Niños Quisquillosos para Comer: Cuidado
El Estudio Longitudinal Avon de Padres e Hijos, estudio de cohorte aplicado en el suroeste de Inglaterra, se aplicó a 14,541 mujeres embarazadas y a sus hijos después del nacimiento. Se entregaron encuestas y cuestionarios de frecuencia de comidas cuando los niños tenían entre 2 y 7.5 años de edad para determinar si eran selectivos (quisquillosos) en cuanto a la elección de sus alimentos y el impacto que esto podría tener en su estado nutricional.
Los cuestionarios sobre frecuencia de comidas contenían toda la ingesta de alimentos y bebidas que cada niño consumía durante un periodo de 3 días (dos días entre semana y 1 día de fin de semana). La ingesta de comida registrada en estos cuestionarios se utilizó para calcular la ingesta diaria de macronutrientes, micronutrientes y la ingesta de energía (calorías consumidas).
La ingesta diaria promedio de calorías no varió entre los niños quisquillosos para comer y los que no lo eran. Esto indica que el apetito y la ingesta total de calorías no es un método apropiado para determinar la selectividad a la hora de comer. Sin embargo, los niños quisquillosos consumieron una cantidad mayor de azúcares añadidos y una menor cantidad de proteína. Otro punto importante a resaltar es que tanto los niños quisquillosos como los que no lo eran superaron la ingesta de calorías recomendada en el Reino Unido.
La comparación de micronutrientes de niños quisquillosos para comer y niños que no lo eran revela que los niños quisquillosos pueden estar en riesgo de caer en un menor consumo de varios nutrientes importantes. Los niños quisquillosos para comer incluidos en este estudio consumieron menores cantidades de caroteno (provitamina A), niacina, vitamina B-6, vitamina D, hierro, zinc y selenio.
En este estudio de cohorte, los niños quisquillosos para comer en general consumieron menos carne, pescado, leche, vegetales y fruta que los niños de la misma edad que no eran quisquillosos para comer. Esto resultó en una porción comparativamente más grande de calorías diarias provenientes del azúcar más que de proteínas. También resultó en un menor consumo de varias vitaminas y minerales esenciales.