióticos, probióticos y posbióticos

El cuerpo produce posbióticos de forma natural a medida que las bacterias del intestino metabolizan su alimento y crean desechos. También puedes aumentar la cantidad de posbióticos en tu organismo aumentando la cantidad de probióticos y prebióticos que consumes. La fórmula es bastante simple: cuanta más comida (prebióticos) suministres a los microorganismos (probióticos) de tu bioma intestinal, más subproductos (posbióticos) producirán.

Los alimentos ricos en probióticos suelen ser alimentos fermentados, que incluyen:

  • Kéfir
  • Requesón
  • Kimchi
  • Kombucha
  • Suero de leche
  • Chucrut

Los alimentos ricos en fibra tienden a ser la mejor fuente de prebióticos. Algunos ejemplos de alimentos ricos en prebióticos son:

  • Cebada
  • Ajo
  • Avena
  • Algas marinas
  • Semilla de linaza
  • Cebollas

Si deseas proporcionar a tu cuerpo con más posbióticos, esos suplementos también existen. Sin embargo, algunas de las aplicaciones más interesantes de los posbióticos son las que no serían prácticas para las bacterias probióticas.

Hablemos de cómo los beneficios de los posbióticos también influyen otra microbiota importante: la flora cutánea.

El microbioma de la piel: la barrera natural del cuerpo

El microbioma de la piel es la comunidad de microorganismos (bacterias, hongos y virus) que viven en la piel. Al igual que el microbioma intestinal, esta comunidad microbiana es mucho más que un compañero de viaje pasivo. La flora cutánea desempeña un papel vital en el mantenimiento de la salud de la piel e incluso de otros aspectos de la salud. Estos son algunos de los roles en los que está involucrado el microbioma de la piel:

  • Protección de la piel: Una flora cutánea saludable inhibe el crecimiento de posibles invasores y patógenos en la piel.
  • Funcionamiento de la barrera cutánea: El microbioma de la piel actúa como una barrera funcional, ayudando a la piel a retener la humedad, mejorar la hidratación y reducir la sensibilidad cutánea.
  • Apoyo inmunológico: La flora cutánea interactúa con el sistema inmunológico para apoyar respuestas inflamatorias equilibradas.
  • Cicatrización de tejidos: Un microbioma cutáneo equilibrado promueve la reparación de tejidos y la renovación celular de la piel, al tiempo que previene las infecciones en las zonas vulnerables.
  • Salud y belleza del cutis: Una flora cutánea fuerte y saludable se asocia con un cutis equilibrado y una piel clara e hidratada.

La disbiosis ocurre cuando el microbioma de la piel está desequilibrado o alterado. Esto puede dar lugar a una variedad de problemas de la piel como el acné, enrojecimiento, dermatitis e infecciones. De hecho, la sensibilidad de la piel y la piel problemática están relacionadas con un microbioma cutáneo dañado.

Mantener una flora cutánea saludable implica cuidar la piel, evitando productos para el cuidado de la piel que contengan productos químicos agresivos, y elegir productos que apoyen un equilibrio microbiano saludable en la piel.

Es ahí donde entran en juego los posbióticos.

Los posbióticos pueden apoyar a las bacterias buenas de la piel alimentándolas con metabolitos beneficiosos. Por eso, muchos productos para el cuidado de la piel ahora incluyen posbióticos. El uso de posbióticos en la piel apoyará todos los beneficios que mencionamos anteriormente. Pueden mejorar la función de barrera de la piel, reducir el acné y la sensibilidad de la piel, mejorar la hidratación, equilibrar el pH de la piel e incluso reducir las señales de envejecimiento como las líneas finas visibles y la decoloración.

En resumen:

La ciencia ha descubierto mucho en los últimos años sobre las comunidades microbianas simbióticas presentes en el cuerpo humano. Sin embargo, aún estamos lejos de haber agotado todas las posibilidades.

Aunque gran parte de la investigación se ha centrado en el microbioma intestinal, la biotecnología de los posbióticos representa una nueva frontera donde las investigaciones sobre el microbioma intestinal pueden aplicarse en contextos completamente nuevos.

Sin duda, los años venideros conducirán a más descubrimientos y a una mejor comprensión de los microbiomas menos explorados del cuerpo como parte de la salud general.